Los rusos están usando trenes acorazados en la guerra de Ucrania como si estuvieran en la época de los zares y la Primera Guerra Mundial, otro signo más de su decadencia militar
Rusia ha desplegado reliquias de principios del siglo XX en la invasión de Ucrania. Al menos dos trenes armados y acorazados, similares en concepto a los que lucharon en guerras contra Japón o Alemania hace más de cien años, circulan hoy por el sur de Ucrania procedentes de la península de Crimea. Obviamente, los trenes no son los mismos que los usados en aquellas guerras — de hecho, son manifiestamente peores — pero su uso es similar. También son un claro signo de la decadencia y obsolescencia del ejército ruso, quizás el más sorprendente e inequívoco.
La CNN apunta que este tren con “la letra Z pintada en algunos” de sus nueve vagones vino desde Crimea y se encontraba en la zona de Kherson, a 88 kilómetros suroeste de Melitopol, una de las ciudades ucranianas controladas por las tropas de Putin.
Reliquias resucitadas
La cadena americana afirma que podría tratarse del Baikal, uno de los trenes blindados rusos que cuentan con un sistema de “interferencia de comunicaciones” a bordo. “El Baikal también está equipado con torretas antiaéreas, [blindaje] de 20 mm de espesor, además de ametralladoras y espacios para francotiradores. También tiene cocina y comedor para el equipo del tren”, afirma la CNN.
En otros vídeos más recientes, afirman, se ve otro tren acorazado con vagones cargados de armas y locomotoras blindadas en Novooleksiivka. Según la CNN, esto indica que los rusos tienen el territorio controlado y que podrían “estar reforzando sus líneas de reabastecimiento desde bases en Crimea y más adentro en Rusia, para sus operaciones militares en el sur de Ucrania”.
Punto débil
Según un análisis de Alex Vershinin — teniente coronel del ejército americano — publicado el pasado 23 de noviembre, “el ejército ruso no tiene suficientes camiones para cumplir con sus requisitos logísticos a más de 90 millas”. Y los que tiene, como ya publicamos en su día, están en un estado de mantenimiento lamentable o calzan “copias chinas de mala calidad de las ruedas militares Michelin XZL”.
Vershinin explica que el ejército de tierra ruso depende de los trenes como ningún otro ejército en el planeta. De hecho, tienen brigadas de su ejército enteramente dedicadas al ferrocarril. “La razón por la que Rusia es única [en el mundo] en tener brigadas ferroviarias es que, logísticamente, las fuerzas rusas están vinculadas al ferrocarril desde las fábricas [militares] al depósito y al ejército de armas combinadas y, cuando es posible, al nivel de división/brigada”, apunta el teniente coronel. Según él, “ninguna otra nación europea utiliza los ferrocarriles en la medida en que lo hace el ejército ruso”.
Además de los trenes de suministro en general, los rusos y la Unión Soviética han usado trenes acorazados equipados con armas en la guerra ruso-japonesa de 1904, en la Primera Guerra Mundial, su propia guerra civil después del golpe de estado y revolución comunista y en la Segunda Guerra Mundial. Eran trenes acorazados en toda regla, con cañones y armas integradas. Los usados en la segunda guerra de Chechenia — de 1999 a 2009 — y en la invasión de Georgia no eran tan elaborados como los originales, que realmente parecían tanques o destructores navales sobre raíles.
Los retiraron a finales de la primera década del siglo XXI, desmantelando y almacenándolos hasta que decidieron resucitarlos en 2016. Dos de estos trenes — el Baikal y el Amur — participaron entonces en unos extraordinarios ejercicios logísticos que comenzaron desde Volgogrado — la antigua Stalingrado, al este de Mariupol — hasta llegar a Crimea. En retrospectiva, no sería de extrañar que este ejercicio sin explicación clara en la época fuera uno de los ejercicios de preparación para una posible invasión a Ucrania.
Un ejército de tierra obsoleto
Pero el uso de trenes de esta clase no es un signo de potencia sino de debilidad. Como detalla Vershinin, el uso de rutas fijas les hace extremadamente vulnerables. Sus vías son fáciles de destruir, atrapándolos e inutilizándolos sin posibilidad de rescate alguna. Sobre todo en territorio enemigo, como están ahora. Es otra muestra más, quizás la más chocante y definitiva, de la obsolescencia y ya probada incapacidad del ejército de tierra ruso.
Otro tema son sus (posibles) trenes nucleares, sobre estas líneas. Estas plataformas móviles capaces de transportar y lanzar hasta seis misiles balísticos intercontinentales también son reliquias de la Unión Soviética que fueron prohibidas hace años. Putin decidió revivirlos la década pasada, ignorando su prohibición. Supuestamente, el autócrata ruso ordenó su puesta en servicio en el año 2019, aunque no está claro si ese plan se llevó a cabo o si fueron finalmente cancelados.
Pero quizás el diagnóstico y juicio más duro contra la obsolescencia del ejército ruso ha venido de Andrey Kozyrev, ex-ministro de exteriores ruso con Boris Yeltsin: “El Kremlin pasó los últimos 20 años intentando modernizar sus fuerzas armadas. Gran parte de ese presupuesto fue robado y gastado en megayates [que ahora están] en Chipre. Pero como asesor militar, no puedes informar de eso al presidente. Así que le contaron mentiras”. Y no lo dice sólo Kozyrev.
Otra gran parte del limitado presupuesto militar ruso se las llevan las armas apocalípicas e misiles hipersónicos que Putin usa principalmente como propaganda de un poderío que no existe. Misiles hipersónicos como el Tsirkon están diseñados para atacar grupos navales norteamericanos, hundir portaviones y colocar cabezas nucleares en el corazón de Nueva York sin posibilidad de defensa. Pero, cuando llega la hora de una guerra convencional como la actual, el equipo obsoleto, el mal mantenimiento y hasta las raciones de comida caducadas por falta presupuesto hacen patente el lamentable estado del ejército de tierra ruso.
Fuente:
https://www.elconfidencial.com/tecnologia/novaceno/2022-03-12/tren-acorazado-guerra-ucrania_3390068/