ORÍGENES Y NATURALEZA DE LA ÉTICA MILITAR

 

ORÍGENES Y NATURALEZA DE LA ÉTICA MILITAR

 

         Resulta obvio de que el militar debe operar en el contexto de la sociedad general a la que sirve, pero tales profesionales deben asentar un lugar de acción de esa sociedad donde los valores de la profesión sean predominantes.

Y ¿por qué ha de ser así? Porque los preceptos de una profesión, que son la guía de la conducta de sus miembros, son frecuentemente diferentes e incluso en algunas circunstancias, abiertamente contrarios a los de la sociedad general.

Por otra parte, la sociedad diferencia los distintos papeles que un mismo individuo pueda desarrollar en el contexto de organizaciones sociales de varios tipos (padre y notario, médico y miembro de una iglesia) y también es evidente que diferentes profesiones requieren distintos preceptos que guíen la conducta ética y, consecuentemente, un conjunto de preceptos, especificando lo que debe hacer un militar profesional como tal, tiene que diferir relevantemente de un relación de preceptos de lo que se debe hacer como miembro de otra profesión.

Estas afirmaciones asientan que lo que se debe hacer está hondamente condicionado por la profesión, en la que se exige una especial camaradería y hermandad. Después de todo, ésta es una de las definiciones primarias de la profesión, “que requiere especiales formas de conducta, generalmente no compartidas por la sociedad general o, en el mejor de los casos, compartidas muy tangencialmente”.

 

ORÍGENES DE LA ÉTICA

La ética no es una mera creación del hombre: existe antes que él y, por su parte, la ética de la profesión sigue viviendo aún después de la muerte del agente participante.

El individuo adquiere el sentido de lo que debe hacer (es decir, el sentido de la ética) cuando participa en la profesión y gana camaradería.

De modo que la ética tiene orígenes sociales y tiene como función guiar la conducta individual y la del grupo. Y no sólo eso: también tiene el poder de inferir sanciones sociales, siendo la más significativa la expulsión de la profesión del individuo que falla en la observancia de sus normas.

Esto significa que la ética es la base de lo que constituye una conducta apropiada dentro de una profesión cuyos estándares de conducta ética están enraizados principalmente en la empresa social y en la dinámica de la profesión misma. Diferentes profesiones requieren diferentes obligaciones éticas de sus miembros.

 

FUNCIÓN DE LA ÉTICA GENERAL

La ética especifica las obligaciones relativas a las condiciones bajo las cuales se espera que se debe operar.

Tales obligaciones no tienen que disfrutar de un valor absoluto y un precepto ético no puede ser, como tal, intrínsecamente malo. Así, una obligación ética no necesita ser absolutamente buena en todos los casos, pero -se repite- ningún precepto ético puede ser malo en sí mismo. En todo caso, resultaría absolutamente erróneo  creer que una acción mala –como el disparar contra civiles, por ejemplo- pueda ser éticamente bueno simplemente porque ello ocurra dentro del contexto de una profesión. Las acciones malas en sí mismas permanecerán como tales y el querer hacerlas buenas no incrementa la lealtad profesional.

 

EN QUÉ CONSISTE LA ÉTICA MILITAR

         Volvemos a repetir –si bien aclarando ideas- que consiste en “un conjunto de proposiciones que califican las acciones de los miembros de la profesión militar como buenas o equivocadas”. Trata especialmente de aquellos valores y normas esperadas de la profesión que son para guiar las acciones a desarrollar en el seno del ambiente militar.

De acuerdo con ello, cuando se habla de ética militar se está tratando del problema de vivir una vida ética en medio del contexto de las demandas y obligaciones insertas en la profesión militar.

Ahora bien, ser un buen profesional no equivale a llevar una vida ética. Para el soldado, la ética militar es sólo una parte de su ética total, pues también estará sujeto a los requerimientos éticos que recaen sobre él por los otros papeles que desempeñe.

 

LA NATURALEZA DE LA ÉTICA

Antes de abordar el tema de la ética militar es muy útil reflexionar sobre la materia de la ética general porque gran parte de lo que pueda decirse de ésta se puede y se debe aplicar a la ética militar:

1º.- Ya los griegos clásicos evidenciaron que tanto las cuestiones como las decisiones éticas son mejor comprendidas mediante el uso de la razón.

Cuando uno está tratando con la ética se encuentra implicado en un proceso de naturaleza moral, con lo que las cuestiones éticas son accesibles a través de la razón y no por las emociones.

2º.- Otra distinción acompañante es que no se debe buscar respuesta a los dilemas éticos en referencia a lo que piensan otros, pues el hombre ético debe permanecer, por encima de todo, agente de su propio destino.

Debe usar su propia facultad de razonamiento y soportar la responsabilidad ética de lo que elige hacer en unas circunstancias dadas: la idea de que un “soldado es solamente un obedecedor de órdenes” o que un individuo actúe de cierta manera porque otros lo hacen así, no es un modo aceptable de razonamiento ético: un hombre que observa un código sin conocer las razones por las que se deber hacer unas cosas y no hacer otras no merece el calificativo de ético porque está simplemente obedeciendo un conjunto de preceptos que no comprende.

Lo cierto es que la constante tensión entre tener que hacer lo que es correcto y no hacer lo que es malo o al menos erróneo constituye la dinámica de la acción ética; lo cual conduce al hecho de que las éticas son, por naturaleza, prescriptivas y proscriptivas, que exigen unas cosas y prohíben otras. Y la tarea del hombre –como es la tarea del soldado como miembro de su profesión- es comprender y decidir lo que debe hacer  o no, bajo un conjunto de circunstancias dadas, mediante el uso de su razón y de los principios éticos. La ética se encuentra en el centro de la solución de tales problemas.

 

UNA DEFINICIÓN DE ÉTICA

Parece adecuado ofrecer una definición de ética que nos sirva de punto de partida esquemático para la búsqueda de la naturaleza de la ética militar. Es decir, para señalar las clases de obligaciones, dificultades y soluciones que surgen generalmente en la comprensión de la ética general para su posible aplicación a la profesión militar.

La ética general implica un razonamiento moral, con lo que resulta ser una rama de la filosofía moral; representando una aplicación mental del conocimiento acerca de las cuestiones que surgen en la mente del actor concernientes a dilemas morales.

Pero más al propósito de la ética militar es una visión de la ética que considera en su núcleo la observación y la responsabilidad de las acciones éticas; lo que significa el cumplimiento de las obligaciones y preceptos contenidos en un código de ética y la observancia de hacer selecciones cuando se enfrentan las obligaciones éticas.

Muy en el corazón del estudio de la ética están los conceptos de: obligación, conocimiento, razonamiento moral, enjuiciamiento y, por supuesto, la necesidad de elegir qué obligaciones deben tomar precedencia en un conjunto de circunstancias en las que los preceptos éticos entran en conflicto.

Una buena definición funcional de ética dice que es el arte de observar aquellas obligaciones morales que son apropiadas para los papeles de una persona en el orden social.

Y así, la ética militar puede ser definida como el arte de observar aquellas obligaciones morales que son apropiadas para el papel de una persona inserta en la profesión militar.

De nuevo aquí confirmamos la proposición de que las obligaciones son –si no totalmente específicas para un determinado papel- de lo más relevante de en las situaciones en que el individuo es requerido a observarlas, de modo que también  la camaradería en una profesión pueda presentar al individuo específicas formas de dificultades circunstanciales en la aplicación de principios éticos que inevitablemente deban ser tomadas en cuenta en la ecuación ética.

En todo código de ética profesional subyace la idea de obligación, especialmente de obligación moral. La ética implica no guardar premisas justas sino morales. Y no toda obligación es moral; no todas las obligaciones son de la misma importancia; y el peso de una obligación puede cambiar según las circunstancias en que deba observarse.

 

Jose Ramón Navarro Carballo.  Coronel del Cuerpo de Sanidad

Doctor en Medicina

Vocal de Cultura y Convenios dela Asociación Española de Militares Escritores

Numerario de la Academia de las Artes y las Ciencias Militares