En el marco del Plan de Colaboración de Asociados(PCA-AEME 2023-24) Aurelio Fernandez Diz, Capitán de Navío, r publica el siguiente trabajo
Marruecos, en la provocación permanente
“A moro muerto, gran lanzada” [1]. Esta expresión, perteneciente al acervo de nuestro idioma, tiene hoy más aplicación práctica en el mundo musulmán que en el mundo cristiano. El creciente e imparable islamismo en toda Europa llena su futuro de incertidumbre. En el caso de Marruecos es posible que el significado de este refrán español se haya incorporado a su pensamiento político debido al periodo de su Historia en el que esta nueva nación estuvo bajo el protectorado de España. La influencia cultural de España en Marruecos es constante, aunque solo sea por razones de proximidad. A pesar de considerarse país francófono muchos marroquíes hablan un español muy aceptable algo que Francia seguramente encuentra difícil de aceptar. Todo indica que Marruecos considera muerta a España. Señales erróneas procedentes de nuestra propia nación, de los EEUU y hasta de Francia hacen creer a nuestro desagradecido vecino que ha llegado la hora de dar satisfacción a sus insaciables ambiciones territoriales, y marítimas. A una España casi muerta, gran lanzada.
En esta situación, cualquier buena y estable relación de afecto y amistad, que debería ser la norma entre buenos vecinos, es imposible por una incomprensible, e inaceptable para España, ambición territorial de Marruecos, que hasta alcanza a nuestro archipiélago canario y las aguas que lo rodean. Por otro lado, las posesiones de España en el Norte de África de ningún modo pueden considerarse colonias o territorios usurpados a Marruecos porque son un patrimonio heredado de una Historia muy lejana en el tiempo y, sobre todo, muy anterior al propio nacimiento de Marruecos como nación independiente en el año 1956, como todos sabemos.
Pues bien, desde hace años, podemos comprobar cómo el rey marroquí Mohamed VI, se crece en sus ambiciones siempre que percibe al gobierno español débil o desorientado y nos aplica nuestro propio refrán, debidamente adaptado: “a cristiano muerto, gran lanzada.” Desde la “marcha verde”, la lanzada estaría representada hoy por una continua reclamación de lo que no le pertenece, cuando cierra las fronteras de Ceuta y Melilla, instala una piscifactoría en el mar territorial de las Islas Chafarinas, o propicia y encubre una continua y prolongada invasión del territorio español más cercano por inmigración ilegal o se atreve a entorpecer los accesos a los puertos de Ceuta y Melilla con innecesarios y antieconómicos espigones portuarios que nacen en territorio marroquí. Todo ello complicado por un nuevo, y no bien entendible, ni bien justificado, apoyo incondicional de los EEUU a Marruecos especialmente desde que éste ha reconocido al estado de Israel se ha posicionado abiertamente a su favor en su lucha contra el terrorismo palestino de Hamas. Mientras tanto, el gobierno español adopta una posición ambigua y contradictoria en este tema cuando por un lado defiende a ultranza al pueblo palestino en Gaza y, por otro, se alinea con el gobierno marroquí en sus aspiraciones de adueñarse completamente del Sahara Occidental en contra de los intereses del pueblo saharaui que queda abandonado a su suerte, a pesar del apoyo de Argelia. Con este giro de 180 grados en nuestra política exterior abandonando nuestro tradicional equilibrio entre Argelia y Marruecos, nuestros problemas en todo el Norte de África parece que no han hecho más que empezar.
Por otro lado, nuestros problemas internos están llevando a España a una peligrosa situación de debilidad e intrascendencia en el campo internacional. Algo de lo que se aprovechan aliados y no aliados. Los gobiernos españoles parecen incluso empeñados en olvidar nuestra propia Historia perdiendo, con esta actitud, la energía que necesitan para hacerse respetar como corresponde a la nación que más ha podido influir en la existencia y configuración de medio mundo.
Aun así, parece que España es temida tanto por muchos de sus aliados como por los que no lo son, por razones que no caben dentro del alcance de este artículo. Por lo que hoy se conoce, en el año 1975 la “marcha verde” fue apoyada por los EEUU y por Francia que consideraron entonces mucho mejor para sus intereses que la provincia española del Sáhara cayese en poder de Marruecos antes que en manos de Argelia, considerada bajo la órbita comunista.
Según esta miope visión de la Historia, los EEUU y Francia parecen estar apoyando mucho más los intereses marroquíes que los españoles tanto en la Unión Europea (UE) como en el Norte de África. Nuestro territorio en esta zona está en un serio peligro por culpa de unos aliados que parecen no darse cuenta de que sus intereses están más del lado de España que del lado de un mundo islámico que en cualquier momento puede extenderse por todo el Norte de África con afanes revisionistas. [2]
El curioso resultado de esta política es que los EEUU parecen querer situarse en el Sahara Occidental como nuestro práctico relevo, como sucedió con muchas de nuestras posesiones repartidas por todo el mundo que nos fueron arrebatadas después del desastre de 1898. Muchos norteamericanos parecen olvidar que España tuvo una participación decisiva en el logro de su independencia de Inglaterra.
Aun así, los EEUU fueron y serán siempre nuestros aliados, por interés mutuo sin duda, especialmente durante la pasada guerra fría y más hoy con la guerra de Ucrania y lo que ella significa para la seguridad europea y del mundo occidental. Y esperamos que continúen siéndolo aun teniendo en cuenta los vaivenes de lo que en la práctica es la política internacional norteamericana. Se dice que esta política exterior norteamericana la define el Pentágono. Si es así, hemos de reconocer que el Pentágono se equivocó bastante en momentos muy importantes de la historia más reciente. Solo recordar lo sucedido en Irak, Libia, Siria, Afganistán, como los fracasos más destacados de la historia cercana de los EEUU. Y el éxito de su acercamiento incondicional hacia Marruecos, aún está por ver.
El incondicional apoyo que los EEUU están demostrando hacia la nación marroquí, sin tener en cuenta ni valorar las más que justificadas susceptibilidades españolas y su importante situación estratégica en el Estrecho, unido todo ello a erróneas decisiones que algún gobierno español adoptó ante sus propios aliados en operaciones internacionales recientes, es muy posible que España se quede absolutamente sola ante una posible invasión tipo marcha verde de Ceuta y Melilla y demás posesiones españolas en el Norte de África, como el propio rey Hassan II pudo concebir en otro tiempo.[3] A día de hoy el rey Mohamed VI parece seguir la senda marcada por su padre de una manera más sutil y efectiva: la invasión pacífica de territorio español a través de una inmigración ilegal que España no logra contener.
Ante esta permanente provocación de Marruecos el actual gobierno español se muestra perdido, incomprensiblemente desorientado y, lo que es peor, absolutamente rendido ante su desafiante e intolerable conducta. Lo último parece ser la más que probable entrega incondicional a Marruecos del control del espacio aéreo del Sahara Occidental, cesión que de ningún modo debería producirse por estrictas razones de nuestra propia seguridad. Se está dando así, a ojos del mismísimo rey Mohamed VI, una funesta y peligrosa señal de debilidad política ante una extorsión basada, al parecer, en información obtenida por los servicios secretos marroquíes de modo furtivo.
Esta y otras maldades marroquíes no solo no impiden, sino que incomprensiblemente parecen estimular una injustificada y exacerbada generosidad hacia quien nos está atacando en todos los frentes imaginables, como puede ser la prometida inversión de 45.000 millones para que Marruecos pueda mejorar sus infraestructuras. Esta inversión puede provocar un injusto perjuicio de los agricultores españoles sometidos a estrictos controles de seguridad promulgados por la Unión Europea.
Esta es la peligrosa realidad a la que nos enfrentamos en la más absoluta soledad, a pesar de nuestra pertenencia a la OTAN. Parece así, dentro de la más estricta y deseable lógica militar y diplomática que España debe poner en conocimiento de Marruecos, y de sus aliados dentro de la OTAN, con la asumida gravedad que la situación requiere, que:
Ante un inusitado incremento del radicalismo islámico en toda Europa, España tiene que hacer ver ante sus aliados que debe velar por su integridad territorial, sola o acompañada, con la misma contundencia con la que cualquiera de ellos lo haría.
Ante un futuro más que incierto a causa de la descontrolada inmigración ilegal parece necesario que todos los países de la OTAN y de la UE reconozcan que su inmediata defensa y seguridad empieza en la inmediata defensa y seguridad de España.
[1] FERRÁNDIZ Y BÁDENES, Bernardo. Oleo en el Museo del Prado con esta inscripción: “A moro muerto, gran lanzada. Rey fiero ayer para ti, mis leyendas di a respetar, y hoy que la muerte está en mí, ¡hasta tú vienes a hollar el polvo de lo que fui!”. Esta inscripción en el marco y el título de la obra aluden al refrán español que hace referencia a la cobardía consistente en aparentar un gran mérito por atacar a quien ya está vencido. (1881)
[2] MARTIN, Jose María. “Marruecos, pieza clave de la Asociación para la Cooperación Atlántica impulsada por Estados Unidos” Atalayar. 29.02.2024
[3] SAN AGUSTÍN, Fernando.” Marruecos 2030”. Según este informe Hassan planificó en su día una invasión masiva de civiles en Ceuta, Melilla y Canarias. A tenor de la descontrolada inmigración ilegal que se está produciendo procedente de Marruecos todo indica que este plan se está cumpliendo aún hoy. ECD Confidencial Digital .25.02 2024.
Fuente:
https://lacritica.eu/noticia/3599/aurelio-fernandez-diz/marruecos-en-la-provocacion-permanente.html