La edición de Agosto de TIERRA, MAR Y AIRE, contiene varios artículos de nuestros asociados y entre ellos uno del fallecido General Quero.

El numero 380/5 de la revista  de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil que dirige nuestro asociado el Coronel  Ramírez Verdún, contiene los siguientes artículos de  asociados de AEME:

EJEMPLOS PROPIOS DEL ODIO A LOS CRISTIANOS. Javier Pardo de Santayana y Coloma. Teniente General del Ejército

EVOLUCIÓN DE LA BRIGADA.  Felipe Quero Rodiles. General de División del E.T.

EL PAPEL DE LAS FUERZAS ARMADAS EN EL MUNDO DE HOY. Pedro Ramírez Verdún. Coronel de Infantería DEM.

ESCALAS DE OFICIALES I. PRACTICA Y RESERVA. Eladio Baldovin Ruiz. Coronel de Caballería DEM

La sección de libros, en la que el Coronel Ramírez Verdún comenta el libro: 14 de julio, de Eric Vuillard

 

A continuación se transcribe el articulo postumo del General Quero Rodiles:

FELIPE QUERO RODILES

General de División

De la Tertulia de Pensamiento Militar del ET.

La Brigada fue objeto de una larga evolución en nuestra Patria durante los últimos cincuenta años, en que pasó de Gran Unidad de combate a Gran Unidad Polivalente para participación en operaciones internacionales, de combate y de no combate, con la correspondiente degradación de su capacidad tásctica. 

En la Primera Guerra Mundial se consolidó el concepto de Gran Unidad, sublimando en ella el impor- tantísimo principio táctico de la acción de conjunto. España lo asumió en el Reglamento de las Grandes Unidades, de 1925, definiéndola como reunión, bajo un solo mando de tropas de todas las armas con sus servicios, aunque sin concretar la finalidad de tal reunión.

En la Segunda Guerra Mundial se perfeccionó el concepto y en España se redefinió en la Doctrina de 1956, como conjunto orgánico (no arbitrario, ni ajeno al fin) de Tropas y Servicios, capaz de vivir y combatir (finalidad) con Sus propios elementos durante un tiempo limitado. Se consideró la División como Gran Unidad elemental (la menor) táctica o de com bate, de composición fija y permanente, que garan tiza su personalidad y espíritu.

La ley de Modernización de las Fuerzas Armadas de 1965 dividió al Ejército en: Fuerzas de Intervención Inmediata, con 3 Divisiones a 2 Brigadas, 4 Brigadas independientes (paracaidista, aerotransportada, Caballería y Artillería de campaña, anomalía ésta sustituida pronto por Mando de Artillería de Campaña) y unidades menores para el Núcleo de Tropas de un Cuerpo de Ejército; y Fuerzas de Defensa Operativa del Territorio, con 2 Divisiones de Montaña a 2 Brigadas, 1 Brigada de Alta Montaña, 9 Brigadas de Defensa Operativa del Territorio (con 2 Compañías de Operaciones Especiales cada una), y 1 Brigada de Infantería de reserva. La Brigada quedó así configurada como la Gran Unidad básica y principal del Ejército, si bien su conceptuación como tal no tuvo lugar hasta la Doctrina de 1976, en la que se definió la División como Gran Unidad de la maniobra táctica, y la Brigada como la Gran Unidad elemental táctica, de composición fija, que combate siempre reunida, y susceptible de recibir refuerzos limitados de acuerdo con la misión que deba cumplir, es decir, con su finalidad. La Doctrina de 1980 mantuvo ambas conceptuaciones.

En 1982, el Plan Meta eliminó las Brigadas de Defensa Operativa del Territorio.

En 1989 comenzó la participación en misiones internacionales, que produjo una acomodación de la estructura del Ejército a los compromisos internacionales. Surgió el Plan RETO , en el que las misiones internacionales comenzaron a tener mucho peso, y en 1992 se inicia­ ron las operaciones de Mantenimiento de la Paz, lo que, unido a la incertidumbre del conflicto futuro, aconsejaron una nueva reconsideración de la estructura. Este mismo año la Directiva de Defensa Nacional modificó el concepto de Defensa, que pasó de una dimensión exclusivamente nacional a otra cooperativa con las naciones aliadas, incluyendo las operaciones de paz y de ayuda humanitaria, con el con­ siguiente aumento de compromisos.

En 1994, el Plan Norte suprimió las Grandes Unidades Superiores en beneficio de las meno­ res (División y Brigada), más especializadas, más integrable s y con mayor capacidad de proyección, dándole a la Brigada un carácter modular. El Ejército quedó constituido por: Fuerza Permanente, con 1 División mecanizada a tres Brigadas, 5 Brigadas (Caballería, paracaidista, aerotransportable, legionaria, y cazadores de montaña,) y fuerzas de guarnición de Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla; y Reserva Movilizable (3 Brigadas de Infantería, 1 Brigada de Caballería y unidades de apoyo).

La Doctrina de 1996 introdujo dos importantes novedades: la División y la Brigada dejaron de tener una organización fija, atentando con ello a su personalidad y espíritu; y se cambio la finalidad de combatir con sus medios durante un tiempo limitado de la Brigada por la de actuar en operaciones militares (bélicas y no bélicas) , con lo que la Brigada mejoró sus posibilidades de participar en diversas misiones internacionales pero no su capacidad de combate.

En el año 2006, el Real Decreto de Organización y Despliegue de la Fuerza del Ejército de Tierra anuló la Reserva Movilizable, creó otra Brigada de Infantería ligera, sustituyó la División mecanizada por Fuerzas Pesadas , y transformó la Brigada de cazadores de montaña en Jefatura de tropas de montaña, creando dos nuevas anomalías, la Brigada de Transmisiones, pronto Mando de Transmisiones, y la Brigada de Sanidad.

 La Doctrina de 2011 confirmó los cambios e introdujo la importante novedad de que la Brigada era de composición fija orgánicamente pero no operativamente, lo cual alteró su con­ cepto como Gran Unidad táctica , de combate.

En 2015 el aumento de misiones internacionales y las limitaciones presupuestarias aconsejaron una nueva reconsideración, dando a la Brigada una doble capacidad, la de Gran Unidad de combate y la de actuar en operaciones de combate y de no combate, integrando para ello en su estructura Batallones y Grupos de especialización táctica muy diferentes con el fin de ganar agilidad, flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de proyección, y de operar en cualquier espacio, contra cualquier enemigo y en cualquier modalidad de la acción. Nació así la Brigada Orgánica Polivalente con una manifiesta disminución de su capacidad como Gran Unidad de combate.

El Ejército se estructuró en 8 Brigadas Orgánicas Polivalentes (cuatro con predominio de ruedas y cuatro de cadenas), pero las dificultades de ajuste del proceso hicieron que en 2018, en una especie de intento por recuperar su carácter de Gran Unidad táctica, se redefiniese como sistema de combate integral, considerando tres tipos de Brigada (Pesada, Ligera y Fuerza de Ceuta y Melilla), creándose la División San Marcial (4 Brigadas pesadas) y la División Castillejos (3 Brigadas ligeras), ambas sin NTD , manteniéndose la anomalía de la Brigada de Sanidad y creando otra nueva, la Brigada Logística.

También se consideró la Brigada como unidad de cuenta, al parecer como consecuencia de una desafortunada referencia comparativa con un buque de la Armada cuando, probable­ mente, hubiera sido más acertado y equilibrado hacerlo con unidades tipo Batallón, que también son sistemas de combate integral.

Las dificultades de compaginar su condición de Gran Unidad de combate y la pérdida de su capacidad táctica por integración de unidades de distinta especialización táctica detuvieron el proceso y se abrió el campo de los estudios y experiencias imprescindibles para avanzar, con rigor y solvencia, hacia la solución satisfactoria, Fuerza 35, designándose a la Brigada de la Legión como Brigada Experimental (BRIEX 35), aunque sin determinar los aspectos y cam pos a experimentar.

Lo cierto es que la Brigada Orgánica Polivalente ha fracasado y que la debilitación de la Brigada como Gran Unidad táctica sería un grave desastre en caso de tener que combatir en un plazo de tiempo prudencial, lo que permite, a modo de conclusión, establecer cuatro ideas-fuerza:

1ª.- La guerra tradicional existe, no ha desaparecido, por lo que el Ejército debe mantener su razón de ser, su capacidad de combate, al máximo nivel.

2ª.- No existe, a corto plazo, una amenaza expansiva evidente, tipo soviética, y, en su caso, su aparición se producirá a medio o largo plazo, lo que permite una cierta flexibilidad orgánica durante un plazo de tiempo prudencial.

3ª.- Las misiones militares internacionales continuarán produciéndose y probablemente aumentando, y Es­ paña y su Ejército deben continuar participando.

4ª.- A corto plazo, no cabe esperar un aumento de efectivos del Ejército.

Así pues, la necesaria recuperación de la capacidad de combate de la Brigada como Gran Unidad principal y básica de nuestro Ejército, sugiere las siguientes posibilidades alternativas:

  1. Mantener la Brigada como Gran Unidad táctica, de combate, principal y básica, satisfaciendo los compromisos internacionales con sus medios pero sin alterar su orgánica.
  2. Mantener sólo algunas Brigadas como Grandes Unida des de combate y constituir el resto de la Fuerza como unidades de guarnición, actuando como depósitos principales de Unidades para las misiones internacionales.
  3. Satisfacer las misiones inter­ nacionales de no combate con Agrupaciones tempora-­ les, formadas por Batallones y Grupos de las Brigadas y de la Fuerza de guarnición, bajo el mando de un Coronel o General, pero sin denominación de Brigada.
  4. En todo caso, cambiar los nombres de Brigada Logística y Brigada de Sanidad, aunque sigan mandadas por Generales de Brigada, para preservar el concepto de Brigada para el de Gran Unidad táctica de combate.