ENTREVISTA AL CORONEL DEL E..A. ÁNGEL GÓMEZ DE ÁGREDA
El coronel del Ejército del Aire, experto en ciberseguridad, alerta sobre las amenazas del mundo hiperconectado.
La ciberguerra nos puede parecer algo lejano más propio del argumento de una película de Hollywood que una amenaza real. «Nos debería preocupar porque nos afecta a todos», dice tajante Ángel Gómez de Ágreda, coronel del Ejército del Aire y experto en este campo tras haber sido jefe de cooperación del Mando Conjunto de Ciberdefensa y representante español en el Centro de Excelencia de Cooperación en Ciberseguridad de la OTAN
«La guerra ya no la hacen los militares en el campo de batalla. Ahora se libra una cibercontienda en la que se busca igualmente doblegar la voluntad del adversario, pero mediante una narrativa con la que se intenta modificar la forma que tenemos de ver el mundo, dirigiéndonos como sociedad en una dirección concreta», alerta el coronel, quien reflexiona sobre estas amenazas en el libro Mundo Orwell, manual de supervivencia para un mundo hiperconectado.
«El mayor problema es que el Estado tiene que competir con la empresa para atraer al talento»
Gómez de Ágreda se muestra especialmente preocupado por los intentos de injerencia política en redes sociales. «La desinformación es preocupante. Ya no hablamos solo de noticias falsas, también de los deep fakes, vídeos manipulados con mucha sofisticación que podrían provocar la ruptura de relaciones diplomáticas entre países», apunta.
El analista geopolítico del Ministerio de Defensa, que concedió esta entrevista antes de dar una conferencia en Schiller International University, no duda en afirmar que «Internet es el nuevo campo de batalla». «Vivimos en España, pero también en Google o en Facebook. Los 1 y 0 nos definen tanto como nuestro ADN», opina.
Ahora que se libran pocas guerras en el mundo hay otra forma de batallar en el ciberespacio. «Se produce lo que los chinos llaman la muerte por los mil cortes. Se hacen pequeños cortes: ninguno provoca una reacción, pero después de mil estamos desangrados y somos incapaces de reaccionar. Es una manipulación más sutil», alerta. Y señala tanto a las empresas que atesoran nuestros datos -habla del caso Cambridge Analytica de Facebook- como a los Estados. «Si estos no regulan más el entorno digital es porque también obtienen su beneficio. Los países donde tienen su sede estos gigantes, como Estados Unidos y China, tienen un acceso más fácil a estos datos», señala.
Desde un punto de vista de la ciberdefensa de un país, también señala el riesgo de ataques a infraestructuras críticas. «Hasta ahora, en España hemos visto ataques dirigidos muy puntuales que han paralizado un servicio muy concreto en una zona muy limitada», dice. Eso sí, un ataque a escala que supusiera un apagón digital sería una hecatombe. «Imagina que en una batalla naval no solo pudieras atacar el barco, sino acabar con el mar. Pues en Internet se podría acabar con la infraestructura misma. Si en una guerra nos priváramos del acceso a Internet, el retroceso sería brutal», ilustra.
ESTRATEGIA DE CIBERDEFENSA
Eso sí, opina que «España está muy bien organizada, con una buena estrategia en ciberdefensa», desde que se sentaron las bases con la primera Estrategia Nacional de Ciberseguridad en 2013 y se creó el Consejo Nacional de Ciberseguridad.
«El mayor problema es que hay una gran competencia por el talento. Faltan profesionales y el Estado tiene que competir con empresas privadas en la retención de este talento», señala.
De ahí surgió la idea de contar con ciberreservistas. «No tanto como un cuerpo militar de ciberguerreros, sino una reserva estratégica de talento en ciberseguridad para dar un servicio de defensa y seguridad pública en caso necesario», explica.