Corea del sur: de la ambigüedad a la claridad estratégica. LLANDRES CUESTA, Borja, analista del IEEEC

Las muy opuestas implicaciones en los asuntos de Estado, como la política exterior, la economía, las alianzas militares, máxime en una nacían que todavia el OPCON esta bajo el poder de los EEE.UU, si bien en tiempos de paz, le ha sido cedido al Gobierno coreano pone en evidencia, la necesidad de que los asuntos de Estado sean tratado  por  los principales partidos mayoritarios para que tras el paso de unas elecciones, generalmente muy igualadas (el actual partido que llevó a Yoon Suk-yeol en 2022 al poder, gano la elecciones por 250.000 votos), no produzcan un brusco cambio en el devenir, especialmente en temas de política exterior y alianzas militares.

 

La Republica de Corea del Sur que despegó de la nada, tras la guerra de 1952, convirtiéndose en una  de las naciones mas prosperas de Oriente , ve turbado su desarrollo, por las acciones tomadas por el Partido Democratico, que  cambió las prioridades en estos campos, enfriando las relaciones con EE.UU, abriéndose a la influencia china, despreciando la amenaza del comunista tirano del Norte, etc.. El nuevo Presidente tiene la necesidad de redirigir estas erróneas políticas, y volver a la senda que marcan las alianzas en aquella parte del mundo, con el riesgo de una decadencia de los éxitos económicos del pasado. Una vez más, la falta de patriotismo de ciertos políticos, llevan a sus naciones a la decadencia y una vez más cabe achacarlos a los deseos del Nuevo Orden Mundial (NOM)

 

Corea del sur: de la ambigüedad a la claridad estratégica

 

El contexto político, económico y de seguridad en el noreste de Asia ha sufrido un
constante deterioro en los últimos años, cuyo motivo es la creciente rivalidad estratégica
entre China y los Estados Unidos. Dentro de este marco de inestabilidad Corea del Sur
tiene un papel crítico. La política tradicional de mantener lazos militares con Estados
Unidos y buscar una mayor cooperación económica con China da señales de estar
agotándose. A medida que ese equilibrio entre las dos grandes potencias no pueda
mantenerse, la ambigüedad estratégica deberá ser sustituida por una elección clara del
bloque al que Corea del Sur desea pertenecer.

La rivalidad geoestratégica entre Estados Unidos y China va a marcar el escenario
regional en los próximos años. La época en que Corea del Sur ha podido crecer
económicamente y disfrutar de seguridad en un contexto de estabilidad regional óptimo
está llegando a su fin. La rivalidad entre las dos grandes potencias se está trasladando
a todos los ámbitos y está forzando a los actores a tomar una serie de complejas
decisiones.

Con el Gobierno Yoon, Corea parece haber decidido qué rumbo seguir, aunque, como
hemos visto, existen condicionantes y límites que podrían descarrilar su estrategia. Sea
como fuere, ninguna de las opciones que se le presentan a Corea del Sur está exenta
de riesgos y amenazas para su economía, su autonomía ni su independencia.
Posicionarse de un lado u otro, o incluso no posicionarse, tendrá un coste elevado para
el país, que deberá encontrar la forma de adaptarse a un contexto cada vez más
inestable y peligroso. A pesar de la compleja situación, no hay que olvidar que no es la
primera vez que Corea se ve forzada a elegir entre una potencia establecida y otra
emergente30. Esta experiencia debe ser tenida en cuenta a la hora de valorar las
implicaciones de una elección u otra, sobre todo considerando que la última vez Corea
eligió permanecer del lado de la gran potencia dominante y acabó siendo derrotada por
la potencia emergente.

 

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https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2023/DIEEEO108_2023_BORLLA_Corea.pdf