En estos días que se la enseñanza militar sufre una renovación completa, traemos a colación a un Ingenieros Militar cuyos trabajos sobre la enseñanza en el siglo XVIII se ajusta a los que muchos compañeros nuestros del Arma de Ingenieros (salvando las distancias) quisieran para hoy.
Fue un científico, militar y matemático asturiano. Hijo del médico Tomás de Lucuze, nacio en Avilés, 21 de noviembre de 1692, lugar en el que pasó su infancia y juventud. Estudió Latin en la Villa de Avilés y Humanidades en la Universidad de Oviedo.
En 1710 abandona la carrera de Teología recién iniciada y elige el servicio de las Armas. Perteneció a varios regimientos. Estudió Matemáticas y el Arte de la Guerra, fue admitido en el Real Cuerpo de Ingenieros, con el grado de teniente e Ingeniero extraordinario, el 1 de enero de 1730. Su primer destino fue Guadix(obras para la defensa de Costas).
En 1736 fue nombrado profesor ayudante del director de la Real Academia Militar de Barcelona hasta 1739, en que es nombrado director titular por el ministro de la Guerra José Patiño, lo fue hasta su fallecimiento en 1779. Asciende en 1746 a ingeniero jefe y en 1756 a ingeniero director del Real Cuerpo de Ingenieros.
En 1737 Lucuze finaliza el reglamento para las academias, estableciendo unos estudios de tres años, en cuatro cursos de nueve meses: los dos primeros dedicados a la instrucción militar en general y los dos últimos especializados para instrucción de los oficiales de ingenieros y artillería.
En 1756, desde su cargo de Director General de Artillería e Ingenieros, es nombrado director de la Real Sociedad de Matemáticas (antecesora de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales), fundada por el Conde de Aranda, cargo que tuvo hasta 1758 cuando, dimitido el Conde de Aranda, la academia desapareció. En los dos años de funcionamiento, Lucuze llegó a reunir un total de 1278 volúmenes de obras científicas, muchas de las cuales pasaron a la Academia de Barcelona.
En 1770 fue nombrado Mariscal de campo y, a principios de 1779, poco antes de su muerte, ascendió a Teniente General. Falleció en Barcelona, 20 de noviembre de 1779.
De su obra destacamos:
Discurso o dictamen sobre la anchura de los caminos reales, Barcelona, 1763.
Diccionario castellano; y Diccionario de Forticación, donde se explican sus términos para que pueda venir en conocimiento de sus partes cualquier oficial del Ejército Barcelona 1766
Advertencia para la medida y el cálculo de los desmontes o excavaciones en terrenos irregulares, Barcelona, 1766.
Principios de fortificación que contienen dos definiciones de las obras de plaza y campaña: con una idea de la conducta regularmente observada en el ataque y defensa de las fortalezas, Barcelona, 1772
Disertación sobre las medidas militares que contiene la razón de preferir el uso de las nacionales al de las forasteras, Barcelona, 1773