Antonio García Pérez

Coronel de Infantería

Pocos militares de  principio de siglo XX pueden aportar una obra literaria, especialmente de Arte Militar, de tanta importancia, asimismo su acreditada  trayectoria militar no ha sido justamente reconocida a pesar de contar con un historial  donde su calidad profesional y   valor quedan  ampliamente demostrados, sin otras consideraciones que tener en cuenta.

Nació en  (Camagüey)  Cuba, el 3 de enero de 1874  y falleció en  Córdoba27 de septiembre de 1950 en ese momento era Coronel retirado.

En una lectura rápida de su hoja de servicios, destaca que compartió actividades docentes como los  cometidos de un militar de su época.  Fue Profesor de la Academia de Infantería de Toledo, participo en la guerra de Cuba y Marruecos y ocupó como sus compañeros de profesión destinos en la Península.  Autor de numerosas obras y artículos superan la centena- -la mayoría de carácter militar. An otamos también sus actividades como  impulsor de las bibliotecas del soldado.

En la Universidad de Reno ( Nevada, EEUU,s.) en una de sus publicaciones,  titulada: Irracional Triumf , (Cultural Despair Military Nacionalism and the ideological of Franco´s Spain) (capítulos IV, VI y Epílogo), cuyo autor es Geoffrey Jensen,  -a pesar de su carácter  antifranquista – se reconoce: Que promovido en principio por los escritores españoles Marcelino Meléndez Pelayo y Vázquez Mella entre otros , nace en España un movimiento regeneracionista inspirado en: la Corona,  la religión católica y las gestas heroicas que el pueblo español protagonizó a lo largo de su Historia.  Y continúa: Tras el desastre de Anual, militares de prestigio como Ruiz Fornells, Millán Astray, Burguete y el propio García Pérez –independientemente unos de otros – se sienten llamados a influir en el Ejército Español, orientando sus esfuerzos  en la exaltación de esos mismos principios. Al margen de estereotipos africanistas, nuestro autor transmite con  su  conducta los principios en que cree y se ocupa de   reafirmarlos, no solo en la vida militar, sino en la sociedad de su tiempo.

Sus inquietudes sobre el reciente Protectorado no se conforman con los relatos de la actuación en el área, sino que predican el mejor contacto con aquellos intelectuales arabistas que ayuden al mejor conocimiento de la política a emplear in situ. Esta preocupación la traslada también   a algunos países iberoamericanos, como en  sus obras  relacionadas con Chile y Mejico. Es también importante señalar su interés por las relaciones de milicia y sociedad reflejada en su libro Militarismo y Socialismo.  

 

En ese contexto y el carácter católico-conservador,  de su obra, sin ánimo de controversia, pudo influir en el concepto de nacional-catolicismo de los inicios del gobierno de Gral. Francisco Franco, como opinan  algunos  autores.

A lo largo de su trayectoria vital fue socio y académico de varias instituciones de carácter cultural. Sus numerosos estudios y publicaciones, su calidad literaria y su preocupación por la situación de España y el Ejército a principios de siglo XX, hace que se le considere, uno de los militares intelectuales de su tiempo. Fue socio honorario de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, que reconoció así su labor científica en la divulgación de escritos que trataban sobre asuntos de la República de México. Miembro de la Sociedad Geográfica de Madrid. Académico correspondiente por Toledo en la Real Academia de la Historia, por los numerosos estudios y monografías históricas, biográficas, geográficas, sociales y militares directamente relacionados con la historia y geografía de España, América y África asimismo fue académico correspondiente de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.

Su Ingreso en la AGM y primer destino

Ingresó el 7 de julio de 1891, con diecisiete años, como cadete en la, situada entonces en Toledo.

Una vez disuelta la Academia General continuó sus estudios en la de Infantería, en la misma ciudad, de la que salió promovido a segundo teniente en 1894. Durante los tres años de formación  superó un amplio y variado programa de asignaturas de carácter militar y civil, que le permitieron una sólida base para su formación humana y científica y avivaron sus inquietudes de investigador y escritor

Como segundo teniente, fue  el Regimiento de la Lealtad nº 30, en Burgos su primer destino, en donde  permaneció tan solo ocho meses. En ese tiempo  publica la primera de sus obras, Nomenclatura del fusil Mauser Español, modelo 1893, por la que obtendría una mención honorífica.

Cuba

En marzo de 1895 es  destinado a la Isla de Cuba formando parte del Batallón Peninsular nº 6. El 26 de marzo desembarcó en La Habana y días después se trasladó por mar a Batabanó y Manzanillo, participando en operaciones en el área de  Bayamo y manteniendo varios encuentros con los insurrectos, entre ellos el de Peralejo, en el que una columna de unos 1.500 hombres se enfrentó a 5.000 enemigos, entablándose una dura lucha en la que los componentes de la misma destacaron por su valor. En enero del año siguiente se trasladó a Pinar del Río, donde continuó de operaciones, pasando de aquí en el mes de abril al destacamento de Manzanillo  desde  donde partió en varias ocasiones para efectuar misiones de descubiertas.

En junio fue admitido como alumno en la Escuela Superior de Guerra, lo que supone el traslado a la Península, en agosto obtuvo el empleo de primer teniente y un mes después fue destinado al Regimiento de Saboya nº 6. En premio a su valor en las operaciones en las que intervino en la Isla de Cuba recibiría dos Cruces Rojas al Mérito Militar. Cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo, por la acción del Cacao y Cruz de 1ª clase de Mérito Militar con distintivo rojo, por los servicios prestados en la línea militar de Mariel a Majano.

En la Península

En octubre de 1899 alcanzó el empleo de capitán. En agosto de 1902 finalizó sus estudios de la Escuela de Guerra y tras  las prácticas reglamentarias y se le concede el diploma de Estado Mayor.

Destinado al Regimiento de Reserva de Ramales nº 73, en Córdoba, en 1904 obtuvo premios en los Juegos Florales de Sevilla y Córdoba y un año después fue premiado en los Certámenes Marianos de Sevilla y Zaragoza, con idéntico resultado.

Profesor en la Academia

En agosto de 1905 es destinado a la Academia de Infantería de Toledo,  como profesor en comisión de servicio, , en los que impartirá clase de numerosas asignaturas, entre ellas la de árabe. En diciembre pasó a formar parte de la plantilla de la Academia, en la que alternará su labor docente con la actividad literaria, reconocidas ambas en numerosas ocasiones con medallas y premios. El profesorado lo desempeñará durante siete años.   En mayo de 1908 fue nombrado auxiliar de la dirección del recién creado Museo de Infantería.

Marruecos

Tras su ascenso a comandante, en septiembre de 1913 fue destinado al Regimiento de Castilla nº 16, en el que se le comisionó para que investigase en archivos el historial del Cuerpo. En mayo de 1914 tras su paso por el  Cuadro para Eventualidades del Servicio en Ceuta, se incorpora al Regimiento de Infantería de Borbón nº 17 y posteriormente en Tetuán, donde quedó prestando el servicio de campaña y ejerciendo de  inspector de las Academias y Escuelas del Regimiento.

En septiembre de 1915 fue destacado al mando de la posición del Campamento del Hayar, en el que prestó ayuda  humanitaria durante la epidemia de peste bubónica que se declaró en él y que obligó a abandonar el campamento y posteriormente a incendiarlo. Trasladado al de Smir, en diciembre se hizo cargo del mando del Batallón, contribuyendo a rechazar una agresión del enemigo en  Monte Negrón.

A comienzos de 1916 se trasladó al campamento general de Dar Riffien y seguidamente al cuartel del Serrallo en Ceuta. Durante su estancia en Marruecos es recompensado con la  Cruz de 2ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo, por los méritos contraídos en los hechos de armas realizados en la zona de Ceuta entre mayo de 1915 y  junio de 1916.

Aunque  el coronel García Pérez  no  se encuentra entre los llamados militares africanistas en sentido estricto, no obstante  su estancia en aquellas tierras le  marcó su vida como  a todos aquellos que desarrollaron su carrera en la primera mitad del siglo XX. Marruecos influirá en sus escritos, dejando una profunda impronta en su extensa obra. Entre los trabajos históricos destacan, por su minuciosidad y emoción, los que evocan y rinden homenaje a compañeros militares y antiguos alumnos caídos en el campo de batalla en tierras africanas. En este sentido, sus obras: Heroicos infantes en Marruecos y Heroicos Artilleros, constituyen un canto al soldado combatiente.

De Nuevo  en la Península

Comienza la parte más definitiva de la vida militar de nuestro protagonista.  En abril de 1916 a junio de1917 embarcó hacia Málaga, permaneciendo en esta plaza hasta que en julio se trasladó con su Batallón a Asturias con motivo de la huelga ferroviaria, regresando a Málaga y de allí a su campamento de Antequera, como jefe instructor de reclutas. Y más tarde ya  en Madrid es nombrado ayudante de campo del general Álvarez Rivas, jefe de la 2ª Brigada de Infantería de la 1ª División.

A principio de 1919, fue promovido al empleo de teniente coronel y destinado al Regimiento de Tarragona nº 78, en Gijón, asignándosele el mando del 1.er Batallón y  nombrado presidente de las Conferencias de Capitanes del Regimiento. Durante su estancia en esta unidad puso de manifiesto su interés por mejorar la formación dentro del cuartel creando la biblioteca del soldado, al igual que haría  en marzo de 1921 al incorporarse al Regimiento de Extremadura nº 15, en Algeciras. La importancia de esta iniciativa, realizada sin ayuda oficial, haría que se anotase en su Hoja de Servicios el reconocimiento de que había sido el creador de ambas bibliotecas, por lo  que es nombrado en 1922 comendador de la Orden Civil de Alfonso XII. A mediados de 1921 fue destinado a prestar sus servicios en el Estado Mayor Central. En 1924 por su conducta intachable, se le concede la Placa de la Orden de San Hermenegildo

Con la llegada de Primo de Rivera al gobierno de España, se hizo cargo de la Secretaría General del Estado Mayor Central.  Sus inquietudes de soldado  y su formación literaria dan lugar a   varias de sus  obras, donde se  expone su pensamiento, como las tituladas: Patria,  Sus Conceptos españoles de  Moral Militar, Bandera Rojo y Gualda, Realeza y juventud. En enero de 1925 es designado ponente para la redacción del Código de Moral Militar.  Tras la disolución del Estado Mayor Central, pasó a servir en la Dirección General de Preparación de Campaña.

Al ascender a coronel, en diciembre de 1928, se le confió el mando del Regimiento de Segovia nº 75, de guarnición en Cáceres, al tiempo que desempeñó el cargo de gobernador militar de la misma provincia. Será en este destino en el que desarrolle una extensa labor para mejorar las condiciones de vida del soldado dentro del cuartel y un acercamiento por parte del Regimiento a la población civil; la creación del Museo del Regimiento y de su Biblioteca serán un ejemplo de ello.

Toda esta labor se verá interrumpida por un tribunal de honor que tuvo lugar en Valladolid en octubre de 1930 en el que tras una larga lista de acusaciones  -es necesario precisar la división existente en esos momentos entre oficiales en las guarniciones, junteros y africanistas,  por motivos políticos y profesionales-  y sin opción a defensa, es  separado del servicio, causando baja en el Ejército. Iniciado un proceso de reclamación en los últimos meses de reinado de Alfonso XIII, intentará durante la II República que se revise su causa y que fuera  restituido al servicio activo en  su empleo de coronel, sin conseguirlo.

Guerra Civil

El estallido de la Guerra Civil le sorprendió en Madrid en situación de retirado. Según el mismo escribió en un artículo del diario Azul de Córdoba, fue interrogado en presencia de su sobrino Luis Martínez-Simancas García y posteriormente encarcelado en la checa de Porlier en noviembre de 1936, acusado de no defender la causa de la República, pero su detención fue breve, pues fue liberado en el mes de marzo de 1937.

Postguerra

A partir de 1940 residió en   la ciudad de Córdoba donde prosiguió con su actividad literaria y colaboró en diferentes revistas militares.  En definitiva su trayectoria militar y humana   debe ser recogida en los anales militares como muy notable. El Ejército de Tierra le debe un reconocimiento por su aportación valiosa al Arte Militar.

Nota del Autor:

El autor de esta reseña, Cor Infª DEM. Pedro Ramírez Verdún, fue  el último Gobernador Militar de Cáceres y su Provincia desde mayo 1993 a mayo de 1995 y  Jefe del CIR Centro. Heredero de la Trayectoria cívico – militar en Cáceres de los  Regimientos Segovia y Argel.