La bandera de las Siervas de María volvió a recibir al Juan Sebastián Elcano a su llegada a Puerto Rico
Cumplieron así una tradición que arrastran desde hace 124 años cada vez que llega un barco español
Volvió a ocurrir, como lo hace desde hace casi un siglo y cuarto cada vez que un barco español entra en el puerto de San Juan de Puerto Rico. El pasado 6 de mayo el buque escuela Juan Sebastián Elcano de la Armada Española fue recibido con una hermosa bandera española con la que las monjas de la congregación de las Siervas de María saludan a todos los barcos españoles. Y el Juan Sebastián Elcano no iba a ser menos.
La Guerra de Cuba
Más allá del gesto patriótico, detrás de ese acto, de ese simple saludo, se esconde un gesto tan heroico como hermoso. El que protagonizó un marino del barco mercante Antonio López un 16 de julio de 1898.
En plena Guerra de Cuba, el mercante Antonio López trataba de hacer llegar, a través de Puerto Rico, armamento y víveres a las tropas españolas que luchaban por mantener la colonia. Pero fue detectado por los barcos estadounidenses y lo bombardearon con empeño.
Aquel 16 de julio, un marinero de este barco, cuyo nombre se desconoce, llegó malherido a la Playa de Socorro, en la entrada de la capital costarricense, con la bandera española del Antonio López atada a su cintura. Haciendo bueno el nombre de la playa, un paisano, de orígenes gallegos, se acercó para tratar de ayudar a este marino que malherido, agonizaba. Lo justo le dio tiempo a entregarle la enseña bajo la promesa de que nunca llegara a manos del enemigo.
La galería del hospital
El buen hombre samaritano se llamaba Rocaforte y guardó bajo su custodia aquella bandera durante años con el firme propósito de mantener su promesa. Hasta que un día recordó que en la bocana del puerto, desde la galería de un imponente hospital blanco, las Siervas de María, una monjas españolas que apenas hacía un año que habían llegado al país, salían a saludar con sus pañuelos a todos los barcos españoles que atracaban o partían de San Juan de Puerto Rico. También los barcos adquirieron la costumbre de responder con tres toques de bocina al saludo de las hermanas.
Así que Rocaforte encomendó tan insigne bandera a las hermanas. Y ellas respondieron a la confianza otorgada cambiando los pañuelos por la magnífica bandera española del Antonio López. E instituyeron el saludo como una tradición. Y la tradición se mantiene desde entonces, desde hace 124 años, cada vez que un barco español entra en San Juan de Puerto Rico, recibe el saludo de las Siervas de María. Y la tradición se mantiene aunque en el hospital ya solo queden cuatro españolas de las 27 monjas que cuidan de los pacientes. Y el Juan Sebastián Elcano no iba a ser menos.