El Alférez de Navío, r Diego Quevedo Carmona, asociado de AEME, publica en Nuevo Diario de Cartagena, en la sección “Culturilla Naval” este relato:
Desde que en el último cuarto del siglo XIX la Armada española adoptara el uso del torpedo como arma para dotar a sus buques de superficie y submarinos, hasta el día de hoy, muchos y muy variados han sido los tipos usados, dependiendo de qué unidad los portase y el uso al que iría destinado en el momento de ser lanzado. Así, desde los torpedos automóviles tipo “Schawartzkopff” o “Whitehead” que serían los primeros en ser usados por nuestros torpederos, hasta los modernos F17 filoguiados que lanzan nuestros submarinos clase “Galerna” o los más modernos aún del tipo DM2A4 que lanzarán los S80 Plus, la Armada española ha usado diversos tipos de torpedos dependiendo de una serie de factores. Pero entre toda esa amplia gama de torpedos, hubo uno muy singular del que solo tuvimos una unidad, que hoy se conserva en un museo italiano. La historia es la siguiente:
Durante la II GM, uno de los submarinos de la “Regia Marina italiana”, el “Sciré”, fue especialmente habilitado para poder transportar torpedos humanos. Estos, estaban tripulados por dos hombres, y habían sido específicamente diseñados para dar “golpes de mano” contra las instalaciones enemigas, llegando a alcanzar notables éxitos durante el transcurso de la contienda. En el argot naval serían conocidos como SLC (abreviatura de Siluro a Lenta Corsa, o Torpedo de Marcha Lenta), y también como “maiale” (cerdito) siendo los responsables de su uso la célebre “Flotigglia MAS” DE LA Regia Marina. En la madrugada del 30 de Octubre de 1940, desde la bahía de Algeciras, se lanzaría por parte italiana un ataque con 3 de esos torpedos contra los buques británicos atracados en Gibraltar, operación que resultaría fallida por averías, casualmente, en los 3 artilugios. Cuando eso sucedió, los propios tripulantes italianos intentaron hundirlos, consiguiendo su propósito sólo en 2 de ellos, pero hubo un tercero, al que también le falló el sistema de válvulas de inundación. Este último torpedo, en el momento de la acción estaba tripulado por el Oficial Tesei y el suboficial buzo Alcide Pedretti, que terminaron abandonándolo a su suerte, alcanzando ambos la costa a nado, costa que también alcanzaría poco después el propio torpedo tras, una vez a la deriva, quedar varado en la plaza de La Línea de la Concepción por la acción del viento y las mareas. A la mañana siguiente, tras ser descubierto por la Guardia Civil, estos dieron aviso a la Armada, que mandó personal para hacerse cargo el mismo, quienes lo trasladarían en un primer momento al Arsenal de La Carraca para su estudio, y posteriormente a la Escuela de Buceo de la Armada, en Cartagena, dado que se consideró que dicho torpedo, de ser posible utilizarlo, debía serlo por parte de buceadores. Así, durante varios lustros permaneció como pieza de museo en la citada Escuela de Buzos, ubicada entonces en el Arsenal de Cartagena, dentro de las instalaciones de la Base de Submarinos, siendo posteriormente trasladado a las flamantes instalaciones del Centro de Buceo de la Armada, en la Estación Naval de La Algameca, y que vinieron a sustituir a las primitivas ubicadas en el Arsenal. Durante muchos años, sólo se tiene constancia de que fuese mostrado el público en una ocasión, hecho que ocurriría en la I de las tres Semanas Navales que tendrían lugar en España, concretamente en la de Barcelona, llegando a la Ciudad Condal estibado en la toldilla del Buque de Salvamento “Poseidón”. Corría el verano de 1966. A la finalización de aquellos actos, donde sería una de las “estrellas” por aquello de ser una pieza única y desconocida para el gran público, volvería de nuevo a Cartagena, donde seguiría haciendo funciones simplemente ornamentales. Pasados unos años, este torpedo que había pertenecido en su día a la Armada italiana, llamó la atención a los miembros de una comisión de la citada Armada, que se había desplazado hasta Cartagena con motivo de unas maniobras conjuntas. Al término de las mismas, este personal elevó un informe a sus superiores causando grata sorpresa porque al parecer desconocían la existencia del mismo. Llegada la petición desde Italia al Cuartel General de la Armada en Madrid, finalmente se accedió a entregárselo a los italianos, a quienes realmente se les vendió por el precio simbólico de una peseta. Estos, tras recibir semejante reliquia con los brazos abiertos, acometieron los debidos y necesarios trabajos de restauración como pieza de museo que ya era, y sólo unos meses después quedó listo para su pública exhibición, formando hoy parte del Patrimonio museístico naval de la Regia Marina, y encontrándose expuesto al público en el coqueto Museo del “Comando Raggruppamento Subacquei ed Incursori” que lleva el nombre de “Teseo Tesi”, precisamente el oficial que lo tripulaba en el momento de ser abandonado, ubicado en Varignano (La Spezia”). |
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