Una guerra de desgaste en Ucrania. General Argumosa Pila

El General  Argumosa Pila Presidente de la Asociación Española de Militares Escritores explica, en la Tribuna del diario EL MUNDO, cómo se ha desarrollado desde la invasión rusa del territorio ucraniano la contienda y subraya que desde el prisma geopolítico las repercusiones han sido muy contrarias a los intereses de Moscú
El resultado de esta guerra se juega en el Donbás; el actor que alcance antes su objetivo disfrutará de una ventaja vital

 

En muchos medios de comunicación estos últimos días se está poniendo en cuestión la ayuda de los países occidentales a Ucrania en material y armamento, haciéndose eco de las palabras de autoridades rusas acerca del peligro que supone proporcionar armas al país invadido, incluidas las de largo alcance, como el sistema de lanzacohetes Himars que ha anunciado Estados Unidos, ya que supone un riesgo de choque directo entre Moscú y Washington. Incluso algunos medios proponen que Zelenski entregue a Rusia algunos territorios ucranianos con el fin de que se acabe la contienda.

Parece que muchos actores se han olvidado de que la invasión de Ucrania la inició Rusia, atentando contra el Derecho internacional, contra los acuerdos de Helsinki y contra el Memorándum de Budapest del año 1994 en el que el Reino Unido, Estados Unidos y Rusia se comprometieron a garantizar la seguridad de Ucrania a cambio de que se deshiciera del armamento nuclear desplegado en su territorio cuando el país pertenecía a la antigua Unión Soviética.

Cuando ya se han superado los 100 días desde el inicio de la guerra el 24 de febrero, se puede realizar un análisis preliminar de su desarrollo, basado fundamentalmente en fuentes occidentales a falta de un conocimiento exhaustivo, más profundo y completo del que se podrá disponer cuando finalice la contienda. Afrontemos dicho análisis desde cuatro puntos de vista independientes pero complementarios: consecuencias geopolíticas, evolución de estrategia militar, situación actual en el teatro de la guerra y escenarios de futuro.

Desde el prisma geopolítico, las repercusiones han sido tremendamente contrarias a los intereses de Moscú. Desde el rechazo a la invasión de Ucrania de 141 países en la Asamblea General de Naciones Unidas de un total de 193 hasta su expulsión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU por parte 93 de países, la comunidad internacional ha castigado duramente al régimen de Putin. A esto se añade la luz verde para el ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN que se acaba de dar en la cumbre de Madrid, el triunfo de la geoestrategia de la Alianza especialmente en el refuerzo de la defensa de los países bálticos y el aumento de la frontera rusa con la OTAN, con lo que implica en costes por el incremento de su despliegue militar.

En la evolución de la estrategia militar, se considera que han existido tres fases. La primera se contempla desde el 24 de febrero hasta el 25 de marzo cuando Rusia cambió de estrategia ante el fracaso para la toma de Kiev y se centró la ofensiva en el Donbás. Se realizaron cuatro ejes de penetración, dos principales y dos secundarios. Uno primero, donde se materializaba el esfuerzo principal, avanzando de norte a sur, consistía en dirigirse hacia Kiev para tomar dicha capital con el fin de apoderarse del Gobierno ucraniano y de las instituciones políticas del país. De esa forma, se podía establecer un Ejecutivo títere que actuaría bajo la tutela de Moscú. Este eje operacional se hizo desde territorio de Bielorrusia.

El segundo eje, complementario del anterior, dirigido de este a oeste, realizado desde territorio ruso, pretendía conquistar Jarkov y profundizar hasta el sur de Kiev al objeto de completar el cerco de la ciudad y facilitar su conquista.

El tercer eje de penetración, también orientado de este a oeste, trataba y aún trata de ocupar y dominar plenamente las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk que comprenden la zona del Donbás, en toda su extensión, partiendo de un tercio del territorio de dichas regiones que ya estaba en manos de los rebeldes orientales ucranianos desde el año 2014.

Por último, el cuarto eje, secundario respecto al anterior, pretendía conquistar el corredor terrestre existente entre la zona del Donbás y Crimea, en dirección oeste, que corre paralelo al mar de Azov, con el propósito de unir por tierra el Donbás con la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en el año 2014.

El 25 de marzo, Rusia consideró que había fracasado en los dos ejes del norte, especialmente en la conquista de la capital, Kiev. Así que los abandonó y decidió centrarse en el tercer eje para conquistar el Donbás utilizando el cuarto eje como complementario, comenzando así la segunda fase.

En ésta, concentró sus esfuerzos en el Donbás y en la conquista del corredor citado. Después de una compleja y amplia reorganización operativa a lo largo de dos meses, las fuerzas rusas consiguieron que la ciudad de Mariúpol se rindiera el 20 de mayo, completando así el dominio del Rusia sobre el corredor que une el Donbás con Crimea. Se inició ahí la tercera fase en la que estamos actualmente inmersos.

La conquista de Mariúpol no solo fue la primera gran victoria militar de Rusia en la guerra de Ucrania sino que también, desde el punto de vista estratégico, ha supuesto el pleno dominio del corredor entre el Donbás y Crimea, lo que permite a Moscú abastecer y conectar por vía terrestre con Crimea a la vez que quita a Ucrania la salida al mar de Azov con las negativas implicaciones políticas, estratégicas y económicas que ello supone para Kiev.

En cuanto a la situación actual, en el teatro de la guerra es preciso resaltar que la conquista rusa de la ciudad de Severodonetsk aún no se ha completado. De momento, el 20% del territorio ucraniano unos 125.000 kilómetros cuadrados está ocupado por las fuerzas rusas. Y es verdad que el régimen de Putin está ganando terreno en el Donbás, pero también es cierto que las fuerzas ucranianas están realizando contraataques, siguiendo la doctrina de la defensa móvil, recuperando terreno y desplegando, de nuevo, en sus posiciones defensivas.

LA BATALLA en el Donbás está siendo muy cruel y sangrienta. Las fuerzas ucranianas desplegadas en las diferentes posiciones defensivas son las más experimentadas, con una fuerza de voluntad y moral inquebrantables en tanto que las fuerzas rusas que participan en esta ofensiva tienen una baja moral, menos experiencia de combate, con muchas deserciones y, en su mayor parte, están compuestas por jóvenes procedentes de reclutamiento y de reemplazo con escasa formación de combatientes. Es lo que se llama una guerra de desgaste.

Mientras que en la región de Jarkov las fuerzas ucranianas han efectuado contraataques y han recuperado parte del territorio llegando cerca de la frontera ruso-ucraniana, e incluso intentan destruir la cadena logística rusa que procedente de Belgorod apoya a las fuerzas rusas desplegadas en el Donbás, en la región de Jarsón los contraataques ucranianos están recuperando territorio ocupado por las fuerzas rusas al mismo tiempo que impiden el control y adoctrinamiento de la población.

En relación con los escenarios de futuro, se pueden establecer estos cuatro: a) un acuerdo entre Rusia y Ucrania; b) un pacto entre Rusia, por un lado, y la OTAN y la UE, por otro, en el marco de la OSCE, c) una negociación entre Estados Unidos y Rusia; y d) una escalada nuclear al verse Rusia acorralada. Los dos escenarios más probables son el b y el c. Y de estos dos, por lógica geopolítica y estratégica, el escenario c es el que tiene más posibilidades de realizarse.

En el momento actual, el resultado de esta guerra se juega en el Donbás y está muy condicionado por dos objetivos claves. Por un lado, la rapidez con que Occidente proporcione el apoyo en armamento moderno a Ucrania. Por otro, la posibilidad de Rusia para adquirir en tiempo oportuno la potencia de combate necesaria para realizar la ofensiva en el Donbás con unas fuerzas militares muy desgastadas y con graves problemas de personal. El actor que alcance antes su objetivo disfrutará de una vital ventaja estratégica.

Jesús Argumosa Pila es general de División en la Reserva y ha sido jefe de la Escuela de Altos Estudios de la Defensa. Presidente de la Asociacion Española de Militares Escritores. Director de la Catedra de Estrategia del Instituto Europeo de Estudios Internacionales

Fuente:

http://quiosco.elmundo.orbyt.es/epaper/viewer.aspx?publication=El%20Mundo&date=01_07_2022&tpuid=10174#page/26