El numero 124 de la revista MILITARES, publica un “apunte” sobre tema tan trascendental como la Cultura de la Seguridad Nacional, aportando experiencias del autor, Coronel del E.A.,r Angel León Diaz Balmori, asociado de AEME y Vocal de Medios de la Junta Directiva, en el campo de la nula cooperación de los gobiernos de algunos órganos de las administraciones autonómicas y locales.
UN APUNTE SOBRE EL PLAN INTEGRAL DE CULTURA DE LA SEGURIDAD NACIONAL
En un Podcast del Consejo de Seguridad Nacional (1) un Vocal Asesor del Departamento, responsable del Proyecto, coronel del ET Jesus Diez Alcalde, realiza un exhaustivo relato del contenido del Plan Integral de Cultura de la Seguridad Nacional, aprobado por el Consejo de Ministros en la reunión del 25 de mayo de 2121, y que fue publicada como Orden del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática núm. 575/202, de 8 de junio, BOE núm. 138, de 10 de junio.
Asimismo, realiza una minuciosa descripción del proceso de elaboración en el que han participado:
- 23 ministerios de la IV Legislatura
- Secretaría de Estado de Comunicación
- Centro Nacional de Inteligencia
- 15 Comunidades autónomas y 2 Ciudades autónomas
- Conferencias sectoriales
- Grupos de expertos en los ámbitos de:
- Comunicación
- Académico
- Empresas
Este Plan es consecuencia del mandato y desarrollo de la Ley 36/2015, de 28 de septiembre, de la que se dedujo la estrategia de Seguridad Nacional 2017, aprobada por R.D. 1008/2017, de 1º de diciembre.
Es decir, este Plan nace seis años después del mandato de la Ley y cuatro años después de formularse la estrategia para redactarlo, lo que da a entender que “el disfrute de la libertad, la justicia, el bienestar, el progreso y los derechos de los ciudadanos”, como así define la Ley, lo que debe atender a la Seguridad Nacional, no `parece haber sido una prioridad inmediata del gobierno.
La cortesía con la emisora que realiza la entrevista del podcast y el compañerismo hacia el Ponente, Vocal Asesor del Consejo de Seguridad, me obligaron a escuchar hasta el final la exposición, máxime contando con que, el entusiasmo del Ponente era fruto de un laborioso trabajo de su parcela en el organismo que dirige un reputado General del ET, y que me consta que han empeñado todo su esfuerzo en su redacción, como ocurre con cualquier tarea que se encomiende a oficiales profesionales de nuestras Fuerzas Armadas.
Este Plan, como ya he comentado afecta a todos los ámbitos de la sociedad (adjetivada de civil en el Plan, novedad lingüística, ya que la define el RAE como: La sociedad civil es una figura privada en la que dos o más personas se obligan a poner en común recursos con el ánimo de repartirse entre sí los posibles gananciales. Que sepamos en nuestra sociedad, de momento, no hay animo de reparto).
Asi como a otros ámbitos como, organizaciones profesionales, organizaciones políticas, muy especialmente en las áreas de: educación, administración pública, exteriores, ciudadanía, etc. Para ello, en el futuro próximo, se estudiará la implantación de unos órganos de trabajo, en los que, se agruparan en una Comisión Mixta todos los participantes antes señalados y un Grupo Interministerial, además del Foro Integral de Cultura de la Seguridad Nacional.
Si el lector ha sido capaz de memorizar los más de 120 colaboradores para llegar a algún fin este Plan, le invito a que se lea las 11 páginas de la Ley, las 68 páginas de la Estrategia y las 11 del Plan Integral de Cultura, y si tras ello llega a la conclusión que al fin los españoles se van a involucrar en tema tan serio como la Seguridad Nacional, debo felicitarles como ganadores del título del “optimista del año”.
Mi experiencia, me ha dado motivo para escribir estos apuntes, basada en muchos años de trabajo en el Sistema Nacional de Crisis, en los que estos temas eran prioritarios y pese a ello, con todo el apoyo gubernamental, cualquiera que fuera su color político no consiguieron sus frutos, me hace ser muy negativo en cuanto al buen fin de estos trabajos y voy a explicar la razón de ello.
Para entender, mis argumentos, hemos de retrotraernos a una Sala que existe en el Restaurante Jose Luis, próxima al Estadio del Real Madrid, en la que he compartido almuerzo con personalidades nacionales y extranjeras, y en las que he asistido atónico, a como se les explicaba la leyenda de una placa de plata en la que
están grabadas las firmas de unos políticos que se han dado en llamar “los padres de la Constitución”. ¡Como es posible que estos señores no dedicaran algunas horas de sus muchos almuerzos a leer y comentar la historia reciente de España, e incluso una versión tan fiable como el Diario de Sesiones del Congreso!
La desintegración que la llamada “Transición”, reflejada en la Constitución, consiguió deshacer la unidad de las tierras españolas que tanto esfuerzo había costado a nuestros antepasados de muchas generaciones, pero sin necesidad de remontarse en el tiempo, hubiera bastado con repasar los relatos de los años 1931-1936. Con el descubrimiento de la “España de las nacionalidades”, estos señores políticos encontraron la vía para colocar a sus seguidores en múltiples chiringuitos, que es en lo que la debilidad del gobierno nacional convirtió a unas Comunidades Autónomas que con el tiempo, eran lo mas parecido a lo que en la historia se define como “Reinos de Taifas.”
Y ahora voy a explicar, mis razones para que se comprenda el párrafo anterior. El Sistema Nacional de Crisis, precursor del actual, nació en paralelo con la Ley Orgánica 6/1980, en cuyo articulo 2 se decía: La defensa nacional es la disposición, integración y acción coordinada de todas las energías y fuerzas morales y materiales de la Nación, ante cualquier forma de agresión, debiendo todos los españoles participar en el logro de tal fin. Tiene por finalidad garantizar de modo permanente la unidad, soberanía e independencia de España, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional, protegiendo la vida de la población y los intereses de la Patria, en el marco de lo dispuesto en el artículo 97 de la Constitución.
De la necesidad de realizar la “acción coordinada”, nace el Sistema Nacional de Crisis, que pasa a depender directamente del Secretario de Estado, Director del gabinete del Presidente y que tiene como órgano principal de trabajo, nada menos que al DIGENPOL. Es evidente el apoyo pleno del gobierno a esta organización. La entrada de España en la OTAN poco tiempo después de que el partido en el poder hiciera campaña con “OTAN, de entrada NO”, y como ya estamos acostumbrado a sus promesas electorales, fue “OTAN, de entrada SI”, y para atenuarlo el gobierno decidió que no participara España en las actividades del Comité Militar, y como contrapartida que España participara en todos los organismos del Estado Mayor Internacional, especialmente en el Senior Civil Emergency Planning Committe,(SCEPC) que desarrollaba el Sistema de Crisis de la Alianza, a cuya semejanza se había implantado el de España, y posteriormente lo hizo la UE y algunos países del “partenariado” al adherirse a la Alianza.
No puedo dejar de mencionar en estos trabajos al que fuera DIGENPOL, teniente general Francisco Veguillas Elices, que un 30 de mayo de 1994, fue asesinado por la ETA en la Plaza de Ramales, junto a su chofer y escoltas, alma del Sistema de Crisis, para cuya organización visitó los principales Sistemas de los países OTAN, recogiendo lo mejor de cada uno de ellos, lo que significó que España tuviera el más completo y moderno sistema que años después fue adoptado por la UE, por Hungría, por Chequia y por Polonia.
Como consecuencia de esta adhesión al SCEPC y a sus nueve Comités de Planeamiento de Recursos Civiles, el Sistema español adoptó igual estructura, creando el Comité Nacional de Planes Civiles de Emergencia al mas alto nivel y nueve Comités Sectoriales presididos por directores generales de los departamentos, generalmente los directores del Gabinete del Ministro. Y, en teoría, ya puede el Sistema empezar a planificar los recursos “no militares” de la nación. Ante la presión de Presidencia, se constituyen estos Comités con representantes de los sectores, tanto públicos como oficiales y se comienza a cumplimentar los cuestionarios anuales que solicita el SCEPC.
Y empezamos la singladura, y la significación del acuerdo entre almuerzos de los “padres” de la Constitución. El gobierno, empieza a tener presiones de las autoridades de las Comunidades Autónomas y se empiezan a transferir competencias, sin la más mínima reserva de control nacional sobre ellas, y los presidentes de nuestros Comités sectoriales, descubren que no tiene nada que ofrecer, salvo hacer de puente con los responsables en los distintos “reinos de taifas”, que muy orgullosos de su proceder se hacen fuertes y no proporcionan detalles de sus infraestructuras y capacidades, porque aspiran a ser ellos los que tengan la representación en el SCEPC.
Se elaboran planes de gran envergadura, que inciden en las infraestructuras y capacidades de varias CC.AA, como el Plan del Paso del Estrecho, Planes ante Huelga de servicios esenciales, Planes puntuales como la catástrofe en las Minas de Rio Tinto, el plan del Efecto 2000 al cambio de siglo, etc. Bajo la presidencia del Sr. Álvarez Cascos, el más autoritario de los vicepresidentes habidos, se convocan Comités de Apoyo a nivel Consejerías autonómicas y Altas autoridades ministeriales sin que la cooperación sea efectiva. Puedo citar, casos concretos, graves, como los trabajos sobre el planeamiento del cambio de siglo, para el que se pronosticaban grandes incidentes, ya que los chips de los procesadores solo estaban activados hasta el 31 de diciembre de 1999, y todas las naciones activaron sus Sistemas de Crisis, para resolver este caos. En España se activó diez meses antes de la fecha, se coordinaron mas de diez mil decisiones, y unos días antes del cambio de siglo, se desconocían las acciones en la Comunidad Vasca y Catalana. Se recurrió a los Servicios de Inteligencia del Estado, para tener noticia de las acciones que se habían tomado en estos territorios.
En relación con la participación tanto de OTAN como de la U.E, en temas tan importantes como evacuaciones de ciudadanos de la UE en países fuera de la Unión, o catástrofes producidas por el hombre o la naturaleza, los que hemos participado en su planeamiento, no hemos tenido información ni colaboración de los responsables de las CC.AA, que son los poseedores de los recursos. Como hubiera sido incomprensible para nuestros aliados, la confesión del hecho, nuestros representantes una y otra vez, han tenido que “inventarse” unos catálogos para incorporarlos a los Planes de Acción que se ejercitaban en estos ejercicios.
La noche del cambio de siglo, el que esto escribe, tomó las uvas al pie de su trabajo en el puesto de mando del Sistema enlazado con todas las Delegaciones del Gobierno y Secretarios de Estado de los ministerios, comprobando con alboroza que salvo mínimos incidentes las acciones tomadas habían sido eficaces y la misión se había cumplido pese a la nula cooperación de las CC.AA mencionadas.
En materia de Enseñanza, son muchos los esfuerzos realizados con poco o ningún éxito, ya en 2007, la Asociación de Diplomados en Altos estudios de la Defensa Nacional (ADALEDE), elaboró por encargo del Ministerio de Defensa un Manual de apoyo sobre temas de enseñanza de seguridad y defensa, del que solo se distribuyeron 22.000 ejemplares, ya que el Ministerio de Educación no consiguió que las Consejerías de las CC.AA. introdujeran estos conceptos en los currículos de los distintos cursos y enseñanzas. En este sentido, recientemente en 2018, la ministra de Defensa Sra. Carpedal firmó, en presencia de las cámaras de TV y la mayoría de los medios un Convenio con el Ministerio de Educación, para incluir los conceptos de seguridad y defensa y valores nacionales en los currículos de forma obligatoria en los dos primeros niveles de enseñanza. Fracaso total, las Consejerías de uno u otro color político, alegaron falta de horas para modificar los currículos, teniendo la ministra Cospedal que firmar convenios con asociaciones educativas privadas, en un intento de difundir la Cultura de Seguridad y Defensa.
La causa, de esta imposibilidad de modificar los currículos de las distintas CC.AA, es la transferencia de las competencias en la materia sin haber tomado la precaución de reservarse una cierta autoridad sobre ellas. Es caso similar con las enseñanzas de historia, con las enseñanzas propuestas por la agenda 2030, el gobierno de la nación ha perdido toda autoridad en los sectores y materias que han de ser necesariamente objeto de control.
La participación en los órganos correspondientes de la UE y de OTAN, obligan a rellenar unos cuestionarios anuales, para conocer el estado de los sectores que son imprescindibles para valorar el estado de prevención y nivel de recursos de las naciones, y estos datos, con demasiada frecuencia, han de ser calculados a estima por nuestros representantes nacionales en los citados organismos que los precisan para planificar ejercicios de entrenamiento y planes de contingencia.
Seria objeto de un largo trabajo, detallar las experiencias que ha tenido el autor, pero esta pincelada que ha expuesto, quieren ser una llamada de atención al excesivo optimismo de los miembros del Consejo de Seguridad Nacional, para recordarles, que las alegrías de la “Transición”, palabra que tienen a diario en su boca numerosos políticos, en el terreno de la organización del Reino de España ha sido catastrófica, el desmoronamiento de la Unidad nacional, en lo que llamo “reinos de Taifas”, y la transferencia sin limites de los poderes del Estado, en temas tan importantes como la educación, la justicia, la sanidad y hasta el Orden Público, como la practica ha demostrado, llega hasta tratar de conseguir la independencia., dividiendo a los españoles en esos territorios, y abocándolos a una guerra civil.
Deseo que las buenas intenciones del Consejo de Seguridad Nacional puedan fructificar, en los conceptos que postulan, pero me temo, que mientras no se promulgue una Ley Orgánica que regule avocar las transferencias del control de los sectores y recursos indispensables para que el Gobierno del Reino de España puede realizar una cosa tan simple como “gobernar”, las acciones y planes que ponga en marcha difícilmente contaran con el apoyo y la cooperación de tantos y tan distintos organismos, algunos de los cuales incluso se definen antiespañoles.
Angel L. Diaz Balmori. Coronel del Cuerpo General del EA, r.
De la Asociación Española de Militares Escritores
De la Academia de las Ciencias y las Artes Militares
(1) https://www.ivoox.com/sd135-plan-cultura-seguridad-nacional-maras-audios-mp3_rf_71612437_1.html