Francisco López Muñoz: «Ser Guardia Civil Honorario es un compromiso con el legado del Benemérito Instituto»
A pocos días de conmemorarse el 25 aniversario de la creación de la figura del Guardia Civil Honorario, el profesor Francisco López Muñoz, vicerrector de Investigación y Ciencia de la Universidad Camilo José Cela, Doctor en Medicina y Literatura, ha sido el último en recibir esta distinción en 2024.
El profesor López nos recibe con una mezcla de humildad y orgullo. Natural de Villahermosa (Ciudad Real), catedrático de Farmacología y académico de prestigio internacional, López Muñoz se convirtió el pasado 5 de diciembre en el vigesimotercer miembro de una selecta lista que incluye a Su Majestad el Rey Felipe VI. En esta entrevista, reflexiona sobre el significado de este reconocimiento, su vínculo con la Guardia Civil y el legado de una institución que, asegura, «es el alma de la seguridad y la solidaridad españolas».
Profesor López Muñoz, el próximo 27 de abril se cumplieron los 25 años de la creación de la figura del Guardia Civil Honorario, y, en ese momento, usted fue el último en recibir esta distinción. ¿Qué sintió al ser nombrado?
Si partimos de la base de que el reconocimiento como Guardia Civil Honorario constituye la máxima distinción civil que otorga el Benemérito Instituto y, además, se hace de forma muy excepcional, puede entenderse que el acto del pasado día 5 de diciembre fuese para mí un momento de enorme alegría, satisfacción y también responsabilidad. Todo ello desde mi condición de hijo del Cuerpo, miembro de la Orden del Mérito de la Guardia Civil en su categoría de Cruz de Plata, y primer y único, hasta el momento, profesor honorífico de la historia de esta Institución.
Y digo responsabilidad por entrar a formar parte de una nómina integrada por 23 personas, 4 de ellas ya desgraciadamente fallecidas, de una extraordinaria relevancia social. En el momento de mi nombramiento, esta nómina de Guardias Civiles Honorarios estaba integrada por 18 personas que ostentaban este reconocimiento, y que desarrollan o han desarrollado su actividad profesional en los ámbitos de la milicia, de la administración pública, de la cultura y la academia y de la empresa, algunas de las cuales han desempeñado un destacado papel en la consolidación de nuestra actual democracia. Baste mencionar a D. Ricardo Martí Fluxá, D. Pedro Núñez Morgades, los Tenientes Generales Carlos Gómez Arruche y Félix Sanz Roldán, D. Luis Solana Madariaga o, por supuesto, S.M. el rey Felipe VI. Para estrechas nuestra relación, todos los guardias civiles honorarios nos hemos constituido en una Hermandad que preside el Teniente General (R) del Ejército del Aire y ExDirector General de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche.
En mi caso, recibí el nombramiento mediante resolución de la Dirección General de la Guardia Civil, de 8 de octubre de 2024, previa aprobación por el Consejo Superior de la Guardia Civil, y posterior publicación en el BOGC, con fecha 15 de octubre de 2024, en “atención a los méritos extraordinarios y circunstancias que concurren en el interesado”. Y las credenciales me fueron entregadas el pasado día 5 de diciembre de manos de la Directora General, Mercedes González Fernández, en un acto privado celebrado en la Dirección General de la Guardia Civil, en presencia del Director Adjunto Operativo y del resto de la plana mayor de la Institución.
En mis palabras de agradecimiento no pude por menos que recordar que la Guardia Civil siempre ha formado parte de mi familia. Mi padre, D. Sinforoso López Galán, que me acompañó en el acto a sus 90 años de edad, dedicó 30 años de su vida al servicio en el Cuerpo, desde su ingreso en mayo de 1960, pasando por los puestos de Bearzun, en Navarra, y Horcajo de los Montes y Villahermosa, en la Comandancia de Ciudad Real, donde permaneció, como Guardia 1º, hasta su pase a la reserva en junio de 1990. Mis primeros 26 años transcurrieron en un cuartel de la Guardia Civil. De ellos, los primeros 17 años, toda mi infancia y adolescencia, viví con mi familia en un pabellón de la Casa Cuartel, hasta que me trasladé a Madrid a cursar mis estudios de Medicina, y después seguía siendo mi residencia en los periodos vacacionales de estudios. Dentro del cuartel se vivía como en una gran familia y los hijos de todos los guardias, algunos de ellos guardias civiles en la actualidad, seguimos manteniendo una relación absolutamente “fraternal” en el día de hoy.
Los recuerdos de infancia y adolescencia en el cuartel, y los extraordinarios aprendizajes en este entorno, evidentemente marcarían gran parte de mi desarrollo vital y profesional, pues los valores adquiridos nunca se olvidan, incluidos los referentes a esfuerzo, sacrificio y resiliencia, que todos los días veíamos en la actividad de nuestros padres, en correrías, servicios nocturnos, conflictos de orden público, concentraciones, etc. Y precisamente, todos los días pasando debajo de la leyenda del famoso artículo 1 de la Cartilla del fundador, situada en la entrada de las instalaciones: “El honor es la principal divisa del guardia civil”.
Usted es el primer y único Profesor Honorífico de la Guardia Civil en toda su historia. ¿Cómo se entrelazan estos dos roles?
En mi caso estos dos roles constituyen solamente una unidad. Este nombramiento, previo al de Guardia Civil Honorario, del cual también me enorgullezco enormemente, me fue concedido por resolución de la Dirección General de la Guardia Civil, de 24 de marzo de 2023, publicada en el BOGC de 28 de marzo de 2023, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 84 de la Orden PCM/6/2021, de 11 de enero, tras ser propuesto por el General Jefe de la Jefatura de Enseñanza, el General de División D. Antonio J. Rodríguez-Medel Nieto, y me fue entregado por el Teniente General D. Eduardo I. Martinez Viqueira, Mando de Personal, en la Academia de Oficiales de Aranjuez, el día 28 de junio de 2024.
Detrás de este nombramiento existe una amplia colaboración docente de muchos años con todos los centros de enseñanza de la Guardia Civil, Academia de Guardias de Baeza, Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro, Academia de Suboficiales de El Escorial y Academia de Oficiales de Aranjuez, además de, por supuesto, con el Centro Universitario de la Guardia Civil de Aranjuez, al que me siento especialmente unido, y con el que vengo trabajando en otras actividades académicas como el Consejo de Redacción de la Revista Logos de la Guardia Civil. Además, esta actividad docente también la vengo realizando con otros centros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Ejércitos, como el Centro de Altos Estudios Policiales, el Instituto de Estudios de la Policía y la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía, o la Escuela Militar de Sanidad y la Academia Central de la Defensa.
La figura del Guardia Civil Honorario se creó en 2000 para premiar trayectorias de colaboración excepcionales. ¿Qué aspectos de su carrera cree que destacaron para este reconocimiento?
La figura del Guardia Civil Honorario fue creada por una Orden General del Instituto Armado publicada el 27 de abril de 2000 con el objeto de premiar públicamente a personas con trayectorias ajenas al Cuerpo “por méritos extraordinarios contraídos por la realización de servicios, trabajos o estudios directamente vinculados con la Guardia Civil, así como por una trayectoria de dedicación y colaboración intachables con la Institución».
En mi caso, la colaboración con el Benemérito Instituto viene de muy atrás, y no sólo en relación con la actividad docente que he comentado previamente, sino también en relación con una de mis líneas prioritarias de trabajo como catedrático de Farmacología, como es el ámbito de los psicofármacos y drogas de abuso. En este sentido, he asesorado a unidades de Policía Judicial de Guardia Civil, durante varias décadas, en calidad de experto en materia de drogas y estupefacientes. Asimismo, he dedicado especial atención a potenciar la cultura de seguridad y policial en el ámbito universitario, dirigiendo y coordinando cursos universitarios específicos sobre aspectos criminológicos destinados básicamente a miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, muchos de ellos desde la Asociación Científica de Criminología de Castilla-La Mancha (ACCCM), de la que fui Socio Fundador en 2003 y Vicepresidente de la misma.
Entre los anteriores Guardias Civiles Honorarios está el Rey Felipe VI. ¿Qué significa compartir esta distinción con Su Majestad?
Que la figura del Jefe de Estado, Su Majestad el Rey Felipe VI, forme parte de esta reducida nómina de Guardias Civiles Honorarios es todo un privilegio para todos nosotros. Felipe VI recibió este distinguido reconocimiento en el año 2007, siendo aún Príncipe de Asturias. Y su proximidad y aprecio al Benemérito Instituto es un hecho absolutamente reconocido. Recuerdo sus palabras en su Prólogo al «Libro de Honor. Fallecidos de la Guardia Civil en acto de servicio desde su fundación”, publicado en 2020, y donde se comentó que cerca de 6.000 guardias civiles han fallecido en acto de servicio desde la creación del Instituto Armado hasta nuestros días, lo que S.M. calificó como “una desgarradora realidad que nos despierta los más hondos sentimientos de gratitud y emoción”.
Su currículum es impresionante: Doctor en Medicina y en Literatura, miembro de academias internacionales, autor de más de 800 publicaciones… ¿Cómo encaja este perfil académico con el espíritu de la Guardia Civil?
Mi actividad académica se ha centrado, como comentaba previamente, en el ámbito de las neurociencias, siendo mis principales líneas de investigación las relacionadas con las bases neurobiológicas de las drogodependencias, las interacciones medicamentosas de los psicofármacos, la neurobiología de la agresividad, los tratamientos de combinación en pacientes con trastornos depresivos y psicóticos, y la historia de la psicofarmacología y las neurociencias, muchas de ellas conexionadas con algunas funciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Además, en los últimos años he participado en diferentes proyectos de desarrollo de nuevas moléculas para enfermedades neurodegenerativas, siendo titular de dos patentes de invención concedidas por la Oficina Española de Patentes y Marcas y la Luxembourg Intellectual Property Office, además de otras 6 patentes nacionales, europeas y norteamericanas más en proceso de revisión. Y también, como Doctor en Lengua Española y Literatura, me he dedicado al estudio de los textos literarios cervantinos y de otros autores del Siglo de Oro desde la vertiente de la terapéutica. Fruto de todo ello, son 25 Tesis Doctorales dirigidas, participación en 56 proyectos de investigación financiados, y la publicación de 32 libros y más de 800 publicaciones científicas, además de la pertenencia a 27 Reales Academias o Academias Nacionales de distintos países y la concesión de varios doctorados honoris causa.
Pero hay otras actividades a las que he dedicado especial atención y que tienen estrechas relaciones con las que desempeña la Guardia Civil, como es la defensa y promoción de los derechos humanos. A título de ejemplo, puedo comentar un proyecto de investigación iniciado en 2006 sobre los protocolos de aplicación de la inyección letal en los procedimientos de ejecución en EE.UU., realizado en colaboración, entre otros, con la Fiscalía de Arlington (EE.UU.) y que permitió establecer una moratoria en la aplicación de este método de ejecución en 11 estados de EE.UU., destacando Florida, o la organización, en 2009, del Grupo de Trabajo “Medicina y Holocausto” del Centro Sefarad-Israel, Consorcio institucional integrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, que ha dado lugar a una gran cantidad de publicaciones en medios internacionales, libros y conferencias. También fui invitado por el Ministerio de Justicia de la República Francesa como representante de la sociedad civil española, en la Conferencia final del Proyecto Europeo Preventing Racism and Intolerance, en 2019, en la sede del Palais de Justice – Chambre des Criées de París, y organizada por la Delegación Interministerial Francesa para combatir el racismo, el antisemitismo y la homofobia (DILCRAH), y en 2020 dirigí el Seminario Internacional “Europa frente a los Genocidios 1915-2015”, celebrado en Madrid. Desde 2021 formo parte, como representante español, de la Red Iberoamericana de Universidades comprometidas con la Educación en Derechos Humanos y Ciudadanía Inclusiva, promovida por la Organización de Estados Iberoamericanos y en 2022 fui miembro fundador del Observatorio de Derechos Humanos de España (ODHE), siendo, en la actualidad, Presidente del Jurado de sus Premios Catalejo. Precisamente, en el acto de entrega de la IV Edición de estos Premios, celebrada el pasado 19 de mayo en el Salón de los Pasos Perdidos del Senado de España se entregó uno de estos Premios a la Comandancia de la Guardia Civil de Tarragona, por su destacada labor en la protección frente a los delitos de odio y conductas discriminatorias. Y también promoví la concesión del distintivo de compromiso con los Derechos Humanos del Observatorio a la Guardia Civil, que se entregó a la Directora General en un acto celebrado en la Dirección General el pasado 19 de marzo.
Fruto de toda esta actividad fue mi diplomatura en Estudios sobre el Holocausto, en la International School for Holocaust Studies de Yad Vashem, en Jerusalén, en 2016, el reconocimiento por el Center for Medicine after the Holocaust (CMATH), con sede en Houston (Texas, USA), en 2016, mi ingreso como académico correspondiente de la Academia de la Diplomacia del Reino de España, en 2019, el nombramiento, en 2023, como miembro de Honor de la Ghandi – Mandela Foundation o el Reconocimiento Especial a la Iniciativa Social de Castilla – La Mancha, galardón entregado por el Presidente del Gobierno de Castilla – La Mancha en 2024.
También he venido colaborando desde hace 10 años, con grupos e instituciones francesas en temas relacionados con la lucha contra el racismo y el terrorismo, como el centro de investigación de Denis Peschanski de París sobre la memoria colectiva de los atentados terroristas en Europa, o la co-organización, con la Embajada de Francia en Madrid, de la Conférence “Les sociétés à l’épreuve du terrorismo. La gestion post-traumatique des jours suivants un attentat”, en 2019, entre otras.
Y también se vincula estrechamente con la Guardia Civil mi estrecha colaboración con los Ejércitos, potenciando a nivel universitario la cultura de seguridad y defensa. En 2020 fui admitido para realizar el Curso de Altos Estudios de la Defensa Nacional del CESEDEN, formando parte de su XLIII Promoción, y en 2023 ingresé como académico correspondiente de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares (ACAMI), con la medalla C76, y adscrito a la Sección de Futuro de las Operaciones Militares (FOM). En colaboración con organismos militares, como la Escuela Militar de Sanidad (EMISAN) y la Academia Central de la Defensa (ACD), he dirigido cursos de actualización y perfeccionamiento relacionados con algunas de mis líneas de investigación, como son las armas de guerra químicas y biológicas como riesgos y amenazas para la seguridad nacional e internacional.
El 25 aniversario de esta figura llega en un momento en que la Guardia Civil ha sido clave, por ejemplo, en la DANA de 2024. ¿Qué reflexión le merece su labor?
Yo creo que la Guardia Civil ha sido clave, no sólo en acontecimientos puntuales y concretos, como la DANA de 2024, sino de forma continuada y ejemplar desde su creación en 1844. Hace un par de años publiqué un artículo, analizando los valores que justifican el enorme aprecio por parte la ciudadanía hacia la Guardia Civil, que siempre la sitúa como una de las Instituciones más valorada del país, y las respuestas creo que son múltiples: una historia de 181 años ininterrumpidos de servicio público, defendiendo siempre la legalidad establecida; su proximidad a los ciudadanos; sus altos índices de eficacia policial, que la sitúan entre los cuerpos más resolutivos del mundo; e, incluso, su carácter militar, con valores asociados de abnegación, obediencia y lealtad. Y, cómo no, su capacidad de sacrificio. Los hombres y mujeres componen el Instituto Armado han velado constantemente por garantizar la protección de los ciudadanos frente a los actos delictivos, asegurar el cumplimiento de las leyes, defender el libre ejercicio de los derechos y las libertades y preservar la seguridad ciudadana. Como médico, siempre me ha llamado la atención el artículo 6 de la famosa Cartilla del Guardia Civil: “será siempre un pronóstico feliz para el afligido”.
Pero lo verdaderamente asombroso es que estos valores no se han quedado anclados en el desarrollo de un proyecto del siglo XIX, sino que se han perpetuado con el paso del tiempo y hoy en día se mantienen totalmente pujantes e íntegros entre los miembros del Benemérito Instituto. En mi opinión, todos estos valores se han ido acrisolando a lo largo de los últimos 181 años, creciendo en la conciencia colectiva del pueblo español, para considerar a la Guardia Civil como su institución más valorada.
¿Qué mensaje le gustaría enviar a los guardias civiles y a la sociedad en este 25 aniversario?
Un expresidente de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, mi tierra, acuñó, hace años, la frase: “Si no existiera la Guardia Civil, habría que inventarla”. Y no puedo estar más de acuerdo con ello. Como comentaba previamente, el verdadero “éxito” de la Guardia Civil reside en la conjunción de valores que atesora desde su fundación, que han alentado el espíritu de todos sus miembros, y que quedan plasmados en todos los símbolos y reglamentos que han ido constituyendo la historia del Cuerpo. Valores que conforman, en mi opinión, el caldo del que se nutre el actual aprecio ciudadano: honor, valor, lealtad, honradez, abnegación, constancia, heroísmo, sacrificio, defensa de la paz, protección del desvalido. Y, además, al más puro estilo de los versos de Calderón: “tratando de ser lo más, y de aparentar lo menos”.
Y por todo ello, la ciudadanía española tiene una deuda pendiente con el Benemérito Instituto que, desde nuestra Hermandad de Guardias Civiles Honorarios, pretendemos, en parte, saldar, con la puesta en marcha y levantamiento de un gran monumento a la Guardia Civil en la ciudad de Madrid, con el objetivo de ensalzar y reconocer de forma permanente la labor benefactora de los guardias civiles a través de los tiempos. La escultura, diseñada por el famoso pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau, también Guardia Civil Honorario, será realizada por el escultor Óscar Alvariño Belinchón, Doctor en Bellas Artes y profesor titular del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Es nuestra intención que esta monumental escultura de bronce de tamaño superior al natural, formada por dos guardias civiles a caballo, hombre y mujer, pueda ocupar un lugar privilegiado en el Parque de El Retiro de Madrid. ¡Que mejor mensaje para los guardias civiles en este 25 aniversario de la creación del Guardia Civil Honorario!.