El C.N., r Luis Mollá, asociado de AEME, nos relata algunas teorías sobre la actividad sísmica en La Palma. Fue autor del libro “La séptima ola”, que relata con una narrativa de ciencia ficción, hechos que están ocurriendo en La Palma.
Terremotos en La Palma. ¿Un tsunami en el Atlántico?
De un tiempo a esta parte las noticias son cada día más alarmantes en lo que toca a la actividad sísmica de la canaria isla de La Palma, que ha sufrido más de dos mil terremotos en los últimos cinco días, alguno de los cuales de intensidad por encima de los 3,5 puntos en la escala de Richter.
Con excepción, tal vez, de las propias islas Canarias, en España es un asunto poco divulgado que la comunidad científica internacional viene señalando desde hace años a nuestra isla de la Palma como uno de los focos calientes en materia sísmica, debido a las posibilidades de quiebra que presenta el volcán activo de Cumbre Vieja, situado al sur de la isla.
Cumbre Vieja presenta un largo historial de erupciones volcánicas, las últimas de las cuales, en 1949 y 1971, dejaron como secuela principal una inquietante grieta en la estructura interna del volcán que lo mantiene en una condición sumamente inestable. El magma, hasta hace relativamente poco a 20 kilómetros de profundidad, se encuentra hoy a sólo cinco de la corteza terrestre. Su ascensión repentina podría provocar la quiebra del cono y precipitar al mar medio trillón de toneladas de roca que causarían el mismo efecto que el impacto de un meteorito.
La consecuencia sería la formación de una ola de 900 metros de altura que cabalgaría sobre el océano a la velocidad de un avión, para descargar sobre las costas un golpe de una violencia inimaginable. Benfield, un conocido y consorcio que engloba a las más conocidas compañías de seguros, calcula que, sólo en la costa este de los EE.UU, la Centroamérica y Sudamérica atlánticas, las grandes islas caribeñas, los archipiélagos de Barlovento y Sotavento y el largo dédalo de islas de las Bahamas, el maremoto afectaría a cien millones de personas, muchas de las cuales perderían la vida víctimas del violento latigazo de una ola que al llegar a la costa podría conservar una altura de sesenta metros y un poder de penetración próximo a los quince kilómetros, que resultaría letal para los habitantes de los cinco primeros.
Benfield no tiene intereses en España y por eso esta catástrofe potencial apenas ha alcanzado divulgación en nuestro país, sin embargo en los EE.UU. se trata de un asunto mediático de primer orden, sobre todo desde que en fecha no muy lejana, Juscelino Nóbrega, un vidente brasileño famoso en el continente americano desde que se adjudicara el vaticinio del tsunami asiático del 2004 o los atentados terroristas en Madrid y Nueva York, haya situado la catástrofe de Cumbre Vieja en la década que estamos viviendo.
Y no es el único. En 2004 se pudo ver en nuestro país un controvertido documental de la BBC titulado “Cuatro formas de acabar con el mundo”, que proponía otros tantos escenarios de dimensiones planetarias para el apocalipsis final, uno de los cuales sería el desplome al mar de una parte de la isla de la Palma. En uno de sus capítulos la popular serie CSI Miami convertía la erupción en un hecho y los habitantes de Florida corrían desesperados tratando de escapar al mortal latigazo de la ola asesina, mientras que la literatura también ha contemplado el problema: “El quinto día” de Frank Schatzing y “Volcán”, de Richard Doyle, argumentan sobre la quiebra del volcán atlántico y sus efectos en la costa norteamericana.
Es evidente que este tipo de ondas se propagan como las de un estanque tras el impacto de un objeto sólido en su superficie, lo que sitúa a nuestro país en la ruta de la mega ola, sin embargo son muy pocos los españoles al tanto de esta amenaza natural, aunque no falta quien la ha convertido también en guion literario: yo mismo, en 2008, obtuve el premio nacional de narrativa marítima por una novela titulada “La séptima ola”, que recreaba la erupción de Cumbre Vieja y los efectos posteriores sobre una serie de barcos que encontraba a su paso una ola gigantesca que terminaba levantándose como un áspid antes de golpear la ciudad de Cádiz.
Los científicos se refieren a este tipo de ola como un mega tsunami. Existen antecedentes de este tipo de fenómenos, aunque no haya registro oficial de sus efectos. En 1888 el volcán de la isla Ritter, en Nueva Guinea, saltó por los aires y arrojó al mar mil millones de toneladas de roca. Se calcula que dio lugar a una ola de 15 metros que pudo causar unos tres mil muertos. La potencia hipotética que se baraja en el caso de Cumbre Vieja es quinientas veces superior.
Es un hecho. La comunidad científica internacional coincide en el peligro potencial que supone la vulnerabilidad de las entrañas de Cumbre Vieja, pero nadie cree la fatídica premonición del brujo de Brasil. Los medidores geodésicos emplazados en el lecho del Atlántico para la vigilancia sísmica del archipiélago canario no ofrecen, por el momento, registros alarmantes, mientras los vulcanólogos norteamericanos no creen que haya motivos para el miedo en este siglo y los más optimistas apuntan que la actual bonanza sísmica podría extenderse unos cinco mil años más.
Existen recreaciones informáticas que muestran los efectos del tsunami arrasando los rascacielos neoyorquinos. Sobre África nadie se ha preocupado de escribir, pero todos coinciden en que la potencia del golpe causaría daños tremendos en la costa occidental del continente negro y podría crear una ola replicante cuyos efectos se sumarían a la principal.
En cuanto a España, salvando el testimonio que ofrecí en “La séptima ola” en términos tan apocalípticos como románticos, todo apunta a un desastroso final en lo que se refiere a las islas Canarias y las poblaciones atlánticas de las provincias occidentales gallegas y andaluzas.
De momento la alerta es sólo amarilla y quiera Dios que así siga. Ojalá la perezosa tierra se tome tiempo en mostrar su gigantesco poder de destrucción. Confiemos en que la débil estructura del volcán de Cumbre Vieja aguante muchos años antes de quebrarse, porque, al parecer, y eso es algo en lo que desgraciadamente coinciden la mayoría de los científicos, antes o después sucederá.
El primero de los vídeos es una descripción técnica del origen del posible tsunami y sus catastróficos efectos.
El segundo vídeo es un extracto del capítulo que CSI Miami dedicó a este devastador fenómeno.
Fotos
1 Actividad sísmica actual en el sur de La Palma
2 Secuencia de expansión
3 Colapso de las paredes de Cumbre Vieja
4 Efectos devastadores a la llegada a la costa
5 “La séptima ola”. Ganadora premio Nostromo 2012.
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