El Presidente, General Fontenla Ballesta, en nombre de la Asociación Española de Militares Escritores (AEME), felicita a todos los compañeros pertenecientes a la Especialidad fundamental de Infantería, antes llamada Arma del Cuerpo General del E.T., a los Diplomados de Estado Mayor del E.T., al Cuerpo Jurídico Militar y al Cuerpo de Oficinas Militares en el día de su Patrona la Inmaculada Concepción de María.
Para conocer, el porqué de ser la Inmaculada Concepción Patrona de la Infantería española nada mejor que el siguiente artículo del Coronel de Infantería Fernando Gil Franco, que fue publicado en el número 133 de la revista Armas y Cuerpos de la Academia General Militar.
LA INMACULADA CONCEPCION, PATRONA DE LA INFANTERÍA ESPAÑOLA
Escribir sobre la Virgen Inmaculada como Patrona del Arma de Infantería, es algo que entraña una gran responsabilidad y una gran satisfacción. El volumen de información, ideas y sentimientos que se agolpan para intentar explicar o aclarar el concepto “Infantería” con relación a su Patrona “la Inmaculada”, exige un importante esfuerzo para ordenar todo lo que se quiere decir y todo lo que se debe decir. Son muchos los conceptos morales, espirituales y profesionales que se deben manifestar para trasladar lo que un infante lleva en el fondo de su corazón y de su mente
Se considera fundamental la importancia que tiene para un combatiente la necesidad de unas convicciones morales y espirituales que le hagan permanecer en su puesto a pesar de todo tipo de vicisitudes del combate. Si la respuesta de un combatiente ante cualquier situación del combate, está basada en sus principios morales y espirituales, a pesar de la falta de conocimientos técnicos, podrá desarrollar y obtener una mejora muy elevada en sus resultados al combatir. La persistencia y perseverancia se verá facilitada por el convencimiento y el espíritu de lucha. A modo de ejemplo podemos recordar la defensa heroica del Alcázar de Toledo en la que la moral y el convencimiento de su elevada tarea, hicieron que los defensores se mantuvieran fi rmes a pesar de la complicada situación, escasez de medios y graves penurias existentes. A lo largo de la historia, el hombre ha sido un elemento distorsionador de su entorno. Siempre, en mayor o menor medida, por unos motivos o por otros, (conquista, poder, orgullo,….) ha formado parte de conflictos que han ido dando forma a territorios o países que se han estructurado para perdurar en el tiempo. La llegada de otra situación con otros intereses y la propia evolución de las sociedades creadas, han generado nuevos cambios y una vez más, conflictos que terminan en una nueva sociedad
Estos conflictos y guerras entre grupos o etnias, solo han sido beneficiosos para la evolución misma del ser humano, cuando los motivos que los han ocasionado han sido avalados y respaldados por unos principios morales y espirituales que se suman a los propios de conquista. Como ejemplo podemos citar las colonizaciones que se han producido a lo largo de la historia por parte de culturas y sociedades más evolucionadas (los romanos en el mediterráneo, la colonización americana en el norte y en el sur, etc…)
Con esto se pone de manifiesto la importancia que han tenido, tienen y tendrán una elevada moral y unos principios, que sumados a unos conocimientos técnicos (en el mundo actual de forma imprescindible también) permiten a unos futuros combatientes desarrollar sus respectivos cometidos de forma eficaz y valorada por la sociedad en la que vivimos.
Historia de la Infantería
Parece difícil centrarse en un concepto amplio y general que abarca un elevado núcleo de protagonistas que forman y han formado parte de ese núcleo prioritario en los ejércitos, como es la Infantería. La Infantería es la fuerza de combate a pie. Es el núcleo necesario que nunca o casi nunca ha operado en soledad, ni opera en beneficio de su propio éxito. Su historia es también la historia de los ejércitos en su conjunto; y en el caso español, a través de la historia de su Infantería, se participa de los acontecimientos más decisivos para la vida de la población española tanto en Europa como en África y América
Ya en los antiguos imperios, Babilonia, Asiria, Egipto, la infantería acompañada de carros era la masa principal del ejército. En la Grecia antigua del siglo VIII a.C. aparece la falange, formación militar de infantería, que durante siglos sería la dominante en el campo de batalla. La aparición de la Legión y su forma de combatir, proporcionó a Roma durante siglos una absoluta superioridad, incluso en condiciones de inferioridad numérica. La caballería durante el feudalismo adquiere una preponderancia sobre la infantería, que finalizará con la aparición en el siglo XV de una forma de combatir en formaciones cerradas, con picas, alabardas y mosquetes. Se crean los Tercios, que con sus estrategias de combate, darán los mayores éxitos al Reino de Las Españas y demostrarán definitivamente el dominio de la infantería en el campo de batalla. La evolución de los proyectiles y sus efectos en el siglo XVIII, hacen que la artillería tenga un elevado protagonismo que hasta entonces tenía poca consideración. A partir del siglo XIX, la infantería vuelve a tener un papel preponderante en el campo de batalla. Desde la 1ª Guerra Mundial hasta nuestros días, y por la evolución del armamento, ametralladoras, proyectiles de artillería, guerra química y la aparición de los “tanques”, los procedimientos de combate van variando ajustándose a los tiempos y efectos de las armas. A pesar de todo, la evolución del armamento no ha evitado que siempre exista la necesidad de la ocupación del terreno. Al combatiente a pie o “infante” se le dota de diferentes armas que le permiten combatir en diferentes posiciones pero que no le eximen de ocupar los escenarios de combate. La infantería ligera y la a c o r a z a d a / m e c a n i z a d a , son modalidades diferentes que aparecen de acuerdo a los medios y al armamento empleado, en donde la infantería se especializa para desarrollar su forma de combatir. Las tácticas y procedimientos de empleo tienen siempre un concepto de ocupación física del terreno. Como resultado de la evolución a lo largo de la historia, y de una forma evidente, se puede llegar a la conclusión de que el hombre es el elemento prioritario, para el combate de la infantería. Ese hombre necesita un trabajo en común, un esfuerzo y una capacidad de sacrificio en equipo. El esfuerzo personal, la colaboración y el trabajo en grupo, son fundamentales. Otras Armas combaten de una forma más individualizada y/o técnica, pero el infante necesita de forma prioritaria del conjunto para obtener su éxito. La Instrucción y el Adiestramiento imprescindibles para obtener buenos resultados. Por todo ello, el aspecto moral que complementa su voluntad y le hace más fuerte, es completamente necesario para el esfuerzo que se le exige.
Raíces cristianas
Sin entrar en excesivos detalles podemos señalar que el sentimiento espiritual cristiano a lo largo de la historia, es un aspecto muy acreditado y arraigado en el pueblo Español, y por ende en sus Fuerzas Armadas. Se parte de la base del convencimiento sobre la Inmaculada Concepción de la Virgen. Ya en el año 325 en Nicea, el Papa San Silvestre convoca un Concilio en el que se afirma: “Creo en Dios… y en un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios”. El Papa San Celestino I, en el año 431, en el Concilio de Éfeso declara que: “María es Madre de Dios, por ser Madre de Jesús, Hijo de Dios”. En los Concilios del 418 y 529 se declara que: “La muerte del hombre es consecuencia del pecado. Que el pecado ha herido la libertad humana y que el pecado de Adán alcanzó a todos los hombres”. Por todo ello, las bases estaban puestas. María es la Madre de Jesús, Hijo de Dios, que no podía Soldado de los Tercios de Flandes nacer con el pecado original.
La Virgen María es un signo de limpieza, de belleza, de Santidad, de perfección de plenitud, de vida nueva. Es un anticipo del ideal humano, del proyecto que Dios había soñado para el hombre. Un modelo por lo tanto, para cada persona, para cada creyente, para la Iglesia y para la humanidad. La Virgen, Madre, tiene un especial atractivo para los creyentes. El pueblo creyente, teólogos, universitarios y militares en los siglos XV y XVI trazaron sendas al dogma Inmaculista con el Voto. ¿Qué era el Voto Inmaculista? Según la Real Academia de la Lengua, el Voto es una promesa hecha a Dios, a la Virgen María o a un Santo que obliga a determinados actos morales como Acción o Petición de Gracias, según unas formalidades regladas. Por el Voto Inmaculista el creyente se obligaba a unos actos religiosos. Don Pedro Calderón de la Barca lo hace como otros y lo sella con su sangre. Aquí, en fi n, la cortesía, el buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados; que en buena o mala fortuna la milicia no es más que una religión de hombres honrados.
LA BATALLA Y EL MILAGRO DE EMPEL.
En Flandes, tres Tercios Viejos de la Infantería Española, cercados y aislados por la flota rebelde en los diques de Empel, frente a la isla de Bommel, se salvaron de una derrota y destrucción de una forma que los creyentes no dudaron en califi car de milagrosa.
Situación previa.
La batalla forma parte de la Guerra de los Ochenta años o Guerra de Flandes. Durante este largo período se enfrentaron los Países Bajos contra su soberano, el Rey de España. Finalizó con la independencia de las siete provincias y permanecieron leales a la Corona Española los territorios de Lieja que formaban parte del Sacro Imperio Romano Germánico. Flandes tenía una gran importancia para el Imperio Español. Representaba una permanente amenaza para Inglaterra, Francia y Alemania. En aquella época, Felipe II y toda su Corte, estaban convencidos de que España era el guardián del Catolicismo en Europa. El terreno donde se produce la batalla está en los Países Bajos, en las tierras inundables de las desembocaduras de los grandes ríos Waal y Mosa.
Movimientos iniciales.
Durante el verano de 1585 y como consecuencia de la recuperación de Amberes, Alejandro Farnesio se encuentra en condiciones de acudir en socorro de las poblaciones católicas oprimidas por los rebeldes protestantes. Entre otras acciones mandó al Tercio del Maestre de Campo D. Francisco de Bobadilla ocupar la isla de Bommel. Esta isla tiene unos 25 km de Este a Oeste, 9 km de anchura de Norte a Sur, rodeada por los ríos Mosa y Waal y que están comunicados por brazos de unión en ambos extremos de la isla. Bobadilla cruzó el Mosa, no excesivamente ancho en esa zona próxima al pueblo de Empel, con su propio Tercio además del de Mondragón y el de Iñiguez, una compañía de arcabuceros españoles a caballo y seis piezas de artillería. Total eran 61 Banderas con más de cuatro mil españoles, “combatientes expertos, flor del ejército español. Constituía la mayor parte de la Infantería Española de la que disponía Alejandro Farnesio. En respuesta a esta maniobra, el almirante rebelde Holak situó su flota de diez navíos de quillas chatas entre el dique de Empel y la ciudad de Bolduque-Hertogenbosch, bloqueando por completo a los españoles. Para ello, tuvo que cortar los diques, ocasionando con ello la inundación de la zona y obligando a los españoles a retirarse hacia las zonas altas de los diques. Esa tarde del 7 de diciembre, la flota rebelde descargó el fuego de su artillería, arcabuces y mosquetes sobre los españoles que se apiñaban en el dique de Empel. “La inundación echó el río sobre casi toda la isla con tanta pestreza que apenas tuvo tiempo Bobadilla para llevar tras el Mosa al lugar de Empel y a otros de la vecindad las tropas, artillería y vituallas. Pero ni aquí les dejó libres la corriente del río, porque si bien los españoles habían tomado los puntos más altos,… el campo desde la isla Bommel a Bolduque era algo más bajo y fácilmente llamó a sí las aguas… y menos unos altos a los que habían subido los soldados, el otro campo del río parecía un mar hinchado”. La situación era límite, los españoles se apiñaban en el montecillo con la ropa mojada y sin comida. Ya eran presa fácil del enemigo. Los soldados del Tercio Viejo estaban en clara inferioridad, habían quedado sitiados y sin posible escapatoria, pero a pesar de todo, habían decidido clavarse al suelo hasta el fi nal. “Los infantes españoles prefi eren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”.
Batalla final.
La situación ya era desesperada. Bobadilla se dispuso a fortifi carse. Mandó hacer un fuerte alrededor de la iglesia de Empel, lo guarneció con dos capitanes y doscientos soldados y distribuyó los Tercios en torno con orden de atrincherarse para ponerse a cubierto. En el momento más crítico, según cuenta la tradición, un soldado del Tercio, mientras cavaba una trinchera, encontró allí enterrada una tabla fl amenca de vivos colores con la imagen dibujada de la Inmaculada Concepción. Este hecho produjo un efecto positivo sobre la moral de la Tropa, que colocó la imagen en un improvisado altar sobre una bandera con la Cruz de San Andrés. “En esto, estando un devoto soldado español haciendo un hoyo en el dique para guardarse debajo de la tierra del mucho aire que hacía junto a su tienda y cerca de la iglesia de Empel, a las primeras azadonadas que comenzó a dar para cavar la tierra, saltó una imagen de la limpísima y pura Concepción de Nuestra Señora, pintada en una tabla, tan vivos y limpios los colores y los matices como si se hubiera acabado de hacer. Como si hubiera descubierto un tesoro acuden de las tiendas cercanas. Vuela allá el mismo Maestre de Campo Bobadilla. Llévanla pues como en procesión al templo entre las banderas. La adoran pecho por tierra todos: y ruegan a la Madre de los Ejércitos que pues es la que solo podía hacerlo, quiera librar a sus soldados de aquellas acechanzas de elementos y enemigos: que tenían por prenda de su libertad cercana su imagen entregada piadosamente cuando menos imaginaban y más necesidad tenían, que prosiguiese y llevase a cabo su benefi cio”. “Pusieron la tabla en una pared de la iglesia, frontero de las banderas, y el padre Fray García de Santisteban hizo luego que todos los soldados le dijesen una salve, y lo continuaban muy de ordinario. Este tesoro tan rico que descubrieron debajo de la tierra fue un divino anuncio del bien, que por intercesión de la Virgen María, esperan en su bendito día”: Bobadilla convocó a la junta de capitanes para tomar una decisión. Propuso quemar las banderas del Tercio y hundir la artillería. Por la noche atacarían con las barcazas a las principales naves rebeldes. El Maestre de Campo los animó de nuevo a la lucha encomendándose a la Virgen Inmaculada. “¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota, pero la Virgen Inmaculada viene a salvarnos. ¿Queréis que se quemen las banderas, que se inutilice la artillería y que abordemos esta noche las galeras enemigas?”.
El milagro.
Durante la madrugada del 7 al 8 de diciembre, empezó a soplar un viento del nordeste terriblemente gélido y empezó a helar, algo que no pasaba desde hacía muchos años. Las aguas del río terminaron por helarse rápidamente. Esto ocasionó que los españoles vieran la posibilidad de atacar las naves desde la superficie firme que ofrecía el hielo. Bobadilla ordenó al capitán Cristóbal Lechuga que con doscientos hombres y tres piezas, atacase al enemigo. El ataque fue por sorpresa y muy contundente animado y embravecido por las penurias padecidas. Se destruyó parte de la fl ota enemiga y el resto huyó ante el avance de los españoles. Durante el 9 de diciembre el Tercio cargó con rabia contra el fuerte holandés situado a orilla del río Mosa. La posición fue tomada y los holandeses huyeron en desbandada aterrorizados por la furia de los arcabuceros y piqueros españoles. La victoria fue tan completa que el almirante Holak llegó a decir: Tal parece que Dios sea español al obrar, para mí, tan grande milagro”.
Patronazgo
La estrecha relación entre los soldados de los Tercios Viejos con la Virgen María, manifestada a lo largo de los años en las batallas contra los Turcos en Lepanto y en otras posteriores y los hechos ocurridos en Empel, hacen que el 8 de diciembre de 1585, la Inmaculada Concepción fuera proclamada Patrona de los Tercios de Flandes e Italia. En 1761 el Rey Carlos III nombra Patrona y Protectora de España a la Inmaculada Concepción de la Virgen María. El 8 de Diciembre de 1854, el Papa Pío IX proclama el Dogma de la Inmaculada Concepción en la Bula “Ineffabilis Deus”. Pero no es hasta el 12 de noviembre de 1892, 307 años después del Milagro de Empel, cuando la Reina Regente Doña María Cristina de Habsburgo, declara a la Inmaculada Concepción como Patrona del Arma de la Infantería Española. Excmo. Sr.: Considerando conveniente para mantener vivo el sentimiento religioso en los diferentes cuerpos y dependencias del Arma de Infantería, y estrechar los vínculos morales que unen a sus individuos, lo propuesto a este Ministerio por el Inspector General de la misma, en su comunicación de 27 de julio último; y teniendo en cuenta que ha sido aprobada la elección del Provicario General Castrense, la Reina Regente del Reino, en nombre de su Augusto Hijo el Rey (q.D.g.), se ha servido en declarar Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señor la Purísima e Inmaculada Concepción, que ya lo fue del antiguo Colegio Militar y lo es de la actual Academia General Militar y de gran número de Regimientos
Hoy en día el sentimiento sobre nuestra Patrona se agudiza y se potencia en todas aquellas situaciones de riesgo y en las que nos tenemos que encomendar a un ser superior que vele por nosotros. La Virgen Madre, representa la seguridad y la confi anza del ser protector que vela por nosotros que nos defi ende y nos ampara permitiéndonos afrontar los riesgos inherentes a la profesión. El sentimiento de la madre que cuida de sus hijos
Bibliografia:
Presentación del coronel capellán D. Francisco Gómez García Fidalgo.
• http://www.grandesbatallas.es/batalla%de%empel.html
• Apuntes de la conferencia de la batalla de Empel dada por el teniente general D. César Muro Benayas.
• Diario Ofi cial del Ministerio de la Guerra nº 248 (13 noviembre 1892).
• Tomos de la Inspección de Infantería del Cuartel General del Ejército sobre la Historia de la Infantería Española.
• Reseña del general de brigada D. Miguel Alonso Baquer, sobre la Historia de la Infantería Española.
• Artículo sobre la conferencia de Harry J.P.M. Van Den Berselaar sobre el Milagro de Empel. (Embajada del Reino de España en la Haya).
• Juan Giménez Martín, Tercios de Flandes (Madrid 1999).
• P.Ht.J. Kuijer, ´s-Hertogenbosch, stad in het hertogdom Brabant ca. 1185-1629.
• Los sucesos de Flandes y Francia del tiempo de Alejandro Farnesio. Alfonso Vazquez.
• Zaltbommel, ciudad y gobierno a lo largo de los siglos. J.H.Groot.
• Felipe II. Williams Thomas Walls.
• Historia General de España. M Lafuente
Fuente:
Revista Armas y Cuerpo número 133