El Coronel, r Francisco Javier Blasco Robledo, ex director adjunto del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) entre 2008 y 2013, publica en la web de AME esta interesante aportación al conocimiento de como se ha llegado a materializar la invasión de Ucrania por los Ejércitos rusos.
… Y SUS CONSECUENCIAS
Hace un mes y tres días, escribí y publiqué en este mismo foro un trabajo de análisis sobre la situación en Ucrania, al que titulé “El Reto”; ya entonces, anunciaba que, por mucho tambor de guerra internacional que sonara artificialmente, no íbamos a entrar en la III Guerra Mundial.
También añadía, que este era un conflicto simulado creado y manejado por Putin para completar el inacabado desaguisado que Rusia montó en 2014 para enmascarar la adhesión sin más de la Península de Crimea a Rusia y que además, podría constituir el preámbulo de algo más aparente en su segundo paso de adhesiones cuasi incruentas, que consiste en consolidar las poco disimuladas intervenciones e influencias político sociales en la región del Donbass, manejadas constantemente por Rusia desde tal fecha.
Internacionalmente, es bien sabido que las dos provincias que componen dicha región y algunas otras más de la manoseada Ucrania, son de naturaleza o descendencia mayoritariamente pro rusas en lengua, sentimiento, historia y grado de afectividad.
Putin ha estado jugando al gato y al ratón durante este algo más de un mes. Ha prometido que no iba a haber guerra, que no tenía intenciones de nada y que solo estaba de “maniobras militares” con su amigo del alma, el presidente bielorruso.
Ha llegado incluso a reírse en las barbas de Biden, la OTAN, la ONU y la UE anunciando fingidas retiradas iluminadas de color rosa; cuando, lo que ocurría de verdad, era que estaba concentrando y preparando sus mejores tropas -durante años alejadas de combates de verdad- para la invasión, que inicialmente, pretende sea incruenta o de baja intensidad, de una región que considera suya desde siempre y que le molesta sea ocupada, en su día, por fuerzas de la Alianza, justo en su misma frontera.
Cómo, a pesar de sus muchas demostraciones de fuerza y amenazas económicas y energéticas, en el mundo no se hacía caso a sus pretensiones, sacó un as de la manga al declararlas, por unanimidad en la DUMA, regiones independientes a las que estaba dispuesto a ayudar para que los ucranianos les dejaran de molestar, replegaran sus fuerzas y sin discusión alguna, aceptaran el sentimiento pro ruso de su población, demostrado a lo largo de la historia y más recientemente, tras dicha jugada magistral.
Jugada, que una vez más, la mal llamada Comunidad Internacional (CI), dejó que se plasmara en una triste realidad, sin que moviera un dedo para evitar que ello se pudiera consolidar. Ahora, como siguiente paso, Putin acude en ayuda de sus amigos para deshacer el nudo gordiano que atasca y asfixia a unos ciudadanos que no quieren más que su propia “libertad” junto a Rusia.
Para entender sus claras pretensiones y deseos, solo basta analizar con algo de pensamiento crítico sus propias palabras enunciadas hace unas pocas horas al respecto; «de conformidad con el Artículo 51 de la Carta de la ONU, con la aprobación del Consejo de la Federación -que es la Cámara Alta rusa-, he decidido llevar a cabo una intervención militar especial». «Lucharemos por la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania. Nuestros planes no incluyen la ocupación de Ucrania. No obligamos a nada a nadie».
Con otras palabras, quiere dar a entender, que tal y como anunciaba hace más de un mes en mi trabajo, él es un hombre de Paz, que lucha contra la opresión de los pueblos y tilda de opresor nazi al régimen ucraniano; que se ampara en la Carta de la ONU y que nadie puede reprocharle nada por ello.
Sabe que las capacidades militares de Ucrania, son ínfimas con respecto a la propias; la ONU no va a mover un dedo porque para ello mantiene su derecho de veto en el CSNU; la OTAN ya ha declarado que Ucrania no es territorio suyo y, por lo tanto, no puede intervenir; la UE es totalmente incapaz de actuar militarmente y lo que es más importante, EEUU no está dispuesta a poner una bota en dicho territorio.
Las ayudas materiales, el escaso o casi inútil armamento e instrucción militar a Ucrania, son fútiles, costosos y no tienen una consecuencia o aplicación a corto plazo; por lo que no le inquietan en absoluto.
Con respecto a las sanciones comerciales o económicas que puedan sufrir él, los suyos o la misma Rusia, tampoco le afectan lo más mínimo. Es un hombre inmensamente rico, sus cercanos también lo son y el pueblo ruso es un pueblo pastueño y totalmente aborregado al que se le convence muy fácilmente con venderles la grandeza y el prestigio de Rusia, aunque sepan que con ambas, no se coma.
Los rusos están acostumbrados a sufrir y son incondicionales fieles a su líder; aquel que usa las grandes mesas de madera para, patentemente, alejarse de los plebeyos. Mesas, que, en lugar de empequeñecerle, le hacen más grande y aparentar ser un semi dios a los ojos de los rusos y del mundo que le contempla y al que humilla con tales gestos.
Europa y el mundo en general deberán sopesar dichas medidas económicas; no sea que se nos caliente demasiado la boca y salgamos nosotros mucho más perjudicados que los rusos. Un pueblo, que como digo, está acostumbrado a sufrir; cosa, que los occidentales hemos olvidado hace varias décadas y cada día, nos cuesta mucho más, salir de nuestra esfera de control y zona de confort.
Putin está entrando en la zona del Donbass, «como fuerzas de Paz»; de momento, no tiene intención de entablar una guerra como tal, a no ser que los ucranianos, azuzados o envalentonados por la CI, le fuercen a ello y, si llegara el caso, tiene a mano las fuerzas necesarias para ello.
Ahora, aparte de ver como se calibran las sanciones y restricciones de forma que no nos afecten demasiado a los que estamos al otro lado del conflicto, queda por ver, si Putin, esta vez, será sincero de verdad y parará sus fuerzas en el límite de las regiones en cuestión o seguirá su avance hasta las puertas de Kiev para tener una posición mucho más fuerte a la hora de la negociación final.
En definitiva, la CI y todas sus organizaciones, estamentos y ciertos países en concreto han o hemos hecho un ridículo espantoso; Putin ha jugado ruinmente con todos nosotros; se ha auto investido como hombre de paz y tal como ya anunciaba hace un mes, para lograr sus objetivos de la forma menos cruenta posible, ha empleado métodos de guerra sucia, híbrida y fundamentalmente, ha hecho un amplio uso de la propaganda y la guerra cibernética. Gracias a todo ello, ha conseguido lo que ya anunciaba hace un mes y ya veremos si no va más allá.
Por otro lado, el mundo se ha quedado mudo; los tan cacareados despliegues de fuerzas aliadas o norteamericanas en exclusiva, fronterizos con Ucrania o Rusia no le asustan a Putin en absoluto, porque sabe que la OTAN y EEUU tienen las manos atadas ya que sus poblaciones no son como la rusa y, al mismo tiempo, ha conseguido que China se acerque más a Rusia porque todo aquello que no venda a Occidente, será comprado por los chinos debido a que sus inagotables necesidades de todo tipo de materias primas son capaces de absorber todo el sobrante que se produzca.
Deberemos ser muy cautos en las medidas económicas a adoptar, otra vez nos la volveremos a envainar, y como ya anunciaba, el mayor perjudicado en todo esto, será Ucrania con su pueblo, nuevamente humillado y viendo que las engañosas ayudas externas son pura filfa y no valen para nada.
Creo que, a la vista del gran cambio geoestratégico operado en el mundo y de lo que se prevé que puede llegar en breve, la CI debería sentarse, sin mucha dilación, a estudiar un cambio radical en la cuestión de los arbitrajes internacionales a nivel mundial.
No se puede, ni se debe mantener una estructura, en dicho aspecto, obsoleta y del siglo pasado, cuando los equilibrios, las herramientas a emplear, las amenazas y las potencias emergentes son totalmente diferentes. De lo contrario, el mundo va de cabeza hacia su propia auto destrucción o a una oligarquía sin salvación.
Fuente:
https://ame1.org.es/segundo-trabajo-sobre-ucrania/