Artículo publicado en www.eltorotv.com el día 15 de febrero, dentro del Ciclo CIRCUNNAVEGACION
Por Pedro Contreras Fernández, Coronel de Intendencia de la Armada.
Un navío del siglo XVI representaba el paradigma de los logros alcanzados por el ingenio humano en la carrera tecnológica, cuya meta debía alcanzar un sistema integrado capaz de vencer el aislamiento que provocaba el medio en el que se desenvolvía su actividad cotidiana.
Componentes fijos, pertrechos y un amplio repertorio de elementos móviles constituían el eje central de su funcionamiento, a través de una serie de mecanismos que permitían su manejo de un modo eficaz. No existía en esta época otro medio de transporte que pudiera superar al barco en capacidad de carga, ni tan siquiera en velocidad media sostenida. Se trataba de un almacén móvil al que se incorporaban mercancías para ser trasladadas de un punto geográfico a otro a través de los mares. Correspondía a su tripulación, entre otras responsabilidades, cargar en el mismo tanto los alimentos precisos para su sustento, las denominadas provisiones, como las mercancías objeto de traslado. Para ello se valían, además de la fuerza física del personal, de una serie de ingenios navales, como aparejos, cabrestantes, poleas, etc, que facilitaba la estiva a bordo.
Continuar leyendo: