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Parece ser, según antiguos documentos consultados, que a resultas de la batalla del Callao, a partir de 1865 en que ya se había consumado el regreso a España de la escuadra que había mandado Don Casto Méndez Núñez, se implantó en la alta sociedad española la moda de vestir a los niños de marinerito en días festivos o de especial relevancia, como aquellos que habían salvado, en el Pacífico, el honor de la Patria”.
Esa moda, poco a poco se iría extendiendo a otras clases sociales, luciendo los niños en sus gorros, habitualmente, los nombres de los buques de gran porte que estaban en servicio en aquellos momentos, como deseosos de poder servir algún día en dichas unidades, moda que, al llegar los primeros años del pasado siglo XX, siguió extendiéndose a los niños de comunión, en cuyos gorros solía figurar la cinta con el nombre igualmente de alguna unidad significativa de la Armada, exceptuando los niños, cuyo padre, abuelo, etc. era marino y estaba embarcado en esas fechas, en cuyo caso solía lucir en el gorro la del buque de destino de su progenitor.
Hoy día, esta tradición centenaria (como muchas otras), tiende a desaparecer, limitándonos a recordar esos probables orígenes que hemos recuperado de antiguos textos que figuran en nuestros archivos navales.
Diego Quevedo, Alférez de Navío ®, asociado de AEME.
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