El «queísmo» y el «dequeísmo» son algunas de las incorrecciones más comunes al hablar y escribir en lengua española
«Me acordé que era hoy» parece una frase correcta, pero no lo es por adolecer de «queísmo»: la incorrección debida a la omisión de la preposición «de». Por tanto lo justo es, en este caso: «Me acordé de que era hoy».
Según indica la Fundéu: «La preposición de no debe omitirse cuando va con verbos que llevan un complemento de régimen (acordarse, alegrarse, arrepentirse, olvidarse… de algo o convencer, tratar… de algo). Tampoco con sustantivos y adjetivos que necesitan un complemento preposicional (a condición de, con ganas de… y seguro de, convencido de…). Ni con locuciones como a pesar de, a fin de, a condición de, en caso de, hasta el punto de…».
De este modo también es incorrecto, por ejemplo: «Me alegro que estés bien», siendo lo adecuado: «Me alegro de que estés bien». Una supresión, la de la preposición «de», muy común en el habla y el lenguaje, en buena medida provocada por la precaución de los hablantes y escribientes de no caer en la otra cara de esta moneda: el «dequeísmo», que es precisamente lo contrario: el uso incorrecto de la preposición «de» delante de la conjunción «que».
«Pienso de que María es inteligente»
Un ejemplo de «dequeísmo» es, por ejemplo: «Pienso de que María es inteligente», en lugar del correcto: «Pienso que María es inteligente». La cuestión es que un complemento directo no puede venir nunca precedido de una preposición. En este caso «que María es inteligente» es dicho complemento del verbo («pensar»), por lo que la preposición («de») está de más.
Lo mismo sucede cuando la preposición precede al sujeto: «Me encantó de que estuviese». Aquí «que estuviese» es el sujeto de «encantar», por lo que hay que suprimir la preposición «de», siendo la frase correcta: «Me encantó que estuviese». Una preposición («de») que en otros casos exige otra: «María insiste de que vengas» por la adecuada «María insiste en que vengas», donde se sustituye «de» por «en».
«Dudar algo» y «dudar de algo»
Dos cuestiones, el «queísmo» y el «dequeísmo», que se enfrentan y se producen por miedo a caer la una en la otra. La adición y la omisión dudosas, tan dudosas como, curiosamente, el caso de «dudar algo» y «dudar de algo» (como «advertir algo a alguien» y «advertir de algo a alguien»; «avisar algo a alguien» y «avisar de algo a alguien»; «cuidar algo o a alguien» y «cuidar de algo o alguien»; «dudar algo» y «dudar de algo»; «informar algo a alguien» [en América] e «informar de algo a alguien» [en España]», según la Fundéu), ambas expresiones correctas con y sin la preposición.
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