LUCES Y SOMBRAS DEL PLAN DE PAZ DE TRUMP PARA GAZA Coronel Garcia Riesco

 

Plan integral del presidente Donald J. Trump para terminar con el conflicto en Gaza

 

LUCES Y SOMBRAS DEL PLAN DE PAZ DE TRUMP PARA GAZA

 

El Plan de paz de Trump, que debió haber llegado antes, se presenta en un momento propicio por la debilidad de los contendientes y por el temor de los países del Golfo a una guerra en la región. Logra el alto el fuego, la devolución de rehenes y prisioneros, la retirada parcial de Israel de una Gaza que será de los palestinos, y prevé la disolución de Hamás.

El proceso no está libre de dificultades. Se requerirá un gran esfuerzo de Estados Unidos para que Israel cumpla lo acordado y de Catar y Egipto para que Hamás no viole las condiciones pactadas. En todo caso, cualquier acuerdo en la región no puede quedarse en los aspectos tangibles, sino que debe profundizar en los sentimientos colectivos: el diálogo interreligioso, el pleno reconocimiento de los derechos humanos y la seguridad de ambas partes.

 

Entorno previo

El Plan de 20 puntos de Trump[i], que debió haberse propuesto antes —el mundo se pregunta cómo la comunidad internacional ha permitido la muerte de tantos inocentes—, llega en un momento de debilitad de Hamás, de agotamiento del ejército israelí, de desprestigio internacional del gobierno de Netanyahu ante la devastación humanitaria en Gaza y del temor de los países del Golfo a un estallido en la región que los lleve al desastre económico.

Hamás se encuentra aislado en la región y es cada vez más impopular en la Franja. Además, las operaciones de Israel durante el último año han mermado su fuerza. De hecho, su arsenal de cohetes ha sido diezmado, sus principales líderes han muerto, los nuevos alistados no están bregados en el combate y, como señala Srivastava, se estima que el 40 % de los túneles ha sido destruido[ii].

El ejército israelí está agotado. Para controlar Gaza y derrotar a Hamás, Israel precisaría reclutar a 60.000 reservistas adicionales y prorrogar el compromiso de 20.000 efectivos. El problema es que el alistamiento se ha desplomado —del 75 % a menos del 50 % en solo veinte años—, el rechazo al reclutamiento nunca ha sido tan alto y ni la motivación para incorporarse a la lucha ha sido menor, por lo que las capacidades de guerra convencional —siempre imprescindibles— han dejado el protagonismo a los sistemas de defensa aérea y cibernéticos. Jager enfatiza que «las fuerzas de defensa israelíes se encuentran en su peor crisis y no podrán hacer frente a las amenazas actuales»[iii], del mismo modo que Boxerman advierte que «entre el 40 % y el 50 % de los reservistas no se han incorporado a filas»[iv].

Aunque la mayoría de israelíes no cree en la masacre y la hambruna, las 67.000 bajas civiles palestinas causadas por los bombardeos —casi la mitad mujeres y niños— han llevado al país a un desprestigio internacional y le han aislado del mundo. Silver apunta que «la mayoría de los encuestados en veinticuatro países tienen opiniones negativas de Israel y Netanyahu»[v].

Por otra parte, la guerra entre Irán e Irak de la década de 1980 destrozó a los países del Golfo, quienes pagaron un alto precio en términos de estabilidad, seguridad y economía, por lo que están haciendo todo lo posible para que no vuelva a suceder. «En un momento de peligrosa escalada», dice Thafer, «intentan preservar su soberanía, proteger el tráfico petrolero del Golfo y salvaguardar su estabilidad económica»[vi].

 

Los logros

El Plan establece el alto el fuego y la liberación de rehenes, la retirada israelí de la Franja, el exilio de Hamás y el rechazo a la anexión por Israel de los territorios palestinos, a la vez que condena la transferencia de la población gazatí. «Ninguna sociedad puede florecer», precisa el documento, «cuando la violencia y el racismo se normalizan, o cuando las ideologías radicales amenazan el tejido de la vida civil»[vii].

Las tropas israelíes han retirado sus fuerzas para retener aproximadamente la mitad del enclave y se ha realizado el intercambio de rehenes y prisioneros. Hamás ha devuelto a todos los rehenes vivos e Israel a casi dos mil prisioneros palestinos. Además, se enviará ayuda a Gaza sin interferencias y se rehabilitarán las infraestructuras y los servicios.

Israel acepta no ocupar ni anexionarse la Franja, la infraestructura terrorista será destruida y los miembros de Hamás, que deberán entregar sus armas —Trump ha advertido que ‘si no se desarman, los desarmaremos’—, serán amnistiados y podrán vivir en otros países. Socios regionales garantizarán que Hamás cumpla con los detalles del Plan y no represente una amenaza para la región ni un obstáculo para una sociedad en convivencia pacífica y próspera, en donde se habrán desmantelado el extremismo y la radicalización en todas sus formas.

Una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF) se desplegará en Gaza para garantizar la seguridad. La gobernabilidad correrá provisionalmente a cargo de un comité palestino tecnocrático y apolítico, que operará bajo una junta internacional encabezada por la administración estadounidense, y la Autoridad Palestina (AP) podrá recuperar el control de Gaza de manera segura y efectiva.

A pesar de que el «Plan Riviera de Gaza»[viii] pretendía —con una lógica colonial— transformar el enclave palestino en un estado-empresa, previa expulsión de casi toda la población para construir ‘un nuevo Dubai’, el Plan de Trump enfatiza que ningún palestino será obligado a abandonar la Franja. De este modo, el enclave, desradicalizado y libre de terrorismo, no representará una amenaza para sus vecinos y será reconstruido en beneficio de los palestinos.

 

Las sombras

El Plan es utilitarista, lo que dificultará que se cumplimenten los aspectos más sustanciales: el desarme de Hamás, los dos estados y, sobre todo, la convivencia entre israelíes y palestinos.

La propuesta refleja un enfoque materialista, que ofrece a los palestinos beneficios para alentarlos a abandonar su narrativa nacional en un intento de promover la ‘paz económica’. Ello suele tener éxito —como ha ocurrido con la Unión Europea— entre estados soberanos a los que no se les pide que renuncien a elementos centrales de su identidad a cambio de ganancias materiales. Sin embargo, todo parece indicar que, ochenta años después del fin del mandato británico sobre Palestina, está naciendo un nuevo protectorado en donde no se concibe a Gaza como un territorio soberano sino como una empresa. El Karoui precisa que «el Plan de Trump, igual que el Plan Riviera de Blair, contempla la Franja como un protectorado estadounidense-israelí-arábigo, en donde se mezclan la política y los negocios»[ix].

Aunque Hamás está débil, ha restaurado el terror en la Gaza no ocupada por Israel. No tiene la capacidad de combate de hace dos años, pero no parece estar dispuesta a deponer las armas y desaparecer. Kuperwasser señala que «el principal objetivo de Hamás sigue siendo el control físico e ideológico sobre Gaza»[x].

El despliegue de una fuerza internacional para controlar la Franja, después de que el ejército israelí se retire y de que Hamás haya entregado sus armas, no será fácil. El Karoui se interroga sobre quién garantizará que Hamás no mantendrá la misma influencia sobre los habitantes de Gaza mediante la violencia y la coacción[xi].

Por otra parte, se presenta al Estado palestino como una mera aspiración, no como un derecho. El Plan alude vagamente a «un camino creíble hacia la autodeterminación y la condición del Estado palestino», lo que implica la ausencia de una voz palestina legítima. Sin embargo, una Autoridad Palestina reconstituida —no Hamás— debe ser protagonista en el proceso de paz. Como señala Kiley, cualquier plan realista debe «crear un camino para una paz justa sobre la base de la solución de los dos estados, bajo el cual Gaza constituya con Cisjordania un Estado palestino»[xii].

 

Los problemas de fondo

El extremismo, la intolerancia religiosa y el odio están arraigados de tal forma que ambas sociedades son mutuamente invisibles.

El mesianismo religioso, fundamentado en la promesa bíblica del retorno a Sión, aporta a los extremistas israelíes el convencimiento de que todo el territorio entre el mar Mediterráneo y el río Jordán les fue asignado por Dios, por lo que consideran a Palestina como una terra nullius lista para acoger el hogar nacional judío o, peor aún, zona a la que hay que arrasar. Meir afirma que «no hay nada que pueda entenderse como palestinos… ellos nunca han existido»[xiii] y Dayan, en vísperas del asalto a Gaza, escribe a las tropas que «Dios les dice a los israelitas que destruyan a sus enemigos mortales»[xiv]. El odio tiene dimensiones bíblicas. Dayán lo ilustra con estas palabras: «¿Qué podemos decir sobre su terrible odio hacia nosotros?… hemos convertido en nuestro hogar los pueblos donde ellos y sus ancestros solían habitar»[xv].

En consecuencia, la relación que mantiene Israel con su tierra no es la de un Estado con un territorio, sino la de un pueblo con su supervivencia, por lo que enfatiza la preponderancia militar y la libertad de acción preventiva para imponer la supremacía hegemónica. Esto hace difícil la coexistencia pacífica con un Estado palestino. En este sentido, Smerkovich afirma que sólo el 21 % de los israelíes piensan que pueden vivir pacíficamente con los palestinos[xvi].

El extremismo y el odio también están profundamente arraigados en la identidad palestina. Para Hamás la Yihad proclama la destrucción de Israel, por lo que está ideológicamente comprometido con la desaparición del propio Estado judío. Israel existirá hasta que el islam lo destruya, como destruyó a otros en el pasado. Como señala en su Carta Fundacional, «su lealtad es para Alá, adopta el islam como forma de vida y se esfuerza por elevar el estandarte de Alá sobre cada palmo de Palestina[xvii].

 

Conclusiones

Los Acuerdos de Oslo (1993) abrieron grandes esperanzas, pero la llegada al poder de Ariel Sharon en Israel y de Hamás en Gaza los hicieron fracasar. Desde entonces, la lucha no ha cesado y no ha habido ningún acuerdo para acabar con el conflicto.

El Plan de Paz de Trump es una gran noticia —se han silenciado las armas y se prevé una Palestina para los palestinos—, pero cualquier acuerdo en la región no puede quedarse en los aspectos tangibles, sino profundizar en los sentimientos colectivos: el diálogo interreligioso, el pleno reconocimiento de los derechos humanos y la seguridad de ambas partes. Mientras israelíes y palestinos sigan con sus planteamientos fundamentalistas, cada intento de llegar a la paz llevará al fracaso.

 

Jesús Alberto García Riesco     Coronel (r) y politólogo 

Asociación Española de Militares Escritores

 

[i] “Los 20 puntos del acuerdo presentado por Trump para el fin de la invasión israelí de Gaza”, EP, 29 SEPT 2025. https://elpais.com/internacional/2025-09-29/estos-son-los-20-puntos-del-acuerdo-presentado-por-trump-para-el-fin-de-la-invasion-israeli-de-gaza.html

[ii] SRIVASTAVA, Mehul. “Show of strength attempts to send message to Palestinians and truce mediators that group remains in control”, FT, OCT 16 2025. https://www.ft.com/content/5fbe2388-90ce-49ea-968e-141184a0a26a

[iii] JAGER, Avi. “The myth of compulsory military service in Israel”, October 18, 2018 https://www.jpost.com/opinion/the-myth-of-compulsory-military-service-in-israel-569779

[iv] BOXERMAN, Aaron. “Israel’s Exhausted Soldiers Complicate Plans for Gaza Assault” TNYT, Aug. 28, 2025. https://www.nytimes.com/2025/08/28/world/middleeast/israels-exhausted-reservists-gaza.html

[v] SILVER, Laura. “Most people across 24 surveyed countries have negative views of Israel and Netanyahu”, Pew Research Center, June 3, 2025. https://www.pewresearch.org/short-reads/2025/06/03/most-people-across-24-surveyed-countries-have-negative-views-of-israel-and-netanyahu/

[vi] THAFER, Dania. “Gulf States to the World: Not Our War, Not on Our Soil”, GIF, June 13, 2025. https://gulfif.org/gulf-states-to-the-world-not-our-war-not-on-our-soil/

[vii] “Declaración de Trump para la Paz y la Prosperidad Duraderas”, 13 de octubre de 2025. https://israelnoticias.com/internacional/texto-completo-de-la-declaracion-de-paz-firmada-por-trump-en-egipto/

[viii] DEYOUNG, Karem. “From a Demolished Iranian Proxy to a Prosperous Abrahamic Ally”. The Washington Post, September 2, 2025. https://www.washingtonpost.com/documents/f86dd56a-de7f-4943-af4a-84819111b727.pdf?itid=lk_inline_manual_4

[ix] EL KAROUI, Hakim. “La paz de Trump no tendrá lugar”, El Gran Continent, 15 de octubre de 2025. https://legrandcontinent.eu/es/2025/10/15/oriente-medio-la-paz-de-trump-no-tendra-lugar/

[x] Citado en BODKIN, Henry. “The US is calling the shots in Gaza – and Israel isn’t happy”. TT, 1 October 2025. https://www.telegraph.co.uk/news/2025/10/21/the-us-is-calling-the-shots-in-gaza-and-israel-isnt-happy/

[xi] EL KAROUI, Hakim. Op. Cit.

[xii] KILEY, Sam. “Donald Trump’s plans for Gaza are doomed and mad”, TI, 30 September 2025. https://www.independent.co.uk/news/world/middle-east/trump-gaza-plan-israel-netanyahu-blair-b2836449.html

[xiii] CRISCAUT, Andrés. “Palestina: el sufrimiento como identidad”, Le Monde Diplomatique, Noviembre 2008. https://www.observatori.org/paises/pais_53/documentos/pp.pdf

[xiv] Citado en SURIANO, Ambra. “Donald Trump’s deal to end the war in Gaza ignores two fundamental requirements for a lasting peace”, The Conversation, 22 de octubre 2025. https://theconversation.com/donald-trumps-deal-to-end-the-war-in-gaza-ignores-two-fundamental-requirements-for-a-lasting-peace-267564

[xv] COHEN, Roger. “Entre israelíes y palestinos crece un abismo psicológico mortal”, TNYT, 22 de noviembre de 2023. https://www.nytimes.com/es/2023/11/22/espanol/israelis-palestinos-conflicto.html

[xvi] SMERKOVICH, Maria. “Israeli Public Is Increasingly Skeptical About Lasting Peace” Pew Researh, junio 3, 2025 https://www.pewresearch.org/global/2025/06/03/israeli-public-is-increasingly-skeptical-about-lasting-peace/

[xvii] Carta Fundacional de Hamás, artículo 6. https://www.catarata.org/media/catarata55/files/

sample-150334.pdf.