Los grandes retos de Joe Biden

El Presidente de AEME,  General Argumosa, publica en el digital La Critica, un articulo sobre el marco geopolítico  que se encontrará el nuevo Presidente de los Estados Unidos.

 

El actual y previsible sistema de seguridad internacional se caracteriza, especialmente, por el desorden estratégico, así como por la competencia geoestratégica de las grandes potencias. Por otro lado, la guerra comercial chino-estadounidense está dañando la economía mundial, las negociaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte se han estancado, continúan las tensiones entre Rusia y la UE desde la anexión rusa de Crimea y del apoyo político y militar del país de los zares a los separatistas ucranianos, la actitud agresiva de China en el Mar de China Meridional está creando una situación prebélica en la región, los gastos militares aumentan y el pacto nuclear con Irán ha sido denunciado por Estados Unidos. Todo ello, junto a los efectos letales de la pandemia y de la autocratización que se está produciendo en algunos estados, conforman indicadores del incremento de la inestabilidad internacional.

 

Es en este marco geopolítico donde actuará el presidente electo estadounidense, Joe Biden, como un hombre de Estado. En el frente interno, restaurando la credibilidad de la democracia y el respeto a las instituciones por parte de la sociedad estadounidense, así como intentando superar la difícil tarea de unir a un pueblo fuertemente fracturado, dividido y polarizado. Como bien dice el presidente electo seré un presidente para todos los estadounidenses. No solo para una parte de la población como ha hecho Donald Trump.

 

Es verdad que Trump ha derrotado militarmente – no ideológicamente – al Estado Islámico, ha conducido y logrado nuevos tratados entre Israel y tres países musulmanes, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán, y ha conseguido que algunos aliados de la OTAN incrementen sus gastos de defensa, pero también es cierto que Trump se equivocó al abrir la guerra comercial con China que no ha ganado porque su déficit se ha incrementado, aisló a su país poniendo en cuestión a organizaciones e instituciones internacionales, perjudicando su naturaleza o su eficacia como Naciones Unidas, OTAN, OMC, o la OMS, o retirándose de instrumentos diplomáticos de convenciones internacionales, después de haber pertenecido a ellas más de siete décadas, porque no beneficiaban o perjudicaban sus intereses.

 

El cambio que se espera de Washington no se va a limitar a su retorno al Acuerdo de París sobre el clima o a enfrentarse fuertemente con la pandemia sino que se implicará en el pacto nuclear con Irán, volverá a las organizaciones multilaterales con sus socios y aliados, incrementará y mejorará sus relaciones con Europa sintonizando con una OTAN más cohesionada, mantendrá una postura firme ante Rusia sin olvidar el tratado START III, recuperará su influencia en Oriente Medio fomentando una política de paz en la región, además de implantar una relación menos tensa con China al mismo tiempo que buscará una alianza ante los excesos del país de la Gran Muralla en el Mar de China Meridional.

 

En el frente externo, de todos los retos o compromisos a que debe hacer frente Joe Biden, quiero destacar los que tiene, fundamentalmente, con los cuatro principales actores mundiales en el campo de la geopolítica y la seguridad internacional que son los relacionados a continuación. Con China como competidor estratégico en todos los órdenes y comportándose como una amenaza; con Rusia que actúa como amenaza, pero carece de capacidades para ser un competidor estratégico; con Irán como adversario ideológico que pretende ser el líder geopolítico de Oriente Medio; y con la UE, principal socio y aliado internacional de Estados Unidos.

 

En relación con China, Washington tendrá que hacer frente a la actual guerra comercial chino-estadounidense; a las disputas en el Mar de China Meridional donde el país asiático está llevando a cabo una política agresiva de hechos consumados, a las sanciones a Hong Kong tras la nueve ley de seguridad mediante la cual Pekín pretende acabar con la autonomía de le excolonia británica; al rechazo chino del apoyo estadounidense a la soberanía de Taiwán; a la prohibición de efectuar inversiones estadounidenses en empresas chinas propiedad del EPL; a la lucha en el ciberespacio con el gigante Huawei; a la denuncia de represión del Gobierno chino contra la minoría musulmana uigur; o al reto de la Iniciativa de la Ruta de la Seda (BRI).

 

Con respecto a Rusia, la nueva administración estadounidense deberá hacer frente al reparto de influencia en el laberinto de Oriente Medio; a la solución de la anexión rusa de Crimea y al apoyo de Rusia a los separatistas ucranianos – estabilizar el eje Mar Báltico-Mar Negro -, y a la negociación del acuerdo de armas nucleares estratégicas START III, cuya vigencia termina el próximo 5 de febrero.

 

En cuanto a Irán, es preciso que Estados Unidos vuelva a integrarse en el pacto nuclear con el país persa, siempre que éste cumpla las condiciones específicas del Plan de Acción Integral Conjunto de 2015, principalmente relativas al enriquecimiento de uranio y a la producción de misiles balísticos con capacidad de portar armas nucleares.

 

Por último, Washington no verá a Europa como un adversario sino como a un aliado y socio por lo que se prevé una relación transatlántica más estrecha, unida y cohesionada sin olvidar que la prioridad estratégica actual y previsible de Estados Unidos es el Pacífico y no Europa. En esta nueva relación, la UE quiere ejercitar su autonomía estratégica disponiendo, al menos, de una política independientes y de una adecuada dimensión militar autónoma, sólida y creíble.

 

En resumen, Joe Biden, si quiere que Estados Unidos recupere su prestigio mundial con su vuelta a la multilateralidad y al sistema de relaciones internacionales debe superar los grandes retos que tiene con los principales actores internacionales: la guerra comercial y la BRI con China; la negociación del START III y la estabilidad en el eje Mar Blanco-Mar Negro con Rusia; y la reintegración en el pacto nuclear con Irán. Todo ello, debiera realizarlo en colaboración y en estrecho contacto con la Unión Europea.

General de División (R) Jesús Argumosa Pila

20/XI/2020

Fuente:

https://lacritica.eu/noticia/2195/jesus-argumosa-pila/los-grandes-retos-de-joe-biden.html