El Teniente General Marín Bernardi, 2º Jefe del Estado Mayor del Ejército ha publicado un articulo sobre su estancia en Afganistán como Jefe de la Agrupación Española y del Equipo de Reconstrucción Provincial de Qala e Naw en la provincia de Badghis (Afganistán), que es comentado por el General Dávila en su Blog:
LA VOZ MILITAR. LA DEL GENERAL MARTÍN BERNARDI, 2º JEME
No es frecuente leer opiniones de altos mandos de los ejércitos mientras están en activo. Luego, retirados, parece también que se los traga la tierra y si alguno (s) se decide (n) a hacerlo ya saben —como recientemente hemos vivido— que les cae una feroz crítica que incluye la del fuego amigo.
El pasado viernes día 9 de julio escribía en la tercera de ABC el teniente general del Ejército de Tierra Miguel Martín Bernardi, 2º Jefe de Estado Mayor del Ejército. Lo hacía sobre Afganistán; en concreto el título dado a su artículo era El legado de Afganistán.
Lo escrito por el general, dado su empleo y cargo hay que destacarlo y analizarlo en profundidad.
Es evidente que no daba una opinión más allá de lo profesional, pero para el que sabe leer entre líneas de lo militar lo expresado por el general Martín Bernardi es mucho más de lo que se lee sin hacer una pausa para meditar.
Bien es cierto que no escribe como 2º JEME, sino como Jefe de la Agrupación Española y del Equipo de Reconstrucción Provincial de Qala e Naw en la provincia de Badghis (Afganistán) que lo fue entre marzo y julio de 2010. Una cosa no evita la otra; haber sido y ser es lo mismo para el caso.
El caso es que se nota que escribe un soldado que no se anda con paños calientes ni suaviza o acomoda el lenguaje de guerra como gusta hacer al relato oficial.
«Mi coronel nos atacan, te llamo luego». Esa frase escrita por el general deja claro cuál era, y es, el día a día de nuestros soldados, cual era, y es, la situación en Afganistán o en el lugar donde se encuentren. Para eso se forman y esa es su principal misión: combatir, prepararse para combatir, la guerra.
Nadie debe llamarse a engaño ni utilizar un melifluo lenguaje para definir la experiencia de nuestros soldados ni para ocultar el riesgo que conlleva su misión que no en pocas ocasiones supone ofrendar la vida, dejar la vida por España. En Afganistán, como recuerda el general, se suman ciento cuatro compatriotas muertos en el cumplimiento del deber.
«Volvemos de Afganistán con una magnífica experiencia y habiendo incorporado un bagaje valiosísimo como Ejército y como soldados. Con múltiples enfrentamientos de valeroso soldados que nunca dieron un paso atrás en combate».
Experiencia de combate, escenarios hostiles, preparación exigente y detallada, sobre todo unos jóvenes mandos (mando que no liderazgo) con una experiencia que enriquece al Ejército y se transmitirá al conjunto. En definitiva un Ejército preparado para el combate.
Nos habla el 2º JEME de «valeroso soldados», de trabajo, esfuerzo, sacrificio, dedicación, afecto… hasta la muerte. Ese es el resumen que nos traen las palabras del general Martín Bernardi. Un Ejército de soldados capaces de combatir en los peores escenarios y condiciones, dispuesto a entregar su vida por la patria: España.
No es nuevo. Quizá desconocido. Puede que no se quiera divulgar lo suficiente.
Estos soldados no son líderes de nada, son mandos, y mandar es lo más complejo de la condición humana porque significa arrastrar a tus hombres hasta el final.
Mandar no es sólo una facultad o poder asociado al aspecto legal y con respaldo institucional. Cuando se manda bien, es la autoridad moral la que motiva y emociona moviendo al grupo hasta límites insospechados porque tiene una referencia a seguir, una disciplina moral que cumplir, un ejemplo a imitar. Mandar es algo más complejo que liderar, porque requiere conocimientos, estudio, capacidad de análisis y de decisión. Son esas viejas virtudes del honor, austeridad, sacrificio, abnegación, camaradería, valor…, las que arrastran y convierten al que manda en líder. Para mandar hay que estar preparado y para liderar, además de saber mandar, debes de vivir en la virtud.
Esos son nuestros soldados, de los que habla nuestro general Miguel Martín Bernardi sin tapujos, sin ostentar ni ocultar.
Mi general nos atacan… Esta es la situación.
Gracias mi general.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Fuente: