El autor es nuestro asociado y Delegado para Andalucía de AEME el coronel de la Guardia Civil Jesús N. Núñez Calvo, doctor en Historia. Por el interés histórico reciente de estas narraciones, esta web publicará los capítulos que aparezcan en el diario EUROPASUR. El siguiente corresponde a los capítulos XXVIII, XIX Y XXX de la “Reorganización en la posguerra civil” del Cuerpo de Carabineros.
La reorganización en la posguerra civil (XXVIII)
- El capitán Antonio Potti Trigo fue uno de los directores del periódico ‘La Correspondencia Militar’, el cual estuvo en edición entre 1877 y 1932
En el pasado capítulo se citó como el entonces brigada de Carabineros Eusebio Fernández Chimeno rindió un especial homenaje al fallecido capitán del mismo Instituto, Antonino (a veces salía publicado oficialmente como Antonio) Potti Trigo, en su obra publicada en 1936, antes de iniciarse la desdichada guerra civil, llamada Escalafón General del Cuerpo de Carabineros.
Dicho capitán, nacido el 21 de septiembre de 1876 e ingresado en el servicio a los 16 años de edad, es decir, el 21 de septiembre de 1892, no fue un oficial más de tan honroso Cuerpo, tal y como se verá más adelante, por lo que se merece que se le dedique esta página. Además estuvo destinado casi dos años en el empleo de primer teniente en la Comandancia de Algeciras. Fue a ella por real orden de 9 de febrero de 1917, procedente de la Comandancia de Gerona, siendo posteriormente destinado por real orden de 27 de enero de 1919, a la Comandancia de Guipúzcoa.
Su presencia en nuestra comarca fue recogida en varias ocasiones por la prensa local. Un curioso ejemplo lo tenemos en el diario liberal independiente, y pro-británico, El Campo de Gibraltar, núm. 725, correspondiente al 1º de marzo de 1918. Dicho periódico se autodenominaba “Órgano defensor de los intereses de la región y de los de España en África”. Su redacción y administración estaba en el antiguo núm. 8 de la calle Teniente Serra, en Algeciras.
En dicho artículo se hacía especial referencia como “distinguido amigo” a Potti, reconociendo su condición de oficial de Carabineros, y se citaba de forma especial a su hija Amalia como participante al día siguiente, sábado, en una velada artística a celebrar en el “Salón Imperial”, dónde tomarían parte notabilísimos aficionados de Algeciras y la Línea de la Concepción. Tan sólo decir que poco antes se había tratado de “muy estimado amigo” al teniente coronel Valeriano Lorenzo Rodríguez, jefe de dicha Comandancia de Carabineros, con motivo de su boda con Rafaela de los Ríos Le-Roux, el 15 de febrero.
Pero antes de proseguir hay que precisar que el brigada Fernández decía en 1936, al inicio de su obra citada, que dicho “entusiasta” capitán, diez años antes, “publicó el Anuario Guía del Cuerpo de Carabineros, libro de utilidad reconocida, pero que por haberse desistido del intento en sus primeros comienzos murió, como por los azares de la vida mueren tantas cosas buenas”.
Tal afirmación hay que decir que siendo cierta es inexacta y no es nada completa. Para ello se va a acudir primero a una real orden de 30 de marzo de 1925, dimanante de la Sección de Justicia y Asuntos Generales del Ministerio de la Guerra, que fue publicada en el diario oficial núm. 72, de fecha 1 de abril siguiente. Estaba dirigida al director general de Carabineros que era entonces el teniente general José Olaguer-Feliú Ramírez.
Concretamente se autorizó la publicación de ese “Anuario Guía” al teniente coronel de Carabineros Francisco Santaella Sánchez, destinado como jefe de la Secretaría de la Dirección General de dicho Instituto; en unión del comandante de Infantería Federico Acosta Roldán, disponible en la 1ª Región (Madrid); del de igual empleo de Carabineros Ángel Sánchez Alonso, que era auxiliar del 4º Negociado (Organización y disciplina) de dicha Dirección General; y del teniente Potti, que por aquel entonces estaba destinado en la Comandancia de Valencia.
Dicha obra iba a contener, “los nombres y apellidos de todo el personal del Cuerpo; con resumen detallado de los puestos, sus características geográficas, históricas y estadísticas; hechos de armas más notables, aprehensiones de importancia, recompensas y demás vicisitudes y consideraciones sobre Código de Justicia y demás legislación militar y de Hacienda; especialmente del reglamento de Alcoholes; ordenanzas y servicios peculiares de Carabineros, en analogía con lo dispuesto en el artículo 28 de la ley de Propiedad Intelectual de 10 de enero de 1879”.
Hay que añadir que el 1º de marzo de 1931, el ya teniente coronel Sánchez Alonso, que era el ayudante de campo del general de división y subdirector del Cuerpo de Carabineros Eladio Soler Pacheco, cumplió 60 años, pasando a la situación de reserva por cumplir la edad reglamentaria. Justo dos años después, pasó reglamentariamente a retiro. Hay constancia documental de que por real orden de 25 de agosto de 1900, siendo segundo teniente (alférez), fue destinado a la Comandancia de Cádiz, procedente de la de Lérida, donde estuvo destinado un par de años, antes de pasar a la Comandancia de Mallorca.
Sobre el general Soler, que era natural de nuestro San Roque, hay que recordar que ya fue anteriormente citado en otros capítulos, pues siendo capitán entre los meses de octubre de 1906 y abril de 1907 había estado destinado en la Comandancia de Algeciras. Posteriormente, entre abril de 1921 y febrero de 1922, ostentando el empleo de coronel, fue jefe de la 6ª Subinspección de Carabineros, con residencia en la capital gaditana, de la que entonces dependían las Comandancias de Carabineros de Algeciras y de Cádiz.
Como ya se dijo la semana pasada, el capitán Potti, pasó a la situación de reserva el 26 de septiembre de 1929, encontrándose en la situación de reemplazo por enfermo en la 1ª Región Militar y afecto para haberes a la Comandancia de Carabineros de Madrid. Pero lo que no se dijo es que fue uno de los directores del periódico “La Correspondencia Militar”, el cual estuvo en edición entre 1877 y 1932, donde se mezclaban cuestiones militares y políticas de muy diverso tipo.
Falleció en Madrid el sábado 14 de enero de 1933, “víctima de rápida enfermedad”, y el periódico madrileño Ahora, entre otros, publicó tres días más tarde una nota necrológica llena de afecto dedicada al finado, “por sus excepcionales condiciones de laboriosidad, inteligencia y trato de gentes, supo granjearse la simpatía y afecto de cuantos le trataron”.
Según el periódico, el entierro celebrado al día siguiente constituyó “una verdadera manifestación de duelo”, dando su pésame a la familia, y muy especialmente a sus hijos José y Luis. En representación del Cuerpo de Carabineros asistieron, según el diario, el inspector general Miguel Garrote Cancelo y el coronel Cipriano Gómez de Lázaro Robles, jefe de la Secretaría de la Inspección General.
Con dicho coronel estaba destinado el entonces comandante Leoncio Jaso Paz. Éste, siendo ya teniente coronel jefe de la Comandancia de Cádiz, sería felicitado tras los sucesos de octubre de 1934, por “sus inteligentes y entusiastas asesoramientos, respecto al empleo y distribución de sus fuerzas de Carabineros en la custodia del transformador de luz, de la Audiencia, de las Catedrales, Nueva y Vieja, y del Convento de Santo Domingo”, entre otros, así como en numerosos pueblos de la provincia. El 18 de julio de 1936 se mantuvo leal al gobierno de la República y sería condenado por el delito de rebelión militar. Fue fusilado el 6 de agosto siguiente en el castillo capitalino de San Sebastián, junto al gobernador civil de Cádiz y comandante de Artillería, Mariano Zapico Menéndez-Valdés y el capitán de Artillería Antonio Yáñez-Barnuevo de la Milla, jefe provincial del Cuerpo de Seguridad.
La reorganización en la posguerra civil (XXIX)
- Con la reforma de finales de 1935, las comandancias de Algeciras y Cádiz pasaron a depender orgánica y funcionalmente de Málaga y Sevilla, respectivamente
Una vez recordados en anteriores capítulos el capitán de Carabineros Antonino Potti Trigo, que fue uno de los directores del periódico La Correspondencia Militar, fallecido en 1933; así como del brigada de Carabineros Eusebio Fernández Chimeno, autor en 1936 del libro Escalafón General del Cuerpo de Carabineros, hay que seguir adelante.
Mucho se podría seguir escribiendo sobre ambos, y en especial del segundo, al haber sobrevivido a la guerra civil, así como por las lecciones de historia aprendidas. Como ya se vio, Fernández Chimeno llegó a alcanzar durante la contienda, en zona republicana, el empleo de teniente de Carabineros así como tras la misma y al producirse la anexión, igual empleo en la Guardia Civil, si bien fue seguidamente depurado pasando con carácter forzoso a la situación militar de retiro. Ocasionalmente volveremos a citarlos en futuros artículos.
Volviendo a nuestra desdichada guerra civil habíamos dejado al entonces capitán Joaquín Moreno Lara destinado en la 12ª Comandancia de Carabineros, que teniendo su cabecera en la capital hispalense, tenía por demarcación las provincias de Sevilla y de Huelva, mandando una compañía territorial de ésta última.
Por otra parte, mucho se podría decir sobre aquella reforma de finales de 1935 que padeció el Cuerpo de Carabineros y que supuso el inicio de su fin que llegaría con la mentada ley de 15 de marzo de 1940. En lo que nos afecta directamente no sólo vio reducidas sus comandancias a una veintena, sino que la 10ª Comandancia de Algeciras pasó a depender de la 5ª Zona de Málaga, mientras que la 11ª Comandancia de Cádiz lo hizo de la 6ª Zona de Sevilla. Es decir, cada parte de la provincia gaditana, más dividida que nunca en dos, pasó a tener una dependencia orgánica y funcional diferente.
Respecto al capitán Moreno, futuro y último teniente coronel jefe de la Comandancia de Carabineros de Algeciras y primer jefe de la Guardia Civil del Campo de Gibraltar, tras su reconversión hay que comenzar diciendo que tuvo un ascenso tardío al empleo de comandante. Primero tuvo que publicarse en el BOE la correspondiente declaración de aptitud por la que desde el 13 de enero de 1937 dicho oficial era apto para el ascenso, cuando por antigüedad le correspondiese, ya que reunía las condiciones exigidas.
Dos días después, tras la correspondiente propuesta del general de división Gonzalo Queipo de Llano Sierra, en su condición de inspector general de Carabineros, se dispuso por orden de la Secretaría de Guerra en Burgos, cuyo jefe era el general de división Germán Gil Yuste, que se ascendiera a dicho capitán al empleo de comandante.
El capitán Moreno, según dicha disposición, había cumplido el 9 de agosto del año anterior, las condiciones reglamentarias para obtenerlo, siendo situado tras su ascenso entre los comandantes de Carabineros Luis Ramajos Ortigosa, destinado en la Comandancia de Navarra, y Antonio Quintero Iglesias, perteneciente a la Comandancia de Baleares.
Llegados a este punto hay que decir que el comandante Ramajos, destinado en los Colegios de Carabineros en El Escorial (Madrid), para efectos administrativos, había pasado por orden circular de 27 de mayo de 1935 a la Comandancia de Guipúzcoa, siendo ya destinado formalmente con la nueva normativa el 3 de diciembre siguiente a la misma, la cual, con la consiguiente reducción a 20 comandancias en total, tomó el numeral de 19ª. Posteriormente, el día 28 de ese mismo mes, fue destinado a la 20ª Comandancia de Navarra donde tomó parte activa en la sublevación militar y operaciones posteriores, si bien falleció por enfermedad el 21 de diciembre de 1936. Su viuda, Teresa Montón Bustamante, vería reconocido su derecho a pensión, el 20 de abril siguiente.
El comandante Quintero en cambio, que se encontraba en la situación de disponible forzoso en la 2ª División Orgánica (Sevilla), y a efecto de haberes en la Comandancia de Málaga, había pasado el citado 27 de mayo de 1935 a la situación de activo, siendo destinado a la Comandancia de Baleares. El 3 de diciembre siguiente fue confirmado en el mismo destino, dándosele el numeral de 5ª Comandancia, continuando en la misma durante la guerra civil. Cuando se produjo la absorción de Carabineros por la Guardia Civil, pasaría a dicho Cuerpo, donde por último, tras varios destinos en diferentes lugares, mandaría tras ser ascendido a coronel, desde 1945 hasta 1950, el 44º Tercio, con residencia en Palma de Mallorca. Falleció en Alicante el 5 de enero de 1961 y dejó viuda a Cayetana Sáenz de Sicilia Morales. Hay que decir que estuvo destinado como teniente en la Comandancia de Carabineros de Cádiz, desde septiembre de 1918 hasta su ascenso al empleo de capitán en febrero de 1924.
Prosiguiendo con el ya comandante Moreno, hay que decir que éste, primero fue enviado en comisión de servicio el 13 de febrero de 1937 a la 9ª Comandancia de Carabineros de Málaga, cuya capital había sido tomada por las fuerzas sublevadas tan sólo cinco días antes. Incorporado al día siguiente se hizo cargo del mando accidental de la misma hasta el 17 de marzo siguiente que recibió la orden de presentarse como destinado en la 10ª Comandancia de Carabineros de Algeciras, al objeto de hacerse cargo de su jefatura del Detall.
Transcurrido poco más de un año, se recibió en Algeciras, procedente de la 12ª Comandancia (Sevilla-Huelva), un escrito fechado el 23 de mayo siguiente, por el que se adjuntaba copia de un testimonio, dimanante del procedimiento judicial militar previo, instruido para averiguar la actuación de las fuerzas de Carabineros destacadas en Huelva, “durante el periodo rojo”. Conforme al mismo, no se había deducido de lo actuado “indicio racional de criminalidad en relación con las expresadas fuerzas y en especial para el comprendido en esta hoja de servicios”, es decir, el ya comandante Moreno. Por lo tanto, se procedió a la terminación del referido procedimiento sin declaración de responsabilidad.
El día 26 de ese mismo mes, por orden de la Subsecretaría del Ejército del Ministerio de Defensa Nacional, dirigida por el general de división Luis Valdés Cavanilles, se publicó en el BOE el nuevo destino de Moreno a la 12ª Comandancia, que con cabecera en Sevilla seguía manteniendo esta provincia y la de Huelva. Hay que significar que en la misma resolución fueron destinados a la 10ª Comandancia de Algeciras, los comandantes de Carabineros Miguel Garrido Vecin, ascendido, de la 5ª Comandancia (Baleares); y Emilio de los Ríos Astigarraga, igualmente ascendido, de la 9ª Comandancia (Málaga), quedando a las órdenes directas del jefe de la de Algeciras.
Incorporado Moreno el 3 de junio siguiente, se hizo cargo de la Jefatura de Servicios de la misma, quedando a las órdenes de su jefe en la capital hispalense. Cinco meses justo después, el general Valdés firmaba que el teniente coronel jefe de la 12ª Comandancia, Manuel del Valle Aparicio, recién ascendido a coronel, pasase a mandar la 6ª Zona de Sevilla. Y Moreno, por conveniencia del servicio, fuera a residir a la provincia de Huelva, en sustitución del comandante Nestavo García Hernández, quien al ascender a teniente coronel se le confirió la 13ª Comandancia (Badajoz).
La reorganización en la posguerra civil (XXX)
- Tras finalizar la guerra civil, la orden ministerial del Ejército de 22 de julio de 1939 supuso diferentes destinos de agentes a la provincia de Cádiz o hacia fuera de ella
En la resolución del 3 de noviembre de 1938, en plena guerra civil, el comandante de Carabineros Joaquín Moreno Lara, futuro primer teniente coronel jefe de la futura y nueva 134ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras) tras la absorción, fue destinado a la provincia de Huelva. Ésta estaba encuadrada entonces en la 12ª Comandancia de Carabineros (Sevilla) y quien hasta entonces había sido su jefe, Manuel del Valle Aparicio, pasó a mandar la 6ª Zona de Carabineros, con cabecera en la capital hispalense, tras su ascenso al empleo de coronel. Ésta, a su vez, comprendía territorialmente la 11ª Comandancia (Cádiz) y la mentada comandancia hispalense a la cual se le había añadido también la provincia onubense.
Pero éstos, no fueron los únicos destinos de interés relacionados con los Carabineros y la provincia de Cádiz que se produjeron en dicha resolución. Federico Rodríguez Baster, recién ascendido a teniente coronel y que llevaba mandando como comandante la 11ª Comandancia de Cádiz desde el inicio de la guerra civil, tras la detención del teniente coronel Leoncio Jaso Paz, que fue fusilado poco después por su lealtad republicana, volvió a ser destinado como jefe la misma.
A su vez, el comandante Miguel Garrido Vecin fue destinado de la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras) a la provincia de Castellón, perteneciente a la 3ª Comandancia de Huesca, mientras que el nuevo comandante José Cumbre Tecle, recién ascendido en el Campo de Gibraltar donde estaba destinado como capitán, continuaría prestando sus servicios en la comandancia algecireña. Por otra parte, en la 11ª Comandancia de Cádiz, había ascendido también a comandante el capitán Manuel Sanmartín Rives, siendo destinado igualmente a la misma.
Además de los jefes citados fueron destinados en esa misma orden del Ministerio de Defensa Nacional, perteneciente al bando sublevado, o llamado nacional, y publicada en el BOE núm. 128, fechado dos días más tarde, dos capitanes de Carabineros a la provincia gaditana, mientras se daba salida a un tercero. Se trataban de los capitanes Andrés Álvarez Froix, procedente de la 17ª Comandancia, en la provincia de Pontevedra, y José Fernández Reino, de la 3ª Comandancia, provincia de Lérida, que fueron destinados a la 10ª Comandancia (Algeciras). En cambio, el capitán Santiago Estébanez Piñero, que pertenecía a la 11ª Comandancia (Cádiz), marchó destinado a la 16ª Comandancia, provincia de Zamora.
Tras finalizar la guerra civil destaca la orden ministerial del Ejército, de 22 de julio de 1939, firmada por el general subsecretario Luis Valdés Cavanilles, que supuso, entre otros, diferentes destinos a la provincia de Cádiz o hacia fuera de ella. Así, el teniente coronel Rodríguez Baster dejó el mando de la 11ª Comandancia (Cádiz) para ser destinado a la 1ª Comandancia (Barcelona). Lo mismo le ocurrió a los dos comandantes de la 10ª Comandancia (Algeciras), Emilio de los Ríos Astigarraga, que pasó destinado a la citada comandancia barcelonesa y José Cumbre Tecle, que lo fue a la 2ª Comandancia (Gerona), fracción de Figueras. A su vez, el comandante Fernando Sostoa Erostarbe, que estaba destinado en la 11ª Comandancia (Cádiz) fue destinado a la 7ª Comandancia (Murcia), mientras que el recién ascendido comandante Norberto Pérez Baturone, que estaba destinado como capitán en la citada 11ª Comandancia (Cádiz), se quedó en la misma. Finalmente, el capitán Juan Velázquez Ortega, destinado hasta entonces en la 10ª Comandancia (Algeciras), pasó a la provincia de Huelva, dependiente de la 12ª Comandancia (Sevilla), mientras que el capitán Gabino del Diego Delgado, de la 11ª Comandancia (Cádiz), fue destinado a la comandancia campogibraltareña. A su vez, por último, el capitán Isidoro Herrera Fernández, igualmente ascendido como el anterior, fue destinado de la 11ª Comandancia a la 6ª Comandancia (Alicante), mientras que el teniente José Ventura Pérez lo fue de la 10ª Comandancia (Algeciras) a la 7ª Comandancia (Murcia).
Volviendo al comandante Moreno Lara, éste continuó desempeñando sus cometidos en la provincia de Huelva durante el resto de la contienda, continuando con posterioridad en la misma, hasta su ascenso al empleo de teniente coronel. Éste se produjo el 31 de diciembre de 1939 por orden del ministro del Ejército, el bilaureado general de división José Enrique Varela Iglesias, publicándose el 6 de enero del año siguiente en el diario oficial de dicho ministerio.
En esa misma orden ministerial, destinados en la provincia gaditana, también fueron ascendidos al empleo superior, en propuesta extraordinaria y por antigüedad, el hasta entonces capitán de la 10ª Comandancia (Algeciras), Ignacio Molina Pérez, así como el teniente perteneciente a la misma, Emilio Fernández Simón, y los tenientes de la 11ª Comandancia (Cádiz), José Fernández López y Adolfo Santiago Toriza.
Junto a dicha orden ministerial fue publicada en el boletín oficial otra de misma fecha, referida al ascenso en propuesta igualmente extraordinaria y por antigüedad al empleo superior, de los suboficiales de Carabineros, entre los que estaban destinados en la provincia de Cádiz los siguientes: brigadas Eduardo Frutos García y Miguel Monje Berrocal, en la 10ª Comandancia (Algeciras), así como los de igual empleo Hilario González Gómez, José Calvo Faix y Felipe Ramón Hernández, pertenecientes a la 11ª Comandancia (Cádiz); sargentos Juan Atienza Antón, Alberto de Cabo Vera, Gabriel Viñas Cañizares, Manuel Zapaza Lopera, José Casas Mota, Antonio Ciudad Prada y Juan Saavedra Gómez, pertenecientes a la 10ª Comandancia (Algeciras), así como los de mismo empleo Ángel Bonilla Haro, Serafín Noreña Barbero, Emilio Silva Plaza y José López Casanova, pertenecientes a la 11ª Comandancia (Cádiz).
Continuando con el nuevo teniente coronel Moreno Lara, fue nombrado jefe de la 10ª Comandancia (Algeciras) por orden del Ministerio del Ejército de 27 de enero de 1940, causando seguidamente baja en la 12ª Comandancia (Sevilla) y en su destino de Huelva. En esa misma orden ministerial fue destinado también, para el mando de la 11ª Comandancia (Cádiz), el teniente coronel Miguel García Rodríguez, recién ascendido y procedente de la 17ª Comandancia (Coruña).
Respecto al teniente coronel Moreno Lara causó alta el 1º de febrero siguiente en la comandancia algecireña y se incorporó a la misma el día 9 de dicho mes. Poco tiempo tuvo realmente para mandar tan complicada unidad en su Cuerpo de origen, ya que cuando se hizo cargo del mando de dicha Comandancia, las decisiones de lo que próximamente iba a suceder, estaban ya tomadas en beneficio del Cuerpo de la Guardia Civil. Éste, no sólo se trataría de la principal fuerza de seguridad del Estado, pues ya lo era desde su creación en 1844, sino que también pasaría a integrar el servicio de resguardo fiscal del Estado y la lucha contra el contrabando.
Publicada la ley de 15 de marzo siguiente, el objetivo principal era que personal de Carabineros pasara a integrarse en el de la Guardia Civil, comenzando a asumir las funciones y misiones de aquél.
Tras ello, que supuso el inicio del proceso, se publicó en el BOE de 6 de junio siguiente, la ley sobre concesión de créditos para el Ministerio de la Gobernación durante el ejercicio económico de 1940. Conforme a su desarrollo, la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras), tomó la denominación de la 66ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil.
FUENTE:
https://www.europasur.es/san_roque/reorganizacion-posguerra-civil-XXX_0_1875413861.html