El autor es nuestro asociado y Delegado para Andalucía de AEME el coronel de la Guardia Civil Jesús N. Núñez Calvo, doctor en Historia. Por el interés histórico reciente de estas narraciones, esta web publicará los capítulos que aparezcan en el diario EUROPASUR, sobre la “Reorganización de la Guardia Civil”.
La reorganización de la Guardia Civil (XVIII)
En 1944, estar destinado en la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil de Algeciras, al contrario que en el pasado, no constituía privilegio ni prioridad alguna para pasar destinado a otra comandancia
Una vez nombrados y publicados en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército que el jefe de la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras) era el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives (procedente de Carabineros) así como que sus comandantes eran Ignacio Molina Pérez (procedente de Carabineros) y Juan del Río Fernández (procedente de la Guardia Civil), es importante citar a sus oficiales, suboficiales y cabos comandantes de puesto en aquel aciago año de 1944.
Para ello hay que partir primero de la Escaleta de Generales, Jefes y Oficiales en 1º de mayo de 1944, publicada por el madrileño Taller-Escuela de Artes Gráficas de Huérfanos de la Guardia Civil y donde se advertía que cualquier error que se observase fuera comunicado para su futura subsanación al jefe del Parque Móvil del Cuerpo en Madrid, teniente coronel Juan de la Peña Caballero.
Hay que recordar que la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras) había crecido y adaptado a la nueva dimensión de mando que tenía el gobernador militar del Campo de Gibraltar. También hay que tener presente que se había sobredimensionado su demarcación territorial debido a la situación planteada como consecuencia de la evolución que estaba tomando la Segunda Guerra Mundial.
Por decreto de 11 de julio de 1941 se había nombrado al entonces general de brigada Fernando Barrón Ortíz, procedente del Arma de Caballería, como jefe de la División núm. 22 y gobernador militar del Campo de Gibraltar, siendo promovido al empleo de general de división por otro decreto de 18 de junio del año siguiente y continuando al frente de ambos destinos. Sin embargo, por otro decreto de 24 de septiembre de 1943, se le nombró, en comisión, y en Madrid, subsecretario del Ministerio del Ejército, pero continuando ejerciendo también y expresamente los cargos citados anteriormente. No hay que olvidar que se estaba librando la Segunda Guerra Mundial y que teníamos en nuestra demarcación la colonia británica del Peñón, con todo lo que ello implicaba. Que desempeñase simultáneamente todos esos cargos, en Madrid y en Algeciras, no fue ni un hecho fortuito ni una casualidad.
Por lo tanto, los desempeñó conjuntamente hasta que por decreto de 8 de julio de 1944 fue confirmado en el citado cargo de subsecretario y cesado expresamente en los mandos citados del Campo de Gibraltar. Mientras tanto, los Aliados habían comenzado a desembarcar el 6 de junio anterior en las playas francesas de Normandía y su avance estaba siendo imparable. A su vez, y por decreto de misma fecha que el nuevo destino del general Barrón, sería nombrado para desempeñar esos mismos cometidos en Algeciras, el general de división Eduardo Sáenz de Buruaga Polanco.
Prosiguiendo con nuestro relato hay que precisar que los oficiales destinados inicialmente en aquella nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras), suma parcial de todas las comandancias gaditanas y malagueñas citadas en el capítulo anterior, procedían en su mayor parte del antiguo Cuerpo de Carabineros, si bien también los había pertenecientes desde su ingreso, a la Benemérita.
Procedentes de esta última estaban entonces los capitanes Domingo Oliva Quirós (Algeciras), Francisco Lafuente Gonzalo (Ronda) y Antonio Martínez Martínez (Jimena de la Frontera), así como los tenientes Juan Casillas Aguilera (Ronda), Juan Sánchez Vergara (Cortes de la Frontera) y Juan Cruz Martínez Otaola (Casares). También figuraba en Algeciras, si bien en la situación militar de “disponible”, el teniente Ángel Pérez González, así como igualmente en dicha Comandancia, el teniente Antonio Liñán Bernal, recién ascendido pero sin destino todavía.
Procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros, y prestando servicio activo en dicha 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), estaban los capitanes Manuel López Benítez (Atunara), Manuel Roza Gálvez (Algeciras), Antonio Ciro Morcillo (Ronda), José Gallego Bregante (Algeciras), Ángel Gil Sánchez (Barbate), Dámaso González Sáchez (La Línea de la Concepción) y José González Cantón (Tarifa). Igualmente figuraban destinados en dicha Comandancia los tenientes Arturo Santano Armida (La Línea de la Concepción), Francisco Parralo González (Algeciras), Crisanto Alcocébar Delplán (Jimena de la Fontera), Miguel Trujillano Iglesias (Manilva), Ángel del Yelmo Gamino (Cortes de la Fontera), Nicolás Bozal Bernal (Tarifa), Facundo Elvira Parpal (Carbonera), Francisco Martínez García (San García), Manuel Martín Hernández (Cañada Peral) y Crescencio Torés Pérez, que acababa de ascender si bien, aunque encuadrado en la mentada 337ª Comandancia Mixta, no le figuraba todavía destino alguno en la citada escaleta de 1º de mayo de 1944. También se ha observado el error en dicha documento que figura el teniente Santos Reguera Baguer con residencia en Palma de Mallorca cuando realmente se trataba de Santos Rivera Baguer, destinado realmente en la mentada 337ª Comandancia Mixta (Algeciras).
Llama también la atención que al final de dicha escaleta figura una extensa relación de más de noventa generales, jefes y oficiales (en su inmensa mayoría capitanes y tenientes), que hasta fin de diciembre de 1944, y en el día que se indicaba, cesarían, por razón de edad, en la situación de activo, pasando entonces a la de reserva o retirado. Es significativo que ni uno de ellos estaba destinado en la 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), pero en cambio varios de ellos se encontraban en la 137ª Comandancia Mixta (Málaga) y 237ª Comandancia Mixta (Cádiz).
La vida profesional y personal en aquella extensa comandancia, realmente más que campogibraltareña, era en esa época, así como en las anteriores y posteriores, muy dura y salvo algunas muy contadas excepciones, la mayor parte de sus componentes, cuando cumplía el periodo que estaba obligado a estar, solicitaba cambio de destino.
No hay que olvidar, y es buen ejemplo de ello, que tal y como se relató en su momento, de las 31 Comandancias que tenía en 1908 el Cuerpo de Carabineros, la de Algeciras, junto a las de Estepona, Málaga y Mallorca, así como la primera línea de la de Cádiz, primera y segunda compañía de la de Gerona, la compañía del Bidasoa en la de Guipúzcoa, la cuarta compañía de Huelva y la primera de Lérida, estaban consideradas, como de “servicio de fatiga”. Las penalidades que se sufrían durante la prestación del servicio eran tales, que transcurrido cierto tiempo, sus componentes tenían derecho preferente en las solicitudes de traslados a otros destinos.
Tampoco debe olvidarse la Circular núm. 158, de 12 de noviembre de 1931, citada también en su momento y dictada por la entonces Dirección General de Carabineros, sobre traslados de las clases e individuos de tropa de dicho Instituto, incluidas las matronas. En ella se disponía que todos, incluidas ellas, al cumplir un año de servicio en las Comandancias de Algeciras (excepto el personal de Ceuta que entonces estaba encuadrado en la comandancia campogibraltareña), Barcelona, primera línea de Estepona, Figueras, Ripoll, Valencia y compañía de la ría del Bidasoa en Guipúzcoa, “descontando el que permanezcan con licencia, permiso y de baja por enfermo”, podían solicitar traslado a cualquier otra Comandancia, “y hasta ocho”, lo mismo que los jefes y oficiales.
La principal diferencia en 1944 era que estar destinado en la comandancia campogibraltareña, al contrario que en el pasado, no constituía privilegio ni prioridad alguna para pasar destinada a otra comandancia.
La reorganización de la Guardia Civil (XIX)
A partir de la entrada en vigor de la citada ley de 1941, los guardias civiles que ascendieron a cabos ingresaron en una escala única, sin distinción de procedencia de Infantería o Caballería
Ahora es necesario mencionar a los suboficiales y cabos de dicha comandancia, muchos de los cuales fueron entonces los comandantes de los puestos territoriales desplegados en ambas provincias. Nunca antes, ni después, la comandancia campogibraltareña tuvo semejante despliegue, el cual se mantendría hasta 1948.
También hay que precisar que en dicha comandancia, mandada por el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives, el mayor porcentaje de cuadros de mando, tanto jefes, oficiales, como suboficiales y cabos, procedían del desaparecido Cuerpo de Carabineros que había sido absorbido tras la aplicación de la ley de 15 de marzo de 1940, por el de la Guardia Civil. De hecho, en esta comarca más que en ninguna otra, no puede entenderse ni explicarse la razón de ser y estar de la actual Benemérita, si no se asume aquella histórica institución de Carabineros que nació para combatir el contrabando y ser el resguardo fiscal del Estado.
Tampoco, centrándonos ya en España durante ese periodo de la Segunda Guerra Mundial, hay que olvidar que fue necesario anexionar y encuadrar unidades en la nueva comandancia campogibraltareña que hasta entonces habían estado ubicadas en las Comandancias de la Guardia Civil de Cádiz y Málaga, incluidas las procedentes del desaparecido Cuerpo de Carabineros. Es decir, las antiguas 216ª Comandancia Rural (Cádiz) y 234ª Comandancia de Costas (Cádiz), reconvertidas desde el 1 de marzo de 1944, en buena parte, en la nueva 237ª Comandancia Mixta (Cádiz), así como las antiguas 116ª Comandancia Rural (Málaga) y 133ª Comandancia de Costas (Málaga), reconvertidas, también en buena parte, en la nueva 137ª Comandancia Mixta (Málaga). Recordar que las dos nuevas comandancias citadas, junto a la 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), habían pasado a encuadrarse en el nuevo 37º Tercio Mixto (Málaga).
Al igual que poco antes había sucedido con los jefes y oficiales de la “nueva” Benemérita, se publicó en noviembre de 1944 por el Negociado 2º de la Sección de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil, el “Escalafón Oficial”, editado por el Taller-Imprenta de Artes Gráficas de Huérfanos de la Guardia Civil, “de Brigadas, Sargentos, Cabos, Guardias elegibles para Cabos del Cuerpo de la Guardia Civil, y destinados en el C.A.S.E. que presta servicio en las diferentes Unidades del Cuerpo”.
Lo mismo que ocurrió con los jefes y oficiales procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros, tras la entrada en vigor de la mentada ley de 1940, sucedió también a sus suboficiales y cabos, encuadrándoles en unidades de costas y fronteras, mientras que los procedentes originariamente de la Guardia Civil fueron destinados a unidades rurales y móviles.
También es importante recordar, expuesta en un capítulo anterior, la ley de 25 de septiembre de 1941, por la que se dispuso la fusión, en una sola escala, de las de Infantería y Caballería, de los suboficiales y cabos existentes hasta entonces en la Benemérita. No obstante, como también seguía en vigor la ley de 24 de julio de 1918, que estableció “la separación de las escalas de la Guardia Civil en dos Armas: Infantería y Caballería”, se decidió que continuaran existiendo separadamente si bien se declaró a extinguir la de Caballería.
A partir de la entrada en vigor de la citada ley de 1941, los guardias civiles que ascendieron a cabos ingresaron en una escala única, sin distinción de procedencia de Infantería o Caballería. Respecto a los brigadas, sargentos y cabos que entonces pertenecían a Caballería, se dispuso que pudieran “prestar servicio en Unidades que no sean montadas”. Es decir, comenzó entonces en la Guardia Civil la desaparición de la mentada escala de Caballería.
Centrándonos ya en el Campo de Gibraltar, hay que significar que en el citado escalafón de noviembre de 1944 sólo figuraba entre los 126 brigadas de Infantería y los 31 de Caballería de la Guardia Civil, ascendidos a dicho empleo antes de la entrada en vigor de la mentada ley de 1941 y procedentes del Cuerpo fundado por el duque de Ahumada, un único suboficial perteneciente entonces a la nueva 337ª Comandancia Mixta (Algeciras).
Se trataba de José Castro Navarro, brigada desde octubre de 1940 y comandante de puesto en Vejer de la Frontera. Hasta el 1 de marzo de 1944 dicha unidad estaba encuadrada en la 216ª Comandancia Rural (Cádiz), pasando a partir de entonces a formar parte de la nueva comandancia campogibraltareña, haciéndose así constar en el mentado escalafón de 1944.
El resto de brigadas de Infantería pertenecientes igualmente a la nueva 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), procedentes de la Guardia Civil antes de la absorción del Cuerpo de Carabineros pero ascendidos tras la entrada en vigor de la citada ley de 1941, eran Rafael Ródenas López (Jimena de la Frontera/Cádiz) y José Armiñana Pérez (Alcalá de los Gazules/Cádiz).
También, según el citado escalafón de 1944, estaban destinados en la nueva comandancia campogibraltareña, pero pendientes de asignación de destino interno concreto, los brigadas de Infantería Antonio Noguera Cano (procedente por ascenso de la 200ª Comandancia Exenta de Ceuta), Luis Cañón Pedrero (nacido en San Roque, anteriormente había sido sargento de Caballería y comandante de puesto en La Almoraima, ubicado en el término municipal de Castellar de la Frontera, que perteneció al escuadrón de Caballería del entonces 16º Tercio cuya cabecera estuvo ubicada en la ciudad de Cádiz), Ángel Arévalo García (procedente por ascenso de la entonces 118ª Comandacia Rural de Córdoba) y Pedro Durán Rivero (procedente por ascenso de la entonces 211ª Comandancia Rural de Cáceres).
Como sargentos de Infantería de la nueva comandancia campogibraltareña, igualmente procedentes de la Guardia Civil con anterioridad a la mentada ley de 1940, se encontraban Pedro Salvo Pérez (al mando del puesto de Algeciras/Cádiz y superviviente del ataque anarquista a la casa-cuartel de Casas Viejas/Cádiz en enero de 1933) así como Domingo Vera Fernández (al mando del puesto de San Roque/Cádiz).
El resto de sargentos de dicha comandancia, igualmente procedentes de la Guardia Civil, habían ascendido a dicho empleo con posterioridad a la entrada en vigor de la mentada ley de 1941, tratándose de Juan Navarro Mayo (Casares/Málaga), Juan Sánchez Barea (Alcalá de los Gazules/Cádiz), Manuel Quintana Sánchez (Cortes de la Frontera/Málaga), Mariano Sánchez Martín (Jimena de la Frontera/Cádiz), Marcelino Manzaneque Gómez (Buceite/Jimena de la Frontera/Cádiz), Antonio Prieto Flores (Los Barrios/Cádiz), José Corbacho Franco (San Roque/Cádiz) y José Rodríguez Pérez-Palomo (Buceite/Jimena de la Frontera/Cádiz).
Continuando con los suboficiales de la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras), que figuran en el mentado “Escalafón General” de noviembre de 1944, es muy importante, dado además su número mucho mayor, citar a los procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros así como sus destinos, ahora todos pertenecientes a la Benemérita.
Jesus Núñez Calvo. Coronel de la Guardia Civil. Delegado de la Asociación Española de Militares Escritores para Andalucía
Fuente:
https://www.europasur.es/campo-de-gibraltar/reorganizacion-guardia-civil-xix_0_2002092503.html