La reorganización de la Guardia Civil ( XL y XLI)

El diario  EUROPA SUR , publica periódicamente una serie de articulos sobre la “Reorganización de la Guardia Civil”, cuyo autor es nuestro asociado y Delegado para Andalucía D. Jesus N. Núñez Calvo, Coronel de la Guardia Civil.

 

La reorganización de la Guardia Civil (XL)

Finalizada la contienda el 1 de abril de 1939 con la victoria del bando sublevado, el batallón en el que Juan Salom estaba encuadrado se desplazó primero desde la localidad jienense de Villanueva del Arzobispo hasta la estación ferroviaria de Baeza

Prosiguiendo con la hoja de servicios del teniente coronel Juan Salom Sánchez, jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras) entre 1958 y 1963, conviene antes transcribir el primer párrafo del artículo 1º del extenso decreto mencionado en el artículo publicado el lunes pasado. Había sido dictado por el Ministerio de la Guerra el 19 de junio de 1934, siendo su titular Diego Hidalgo Durán y firmado por Niceto Alcalá-Zamora Torres, presidente de la Segunda República.

“Los militares de cualquier clase y jerarquía, así como sus asimilados y personal de los diversos Cuerpos del Ejército que, no gozando de asimilación militar propiamente dicha, tienen consideración de tal clase a efectos económicos y jurídicos, no podrán pertenecer en ningún concepto ni por motivo alguno, mientras pertenezcan en activo, como socios, afiliados o adheridos a ningún Centro, partido, agrupación o sociedad que revista carácter político, ni a ninguna organización o entidad de carácter sindical o societario, tenga o no aquella índole; esta prohibición afectará también a los Oficiales Generales y particulares en situación de reserva”.

Tal vez su lectura pueda llamar la atención al lector actual, pero hay que significar que lo dispuesto en aquel periodo de la historia española no era ninguna obviedad sino toda una imperiosa necesidad. Se trataba de toda una realidad que no incumbía solo al personal militar existente entonces sino que también era una responsabilidad de buena parte de la clase política que parecía no ser consciente del tortuoso camino hacia el que el país se dirigía. Lamentablemente la situación europea, incluso la mundial, no era mucho mejor entonces, tal y como por desgracia se comprobaría antes de finalizar esa misma década.

Consecuente con el decreto anteriormente mencionado, hay que decir que continuaba el citado artículo 1º disponiendo que las personas anteriormente citadas, que entonces perteneciesen a los mentados centros, sociedades y entidades, debían darse de baja en los mismos, en el plazo de un mes, contado a partir de su publicación en la “Gaceta de Madrid”. Y se añadía seguidamente, que dicho precepto, a efectos jurídicos, tenía el carácter de “una orden concreta y terminante”, cuyo incumplimiento produciría las consecuencias legales de la desobediencia, prevenido en el Código de Justicia Militar vigente entonces.

Dicho decreto finalizaba, en su artículo 10º, disponiendo que se insertase en las órdenes de las divisiones, brigadas, plazas y Cuerpos, “dándose lectura del mismo a la tropa y difundiéndose con la profusión necesaria para que llegue a conocimiento de todos cuantos pertenezcan al Ejército”.

Prosiguiendo con el teniente de Infantería Juan Salom, que el 12 de junio de 1932 había contraído matrimonio en Málaga con la joven Ana Ruiz García, continuó prestando un muy activo servicio en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas núm. 3 de Ceuta en diversos puntos del Protectorado de España en Marruecos, hasta que por orden circular del Ministerio de Hacienda, de 1 de junio de 1935, ingresó voluntariamente en el Cuerpo de Carabineros.

Por otra orden circular, de fecha 27 de ese mismo mes y dicho ministerio, fue destinado a la Comandancia de Carabineros de Estepona, incorporándose el 10 de julio siguiente a las órdenes del capitán jefe de la 3ª Compañía (Marbella), “efectuando las prácticas de nuevo ingreso que se determina en el oficio circular del Cuerpo de 25 de febrero de 1922”.

Por orden circular de 2 de noviembre de 1935, dimanante del Ministerio de Hacienda, la mentada Comandancia de Estepona desapareció como tal y pasó a integrarse a partir del 1º de diciembre siguiente en la 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga), bajo la denominación de “Fracción de Estepona”.

Cuando se produce la sublevación militar del 18 de julio de 1936 contra el gobierno de la República, el teniente Juan Salom permanece leal al mismo, continuando en Marbella, “en la práctica del servicio de su empleo”. Sin embargo, el avance que se produce al inicio de 1937 de las tropas sublevadas hacia la capital malagueña, cambiará sustancialmente su situación.

Su hoja de servicios correspondiente a dicho año comienza así: “Continúa practicando el servicio de su empleo hasta el día 16 de enero que es liberada del dominio rojo por el Ejército Nacional la Ciudad de Marbella, donde se hallaba destacado, se presentó a las Autoridades Militares de dicha Plaza, quedando sujeto a información para depurar su actuación y conducta en relación con el Movimiento Nacional que se inició el 18 de julio de 1936, ordenando el Excmo. Señor Inspector General del Cuerpo en escrito nº 59 de 5 de Mayo, que este Oficial fuese destinado a la práctica del servicio, por haber sido absuelto en la información de referencia”.

Tras quedar seguidamente afecto al “Excmo. Señor General Jefe de Instrucción, Movilización y Recuperación”, fue nombrado por orden telegráfica de la Inspección General de Carabineros, de 8 de noviembre siguiente, jefe de la sección de Melilla, encuadraba en la mentada 9ª Comandancia (Málaga), entregando tres días más tarde el mando accidental de la 3ª Compañía (Marbella) que venía desempeñando.

El 15 de noviembre de 1937 tomó el mando de su nueva unidad. Según telegrama del 9 de noviembre del año siguiente, dimanante del inspector general de Carabineros, general de división Gonzalo Queipo de Llano Sierra, se participó que el teniente Juan Salom pasaba destinado por el general jefe del Ejército del Sur (mando que Queipo de Llano desempeñaba simultáneamente), “en concepto de agregado y con carácter voluntario”, a prestar sus servicios en Málaga al Regimiento de Infantería Oviedo núm. 8, “para unidades en el frente”, causando baja en su destino de Melilla.

Seguidamente fue destinado al Primer Batallón de dicho regimiento, desplegado en la población cordobesa de Los Blázquez, tomando parte muy activa durante los meses siguientes y hasta la finalización de la guerra civil en sucesivas operaciones y consiguientes combates contra fuerzas republicanas que tuvieron por escenarios principales diferentes lugares de dicha provincia y de algunas otras provincias limítrofes.

Finalizada la contienda el 1 de abril de 1939 con la victoria del bando sublevado, el batallón en el que Juan Salom estaba encuadrado, se desplazó primero desde la localidad jienense de Villanueva del Arzobispo hasta la estación ferroviaria de Baeza, situada en la misma provincia. Seguidamente marcharon por ferrocarril hasta la estación gaditana de San Roque, donde llegaron el día 16 de dicho mes. Desde allí se desplazaron en camiones hasta La Línea de la Concepción, donde dicha unidad, incluido el citado teniente, quedó de guarnición.

El 13 de septiembre siguiente se reorganizó la compañía del batallón en el que el teniente Juan Salom continuaba encuadrado, reconvirtiéndose la misma en “una agrupación de individuos de los reemplazos 1937 a 1938”. Apenas prosiguió ya que un par de días más tarde se le aplicó la orden de 2 de septiembre de 1939, del ministro del Ejército, general de división José Enrique Varela Iglesias, publicada siete días más tarde en el Boletín Oficial del Estado núm. 252, sobre que el personal de Carabineros agregado a unidades del Ejército durante la guerra civil, regresase a sus comandancias. El teniente Juan Salom se incorporó a su sección de Carabineros de Melilla.

 

La reorganización de la Guardia Civil (XLI)

El capitán Juan Salom, tras permanecer tres años en situación de retiro por no haberse sumado inicialmente a la sublevación de 1936, recurrió y fue reingresado a la escala activa

Continuando con la hoja de servicios del teniente coronel Juan Salom Sánchez, jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras) entre 1958 y 1963, consta que en 1939, encontrándose en Melilla al mando de la sección de Carabineros, fue ascendido por antigüedad, en propuesta extraordinaria, a capitán por orden de la Dirección General de Reclutamiento y Personal del Ministerio del Ejército, de 31 de diciembre.

Pasaportado poco después a la ciudad de Málaga, cabecera de la 9ª Comandancia de Carabineros, se hizo cargo el 18 de enero siguiente, del mando accidental de la 4ª Compañía (Aduanas) del puerto de la ciudad, cesando cinco días más tarde. Por orden de 27 de febrero siguiente, dimanante de la dirección general citada, fue destinado a la Secretaría de la 4ª Zona de Carabineros (Almería), si bien permaneció poco tiempo ya que por otra orden de 30 de marzo, publicada en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército núm. 80, de 10 de abril de 1940, fue nuevamente destinado a la Fracción de Estepona de la 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga).

El día 22 de ese mismo mes se incorporó a su nuevo destino y al día siguiente se hizo cargo del mando de la 3ª Compañía (Marbella). Continuó a su frente hasta el 19 de julio siguiente, haciendo entrega de la misma y se hizo cargo del mando de la 2ª Compañía (Estepona), “por ser de mayor responsabilidad”. Un día más tarde se hizo cargo también del mando de la “Comandancia Militar de Estepona” y del sector correspondiente a los pueblos de Benahavís, Casares, Manilva y San Pedro de Alcántara.

El 9 de agosto cesó en todo ello y volvió a hacerse cargo del mando de la 3ª Compañía (Marbella) de la que había sido la 9ª Comandancia de Carabineros, cuyo Cuerpo, por la ley de 15 de marzo de 1940, había iniciado el proceso de integración en el de la Guardia Civil. De hecho, en virtud de la ley de presupuestos, de 4 de junio de 1940, dicha comandancia de Carabineros había pasado a ser denominada como 65ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil (Málaga).

En cumplimiento a lo dispuesto en la Instrucción General núm. 3 de la Dirección General de la Guardia Civil, de 10 de febrero de 1941, la mentada comandancia administrativa se reconvirtió en la nueva 333ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Málaga), encuadrada en el también nuevo 33º Tercio de Costas de la Guardia Civil (Málaga). Dos días más tarde el capitán Juan Salom cesó en el mando de la compañía marbellí y se hizo cargo del mando de la mentada comandancia malagueña.

Sin embargo, dicho cargo sería muy efímero pues el capitán Juan Salom, al que realmente no se le había perdonado que no se hubiera unido inicialmente a la sublevación militar del 18 de julio de 1936 y permaneciese los primeros meses de la guerra civil en el bando republicano, pasó a partir del 1 de marzo de 1941 a la situación de disponible forzoso en la 2ª Región Militar (Sevilla). Causó alta administrativa, a efectos de documentación y haberes, en la mentada comandancia malagueña de la Benemérita, que antes había sido de Carabineros.

Por orden de 8 de noviembre de ese mismo año, “previo informe favorable del Consejo Superior del Ejército y de acuerdo con el Consejo de Ministros”, publicada tres días más tarde en el diario oficial núm. 253, se dispuso su pase a la situación de retirado, cuando todavía contaba con 35 años de edad. Todo ello conforme a lo previsto en el artículo 1º de la ley de 12 de julio de 1940, publicada cinco días después en el Boletín Oficial del Estado núm. 199.

Con Juan Salom pasaron en esta ocasión a retiro un capitán y dos tenientes de Infantería; dos comandantes, dos tenientes y seis alféreces de la Guardia Civil; así como un coronel, tres comandantes, otros nueve capitanes y cuatro tenientes de Carabineros. Ninguno de ellos había sido condenado en consejo de guerra pero al iniciarse la guerra civil no se habían sublevado aunque luego se hubieran pasado al otro bando y combatido por él.

Dicha ley, fechada casualmente el mismo día del decreto por el que se nombró gobernador militar del Campo de Gibraltar y jefe de la División núm. 22 al todavía general de brigada Agustín Muñoz Grandes, tenía por principal finalidad realizar una profunda depuración de cuadros de mando, “que por diversas causas no actuaron con las tropas nacionales”, total o parcialmente durante la contienda. No habían sido por ello objeto de condena por consejos de guerra, bien por haber resultado absueltos o porque las informaciones privativas que inicialmente les habían instruido, se habían resuelto sin responsabilidad.

Conforme a dicha ley, se facultaba a los ministros de los Ejércitos de Tierra y del Aire así como de la Marina de Guerra, para pasar a situación de reserva a los generales, a las escalas complementarias o situación de retirados a jefes, oficiales y asimilados, y a situación de retirados, en determinadas condiciones, a los suboficiales y miembros del C.A.S.E. (Cuerpo Auxiliar de Subalternos del Ejército creado por ley de 13 de mayo de 1932).

El capitán Juan Salom, dado que no estaba conforme con la situación de retiro a la que había sido forzado, recurrió tal decisión, al igual que hicieron otros muchos perjudicados. En su caso, tras permanecer tres años en situación de retiro, resultó que por orden de la Subsecretaría del Ministerio del Ejército, de 31 de julio de 1944, fue reingresado a la escala activa.

Su “recurso-súplica”, en virtud de las atribuciones concedidas en el artículo 1º de la ley de 13 de diciembre de 1943, que modificaba sustancialmente la mentada de 12 de julio de 1940, que “no ha de tener la consideración de castigo”, previo informe favorable del Consejo Superior del Ejército, había sido atendido positivamente en dicha resolución, al igual que los de un teniente coronel, dos comandantes y otros cuatro capitanes de la Guardia Civil, incluido su hermano Julio. Hay que significar que dentro de la misma orden ministerial también habían resultado favorecidos un comandante y dos capitanes de Ingenieros, un teniente de Infantería, un comandante de Intendencia, un comandante auditor del Cuerpo Jurídico Militar, un teniente coronel y tres comandantes médicos, un comandante veterinario y un comandante farmacéutico.

Consecuente con lo anteriormente dispuesto, el capitán Juan Salom, conforme a la orden del Ministerio del Ejército, de 7 de agosto de 1944, publicada dos días después en el diario oficial, pasó a la situación de disponible forzoso en la 9ª Región Militar (Granada), quedando afecto para documentación y haberes al 37º Tercio (Málaga). En la misma orden ministerial pasaba a dicha situación su hermano Julio, así como tres comandantes y otros tres capitanes, todos de la Guardia Civil.

Por otra orden ministerial de 11 de octubre siguiente, que contemplaba a otros jefes y oficiales de la Benemérita, incluido también su hermano, se destinaba al capitán Juan Salom a mandar la 9ª Compañía de la 134ª Comandancia (Valencia).

 

Jesus N. Núñez Calvo   Coronel de  la Guardia Civil.  Dr. en Historia

Delegado  para Andalucía de la Asociacion Española de Militares Escritores

 

Fuente:

https://www.europasur.es/san_roque/reorganizacion-guardia-civil-xl_0_2003059235.html