La nueva dimensión de los conflictos. General Davara

En el marco del Programa de Actualization de Asociados, AEME PAA 1S 25, se publica este trabajo de nuestro asociado  Fernando Davara, General de Artilleria/DEM, r.

 

La nueva dimensión de los conflictos.

 

We wanted to show how every age had its own kind of war, its own limiting conditions, and its own peculiar preconceptions.
Carl von Clausewitz; On War (1832)- Book eight, Chapter three

 

La invasión de Ucrania por Rusia, la adhesión de Corea del Norte al conflicto desplegando tropas en apoyo a las fuerzas rusas en territorio ucraniano y los múltiples focos de conflicto en Oriente Próximo donde a la guerra abierta entre Israel y Hamas en Gaza se suman Líbano, Siria, Yemen e Irán con dramáticas consecuencias (elevado número de víctimas, grave impacto en terreno e infraestructuras y particularmente en la población ante la magnitud de refugiados y desplazados) son ejemplos que, unidos a otros conflictos actuales, de menor letalidad pero no importancia, como las crecientes amenazas de la República Popular China contra Taiwán, muestran el inestable e incierto estado en que se encuentra la paz mundial.

Una característica común en ellos es la concurrencia de capacidades y tácticas convencionales con otras irregulares y asimétricas propias de la guerra híbrida, en múltiples casos asociadas con las modernas tecnologías, la digitalización y el uso del espacio y del ciberespacio, destacando en este los ciberataques y la utilización de los medios y redes sociales para generar Inteligencia, difundir propaganda o manipular o engañar con campañas de desinformación y posverdad.

Por ejemplo, mientras Rusia mantiene una guerra de ocupación y desgaste en Ucrania utilizando capacidades, estrategias y tácticas militares sostiene otro tipo de presión distinguida principalmente por el uso del ciberespacio para lanzar ataques y realizar operaciones encubiertas y de desinformación.
De igual forma, a partir del ataque a Israel de octubre de 2023 por parte de la organización terrorista Hamás, utilizando estrategias propias de una guerra asimétrica, el conflicto se expande por la región, donde ya estaba latente, entrando en acción fuerzas irregulares y regulares, armamento convencional y moderno y tecnologías avanzadas que incrementan la eficacia de los ataques y facilitan la furtividad y el anonimato, con otras propias de guerras asimétricas o hibridas, e incorporándose actores como Hezbolla, los hutíes atacando la navegación en el Mar Rojo, o el protagonista en la sombra, Irán, intercambiando lanzamiento de misiles con Israel.

El tercer escenario a considerar, que por el momento no se muestra como un conflicto armado, es donde desarrolla su estrategia expansionista China incluyendo los mares de China Meridional y Oriental, el Estrecho de Taiwán y las disputas fronterizas con la India. En él, empleando tácticas de guerra asimétrica operando en zona gris, fundamentadas en antiguas doctrinas militares china de estrategas como Sun Tzu, consigue mantener la presión y el desafío por debajo del nivel del conflicto militar abierto.

En su libro “El Arte de la Guerra” Sun Tzu afirmaba que la excelencia suprema no consiste en vencer en todas las batallas sino en romper la resistencia del enemigo sin luchar, socavando la moral del oponente y utilizando, para asegurar la victoria, tácticas indirectas que aplicadas de forma eficiente son inagotables. En otras palabras: “Ganar sin luchar”.

Basándose en esta filosofía, China ha adoptado públicamente la estrategia denominada “Tres guerras”, un enfoque integral que abarca tres elementos clave: guerra psicológica, guerra de opinión pública y guerra legal. El primero de ellos (guerra psicológica) según su propia definición busca socavar la capacidad del enemigo para llevar a cabo operaciones destinadas a disuadir, desmoralizar, degradar la moral y perturbar los procesos de toma de decisiones tanto militares como de otro tipo (económicas, diplomáticas, …), influyendo en la voluntad y la dimensión cognitiva de las percepciones del adversario empleando una variedad de técnicas y tecnologías modernas, incluyendo la desinformación, difusión de rumores falsos y la manipulación de los flujos de información.

Por su parte, la guerra de opinión pública o guerra mediática tiene como objetivo influir en la opinión pública en el escenario nacional e internacional para generar apoyo a las acciones e intenciones de China, creando un entorno favorable para la consecución de sus objetivos y a su vez disuadir a un adversario de llevar a cabo acciones contrarias a sus intereses; se basa en el uso coordinado y persistente de propaganda y en difundir información a través de los medios de comunicación, clásicos y de la era digital, seleccionada de forma planificada, y manipular la narrativa asegurando la unidad ideológica propia y dividiendo y fragmentando la opinión pública y la cohesión del enemigo.
Finalmente, la guerra legal utiliza el derecho nacional e internacional para reclamar una posición jurídicamente ventajosa en una confrontación o hacer valer los intereses chinos. Mediante la interpretación flexible o la reinterpretación de leyes, acuerdos y tratados y el desarrollo de nuevos marcos legales alineados con sus intereses y reclamaciones se busca obtener apoyo internacional, reforzar la legitimidad de sus acciones y limitar la capacidad de sus adversarios para presentar reclamaciones legales con éxito.

Las relaciones entre estos tres elementos pueden definirse como un ciclo de ecosistemas que se


Componentes de las Tres guerras (elaboración propia)

complementan y refuerzan mutuamente para aprovechar sus fortalezas y explotar las vulnerabilidades y debilidades de sus adversarios. La guerra de opinión pública crea un entorno propicio para la guerra

psicológica y legal y esta establece las bases para la guerra psicológica la cual a su vez produce las herramientas para implementar la guerra de opinión pública y la guerra legal, cerrando así el círculo de la estrategia de las Tres Guerras.
Componentes de las Tres guerras (elaboración propia)
Contemplando estos modernos escenarios merece recordar al general prusiano, Carl von Clausewitz, uno de los principales pensadores militares del siglo XIX, quien basándose en su experiencia en las guerras napoleónicas expuso en su obra póstuma “De la guerra” teorías que representaron un cambio paradigmático en el pensamiento militar, gran parte de las cuales permanecen vigentes hoy en día.
Carl von Clausewitz (1780-1831)

Carl von Clausewitz (1780-1831)

Al revisar la historia de las guerras Clausewitz afirmaba: “cada época tiene su propio tipo de guerra, sus propias condiciones limitantes y sus propias ideas preconcebidas peculiares” concluyendo que de ello se deduce que los acontecimientos de cada era deben juzgarse a la luz de sus características más peculiares.

Haciendo abstracción del debate sobre si sus teorías, entre ellas la denominada Trinidad (Pueblo, Ejército y Estado), son aplicables a los conflictos modernos es posible concluir que los conflictos actuales, en su mayor parte armados, confirman esta afirmación. Por ello, siguiendo a Clausewitz, debemos juzgarlos a la luz de las condiciones y características peculiares actuales, entre ellas la globalización, las tecnologías avanzadas y la digitalización, deduciendo que ante esta nueva dimensión de los conflictos nos hallamos ya en el comienzo de una nueva era en la historia de la guerra y, en consecuencia, nos planteemos la pregunta: ¿Estamos ya participando en las guerras del futuro?

Elementos más característicos de los conflictos modernos
Los tres escenarios mencionados anteriormente (Ucrania -Rusia, Israel- Gaza – Oriente Próximo y China) al ser los más caracterizados de los múltiples conflictos actuales nos sirven de base para exponer algunas de las peculiaridades de los conflictos futuros en los que ya estamos participando.
Dado que entre los tres se mezclan conceptos que incluyen guerras asimétricas e hibridas y conflictos armados, nacionales e internacionales, con otros propios de la zona gris, entre paz y guerra, antes de exponer tales peculiaridades conviene precisar sus diferencias pues siendo similares pueden dar lugar a interpretaciones erróneas.

Al tratarse de temas complejos que abarcan muchas dimensiones, a los que expertos de diversos campos han dedicado y dedican múltiples análisis y estudios, parece oportuno adelantar que lo expuesto en las siguientes líneas no trata de impartir doctrina sino de aproximar conceptos para poder enumerar algunas de las características distintivas de los conflictos actuales y futuros.
Tomando como referencia de base el término conflicto puede entenderse como una situación de desacuerdo o confrontación entre dos o más partes, individuos, grupos, organizaciones o países por motivos políticos, culturales, económicos, sociales, ideológicos, territoriales, etc., que se manifiestan de diversas formas como pleitos o litigios diplomáticos y comerciales o presiones para alcanzar el poder en materia política o geoestratégica.

El siguiente nivel sería el conflicto armado que implica el enfrentamiento violento entre dos grupos con un grado de intensidad que conlleve el uso de fuerzas militares. Si la confrontación es entre dos o más Estados, con independencia de los motivos o la intensidad de la contienda, se define como conflicto armado internacional, pero si es un Estado contra uno o mas grupos armados, o entre tales grupos en el territorio de un Estado, se considera un conflicto armado no internacional siempre que se alcance un nivel mínimo de intensidad y las partes enfrentadas posean un cierto grado de organización bajo la dirección de un mando responsable y ejerciendo un control territorial que permita realizar operaciones militares sostenidas y concertadas (Referencia: Convenios de Ginebra).
En algunos casos el conflicto armado internacional acaba evolucionando hacia la guerra, concepto similar al anterior pero que precisa de una declaración previa y normalmente finaliza con un alto el fuego o un acuerdo de paz, a diferencia del anterior cuya finalización se basa en pruebas sobre el terreno, la reducción significativa de hostilidades o la desmovilización de una de las partes contendientes. (Referencia: Comité Internacional de la Cruz Roja).

Por tales razones, el conflicto armado internacional es conceptualmente más amplio y flexible que la guerra entre Estados, pues se basa en criterios objetivos y fácticos y no depende de la declaración formal de guerra.
Utilizando estas definiciones se constata que los conflictos mencionados anteriormente abarcan las tres tipologías, desde el conflicto normal (caso de China) al conflicto armado internacional (Rusia – Ucrania) y al no internacional (Israel – Gaza) si bien este está derivando al modelo internacional.
Teniendo en cuenta estas consideraciones y utilizando como modelo los tres conflictos podemos inferir algunas de las peculiaridades mas importantes de los conflictos futuros que en gran parte ya se están manifestando en estos.

Conflictos híbridos / Guerra híbrida
El término que describe el concepto de guerra híbrida fue propuesto por el Teniente Coronel (R) Frank Hoffman, del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos adquiriendo amplia difusión a partir del año 2014 cuando, después del despliegue de unidades militares rusas en Crimea y Sebastopol, se produjo la anexión de esta península por parte de Rusia.

La noción hace referencia al empleo junto a los métodos tradicionales o convencionales de otros medios como las fuerzas irregulares, actores no estatales e insurgencia, campañas de desinformación y propaganda, noticias falsas o fake news y ataques cibernéticos
Sin embargo, esta concepción ha ido evolucionando, a falta de consenso en su definición y a la luz de conflictos como el ya mencionado que mantiene China con su estrategia expansionista, para en la actualidad caracterizar una visión global, abarcando todo el espectro entre la paz y la guerra, con gran presencia en la zona gris, combinando medios convencionales y no convencionales, militares y no militares, acciones diplomáticas, económicas, legales, ciberataques, manipulación de información, influencia y un largo etcétera, utilizados para debilitar a un adversario y obtener poder para alcanzar sus fines.

Por esta razón, en el marco de este artículo se utilizan ambos términos: conflicto híbrido / guerra híbrida, dando preferencia al primero de ellos que responde en mayor medida a la naturaleza de los conflictos actuales.

Conflictos en la Zona Gris
El término «zona gris » también adquirió popularidad tras la anexión rusa de Crimea en 2014 para describir el dominio entre la paz y la guerra en que los actores estatales y no estatales compiten por debajo del umbral del conflicto armado para obtener ganancias geopolíticas.
En este modelo, que como el anterior tiene sus partidarios y detractores, los conflictos en la Zona Gris se caracterizan entre otros factores por su ambigüedad, pues si bien no hay relaciones pacíficas tampoco existe un conflicto armado, y también por el empleo combinado e integrado de un amplio espectro de herramientas de poder para debilitar al adversario, como la diplomacia hostil, restricciones o sanciones económicas, el respaldo a gobiernos o grupos políticos contrarios, manipulación mediática y desinformación con objeto de influir en la opinión pública para deslegitimar al rival, actividades de inteligencia y espionaje y ciberataques.
Si bien existen similitudes con los conflictos y la guerra híbrida las diferencias son sensibles pues en la Zona Gris se busca permanecer en sus límites, evitando conflictos armados y avanzando gradualmente para ir modificando paulatinamente la situación alcanzando los objetivos, políticos, no militares, a largo plazo.

En algunos casos, como por ejemplo en la estrategia de China en el Estrecho de Taiwán, se recurre a acciones militares, pero de carácter simbólico, para intimidar, coaccionar o desestabilizar al adversario o conseguir expandir territorio y, en otros, excepcionalmente, para apoyar a terceras partes armadas, estatales o no, en el marco de una guerra subsidiaria o por delegación (proxy war).

 

Conflictos híbridos y Zona gris (elaboración propia)

Ciberespacio
Entre el conjunto de escenarios donde se desarrollan los conflictos actuales, y con toda seguridad los del futuro, a los tradicionales de tierra mar aire y espacio exterior se ha unido el ciberespacio adquiriendo una cada vez mayor importancia debido al auge en el desarrollo, aplicación y utilización de las tecnologías digitales disruptivas que tienen un significativo efecto en alterar o cambiar drásticamente la forma de funcionar y operar prescindiendo de prácticas anteriores.
Su utilización se ha convertido en una prioridad frente a otros espacios para que los actores estatales y no estatales lleven a cabo operaciones como ciberataques o generación de inteligencia y ciberespionaje, constituyendo un multiplicador de fuerza que aumenta significativamente la efectividad de las operaciones militares. Pero también, constituye el entorno ideal para realizar otras muchas actividades como la propaganda y desinformación, la guerra cognitiva, o las operaciones psicológicas y de influencia, que se tratan a continuación.
Su expansión y asimetría, caracterizada por la gran facilidad para adquirir los recursos y conocimientos necesarios para actuar en él, la poca exposición y relativa impunidad y el anonimato ante la dificultad de atribución que permite evitar acciones de represalia, así como su bajo coste financiero, han dado origen a la aparición de múltiples actores con capacidad de actuar en todo tipo de conflictos, sin recurrir a las fuerzas miltares convencionales o en apoyo de sus operaciones, razón por la cual podríamos considerar al ciberespacio como una nueva realidad geopolítica y estratégica de gran influencia en los conflictos actuales y futuros.

Desinformación y propaganda
La desinformación, la información falsa, la propaganda, etc. no son algo nuevo pues han existido a lo largo de la historia. Sin embargo actualmente, gracias a las modernas tecnologías, particularmente el ciberespacio y la Inteligencia Artificial, y la hiperconectividad facilitada por la gran profusión de plataformas y redes sociales donde se puede difundir información sin necesidad de grandes conocimientos o equipos sofisticados, tanto la desinformación como la información falsa y la propaganda han devenido en un tipo específico de armamento, ofensivo como defensivo, de los primeros en desplegar en los conflictos, y también en tiempo de paz y en la Zona gris, que los contendientes utilizan no solo para lograr ventajas informativas sino también para fortalecer sus propias capacidades y debilitar las de sus oponentes, alterando los procesos de toma de decisiones, dividiendo a los adversarios y afectando a la confianza en las instituciones por medio de narrativas que pueden construirse utilizando diferentes tipos de medios y tecnologías modernas que resaltan la importancia de este instrumento de poder.

Guerra Cognitiva
A lo largo de la historia se han producido enfrentamientos con una dimensión cognitiva, sustentada en ideologías, creencias o percepciones del mundo, pero actualmente el concepto de guerra cognitiva, ni bien definido ni siempre aceptado, ha adquirido una gran importancia como nuevo dominio de la guerra moderna donde el campo de batalla es la mente humana sin implicar territorios ni recursos o capacidades. El objetivo a alcanzar es la cognición, es decir los procesos mentales, la percepción o la planificación, para adquirir y manipular la interpretación y percepción de la información de los adversarios e influir en su toma de decisiones, tanto individuales como colectivas, controlando las mentes y por consiguiente a las organizaciones, sus ideas y su comportamiento.

Su poder se basa en el ciberespacio y la psicología cognitiva incrementado en los últimos años por los avances en Inteligencia Artificial generativa, y se manifiesta, entre otros medios, por la difusión deliberada de información falsa o maliciosa, el lanzamiento de operaciones psicológicas dirigidas a influir en las emociones individuales y el comportamiento colectivo de organizaciones, grupos o gobiernos adversarios, la utilización de métodos de ingeniería social para inducir a personas o colectividades a que realicen acciones o divulguen información, sin olvidar la manipulación de la verdad por medio de narrativas o relatos para dar forma o cambiar las percepciones sociales y políticas de los adversarios, o la distorsión deliberada de la realidad, es decir la posverdad, para, influyendo en la opinión pública, conseguir que las emociones y creencias sustituyan a los hechos demostrados.

Utilizando el armamento de esta guerra los Estados o entidades y actores no estatales pueden manipular los mecanismos de cognición del adversario influyendo en los comportamientos individuales y colectivos para alcanzar a corto plazo o con periodos de tiempo mas amplios los objetivos tácticos y estratégicos del agresor que abarcan una gran variedad como alterar la percepción de la realidad, minar la confianza en las instituciones, desacreditar a los gobiernos, crear malestar social y desestabilizar, etc., para alcanzar el fin último que es conseguir desarmar colectiva y psicológicamente a una sociedad para que no sea capaz de enfrentarse al adversario.

Relación entre componentes de los conflictos híbridos (elaboración propia derivado de Journal of Global Security Studies, Volume 7, Issue 4, December 2022, ogac016, https://doi.org/10.1093/jogss/ogac016))

Inteligencia Artificial; elemento transversal
En los párrafos anteriores se han descrito brevemente los elementos mas característicos de los conflictos futuros, en los que ya estamos inmersos, a los que habría que añadir uno que está adquiriendo paulatinamente una mayor importancia, impactando en todos los ámbitos y dando origen a importantes transformaciones y cambios de paradigma en prácticamente todos los sectores de la sociedad digital: la Inteligencia Artificial.

Si bien surgió en sus orígenes como una disciplina científica del campo de la informática ha ido derivando para convertirse en una ciencia multidisciplinar que incluye la informática o automática, matemáticas, psicología, lingüística, neurociencias, etc., siendo asimismo un concepto tecnológico que integra una amplia variedad de tecnologías y metodologías que se utilizan para crear sistemas inteligentes que puedan aprender y realizar tareas similares a las propias de la funciones cognitivas humanas, como el aprendizaje, la resolución de problemas y la toma de decisiones.

Para conseguir tales resultados ofrece sus capacidades basadas principalmente en algoritmos de aprendizaje automático, procesamiento del lenguaje natural y modelos de aprendizaje profundo, apoyadas en el aumento exponencial de las capacidades de procesamiento y almacenamiento de datos, para procesar y analizar de forma escalable y en tiempos cada vez más cortos grandes conjuntos de datos complejos, identificar patrones, tendencias, hacer predicciones y diagnósticos y generar contenido.
Dadas sus capacidades la Inteligencia Artificial está también presente como instrumento en los conflictos armados, facilitando el reconocimiento de objetivos, vigilancia, Inteligencia, logística o el desarrollo de nuevas armas, como los vehículos autónomos de combate o los sistemas de armas que pueden operar sin intervención humana, y también como un método para el planeamiento y conducción de operaciones, al optimizar la toma de decisiones y fortalecer las capacidades de análisis de datos.

De igual forma la Inteligencia Artificial apoya y amplifica las actividades de los otros elementos tanto en los ciberataques, ciberespionaje, y ciberseguridad como en operaciones psicológicas, guerra cognitiva, soporte de campañas de manipulación y desinformación, narrativas engañosas o el control de las percepciones, comportamiento y toma de decisiones de personas, grupos e instituciones.
En consecuencia, en lugar de considerar a la Inteligencia Artificial como un elemento más de los conflictos híbridos en este artículo se contempla como uno transversal que afecta y apoya a todos los anteriores y un nuevo actor, verdadero factor de cambio en los conflictos.

Reflexión final
El complejo panorama geopolítico actual, con diferentes actores, estatales y no estatales, que utilizan los espacios reales y virtuales para lanzar ciberataques, campañas de desinformación, actividades de guerra cognitiva, etc., incrementados por avances tecnológicos disruptivos, como la Inteligencia Artificial, revelan que la dinámica de los conflictos contemporáneos ha cambiado tan drásticamente que ya no es posible enfrentarse a ellos con visiones o formulas del pasado, demandando estrategias innovadoras.

La realidad muestra que si bien permanecen algunas de las causas que los provocan, como control del territorio, expansionismo, recursos estratégicos, diferencias ideológicas o la búsqueda de poder e influencia, también surgen otras nuevas, de forma que los conflictos cada vez son mas complejos y previsiblemente lo serán más a medida que aparezcan otros actores y nuevas amenazas, tecnologías y técnicas, siendo por tanto imprescindible llevar a cabo una reflexión profunda que conduzca a la percepción de sus nuevas dimensiones.

En los escenarios cambiantes que caracterizan la geopolítica y geoestrategia actuales es difícil predecir el futuro, pero si es posible llevar a cabo análisis y evaluaciones de las tendencias y condiciones de los ecosistemas para seleccionando aquellas peculiaridades más relevantes poder hacer previsiones para estar preparados para hacer frente a los conflictos futuros.
Y en este contexto es imperativo la gestión del cambio de forma particular con las nuevas tecnologías, que continuarán afectando al carácter de los conflictos, comprendiendo sus ventajas y estimando sus riesgos para mantener una constante innovación y adaptación con previsión estratégica en horizontes temporales lo más amplios posibles.

En conclusión, como anticipábamos al principio de estas líneas al preguntarnos si estamos ya participando en las guerras del futuro, concretando en los conflictos podemos estimar que es así pues a la vista de lo expuesto parece evidente que los conflictos futuros tendrán su origen en el presente pero ciertamente no podrán basarse ni revolverse como los del pasado.

 

Fernando Davara
General de Artillería (R) DEM
Doctor en Ingeniería Informática
Presidente de la Fundación España Digital
Ex Director del European Union Satellite Centre                                                                                               De la Asociacion Española de Militares Escritores

 

Galeria de imagenes:Pinchndo se pueden ver las figuras con mas detalle

 

Fuente: Este articulo publicado originalmente en la Gaceta Cultural nº 103 (Enero – Febrero 2025) del Ateneo de Valladolid.