Nuestro asociado el GB del ET Feliu Bernárdez, publica este articulo en La Razón.
Viendo el panorama, observamos que las fronteras occidentales de Rusia se conforman con Turquía, el Mar Negro, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia. Si incluimos Kaliningrado, hay que considerar a Polonia también. Es decir, seis países OTAN, si contamos con Finlandia, tienen frontera con Rusia, además de Ucrania y Bielorrusia y eso no ha sido un problema hasta ahora.
Observando más detalladamente, hay tres enclaves que tienen una situación geográfica muy importante para Rusia. Kaliningrado, situado en Lituania, que permite a Rusia tener salida al Báltico y disponer de la Flota que lleva su nombre y Sebastopol, en la penínsuridad la de Crimea, que le permite la salida al Mar Negro y al Mediterráneo y disponer de la Flota del Mar Negro. Cualquier desequilibrio que afecte a la estabilidad de los dos enclaves y las dos flotas tiene el potencial bélico consiguiente. Por último, el enclave de Transnistria entre Moldavia y Ucrania establece un área de control ruso en zona muy sensible.
En ese sentido, la entrada de Lituania en la OTAN en 2004 podría haber puesto en peligro la seguridad de Rusia, pero no lo hizo, quizá porque desde los ataques yihadistas suicidas en los EEUU en el 2001, ambos países mantenían una alianza contra el terrorismo a nivel global. El caso es que la base naval rusa de Kaliningrado está rodeada de países OTAN y no parece haber problemas por ello. La razón está en que Bielorrusia garantiza la conexión de Rusia con Kaliningrado, lo que por sí solo es una garantía de estabilidad. Si esa garantía se desvanece en el futuro, tendremos a la vista otro conflicto bélico. El enclave ruso tiene una extensión similar a un tercio de la de Lituania, es decir no es solo una ciudad y una base naval.
Sin embargo, el proceso que se inició a finales de 2008 y degeneró en 2014 en una sublevación armada en el Este de Ucrania, tras un golpe de estado que derrocó al presidente del gobierno de Ucrania, la decisión del gobierno de cambiar el estatus de neutralidad ucraniana, la limitación del uso de idioma ruso en el Dombas y otras restricciones, provocaron la ocupación rusa de Crimea. Esa ocupación derivó en poco tiempo en la necesidad de asegurar la conexión de Crimea con Rusia a través del Dombas. La razón más probable de las dos acciones rusas podría ser, primero dar profundidad y segua la base y ciudad de Sebastopol, además de garantizar el abastecimiento de agua, ocupando Crimea y segundo, asegurar la conexión de la península y base naval con Rusia a través del Dombas y del mar de Azov.
Es fácil observar que las dos situaciones en Kaliningrado y en Crimea son distintas, como igualmente diferentes son la política exterior de Ucrania y de Bielorrusia. Este último país es aliado de Rusia en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, OTSC y proporciona garantías permanentes a Rusia sobre Kaliningrado y la Base Naval. Por el contrario, Ucrania, como declaró el presidente de EEUU en la cumbre de 2008 en Bucarest, entrará en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN y las garantías sobre la Base Naval de Sebastopol en Crimea podrían desvanecerse. La Flota del Mar Báltico y la Flota del Mar Negro son vitales para Rusia y por eso su ubicación geográfica es tan importante.
Mantener las garantías sobre las dos bases navales y las dos Flotas rusas son los dos pilares de la estabilidad en el «complejo de seguridad» creado en el Este de Europa junto a la frontera rusa. Naturalmente, el pilar ucraniano pasa necesariamente por mantener la neutralidad o la asociación a la OTSC como Bielorrusia. Esa neutralidad, destruida por el golpe de estado de 2014 y el derrocamiento de Yanukovich, cercano a Rusia, es el principio del desastre de la guerra en Ucrania y las garantías citadas son clave en el fin de la misma.
La Razón Luis Feliu Bernárdez- General de brigada (r). Academia de las Ciencias y las Artes Militares. Asociacion Española de Militares Escritores