LA GUARDIA CIVIL EN ALGECIRAS (XX): La Guardia Civil, los comisarios y los celadores (y VI)

 

La Guardia Civil, los comisarios y los celadores (y VI)

En enero de 1844 fue nombrado el primer celador del Campo de Gibraltar, José Díaz Sierra, quien en los primeros días capturó a un desertor y a «multitud de individuos» indocumentados que fueron entregados a la autoridad

Noticia publicada en la Gaceta de Madrid de 8 de julio de 1845 sobre servicio prestado en Algeciras.

Noticia publicada en la Gaceta de Madrid de 8 de julio de 1845 sobre servicio prestado en Algeciras.
 / E.S. 

Tal y como se ha venido anteriormente exponiendo, la Gaceta de Madrid reprodujo en el periodo que se está tratando algunas de las noticias publicadas en el periódico gaditano El Comercio, respecto a algunas de las actuaciones policiales en el Campo de Gibraltar. Las mismas tenían como protagonistas tanto a empleados del Ramo de Protección y Seguridad como a componentes del benemérito Cuerpo de la Guardia Civil.

A lo largo de la extensa historia de la seguridad pública española, y campogibraltareña, se habían ido sucediendo diversos modelos de instituciones y cuerpos sin que tuvieran la debida estabilidad y permanencia en el tiempo. El recurso humano principal empleado había sido siempre de naturaleza militar pero como ya se ha expuesto anteriormente no podía seguir empleándose las tropas del “Ejército permanente” ni a la “Milicia nacional” en unas tareas que necesitaban una fuerza específica de seguridad pública.

Hay que recordar que primero se dispuso la adscripción de fuerzas del Arma de Caballería, transformándolas en los Celadores Reales, creados a raíz de la invasión francesa para restaurar el Absolutismo en España, dependiente de la entonces Superintendencia general de la Policía, y que por real decreto de 1 de septiembre de 1825 llegó a alcanzar la entidad de un regimiento si bien nunca llegó a ver cubierta su plantilla. Por tal motivo se terminó, por real orden de 13 de mayo de 1827, a reducir su entidad a una única compañía, cuyo ámbito de actuación se circunscribió a la capital del Reino, desapareciendo poco después.

El siguiente intento de adscribir específicamente una fuerza militar a la seguridad pública tuvo lugar mediante el real decreto de 25 de febrero de 1833, tratándose de una unidad militar compuesta por 500 hombres, bajo la dirección y dependencia de la Superintendencia de Policía de Madrid. Aunque aspiraba a tener una plantilla de 10.075 hombres, de los cuales 2.016 serían de Caballería, y desplegarse por todas las provincias, nunca fue así, no llegando en ningún momento a realizarse, disolviéndose en 1839.

El caso es que hubo que esperar, respecto al Campo de Gibraltar, y conforme al real decreto de 26 de enero de 1844, que había creado el nuevo Ramo de Protección y Seguridad, se dispusiera el nombramiento del primer celador para el Campo de Gibraltar. Según la real orden dictada cuatro días después, el nombramiento de los empleados de esa categoría correspondía al jefe político de cada provincia.

La primera referencia encontrada de su existencia en la comarca, al menos hasta el momento, fue la publicada el 14 de octubre de 1844 en El Comercio, reproducida ocho días más tarde por la Gaceta de Madrid:

“La instalación en el Campo de Gibraltar del ramo de protección y seguridad pública, ha sido tan oportuna como bien recibida, pues ocupada una corta parte de sus moradores en el contrabando, avezados a los manejos indecorosos que trae consigo su tráfico en pequeño, apenas había seguridad individual dentro ni fuera de las poblaciones; se cometían mil excesos, y la autoridad municipal apenas podía desenvolverse de una turna criminal que no desconociendo su situación abusaba en extremo».

«Felizmente se ha dado en España un paso acertado con la nueva policía, y este pueblo ha estimado la elección de la celaduría en D. José Díaz Sierra por sus conocimientos especiales en el ramo y en el país; así es que en los pocos días que funciona ha capturado un desertor y multitud de individuos que no teniendo documentos que los garantizasen se hacían sospechosos y fueron entregados a la autoridad respectiva. En breve tendremos el gusto de ver pacífico este Campo, donde con motivo de la proximidad de Gibraltar se hace indispensable toda la exactitud que tiene y la vigilancia que ejerce el Sr. Díaz Sierra”.

Hay que significar que en esa fecha todavía no se había desplegado la Guardia Civil en la provincia de Cádiz. Hubo que esperarse a que se iniciara el año 1845, recordándose que la fuerza de la Benemérita destinada al Campo de Gibraltar, es decir la 4ª Sección de la Compañía, había sustituido el personal de Infantería inicialmente previsto, por el de Caballería. Todo ello conforme a la real orden de 20 de diciembre de 1844.

La presencia y actividad de aquellos primeros guardias civiles, asentados inicialmente en San Roque Algeciras, que pronto comenzaron a desplegarse por todo el Campo de Gibraltar, cuando fue aumentándose su plantilla, se hizo notar enseguida, haciéndose eco de ello los medios de comunicación escrita que entonces existían.

Así, por ejemplo, en la Gaceta de Madrid se reprodujo el 8 de julio de 1845 el resumen de una noticia publicada en El Comercio cinco días antes, relativa a un servicio practicado en el término municipal de Algeciras el 26 de junio anterior. Concretamente se trataba de la actuación llevada contra “18 o 20 hombres sospechosos, en cuya persecución salió el celador de seguridad pública D. José Sánchez Montero con siete agentes y los guardias civiles”. Resultaba que, “los desconocidos eran contrabandistas, y después de algún tiroteo huyeron precipitadamente, habiéndoseles aprehendido cuatro cargas, al parecer, de tabaco y un caballo que se embarrancó al paso de una garganta”.

Casi dos meses después, el 5 de septiembre, el citado periódico gaditano daba detallada cuenta de la captura de dos peligrosos delincuentes, realizada cinco días antes, gracias “al celo, actividad y bien combinada persecución”, del mentado celador Díaz Sierra y el alférez de la Guardia Civil Juan Morillas de Casas.

Podría continuarse. Sin embargo, al padecerse una drástica reducción de presupuesto económico del Estado, se procedió por real decreto de 2 de diciembre de 1847, del Ministerio de la Gobernación del Reino, nacido de la integración del Ministerio de la Gobernación de Ultramar en el Ministerio de la Gobernación de la Península, siendo su titular Luis José Sartorius Tapia, a la supresión desde 1º de enero siguiente, de los comisarios y celadores de protección y seguridad pública que existían en los partidos, conservándose tan sólo los de las capitales de provincia.

Continuará.

Jesus N.  Núñez Calvo.  Coronel de la Guardia Civil. Doctor en Historia.  Delegado para Andalucía de la Asociacion Española de Militares Escritores

Fuente:

https://www.europasur.es/algeciras/guardia-civil-comisarios-celadores_0_2005001236.html#goog_rewarded