LA DANA, LA UME Y LAS FUERZAS ARMADAS General Martinez Isidoro

 

            LA DANA, LA UME Y LAS FUERZAS ARMADAS

 

Es evidente que de la eficacia de la Unidad Militar de Emergencias (UME) no se puede hablar más que en clave de éxito, quizás porque sus componentes son militares que tienen un alto concepto del deber , consagrado en la Constitución, y sobre todo un mandato que se deriva de la Ley Orgánica 2005, en la que se especifica su vinculación a la protección de la población, por otra parte consustancial con la existencia de las Fuerzas Armadas (FAS); sin duda que el primer aniversario de la Dana que asoló Valencia y afectó también a otras  Comunidades Autónomas(Castilla- La Mancha, Cataluña, Baleares, Murcia, etc ,en menor medida), y el 20º de la creación de la UME, se merecen algunas reflexiones.

La UME, y ahí está centrado también su éxito, es una Unidad fundamentalmente de Ingenieros del Ejército de Tierra (ET), con personal predominantemente de Ingenieros, con material de Ingenieros, con misiones de Ingenieros,… y sin un Mando y staff de Ingenieros. La Tradición, la Doctrina y hasta la Historia reciente del Arma de Ingenieros, una de las 5 que conforman el Ejército, con la recién creada de Aviación del ET, asignaban al Arma que cito muchas de las misiones que hoy día acomete la UME, la mayor parte estaban resumidas en el Reglamento de Servicios de Ingenieros, hoy abolido.

Si vamos a la historiografía reciente, en las terribles inundaciones de 1957, también en Valencia, entonces llamadas “riadas” (81 fallecidos), es precisamente el General Jefe de Ingenieros de la Tercera Región Militar el que se hace cargo de la reconstrucción, muy apoyado por el Jefe del Estado de entonces, coordinando las ayudas de las FAS, de otros Ministerios y las internacionales.

La UME tiene 5 Unidades de Ingenieros, una por cada Batallón de Intervención, más un Batallón de Transmisiones para Mando y Control, también del Arma de Ingenieros, pero los demás, miembros de otras Armas, con la excepción de algún especialista, no tiene ni ha tenido misiones de Ingenieros, entre otras cosas porque no lo son. Ni que decir tiene que la presencia de la Armada es testimonial y los aviones “apagafuegos” del Ejército del Aire y del Espacio no están asignados permanentemente a la UME ya que dependen del Ministerio de Medio Ambiente, Transición Ecológica y Reto Demográfico.

La UME ha tenido como modelo las Unidades de Ingenieros francesas de Protección Civil, compuestas por Ingenieros galos, los más famosos “Les Sapeurs Pompiers de Paris”, mandadas por un General de Brigada de Ingenieros del ET y adscritas permanentemente al Ministro del Interior, responsable de la Protección Civil en Francia, como en España; la diferencia reside en que en nuestro país dependen directamente del Ministro de Defensa, y no la manda un General de Brigada de Ingenieros, como aconsejaría su entidad, la manda un Teniente General procedente de otra Arma diferente, nunca de Ingenieros hasta ahora, y por lo tanto sin formación de Ingenieros, con un nivel de mando excesivo para la entidad de la UME (3500 efectivos de personal, aproximadamente), nivel que fue requerido para la primera andadura de la UME pero que se ha consolidado existiendo una inflación de estrellas y una desafección inédita con el Arma de Ingenieros del Ejército de Tierra.

Al depender del Ministro de Defensa, y no de la cadena de Protección Civil, surgen dificultades de coordinación dado que el Ministro de Defensa es un nivel de decisión político, no militar, además el Protocolo de Empleo de la UME prevé que en caso necesario la UME coordinaría el esfuerzo militar de apoyo a la emergencia de todo o parte de las Fuerzas Armadas, aspecto que erosiona el papel del Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas (JEMAD), de nivel superior y con mayores recursos, de mando y control, y mandos subordinados, además del Centro de Inteligencia de las FAS (CIFAS), que suponen una inversión en el  mando operativo.

Está surgiendo una” Escuela de Emergencias”, al margen del Arma de Ingenieros, que no alimenta las capacidades, y el saber, de las Unidades de Ingenieros que se integran en las Grandes Unidades tipo Brigada y de Apoyo a la Maniobra previstas para integrarse en las Divisiones y Cuerpo de Ejército, necesarias para el combate de alta intensidad, ya de por sí escasas, creando un “ARMA DE EMERGENCIAS,” en detrimento de las otras tres misiones principales que la Ley Orgánica del 2005 asigna a las FAS.

Si repasamos ahora la Ley de Protección Civil, con un Ministro del Interior responsable absoluto de esta función, y con una Dirección General como gestora de todo el esfuerzo nacional que supone, comprobaremos que existen órganos de asesoramiento técnico, a nivel nacional, para recoger toda la información de una emergencia y dotarla de un seguimiento constante, como es la Agencia Estatal de Meteorología y las Confederaciones Hidrográficas. Con ellos se puede, y se debe, calificar las emergencias en el grado que corresponda y desde luego afinar el criterio de aquellas que superen las capacidades de respuesta de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos, que no disponen de esos órganos de visión y control general.

El aprovechamiento político está fuera de estas reflexiones, aunque con los datos se podrían establecer en su justa medida.

 

RICARDO MARTINEZ ISIDORO     GENERAL DE DIVISION,r

Presidente de AEME