I CICLO AEME 2025
IMPACTO MUNDIAL DEL RETORNO DE TRUMP
PREAMBULO:
Los Ciclos de Artículos de AEME tienen la finalidad de recoger la opinión y los ensayos de nuestros escritores militares y colaboradores, y ponerlos en relevancia a través de su difusión al resto de asociados y a los componentes de las asociaciones con las que se comparten convenios de colaboración, y a la sociedad en general por los medios gráficos y digitales disponibles.
En este primer ciclo, que abarca desde principios del mes de febrero hasta el mes de junio inclusive, el tema general no podía ser otro, como se anunció en el acto de Presentación del Curso AEME 25, por la significación que supone, y supondrá, la llegada a la Casa Blanca del presidente Donald Trump, vencedor en las elecciones de Estados Unidos del pasado mes de noviembre por una importante mayoría.
La importancia de su toma de posesión el pasado 20 de enero se refleja ya en los propios Estados Unidos, en su política interna, un tanto inquietante, en su política exterior sin duda, en la de defensa y en su política económica, dado que en este mundo evanescente hacia la multipolaridad el todavía aliado norteamericano es una de las principales potencias del Mundo, si no la primera.
Las repercusiones de esta presidencia que llega en plenitud pueden tener un impacto mundial, especialmente para Europa y el espacio Indo-Pacífico, aunque aparecen otros elementos inesperados, por su vehemencia de expresión, como son las reclamaciones sobre el territorio de Groenlandia y el Canal de Panamá, por razones de seguridad nacional al parecer, así como insinuaciones territoriales sobre Canadá, aspectos que seguramente están relacionados con la estrategia norteamericana sobre el Artico , el control y detección de misiles estratégicos enemigos y la excesiva presencia de China en el Canal.
Es evidente que Trump, previamente a su nombramiento, ha estado preparando el terreno con mensajes muy expresivos a los medios, que han llegado también a los responsables de la dirección de los conflictos, que en su campaña electoral se ha comprometido a sofocar, y que esos relatos están siendo considerados por aquellos, lo que puede ser entendido como una estrategia preventiva del presidente, pero también deben descontarse los rechazos que ya ha producido sobre sus aliados y la alerta de China, usuario necesario del Canal en su política económica.
Los más de una veintena de artículos, que van a constituir este primer Ciclo 2025 de AEME, recogen los escenarios posibles donde puede ser de gran interés examinar el impacto de las políticas del nuevo presidente norteamericano, y es muy posible que dada la inercia revisionista del protagonista se puedan abrir otros relevantes; los cargos y asesores, designados, pueden estructurar el mandato de Trump y dar pistas sobre el desarrollo de las líneas de acción de su presidencia, dado el perfil de los mismos.
No cabe duda de que el debilitamiento del vínculo transatlántico daría como resultado una pérdida de efectividad en la Organización Atlántica, que cuenta con el protagonismo financiero y con algunas capacidades militares críticas norteamericanas que el resto de los aliados no poseen, aunque el daño que puede producir a la OTAN sería más intenso en credibilidad ante terceros y sobre todo ante la Federación Rusa, que consta como principal amenaza en el Concepto Estratégico vigente.
También es patente que este aspecto provocará en Europa la necesidad de una mayor responsabilidad financiera con respecto a las capacidades y sostenimiento militar de la OTAN, hasta ahora a cargo mayoritariamente de Estados Unidos. La cifra del 2% del PIB exigida en la Cumbre de Madrid, como mínimo ahora de las contribuciones nacionales a su defensa, parece ya superada por los acontecimientos de la Guerra de Ucrania -Rusia, adelantando ciertos analistas la necesidad de elevarla por encima del 3%, e incluso estos días en Davos el propio Trump ha fijado el techo al 5% ,cifra que se antoja muy lejos de las posibilidades de ciertos países, si no se renuncia a importantes partidas del estado de bienestar y de políticas sociales.
La necesidad de que los europeos erijan estructuras, conceptos, órganos de mando y control y las capacidades militares necesarias, para la defensa de Europa, parece una consecuencia obligada de esta posible tibieza estratégica pasada, ahora denunciada por el presidente Trump pero también por sus antecesores.
Es necesario analizar también el impacto que puede sufrir la implementación de la estrategia nuclear de la OTAN, dada la participación de varios países europeos en la misma y la suprema y decisiva intervención posible de los sistemas estratégicos intercontinentales norteamericanos, en íntima unión con los anteriores; la recuperación de las medidas de confianza que proporcionaban los tratados ad hoc y el de armas convencionales supondrían una nueva etapa de distensión que seguiría a la resolución militar y geopolítica de la Guerra de Ucrania.
Esta guerra, operación especial para Putin, constituye uno de los esfuerzos principales de la campaña electoral del presidente Trump, y quizás ahí se juegue parte de su prestigio y credibilidad personales, además significaría un alivio económico para Estados Unidos, principal apoyo de Ucrania, pero también una ventaja sustancial ya que permitiría al nuevo presidente su traslado estratégico principal a otro de los esfuerzos de su actuación futura, el escenario indo-pacífico, y dentro de él a China.
El Imperio se está armando suficientemente para ofrecer una oposición militar a Estados Unidos, y su política territorial amenaza la soberanía de actores asiáticos que se sienten agredidos, impidiéndoles actuar en sus aguas territoriales, estos hechos se combinan con una política de acoso militar a su reivindicada isla de Taiwan, aspecto que también implica a Norteamérica.
En su primer mandato Trump emprendió una política económica que tenía como componente internacional la imposición de aranceles a los productos de otros países, en especial a China, pero también a Europa; este aspecto se combinó con una prohibición de exportación de semiconductores de Estados Unidos a China lo que ha supuesto unas inversiones extraordinarias de este país en circuitos integrados, y una potencial guerra tecnológica en los albores ya de la inteligencia artificial (IA).
Este aspecto de la IA está desempeñando un protagonismo en el enfrentamiento tecnológico entre Estados Unidos y China, los norteamericanos han incorporado a su gabinete a Elon Musk y sobre todo a una persona con una avanzada visión de mundo actual, que no solo va a simplificar las relaciones gubernamentales y económicas sino va a lanzar, al parecer, a Estados Unidos a una nueva revolución tecnológica, en la que China es su gran opositor.
La Guerra de Ucrania -Rusia constituye el primer gran obstáculo a vencer por Trump, dada su postura resolutiva expresada en los últimos años como candidato a la presidencia, sin duda es necesario su término, pero también tiene grandes dificultades; el estatuto final de Ucrania, la recuperación de sus territorios anexados por Rusia, la postura en OTAN de los bálticos con la solución de la guerra, la aceptación final de la Federación, la reconstrucción, y sobre todo el acercamiento a Rusia y la distensión, en su caso, para dar entrada a un orden nuevo en Europa, son aspectos que se unen al principal del fin de la guerra.
Los presidentes de Estados Unidos han tenido tradicionalmente una postura de amplio apoyo a las políticas de Israel en Oriente Medio, en especial en este periodo de guerra desencadenado por HAMAS por su ataque del 07.10.23, mantenido por Hezbollah y los hutíes del Yemen y alimentado por la República Islámica de Irán. Las acciones necesarias para asegurar el statu quo decidido en Qatar, que silencia las armas en Gaza, después del alto el fuego en el Líbano, precisarán de una fina diplomacia en el nuevo mandato de Trump, sobre todo para que esta posible tregua de lugar al final del conflicto y al restablecimiento de la normalidad y solución posterior.
El acceso posible de Irán al arma nuclear vista su aproximación a la cantidad necesaria de uranio enriquecido para tenerla, constituyó siempre una línea roja para los presidentes norteamericanos, y es muy posible que también lo sea para Trump, asunto que puede complicarse con una detectada colaboración de Rusia con los persas para conseguir su acceso al club de potencias nucleares. Este aspecto no solo significaría el endurecimiento, aún mayor, de las relaciones de Estados Unidos con Irán sino la aparición de un apoyo más evidente de Rusia a la República Islámica, por otra parte real por la asistencia de esta a los rusos en la Guerra contra Ucrania.
Es necesario admitir que en el concepto israelí de la situación en Oriente Medio permanece Irán como impulsor principal de todas sus amenazas y que esta sería suprema si los persas alcanzaran una capacidad militar nuclear, que por otra parte sería amenazante para toda la región y probablemente haría proliferar este tipo de armas para establecer la consiguiente disuasión.
Los riesgos, amenazas y desafíos que se plantean con la llegada del nuevo Presidente de los Estados Unidos están por venir y, seguramente, se asistirá a situaciones donde aparezcan cada uno de estos conceptos, objeto precisamente de su previsión en este trabajo colectivo; las relaciones de Norteamérica con China, en su dimensión del dominio en indo pacífico, en la competitividad mundial entre ambos, en su actuación respectiva en una hipotética anexión por la fuerza del Imperio sobre Taiwan, etc, son quizás los más relevantes.
En contrapartida, Estados Unidos debe reforzar su disuasión con respecto a China en algunos aspectos importantes, dado que empieza a ser presuntamente deficitaria, en especial en la aplicación de la tecnología de vanguardia a la defensa, en la IA ,que se abre camino con escasa regulación, en el poder aéreo chino en prototipos de sexta generación, en el alcance de sus misiles, etc, todo ello en un espacio donde la planificación del Imperio puede ser más concienzuda.
La defensa europea estancada en decisiones relevantes, con un débil y difuso liderazgo entre 27 socios, debería emerger en esta situación que crea el hipotético desplazamiento estratégico de Trump, aunque Estados Unidos está anclado a Europa y a sus aliados por su propia seguridad mientras Rusia tenga capacidades para amenazarle, y las tiene.
La migración de las poblaciones desfavorecidas se reconduce hacia territorios más alentadores, es un fenómeno mundial que, en Estados Unidos, país de emigrantes, tiene una especial relevancia; las decisiones tomadas del ya presidente con respecto a su frontera sur pueden ser repetidas en muchos escenarios donde este problema es también crucial, creando una desestabilización general.
Las perspectivas de una nueva guerra fría no parecen entrar en un deseo de la Autoridad china, cuya actividad principal generadora de riqueza es la estabilidad para el desarrollo de su comercio exterior, que revitalice las finanzas y favorezca las ayudas que lancen el consumo interno, en baja.
La disuasión nuclear, a pesar de las amenazas de Putin de utilizar este tipo de armas, si se pusiera en entredicho la seguridad de Rusia, ha rendido su tributo a la relativa paz mundial, no tanto en otros escenarios donde el empleo de las armas convencionales son la base de los conflictos abiertos; sin embargo persiste siempre el riesgo de escalada.
El flanco sur, siempre llamado a la atención de la OTAN por los países mediterráneos, presenta unas características preocupantes tanto por rearme de Argelia y Marruecos, que afecta a España y su defensa, como por la sustitución de Francia, en sus dominios tradicionales del Sahel, por Rusia, el impulso económico colonizador de China y la presencia de Turquía con señales de recuperación de antiguos esplendores; en este escenario, si bien Trump no quiere, al parecer, abrir nuevas guerras, es obvio que el Continente tiene una importancia potencial que Estados Unidos no puede ignorar.
En Davos, Trump ha lanzado su reto económico a Europa y al Mundo, dando señales de un nuevo orden que es posible que también tenga una componente geopolítica; en cualquier caso, este Primer Ciclo de AEME tiene el propósito de acercarse a esta serie de impactos para evaluar su repercusión en claves regionales y nacionales.
Febrero 2025