Nuestro asociado y Vocal de la Junta Directiva, Coronel Mexia Algar, publica en la revista Tierra, Mar y Aire, de la Real Hermandad de Veteranos, la interesante biografía del Teniente General del Real Cuerpo de Ingenieros y arquitecto Francisco de Sabatini, que ya en el año 1790 dirigió y colaboró con sus Tropas a la extinción del gigantesco incendio de la Plaza Mayor, considerando por ello a estas Unidades de Ingenieros, las precursoras de la hoy denominada UME, y al General Sabatini, por decisión de Carlos III se le considera el “primer bombero militar”
FRANCISCO DE SABATINI Y GIULIANO, INGENIERO MILITAR Y PRIMER BOMBERO MILITAR.
En el presente año 2021 se cumplen300 años del nacimiento de Francisco de Sabatini y Giuliano en Palermo (Sicilia). El Ayuntamiento de Madrid ha preparado una serie de eventos culturales para festejar esta efeméride. La revista TIERRA, MAR y AIRE quiere unirse a este homenaje de este gran Arquitecto e Ingeniero Militar, al que Madrid debe una buena parte de su elenco artístico y monumental.
Todos los que comiencen a leer este artículo recordarán los incendios del último verano que redujeron a cenizas grandes extensiones de España, principalmente en Galicia y de la tenaz y hasta heroica lucha de muchas personas, entre ellas las tropas de la UME, Unidad Militar de Emergencias. Estos soldados, tal vez, amigo lector, creas que son una novedad en nuestro Ejército y no es así y a ello voy a dedicar las siguientes líneas.
Francisco de Sabatini y Giuliano,Teniente General del Real Cuerpo de Ingenieros y Arquitecto (foto 1), puede ser considerado como el primer “bombero militar”, ya que fue nombrado por el propio Carlos IV para la dirección del pavoroso incendio que destruyó gran parte de la Plaza Mayor de Madrid el 16 de agosto de 1790.
Francisco Sabatini, natural de Palermo, estaba al servicio de Carlos VII de Nápoles, al que acompañó a España cuando fue nombrado Rey, con el nombre de Carlos III. En 1760 Ingresó en el recién creado Real Cuerpo de Ingenieros. En el mismo año Carlos III lo nombró Maestro Mayor de las Obras Reales y como tal fue autor de edificios emblemáticos en Madrid, como la Casa de la Aduana, el Palacio de Grimaldi y la ampliación del Palacio Real, si bien el más importante y conocido es, la Puerta de Alcalá. En 1789 alcanza el empleo de Teniente General y en 1795 es nombrado Inspector General del Cuerpo de Ingenieros. También fue Académico de honor por la Academia de san Fernando. Muchas fueron las obra de carácter civil y militar que realizó Sabatini, pero quedan fuera del motivo de estas líneas, pero quizás una de las menos conocidas y más importante fue la de extinción del pavoroso incendio de la plaza Mayor de Madrid en la noche del 16 agosto de 1790. (Foto 2)
A las 11:00 h. se inició el fuego en el portal de Paños entre el Arco de Cuchilleros y el Arco de Toledo. Acudieron los mozos de limpieza, del Servicio de Incendios del Ayuntamiento de Madrid, los mozos mangueros que manejaban las bombas y los matafuegos, que tratarían de evitar su propagación en las viviendas aledañas (foto 4). Mientras las campanas de toda la Villa tocaban a arrebato, se iniciaban las operaciones de extinción dirigidas por Samuel Amadeo Crompag. Transcurrido un día las llamas se extendieron por la calle Ciudad Rodrigo llegando hasta la iglesia de San Miguel.
Es el momento en que Carlos IV llama a las tropas del Ejército de guarnición de Madrid para que acudan a sofocar el incendio, quedando al mando del Ingeniero en segundo, teniente coronel Miguel de Hermosilla y Vizcarrondo, del Real Cuerpo de Ingenieros y nombrando expresamente para su dirección a Francisco de Sabatini (fotos 5 y 6). Además de él, intervinieron a sus órdenes el Ingeniero en Jefe, coronel Mariano Lleopart, el Ingeniero en Segundo, coronel graduado Domingo Aguirre, 8 Ingenieros ordinarios, 7 Ingenieros extraordinarios y 4 Ayudantes de Ingenieros, así como 6 oficiales voluntarios de otras Armas o Cuerpos, según documentación celosamente guardada en el Archivo del Palacio Real de Madrid. El incendio duró 9 días y participaron en su extinción más de 1.000 hombres siendo su coste superior a medio millón de reales. El Rey Carlos IV estaba informado diariamente del estado del mismo y los partes se guardan en el Archivo citado.
Sabatini participó en las obras de reconstrucción de la Plaza Mayor tras el incendio, junto al arquitecto Juan de Villanueva, y hubo que esperar sesenta años para ver a la plaza lucir su nuevo trazado.
Unos años más tarde, en 1805, el teniente de Infantería Felipe Toscano de Vasconcelos dirigió un escrito al Ayuntamiento de Madrid a fin de convencer a las autoridades de formar una Compañía militar destinada a la lucha contraincendios y que dependiera del Director General del Cuerpo de Ingenieros. Juan de Villanueva desestimó esta idea, apoyado en la dificultad de controlar el trabajo común de militares y paisanos y, como suele ocurrir en nuestra querida España, la propuesta fue a parar al cajón de los olvidos.
Otro intento ocurrió en 1827 cuando se crea una Compañía de Bomberos de Voluntario Realistas, que bajo el mando del capitán Rivelles quedaría integrada en los Batallones de Voluntarios Realistas y a la que el Ayuntamiento de la Villa debería proveer del material necesario y que permaneció hasta 1831.
En 1841, siendo Regente el General Espartero, se crea en Madrid, el Batallón de Bomberos de la Milicia Nacional, formado por dos Compañías de Zapadores-Bomberos, una de maniobreros y otra de auxiliares y en la que se incluían cornetas para dar las órdenes precisas. Fue su capitán el arquitecto Juan Pedro de Ayegui. Su duración fue escasa, pues en 1843 fue suprimido.
Entre tanto, en marzo de 1847, el Inspector General del Cuerpo de Ingenieros Antonio Remón Zarco del Valle y Huet, organiza en Guadalajara, afecto al Regimiento de Ingenieros, un Parque de Incendios que contaba con una Sección de Zapadores-Bomberos. La instrucción y preparación se realizaba en el Gimnasio, creado junto al regimiento, siguiendo los conceptos del Manual completo del Zapador-Bombero del capitán de Ingenieros José María Aparici de Biedma (foto 7).Esta sección acudió a Madrid el 8 de julio de 1851 a colaborar en la extinción del incendio de la calle del Limón que arrasó tres manzanas, las parroquias de San Lorenzo y San Marcos y el Hospital de los Incurables. La prensa de la capital se hizo eco de dicha tragedia reconociendo el trabajo en su extinción de los zapadores de Guadalajara.
LA NACIÓN, 9 de julio 1851
…especialmente a los jefes y soldados de Ingenieros a quienes hemos visto con frecuencia entre las llamas, despreciando los peligros más eminentes con una serenidad admirable….. |
El capitán Aparici, especializado en temas de incendios, tal vez impresionado por dicho incendio de la calle Limón, remitió el 10 de agosto de 1851 un informe y un ejemplar de su Manual al Ayuntamiento de Madrid en el que se manifestaba el estado de los edificios frente al riesgo de incendios y los escasos medios con los que se contaba para extinguirlos. También incluía una descripción del traje “Paulin”, diseñado por Gustavo Paulin, teniente coronel de Ingenieros del Cuerpo de Bomberos de París, para actuar en condiciones de seguridad en sótanos o lugares con mucho humo donde faltaba el aire. Desde su destino en Guadalajara, en 1851, propuso la organización de un Servicio de socorro y prevención contra incendios y la creación de un Cuerpo de Zapadores-bomberos militar para la Villa y Corte de Madrid. La propuesta estimaba que el citado Servicio debería de ser enteramente militar y depender del ministerio de la Guerra, si bien el servicio especial de extinción lo sería del edil madrileño. La revolución de 1854, Bienio Progresista, dio al traste con este proyecto.
A pesar de todo, Aparici no se da por vencido y en 1881 envía una nueva obra al entonces Alcalde de Madrid José Abascal y Corredano, “Organización del Servicio de Incendios en América, París y Madrid”, en la que se estudiaban estos servicios en Nueva York y París y se proponían mejoras para el existente en Madrid, tanto en personal como en material. Una vez más, los técnicos de la Corporación Municipal no aprobaron el plan propuesto, si bien tanto el informe de 1851 como el de 1881, debieron tenerse en cuenta en las mejoras posteriores de los Bomberos de Madrid.
En 1860, se crea el 2º Regimiento de Ingenieros con dos Compañías de zapadores-bomberos, cada una de ellas con una Sección de Bomberos de 35 hombres. (foto 8)
En las sucesivas reorganizaciones que las Unidades de Ingenieros fueron sufriendo en los años siguientes, no han existido unidades específicas de Zapadores-Bomberos, si bien los Ingenieros son llamados en múltiples ocasiones para actuar en situaciones de emergencia, en razón de su especialidad, siempre en ayuda de la sociedad civil. No hay más que leer los historiales de los Regimientos de Ingenieros para encontrar múltiples referencias a su participación en la extinción de incendios, bien sean forestales o de edificios.
En la organización del Ejército de1965, el Regimiento de Zapadores de CE contaba con una Compañía de PLM y Servicios donde, entre otras, existía una Sección de
Bomberos, dotada por aquél entonces con un Land Rover habilitado como “coche de Bomberos”. También por aquellos años, en la entonces Escuela de Aplicación de Ingenieros y Transmisiones del Ejército, llegaron a impartirse unos cursos informativos de extinción de incendios para oficiales.
La UME fue creada en el año 2005 por la necesidad de afrontar con eficacia y garantía los retos que amenazan la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas. La UME es una unidad de intervención rápida y plena disponibilidad, con presencia en todo el territorio nacional y en alerta permanente las 24 horas los 365 días del año, característica ésta que la define, precisamente por su condición de “militar”. Si bien no es una Unidad de Ingenieros, muchas de sus misiones han sido y siguen siéndolo, especialidades del Arma. Tal vez sea la más conocida por todos, la extinción de incendios, la que ha recogido con orgullo el testigo que los antiguos Zapadores-Bomberos del Cuerpo de Ingenieros le han entregado (foto 9).
La finalidad de esta exposición histórica ha sido la de resaltar la afinidad que siempre ha existido entre los Cuerpos de Bomberos existentes, no solo en Madrid sino en otras comunidades, y las unidades del Ejército, por lo que su trabajo y misión supone de sacrificio, abnegación, disponibilidad, disciplina, valor y desprecio al peligro, virtudes o valores que definen a sus componentes y alos que hay que añadir, como en el caso de los Ingenieros, su especialpreparación técnica.
Por ello, creo que bien se merece el autor de la “Puerta de Alcalá”, Francisco de Sabatini y Giuliano, del Real Cuerpo de Ingenieros, ser considerado el primer bombero militar.
José Ignacio Mexia y Algar. Coronel de Ingenieros (R)
Miembro de la Comisión Histórica y de Mantenimiento de las Tradiciones del Arma de Ingenieros.
Miembro de la Junta Directiva de AEME
BIBLIOGRAFÍA.
ESTUDIO HISTORICO DEL CUERPO DE INGENIEROS DEL EJÉRCITO. TOMO II. 1911.
HISTORIA DEL CUERPO DE BOMBEROS DE MADRID. Juan Carlos Barragán Sanz y Pablo Trujillano Blasco.
Fuente:
Revista Tierra, Mar y Aire. num. 392/. Pag. 51