En el marco del Plan de Colaboración de Asociados(PCA-AEME 2023-24) Jesus Argumosa Pila, General de División del ET, anterior presidente de AEME, publica el siguiente trabajo.
El “talón de Aquiles” de la disuasión europea
El pasado 29 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, durante su tradicional discurso anual ante la Asamblea General, en Moscú, volvió a advertir a Occidente sobre las potenciales consecuencias que tendría una intervención directa de países de la OTAN en la guerra en Ucrania. Ante esta declaración amenazante del presidente ruso, la Unión Europea ha repetido y reiterado su propósito de incrementar sustancialmente sus capacidades militares.
Es verdad que, en la esfera convencional, la disuasión europea frente a Rusia se puede considerar equilibrada y estabilizada, con independencia de que en determinadas capacidades militares como en el sector de misiles hipersónicos o del sistema antiacceso/denegación de área (A2/AD) Rusia puede estar más avanzada. No obstante, en otras áreas como Carros de Combate, artillería antiaérea, medios de telecomunicaciones operados con tecnologías emergentes, buques de guerra o aviones de combate, la UE es superior a Rusia.
Pero el asunto de la defensa es mucho más complejo. Desde el comienzo de invasión rusa de Ucrania, Putin ha amenazado con el empleo de armas nucleares, pero siempre en momentos en que no iba bien la llamada operación militar especial. En este caso, no ha sido así, y su amenaza pretende responder a la reciente declaración del presidente francés, Emmanuel Macrón, sobre la posible intervención de fuerzas de países de la OTAN en Ucrania. También han amenazado a lo largo de la guerra en Ucrania con la posibilidad del uso de armas nucleares tanto el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, como el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev.
La disuasión nuclear siempre ha estado presente entre las principales preocupaciones de los aliados europeos desde finales de la IIGM. De hecho, a partir de los años 50 del siglo pasado, en base a los Acuerdos con la OTAN, se desplegaron armas nucleares tácticas tipo B21 en varios países europeos: 20 en Alemania, 20 en Bélgica, 20 en Holanda y 70 en Italia. También se desplegaron 70 en Turquía y algunas en el Reino Unido, aunque estas últimas ya se han retirado como consecuencia de las protestas de la población.
Todas estas armas están almacenadas en el territorio de los países señalados custodiadas por fuerzas estadounidenses. Para activarlas en caso de guerra se dispone de un sistema de código dual que debe ser aprobado por el país anfitrión y por Estados Unidos. Aunque a estas armas nucleares tácticas es necesario sumar las 290 armas nucleares francesas aeronavales, la llamada force de frappe, lo cierto es que todas ellas no son capaces de ejercer una disuasión nuclear consolidada y creíble frente a las cerca de 6.000 armas nucleares rusas.
En concreto, Europa no está en condiciones de mantener una disuasión nuclear eficiente y equilibrada con Rusia. Es el talón de Aquiles de la disuasión europea. Para disponer de una disuasión nuclear sólida y consistente con Rusia la UE debe acudir al paraguas nuclear de la OTAN, donde se encuentra Estados Unidos. No hay otra opción.
Jesús Argumosa Pila General de División del ET, r . Asociación Española de Militares Escritores