El principado de Moscú hasta Iván el Terrible. Coronel Dominguez Martinez-Campos

 

El principado de Moscú hasta Iván el Terrible

 

Karansim, en su mapa de Rusia del siglo IX la describe como un territorio de grandes proporciones, ocupando desde el mar Blanco y el Báltico (mar de los Varegos), hasta el mar Caspio (o de los Khvalisses). Pero a los eslavos propiamente dichos los situó en los márgenes del rio Volkhof y del lago Ilmen, con centro en Novgorod .

Sin duda eran los eslavos la raza más numerosa de aquella región. Originarios de Asia central, su nombre apareció por vez primera en el siglo V, en los tiempos de Atila. A finales del siglo IX los conquistadores de raza germánica que llegaron a aquellos lugares, dieron a sus habitantes el nombre de rusos.

A mediados del siglo IX, Rurik el Normando sentó las bases de la monarquía rusa. Los principales establecimientos de los eslavos eran Novgorod al norte y Kiev al sur. A Novgorod le llamaban “república”, aunque su nombre no debe tomarse hoy en su acepción moderna.
Rurik fortificó Novgorod con una muralla de tierra sostenida por maderas. En esa ciudad tuvo Rusia su origen. Mucho después aparecería Moscú. Debido a sus luchas intestinas, aquellos eslavos pidieron príncipes a los varegos rusos: “Nuestro territorio es fértil y extenso, pero no tenemos quien nos dirija. Venid, reinaréis sobre nosotros y nos gobernaréis”.

Rurik, el mayor de tres hermanos, aceptó el ofrecimiento y fijó su residencia cerca de Novgorod, fundando la monarquía rusa. Extendió sus dominios hacia el sur y estableció un sistema feudal exigiendo tributos a sus caballeros o príncipes. Reinó en Novgorod durante 15 años y murió en el 879,

Reino de Rutenia (1253-1349)

siendo el padre de una dinastía de Grandes Príncipes.

Hasta llegar al Principado de Moscú, la historia rusa pasó por muy diversas, duras y complicadas situaciones. Las dos ciudades más importantes en aquellas latitudes fueron Novgorod al norte y Kiev al sur, sobre el rio Dnieper, fundada desde hacía mucho tiempo. Estaba habitada por un pueblo pacífico tributario de los khozaros (cosacos). Muchos varegos rusos se trasladaron a Kiev para hacer fortuna.

Desde la muerte de Rurik se sucedieron en Rusia ocho Grandes Príncipes, entre ellos, Oleg y Vladimiro. El primero, regente del reino, casó al hijo de Rurik, Igor, con una joven llamada Olga de gran belleza y clase humilde. Según cuentan las crónicas, los rusos comenzaron a conocer el cristianismo gracias a la que luego sería santa Olga. En su deseo de extender su poder hacia el sur, Oleg se dirigió hacia el valle del Dniéper. Conquistó Kiev en el año 882. De este modo, Novgorod y Kiev se unieron para constituir el llamado reino Rus, pasando a ser Kiev su capital.

Así nació el Rus de Kiev

Por su parte, Vladimiro, pagano, disoluto y mujeriego, terminó eligiendo la religión de Constantinopla, admirado por el boato y magnificencia de sus templos. Se casó con Ana, hermana de los emperadores de Oriente, Basilio y Constantino. A partir de aquí ordenó derribar todas las estatuas de los dioses paganos y obligó a sus súbditos a bautizarse. La iglesia rusa le reconoce como santo. Murió en el año 1015 y dejó diez hijos reconocidos, pero sin designar ningún sucesor en el principado.

Bajo el régimen feudal de príncipes, Rusia se fue dividiendo en gran número de pequeños estados independientes bajo la protección nominal del Gran Príncipe. En el siglo XII surgió la separación, cada vez más profunda, entre los pueblos de un mismo estado y entre los miembros de un mismo tronco familiar. Las guerras intestinas desgarraron a los rusos y la anarquía aumentó.

Todo ello sucedió desde el reinado de Isaiaslaf I (1055) hasta Jorge o Youri I (1154). Este último fue el fundador de Moscú. Youri Vladimirovitch, hijo de Vladimiro y padre de Andrés I, fue a visitar a su hijo con una fuerte escolta. En el camino tomó posesión de una aldea ignorada en el país de Souzdal llamada Koutchkavo, nombre derivado de su propietario, un rico príncipe llamado Stephan Ivánovicth Koutchko.

Youri ordenó la ejecución de Stephan por la frialdad y pobre recibimiento que le hizo a su llegada. Fue el 23 de marzo de 1147 cuando tomó posesión de aquella aldea a la que llamó Moskou (Moscú) por estar a orillas del rio Moskva e hizo que rodearan con empalizadas y trincheras la colina en donde hoy se encuentra el Kremlin. Pero Moscú no se convirtió en corte de los Grandes Príncipes rusos hasta finales del siglo XIII, bajo el reinado de Daniel Alexandrovitch, hijo de Alejandro Nevski.

Tras Youri I se sucedieron los reinados de Andrés I (1157),Mikhail I (1175), Vsevolod III (1177) y el de Youri II (de 1219 a 1238). Todos mantuvieron una sucesión de luchas internas y desastrosas guerras. Los príncipes, en sus feudos, se enfrentaban entre si causando el caos y la desolación en Rusia.

Pero llegaron a Novgorod, Kiev y Moscú graves noticias. Desde el este se acercaba un gran ejército de barbaros que arrasaban todo lo que encontraban a su paso. Eran los tártaros o mongoles, bajo la sanguinaria espada de Gengiskan.

El príncipe Galitch reunió a los príncipes de su familia para frenar la embestida de los mongoles. Organizó un gran ejército y ante él se presentaron diez embajadores mongoles para, mintiéndole, tratar de calmar los ánimos de los rusos. No lo consiguieron y, además, fueron asesinados.

Los rusos presentaron batalla a las hordas bárbaras. En el primer combate las rechazaron. Atravesaron el Dnieper y llegaron los rusos a orillas del Kalka, cerca de Marioupol. Avistaron a los mongoles y el 31 de mayo de 1223 comenzó aquella celebre batalla del Kalka. Los mongoles deshicieron a las fuerzas rusas tras una espantosa carnicería dando muerte a seis príncipes rusos. Los generales de Gengiskan persiguieron los restos del ejército ruso hasta el Dnieper. Todo el sur de Rusia tembló de terror. El pueblo acudió a los templos a rogar a Dios que lo salvara. Inesperadamente, los generales mongoles dieron la vuelta para regresar hacia el este para reunirse con Gengiskan.

Pareció recobrarse en Rusia la tranquilidad. En 1227 murió Gengiskan y le sucedió su hijo Oktai. Este ordenó a su sobrino Bati que con 300.000 mongoles sometieran todos los reinos alrededor del mar Caspio y los países vecinos. En su campaña, Bati fue sacrificando a miles de rusos con una ferocidad desconocida (prefiero omitir detalles muy desagradables). El general mongol llegó a Moscú, sede del Gran Príncipe ruso, y ordenó pasar a cuchillo a todos sus habitantes. Hicieron prisionero al príncipe de Vladimiro. Destruyeron esta ciudad extendiéndose por otras ciudades, pueblos y aldeas exterminando a sus pobladores, violando a mujeres y niños y luego sacrificándolos y haciendo esclavos. Estas hordas bárbaras llegaron a Novgorod destruyendo todo a su paso. En aquella ciudad la matanza fue terrorífica. El Principado de Moscú quedó en poder de los mongoles.

Aun así, los príncipes rusos continuaron enzarzándose en luchas entre ellos, pero todos debían rendir homenaje y eran vasallos del Khan mongol, a cuya corte acudían con servil solicitud como hizo Alejandro Nevski. Siendo príncipe de Novgorod se humilló ante los mongoles, que agradecieron su servilismo premiándolo con los principados de Souzdal y Vladimiro. Nevski murió vistiendo el hábito religioso y la iglesia de oriente le hizo santo.

La dominación mongola se extendió en Rusia desde principios del siglo XIII hasta mediados del XV, casi 300 años, convirtiéndose el Khan de los mongoles en árbitro de la ambición de unos y de la debilidad de todos. Nuevas hordas de mongoles sucedieron a las primeras. Una vez más, Moscú fue devastado y sus habitantes huyeron a aldeas y pueblos vecinos. Dmitri vio destruida su patria sin poderla defender. Le sucedió su hijo Vassili II que logró reunir a varios principados rusos.
Simultáneamente apareció en Asia otro mongol devastador, Timour el Cojo (Tamerlán). El nuevo conquistador se dirigió hacia Moscú. El terror precedía su avance. Vassili II intentó frenar su marcha pero sucumbió ante las hordas bárbaras. Vassili había reinado durante 36 años.

En 1.425 le sucedió Vassili III. Se enfrentó al príncipe de Lituania que se había apoderado de Smolenko. Este enfrentamiento lo aprovechó Boulak, Khan de los mongoles, que arrasó de nuevo Moscú. Durante el reinado de Vassili III continuaron las guerras entre los príncipes rusos, las traiciones, derrotas y algunos triunfos. En 1445 el Khan Oulou-Mahmet hizo prisionero a Vassili III. Le devolvió la libertad tras pagar su propio rescate. Vassili III murió en 1.462.

Le sucedió en el Principado de Moscú Iván III el Grande. En ese tiempo, la mayoría de los principados rusos estaban de nuevo en manos de sus príncipes. Los mongoles, extenuados también por discordias entre ellos, no causaban ya terror. Eran, además, incapaces de crear un poder duradero. Iván III entendió que debía expulsar a aquellos bárbaros de Rusia y acometió la tarea desde que ocupó el poder en 1.465.

El Khan Ibrahim pidió la paz al Gran Príncipe, quien le anunció que los tiempos de servidumbre de los rusos habían acabado. Después decidió terminar con la independencia de la “republica” de mercaderes de Novgorod asfixiándola económicamente. En 1.475 quedó bajo el dominio del Gran Príncipe de Moscú.

De 1475 a 1480, el Khan Akhmet intentó atraerse el aprecio de Iván III. Para ello se alió con Casimiro IV, rey de Polonia y con dos hermanos de Iván, Andrés y Boris. Todo fue inútil, pues Iván unía al talento de la guerra y el genio de la dominación política. Así, las represalias contra los mongoles fueron horribles. A casi ninguno de ellos se les perdonaba la vida.

Pero los triunfos de Iván encendieron odios y suscitaron conspiraciones contra él. Casimiro IV, rey de Polonia, intentó envenenarlo. Por otro lado, varios príncipes rusos fueron derrotados y rindieron vasallaje al Gran Príncipe en el norte del imperio. La horda mongola de Kasen se enfrentó a Iván (1486), quien marchó a su encuentro, lo derrotó y acabó con ella.

A finales de este reinado, Rusia empezó a ser para el resto de Europa objeto de interés y curiosidad. De ahí que los habitantes de Moscú comenzaron a ver llegar a la ciudad embajadores de Alemania, del Papa, de la republica de Venecia, de Polonia……, con los que Iván firmó tratados comerciales y alianzas.

Las artes del Renacimiento llegaron a Moscú atrayendo a escultores, arquitectos, pintores, joyeros y artesanos italianos. La capital de Rusia se embelleció con rapidez.

Iván III el Grande murió en 1505, sucediéndole en el Principado de Moscú Iván IV el Terrible. Con él comenzó una nueva etapa para Rusia, motivo de otro análisis histórico que puede aproximarnos a lo que llegó a ser en épocas más recientes el más extenso país de la tierra con una capital ya indiscutible: Moscú.

Enrique Dominguez Martinez- Campos.   Coronel de Infanteria/DEM, r. 
Fundador  de la Asociacion Española de Militares Escritores