El sargento de Infantería de Marina Daniel Fopiani acaba de publicar su tercera novela: «El corazón de los ahogados», protagonizada por nueve militares. Su primera novela «La carcoma», fue ganadora del premio Valencia de narrativa.
El Mundo entrevista a Daniel Fopiani:
Pregunta.– ¿Cómo afecta la invasión de Ucrania por parte de Rusia a un miembro del Ejército español, como usted?
Respuesta.– La necesidad de ayudar o hacer lo que esté en nuestra mano para que el conflicto se solucione lo antes posible nos afecta con la misma intensidad a los militares que a cualquier civil. A fin de cuentas, debajo de nuestros uniformes, somos hombres y mujeres de carne y hueso, con la única salvedad de que, una vez, juramos defender nuestro país y entregar nuestra propia vida si fuese preciso.
P.– Supongo que estos días se habrán intensificado las maniobras.
R.– Ya sea con un conflicto a la vuelta de la esquina o en tiempos de paz, el plan de adiestramiento de la Armada es lo suficientemente intenso como para mantener a todos sus miembros en un alto nivel de preparación. De hecho, hace apenas un par de días regresé a casa después de haber estado desplegado en el mar de Alborán durante el ejercicio Gruflex-22, en el que han participado más de 2.000 efectivos y varias fuerzas en un ejercicio de integración avanzado.
P.– ¿Cómo ve esta guerra en Ucrania?
R.– Ninguna nación civilizada debería tener interés alguno por iniciar un conflicto armado de este calibre. No es el camino que espero para la humanidad ni el futuro que me gustaría dejar para mis hijos. La historia ha demostrado que las guerras nunca han ofrecido ningún beneficio, ni siquiera para aquellos que se crean vencedores. Ser militar no me obliga a estar a favor de la guerra, aunque sí a formar parte de ella para defender a España y a nuestras familias si fuese necesario.
P.– En España, Pedro Sánchez, cuando estaba en la oposición, decía que sobraba el Ministerio de Defensa, pero ahora apuesta por aumentar su presupuesto.
R.– No hay nada como un golpe de realidad para hacer que algunas conciencias reaccionen. El presupuesto de Defensa lleva décadas infravalorado y, sobre todo, las retribuciones de los militares ocupan con diferencia el último lugar del personal de la Administración. De alguna manera, pedimos a nuestros soldados que sacrifiquen su vida casi por el salario mínimo interprofesional.
P.– Bueno, vamos a su otra faceta. Es sargento de Infantería de Marina y escritor. No parecen profesiones muy vinculadas.
R.– Vinculadas, no, pero se pueden compaginar perfectamente. Todo depende de las ganas, la paciencia, no esperar resultados a corto plazo y no tirar nunca la toalla. Escribo cuando mi primer oficio me lo permite. Mi primera novela, La carcoma, que recibió el premio Valencia de narrativa, la escribí, en parte, en una fragata de la Armada.
P.– Como militar, ha participado en diversas misiones de paz por medio mundo. ¿Qué lugar le impactó más?
R.– Me marcaron los años que trabajé como jefe de los equipos operativos de seguridad en el mar Mediterráneo occidental en asuntos de inmigración, que es lo que comparto con los lectores en El corazón de los ahogados.
P.– ¿Por qué le marcó?
R.– Vi la desesperación, la impotencia y las condiciones en las que los inmigrantes se tiran al mar. La necesidad de ayudar nos nace en el centro del pecho cuando vemos a alguien que pide socorro. Rompe con todos los prejuicios que pudiéramos tener antes de vernos en una situación así.
P.– Esta labor del Ejército es, quizá, poco conocida.
R.– Normalmente, cuando la gente piensa en militares, se le viene a la cabeza que nos pintamos la cara y nos metemos en trincheras, pero tenemos una labor de ayuda social, que quizá no es tan conocida. Es la que traslado en esta novela.
El autor:
Cádiz, 1990. Sargento de Infantería de Marina y escritor. Ha estado desplegado como jefe de los Equipos Operativos de Seguridad (E.O.S) en el norte de Europa, el golfo Pérsico, el mar Rojo, Turquía, Egipto e Irak.
Fue ganador del Premio Valencia Nova de Narrativa en 2017 con su novela “La Carcoma”, además de contar con múltiples premios literarios en su haber, entre los que destacan el primer Premio en el X Certamen Poeta García Gutiérrez y el primer Premio en el IV Certamen internacional Ana María Navales.
Escribe activamente para la revista Zenda, ha trabajado como columnista en varios periódicos de la provincia de Cádiz y ha sido director de la revista cultural RSC durante más de cinco años. Su anterior novela publicada es “La melodía de la oscuridad”, que resultó finalista a la mejor novela de Cartagena Negra 2020.
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