EL FRACASO DE LA DISUASION ENTRE ISRAEL E IRAN General Martinez Isidoro.

 

 

      EL FRACASO DE LA DISUASION ENTRE ISRAEL E IRAN

 

Es necesario indicar que hablar de disuasión cuando las dos potencias han estado en plena guerra, y pueden continuarla, parece algo innecesario, sin embargo, puede ser de interés continuar con este concepto para determinar qué ha fallado y sobre todo que es lo ha sucedido con anterioridad, cuando se mantuvo un statu quo prebélico con una disuasión efectiva desde el año 1979.

Irán posee una Constitución que no es especialmente referente del Estado judío, en comparación con el eslogan público actual de “destruir el Estado sionista”, incluso reconoce la posibilidad de que otras obediencias religiosas, como las cristianas y de otras variantes de su credo, puedan coexistir con la propia teocrática chiita; sin embargo, es monolítica en cuanto a la concentración de poder, sin salida en cuanto a la evolución del régimen, y reactiva en cuanto a la resiliencia ante ataques generalizados; en este sentido, estos intereses nacionales de Irán lo aproximan a la necesidad del país persa de dotarse de una disuasión de tipo nuclear, que lo proteja de cualquier amenaza existencial.

Sus antecedentes históricos no son menos atractivos en materia de su existencia pasada como Imperio y cultura ancestral. Su población tiene un nivel importante e interesante de educación y de realizaciones propias.

Sin embargo, como enuncian los Evangelios, “por sus frutos les conoceréis” (Mateo7:16), y en este sentido la trayectoria reciente de la República Islámica de Irán, desde su creación revolucionaria por el Ayatollah Jomeini, una vez desalojado del poder el entonces Sha de Persia Reza Panlevi, de tendencia pro-occidental, ha tenido un sentido expansionista de su credo chiita a lo largo de esa zona deseada por los sucesivos imperios asiáticos, como es la “Creciente Luna Fértil”, zona  de esa forma, y menos fértil ya que antaño, que se extiende  en la región de Oriente Medio, desde el Golfo Pérsico, a través del sur de Irak, Siria, Líbano, Jordania , Israel y el norte de Egipto, conocida por ser considerada como la cuna de la civilización, y también como territorio de desencuentros violentos como los que se viven desde hace ya muchos años, y que dan hoy señales de haber roto el statu quo, la disuasión mutua y de adentrarse en una guerra abierta a todos los recursos bélicos.

Hasta el año 1979, año de la Revolución Islámica iraní, la relación entre ambos Estados fue normal, la caída del régimen del Sha, al que Israel era próximo, significó un antes y un después en las relaciones; la causa palestina, verdadero motor de las hostilidades contra Israel en la región de Oriente Medio, comenzó a enraizar también en Irán, a pesar de su doctrina chiita; su credo constitucional de país eminentemente musulmán, y acogedor de todos los pueblos humillados, dio un carácter causal a la enemistad progresiva con Israel, síndrome potenciado por la gran proximidad de Estados Unidos al Estado judío, que le ha apoyado en todos los conflictos que ha mantenido en la zona.

El apoyo de Occidente (incluida España) a Sadam Hussein en su guerra contra Irán (1979/89), la presencia y protagonismo de Estados Unidos en las dos guerras del Golfo, en Afganistán y después en Siria, así como las” revoluciones de la primavera árabe”, supusieron un rechazo a su participación en la región considerando la posibilidad de que se le estuviera aplicando una operación de cerco, oponiéndose siempre a cualquier acción de Israel, aliado directo de los norteamericanos.

Como candidata a potencia regional ha rechazado y combatido la presencia de Estados Unidos en Oriente Medio y por supuesto a su adlátere Israel, practicando una política directa e indirecta en contra de Norteamérica, con el que ha mantenido diferendos recordados, como el de la ocupación de su Embajada en Teherán y el intento fallido de liberación por unidades de operaciones especiales norteamericanas bajo la Administración Carter.

Contra Israel ha ejercido una estrategia de agresión indirecta a través de grupos con gran poder local, calificados de terroristas por las grandes instituciones internacionales, favoreciendo la hostilidad de estos con Israel en sus territorios próximos, armándoles, financiándoles y apoyándoles directamente a través de asesores y participación de la Fuerza QUDS de los Guardianes de la Revolución(GRI), centro de gravedad de la Defensa de Irán.

Tampoco han dejado de acudir a la cita las acciones terroristas directas contra Israel en su despliegue internacional, como el atentado contra la Embajada judía en Buenos Aires, acción de gran repercusión, o los atentados contra la oposición en el exilio, en especial contra los descendientes y gobiernos del Sha, destacando el del último Primer Ministro Shapur Bajtiar, símbolo de la oposición al régimen iraní en el exilio, asesinado en Paris en 1991.

Tampoco faltaron los atentados sistemáticos contra países de sus litigios, en su seno mismo, como los acontecidos en Paris en la década de los 80, para torcer la voluntad de Francia en la devolución de sus activos en EURODIF, contrato suscrito por el Sha para proporcionar uranio enriquecido a Irán, que ya desde entonces Persia tenía apetencias nucleares.

En realidad, Teherán ha tratado de expulsar a todos los países occidentales de la región, mediante las acciones terroristas de sus próximos en obediencia, tomando como lema de su cruzada, la destrucción de Israel.

En este sentido, Hezbollah, Hamás, la Yihad Islámica, el régimen sirio alauita de Háfet al-Asad, y más recientemente el de su hijo Bashar,  los rebeldes Hutíes del Yemen, y las milicias chiitas de Irak, han sido los peones de Irán para acorralar a Israel, aspecto que durante años ha sido una lucha constante.

Sin embargo, después de los atentados de Hamás de 2023, Israel ha ido neutralizando el sistema de mando y control de todas las organizaciones hostiles, la de Hezbollah en el Líbano, mediante una operación muy singular, de Hamás a través de la práctica destrucción de Gaza, por la ocupación de zonas clave en Siria, impidiendo la alimentación de Hezbollah por Irán, antes fluida, y de momento supervive la de los Hutíes, que podría ser un objetivo máximo próximo, ahora complementario.

La gran cesión de Israel en su disuasión estratégica, de no entrar en combate directo con Irán, ha visto su fin, cuando ha podido comprobar que sus “proxies” estaban debilitados o suprimidos, y que Estados Unidos estaba más dispuesto que nunca a ayudarles.

Llegada la guerra, la visión estratégica de Irán se ha basado en su capacidad de garantizar la supervivencia del Estado, de su integridad territorial y su autonomía política, preservando su ideología y su fe que garantizan la perpetuación de la República Islámica; las minorías chiitas y los anhelos imperialistas de Irán han quedado en segundo plano de los intereses persas.

La doctrina militar de Irán se refiere principal, y únicamente quizás, a la posibilidad de un ataque de Israel y de Estados Unidos, preparándose para la embestida de un ejército superior, desarrollando estrategias asimétricas contando con su profundidad estratégica. Un ataque por tierra de Israel se antoja disparatado, por la distancia y la defensa en profundidad que presentan los iraníes (Fuerza QUDS de los Guardianes de la Revolución, Fuerzas Armadas cubriendo las fronteras, GRI en el interior y BASIF, facción de los GRI, en sistema de guerrillas).

La guerra aérea de Israel y la respuesta “misilística”, de cohetes y  drones de Irán, parecen la única posibilidad de enfrentamiento mutuo, una vez que los “proxies” de Irán están aparentemente reducidos y los persas no disponen de armamento nuclear desarrollado, aspecto que la Organización Internacional de Energía Atómica(OIEA) determina en un estadio del 60% de enriquecimiento de uranio y unos 400 kg de materia fisible, lo que les permitiría, si llegan al 90%, elaborar entre 6 y 9 cabezas nucleares, pero al parecer no están disponibles, pues la miniaturización de las cargas nucleares, para hacerlas de uso militar, y su puesta en misiles, llevaría mucho más tiempo.

Menos conocido es el debate religioso planteado por los ayatolas, Jomeini en su día y Jamenei más tarde, en una pretendida “fatwa”, que con su obligatoriedad religiosa impediría la fabricación y uso de armas de destrucción masiva; en el debate hay que introducir factores clave como el que Jomeini se refería a la fabricación de armas químicas, como las que empleó Saddam Hussein en la guerra contra Irán (gas mostaza), evocada en 2004 por Jomenei. Los expertos reconocen que la situación estratégica de Irán ha variado profundamente y que aquella fatwa, que de hecho obligó en el sentido que indicaba, está actualmente superada, pues no disponer de las mismas armas que el enemigo supondría ser más débil, y perder.

Llegado a este momento, procede hablar de la disuasión que ha funcionado en la relación Irán- Israel durante muchos años, hasta su ruptura en 2025 , que ha dado lugar a una guerra abierta y directa, teniendo en cuenta sus potencialidades y la posibilidad de detentar armamento nuclear, por qué se ha debilitado y cual puede ser el futuro.

Tanto Israel como Irán han intentado prevalecer en sus posiciones estratégicas a pesar de sus múltiples amenazas.

Hasta la fecha, se habían mantenido las líneas estratégicas de ese principio o modalidad estratégica de la Defensa que es la Disuasión. Siendo este concepto muy conocido, es menester recordar que dos adversarios se disuaden “cuando son capaces de impedir sus agresiones mutuas valorando que ninguno obtendría, desencadenando las hostilidades, ninguna ventaja apreciable comparado con las desventajas prácticas que se producirían iniciándolas”. Son necesarios los factores, conocidos, de decisión política de desencadenar las hostilidades, en su caso, disposición de la Fuerza necesaria para hacerlo, y un gran conocimiento mutuo de las capacidades del contrario.

Quizás los expertos que más han profundizado en el concepto de disuasión hayan sido los diseñadores de la estrategia francesa de disuasión, en especial para mantener la teoría nuclear del “Débil contra el fuerte”, base de su disuasión nuclear.

En estas situaciones estratégicas, siempre hay un “Candidato Defensor” que pretende evitar las hostilidades merced a la realización de una acción disuasiva hacia el “Candidato Agresor”.

 

EXISTEN EN EL CASO ISRAEL- IRAN DOS SITUACIONES POSIBLES.

En la primera, con un Irán convencional, todavía no nuclear, pero en vías de serlo, y un Israel convencional con capacidades nucleares no declaradas pero existentes, se estaba produciendo una disuasión convencional de Irán sobre Israel, para evitar un ataque generalizado a los medios de desarrollo nuclear que tiene instalados el país islámico, que verosímilmente apuntan a la búsqueda del dominio militar nuclear, pese a tener suscrito el Tratado de No Proliferación Nuclear, también a sus capacidades misilísticas capaces de alcanzar al Estado de Israel, y de hacerle cada vez más daño.

En este caso, el Candidato Agresor es Israel y el Defensor es Irán.

El efecto disuasivo se producía por la dificultad de atacar Irán, por su gran parque de misiles y cohetes, capaces de alcanzar Israel, por la actuación ofensiva y colaboradora de sus “proxies”, ahora muy debilitada, y por la posibilidad de cerrar el Estrecho de Ormuz y sus enormes repercusiones en la economía mundial, y en la propia persa. La ayuda militar de Rusia y China, a corto plazo, no se contempla, aunque su posibilidad aumenta con el tiempo.

En un segundo estadio, si Irán hubiera conseguido el dominio y la posesión de “lo nuclear militar”, la situación disuasiva sería determinada como una disuasión mutua nuclear en la que el Candidato Agresor sería Irán, por las características del Estado teocrático exhibidas desde decenios en múltiples escenarios, como se ha indicado con anterioridad, y el Candidato Defensor sería Israel.

 

CONCLUSIONES:

La disuasión Israel- Irán ha fracasado debido a haberse eliminado algunos factores importantes de la potencialidad de Irán.

Israel podría haber evaluado erróneamente la capacidad del parque de misiles y cohetes de Irán, su número, potencia y alcance.

Israel habría contado con Estados Unidos para la invasión aérea demasiado pronto.

Israel tendría infiltrada la cúpula de Irán y podría destruir su sistema de Mando y Control, confiando en sus acciones indirectas.

Israel poseería información avanzada sobre el programa de dominio y utilización de una carga militar de Irán dispuesta para la acción.

Israel podría haber estimado alguna concertación de Rusia y China para ayudar a Irán militarmente.

 

Finalmente:

Es muy posible que, con un Irán con capacidad militar nuclear, la disuasión que ha dado la paz y el bienestar a Europa durante 80 años, pudiera generar una situación similar en Oriente Medio, con poco que los dos adversarios redujeran sus impulsos estratégicos.

 

Ricardo Martinez Isidoro. General de División, r.

Presidente de la Asociacion Española de Militares Escritores.