EL EMPLEO DE LOS DRONES EN LAS FUERZAS AEREAS. Coronel Terrado Valderas

En el numero 695, de la revista EJERCITO, se analiza el “El empleo del DRON en operaciones militares”, con varios articulos coordinados por AEME que se publicaran en dias sucesivos.

 

 

EL EMPLEO DE LOS DRONES EN LAS FUERZAS AEREAS

Non Progredi Est Regredi

 

Si bien el Ejército del Aire y del Espacio por su versatilidad, coste de operación y reducido riesgo, al igual que las principales fuerzas aéreas del mundo, emplea desde hace décadas los DRONES para realizar un número cada vez más creciente de misiones, a partir del 30 de enero de 2020 lo anterior adquiriría un nuevo significado y un impulso definitivo, al realizarse el primer vuelo en España del sistema de armas MQ9 Predator-B o, como se le conoce en el ámbito del EA, el NR.05.

Pero antes de focalizar mi artículo en este sistema de armas conjunto, operado por el Ejército del Aire y del Espacio, no podía obviar otros DRONES que, en servicio en el EA, cumplen misiones indispensables y críticas.

Así, en primer lugar, tenemos aquellos DRONES dedicados a cubrir la ineludible necesidad de formación específica, y que se encuentran en dotación en la Escuela Militar de Sistemas Aéreos no Tripulados (UAS) situada en la Base Aérea de Matacán[1], en Salamanca. En esta Unidad, centro de enseñanza de referencia en las Fuerzas Armadas para formación y titulación de operadores y pilotos de UAS, además de medios de simulación, operan los siguientes sistemas: MAVIC MINI 2, EVOII-PRO V2, RAVEN RQ-11B, TUCAN y FULMAR (Imágenes 1 y 2). Adicionalmente a la formación adquirida en el empleo de los referidos UAS, el personal que es formado como operador de sistemas Clase II y III realiza una fase de introducción en el Grupo de Fuerzas Aéreas RPAS del Ala 23, en la Base Aérea de Talavera la Real.

En segundo lugar, y pasando ya a DRONES Clase I dedicados a misiones operativas, tendríamos el ya mencionado RAVEN RQ-11B (Imágenes 3 y 4), de dotación en el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), y el WASP EA (Imagen 5), operado por personal del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC), empleados en misiones de Protección de la Fuerza (FP) e Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR).

Drones EZAPAC

De esta manera, tanto el RAVEN como el WASP procuran la necesaria visión que sólo el uso de la tercera dimensión, característica principal del empleo del poder aeroespacial, permite, obteniendo, de manera discreta y más allá del alcance y perspectiva de otros sistemas, imágenes que procuran información clave para garantizar la seguridad y la ejecución de la misión de estas unidades de operaciones aéreas especiales y facilitadoras de los despliegues aéreos.

Teniendo que dejar para otra ocasión, por limitación en la extensión del artículo, una mayor dedicación a estos sistemas de armas que, a pesar de su pequeño tamaño, dotan de una tremenda capacidad a aquellas unidades que los operan, a partir de este momento me centraré en aquellos DRONES Clase III, de nivel “estratégico-operacional”, que por la complejidad de su empleo, el tipo de misiones que realizan, y las necesidades y utilización del espacio aéreo, son operados exclusivamente en el ámbito de las Fuerzas Armadas por el Ejército del Aire y del Espacio, dado que requieren de una formación aeronáutica completa y especializada.[1]

Como siempre sucede, todo parte con una necesidad, la necesidad de dominar la información de manera que nos haga superiores a la hora de ejecutar nuestro ciclo de decisión frente a un adversario. Así se determinó que, para lograr el referido dominio de la información, era fundamental lograr una capacidad persistente ISR. Este principio de “persistencia” fue el principal que orientó, allá por 2014, el desarrollo de los requisitos que estableció el Estado Mayor Conjunto, con el que se podría decir que nació el programa de adquisición de un sistema de armas UAS Clase III (HALE/MALE[1]) “Estratégico/Operacional”.

Tras la valoración de posibles alternativas, se tomó la decisión de adquirir el MQ9 Predator-B y, a final de 2015, se formalizó dicha decisión mediante la redacción de la Letter of Aquisition (LOA) con el Gobierno de los Estados Unidos de América.

A la LOA le siguieron varias directivas del Jefe de Estado Mayor del Aire y del Espacio, del Jefe de Estado Mayor de la Defensa, así como el Plan de Implantación del sistema de armas en el Ejército del Aire y del Espacio, documentación que sirvió de guía para el desarrollo de las tres líneas de acción básicas del mencionado proceso de implantación: una primera línea de acción dedicada a los aspectos documentales y organizativos, como la creación del Grupo de Fuerzas Aéreas RPAS en el Ala 23, o la elaboración de los Planes de Instrucción y Adiestramiento del personal, tanto tripulante como de mantenimiento; una segunda línea orientada a la adquisición o adecuación de infraestructuras, tanto en la base principal de operación, la Base Aérea de Talavera la Real, como en la base principal de despliegue, el Aeródromo Militar de Lanzarote y, finalmente, una tercera línea de acción conducente al logro de los recursos de personal apropiados, mediante la formación nacional en la Escuela de UAS de Matacán y en EEUU.

De esta manera, tras finalizar la ejecución de gran parte de los hitos contenidos en las tres líneas de acción referidas, el Ejército del Aire y del Espacio en general, y la Base Aérea de Talavera la Real en particular, estaba preparado para recibir el 13 de diciembre de 2019 las dos primeras aeronaves y unidades de control (GCS).

Durante el año 2020, a pesar de las restricciones asociadas a la pandemia, no disminuyó el ritmo de actividad, consiguiendo importantes hitos durante la fase de comprobaciones funcionales del sistema, la cual culminaría con la entrega del mismo al Ejército del Aire y del Espacio el 17 de febrero de 2021. Durante este periodo de pruebas funcionales, que comenzaría con el primer vuelo en España ejecutado el 30 de enero de 2020, se recepcionaron las otras dos aeronaves y una tercera GCS el 26 de noviembre de 2020, otorgando con ello una mayor flexibilidad de utilización del sistema de armas, ya que la disponibilidad de esta tercera GCS proporcionaba la capacidad de despliegue manteniendo los márgenes de seguridad establecidos.

Finalmente, y como culminación de esta parte de mi artículo dedicada al proceso de implantación del NR.05, cabe decir que el pasado 19 de enero de 2023 se logró el alcance de la Capacidad Inicial Operativa (IOC), tras culminar con éxito el despliegue al Aeródromo Militar de Lanzarote y la operación del sistema de armas en el espacio aéreo canario.

En lo que respecta al concepto de empleo del NR.05, lo primero que hay que mencionar es que la operación de este tipo de DRONES supone un cambio de paradigma en conceptos y procesos fundamentales como el de operatividad del sistema de armas, gestión de recursos de personal tripulante y de mantenimiento, dependencias de agentes externos, etc.

Por poner un ejemplo de lo anterior, para un avión de caza su operatividad fundamentalmente depende de que la aeronave esté en vuelo, con sus sistemas operativos, y el piloto, personal de apoyo y mantenimiento y armamento disponibles. Sin embargo, la operatividad del NR.05 no sólo es función de lo referido, sino que entran en juego otro tipo de equipos, instalaciones y conexiones, e infraestructuras, además de un componente espacial, sin el cual quedan completamente mermadas sus capacidades operativas.

Por otro lado, y dentro del concepto de empleo de este sistema de armas, se debe considerar lo que supone la incorporación a nuestras Fuerzas Armadas de nuevas capacidades. El NR.05 es un sistema especialmente idóneo para desarrollar actividades ISR, así como de adquisición y designación de objetivos de superficie, en tierra y en ambiente marítimo, haciendo de multiplicador de las capacidades ofensivas de otros medios de nuestras Fuerzas Armadas en misiones demandantes y de elevada dificultad en su ejecución y coordinación, requiriendo por ello de un entrenamiento específico y continuado. Estas misiones para las que las tripulaciones del Ala 23 se entrenan diariamente y que, por doctrina y capacidad, se encuentra asignadas al poder aeroespacial, serían Close Air Support (CAS), Strike Coordination and Reconnaisance (SCAR), Command and Control (C2), Supresion of Enemy Air Defences (SEAD), Battle Damage Assesment (BDA), Time Sensitive Targeting (TST), etc.

Además, el NR.05 es un sistema con posibilidad de “expandir” su campo de actividad mediante la configuración de equipos apropiados, como podrían ser de Guerra Electrónica (EW) o de Inteligencia de Señales (SIGINT).

Por todo lo anterior, el NR.05 es un sistema de armas capaz de satisfacer las necesidades de nivel estratégico, operacional y táctico aéreo, pudiendo ser empleado en un amplio espectro de misiones, no solamente en el ámbito exclusivo de las operaciones militares, sino también en misiones de Apoyo a Acción del Estado. De esta manera, el NR.05 es capaz de proporcionar, de manera persistente, consciencia situacional gracias a su gran autonomía, facilitando a los centros de decisión que se determinen imágenes, video y posicionamiento exacto de objetivos y áreas de interés en tiempo real, durante misiones de extinción de incendios, lucha contra tráficos ilícitos, vigilancia de fronteras, etc.

Para finalizar esta parte del artículo, debo referir brevemente al ejercicio del Mando y Control sobre este sistema de armas. Partiendo del principio de que el NR.05 es un medio conjunto operado y mantenido por el Ejército del Aire y del Espacio y, como tal, está dirigido a satisfacer las necesidades ISR de nivel estratégico y operacional, ello no está reñido con que dicho sistema de armas esté siempre subordinado a una estructura de Mando y Control “aérea” tipo JFAC/MDOA, cuyo comandante, a través de su Centro de Operaciones (AOC), ejercerá el Mando Táctico (TACOM) y ordenará las misiones por medio de la Air Tasking Order (ATO).

Por encima de este Comandante “aéreo” se situarían en la cadena de mando otros Comandantes nacionales, como el Comandante del Mando de Operaciones (CMOPS) y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), o aliados, dependiendo de la naturaleza de la operación en la que esté empleado el NR.05, los cuales ejercerían el Control Operacional (OPCON) y/o el Mando Operacional (OPCOM).

Entrando ya en la última parte del artículo dedicada a la descripción general del NR.05, sus componentes principales, y el modo de operación, comenzaré por procurar una idea de sus dimensiones. En la imagen 6 podemos ver una comparativa de su tamaño con un viejo conocido en nuestras Fuerzas Armadas, sobre todo de personal paracaidista del Ejército de Tierra y del EA, el C212 Aviocar. Si bien el fuselaje del NR.05 es más estrecho, al no tener habitáculo para alojar personal o carga, y su longitud es cuatro metros más corta en lo que respecta a la envergadura, el NR.05 supera ligeramente al Aviocar. Por tanto, estamos hablando de un DRON de un tamaño similar a un avión de transporte ligero de personal o a un avión de caza y ataque de pequeño tamaño como el F-5.

En cuanto a los componentes del sistema, sin los cuales es imposible su operación o se ven reducidas críticamente sus capacidades operativas, nos encontramos en primer lugar con la Unidad de Control (GCS), esto es la cabina. Similar a la cabina de un avión comercial, con un espacio adicional para el caso en que sean necesarios otros operadores, posee dos posiciones principales, la del piloto y la del operador de sensores (imagen 7). La GCS está conformada en el interior de un contenedor aerotransportable similar, aunque ligeramente mayor y dotado de ruedas, a un ISO de 20 pies, lo que facilita su despliegue.

El segundo componente digno de mención es la Antena de Guiado Terrestre (GDT), la cual es empleada para las operaciones de despegue, aterrizaje, y rodaje de la plataforma aérea. Esta antena tiene un enlace “directo” en línea visual, esto es, el mismo no se realiza a través de satélite de cara a evitar latencias durante las maniobras referidas. Dichas latencias podrían causar una reacción tardía de la aeronave poniéndola en una situación de peligro. Debemos tener presente que el despegue y el aterrizaje del NR.05 se realiza actualmente como si se tratase de una aeronave normal, esto es, dichas maniobras son ejecutadas directamente por el piloto, a diferencia de otros DRONES que las realizan de manera automática.

Para el enlace satelital empleado durante la fase táctica de la misión, el sistema cuenta con la antena SETSS (Surface Earth terminal Sub-System). Tanto a través de los enlaces satelitales, como en los de línea visual, además de las órdenes de mando desde la GCS se transmiten a esta las imágenes y vídeo proporcionadas por los sensores que posee la aeronave y de los que hablaré a continuación.

Como último componente crítico del sistema hay que hacer mención al satélite a través del cual se hace posible la operación a largas distancias.

Finalmente, respecto a los sensores que actualmente posee el NR.05 estos son dos: el Multi Spectral Targeting System (MTS-B), comúnmente conocido como la “bola”, y el Radar de Apertura Sintética (SAR).

La “bola” incluye tres cámaras diferenciadas (TV empleo diurno, TV baja luminosidad e Infrarroja) y además está equipada con dos equipos láser mediante los cuales es posible obtener coordenadas de precisión y altura del objetivo, y realizar el guiado de armamento o la señalización de un objetivo. Una capacidad consecuencia de la disponibilidad de las cámaras referidas, y que no es nada desdeñable cuando se opera en determinados entornos hostiles, es que el NR.05 no necesita de iluminación alguna en la pista de aterrizaje para su operación, pudiendo despegar y aterrizar en total oscuridad.

En relación al SAR, este posee tres modos de operación de los cuales uno está optimizado para el seguimiento de objetivos móviles en tierra y otro para entorno marítimo. A parte del seguimiento de objetivos en movimiento, la principal capacidad del radar de apertura sintética es la de obtener imágenes del terreno de gran calidad similares a fotografías.

En definitiva el NR.05, un sistema DRON Clase III Conjunto, operado y mantenido por el Ejército del Aire y del Espacio, y orientado a satisfacer las necesidades actuales y futuras de los niveles estratégico y operacional, es ya una realidad que ofrece a nuestras Fuerzas Armadas nuevas capacidades y un gran efecto multiplicador de la fuerza, y está permitiendo la adquisición de experiencia, conocimientos técnicos y operativos aplicables a futuros desarrollos nacionales y multinacionales como el EuroMALE, futuro DRON de desarrollo europeo.

 

JUAN JOSE TERRADOS VALDERAS

Coronel del Ejército del Aire y del Espacio

 

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