CICLO AEME II/2025: EL SALAFISMO YIHADISTA EN EL SAHEL
Con este articulo se cierra el CICLO AEME II, correspondiente al año 2025.

En torno a la estrategia española en El Sahel.
Como se ha visto a lo largo de los diferentes artículos que se han publicado en este II CICLO/AEME 25, el Sahel constituye un escenario inseguro y voluble causado por el salafismo yihadista, el crimen organizado, el narcotráfico, la inestabilidad política, económica y social, los flujos migratorios o el impacto del cambio climático que se mezcla con conflictos intercomunitarios en Estados que no tienen fortaleza institucional. Al mismo tiempo, el Sahel está sometido a rivalidades entre distintas potencias extrarregionales que pretenden sacar el máximo provecho de los recursos naturales de la región
La inestabilidad y la falta de seguridad de esta región, considerada como nuestra frontera avanzada, detrás del bloque del Magreb, está configurada por un conjunto de Estados “fallidos” que no tienen capacidad para controlar sus propios territorios lo que da lugar a “espacios vacíos” por los que se mueven grupos del salafismo yihadista, narcotraficantes y traficantes de seres humanos con total inmunidad que extienden sus operaciones no solo hasta nuestro país sino que llegan a diferentes países de la Unión Europea.
La UE se encuentra inmersa en la elaboración de una nueva estrategia con la que afrontar su relación con los países del Sahel en un momento en que el alejamiento con Mali, Burkina Faso y Níger, liderados por juntas militares es ciertamente evidente, no solo con la Unión Europea sino también con Naciones Unidas y con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) de la que han sido miembros desde 1975. No cabe duda de que la guerra en Ucrania ha tenido un impacto significativo en la relación entre la UE y el Sahel que se ha deteriorado notablemente.
El Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, del pasado 20 de noviembre, ha confirmado los principios para un nuevo enfoque renovado de la Unión Europea para la región del Sahel. El enfoque se centra en las interacciones diplomáticas y políticas, la seguridad humana y las oportunidades económicas, y su propósito es evitar nuevos conflictos, resolver las causas profundas de la migración y luchar contra la delincuencia organizada.
Los esfuerzos de España para que la OTAN ponga el foco también en los países del sur del Mediterráneo se vieron compensados en la Cumbre de la Alianza en Washington, del 9 al 11 de julio de 2024, que dio lugar a la adopción del Plan de Acción para la Vecindad del Sur, que supuso un cambio sustancial de la manera en que la OTAN se aproxima al Sur. Pocos días después, el 23 de julio, la Alianza creó un nuevo puesto de representante especial de la OTAN para la Vecindad del Sur, que incluye regiones como Oriente Medio, África del Norte y el Sahel. Para desempeñarlo fue designado el diplomático español, Javier Colomina.
El Plan de Acción refleja la voluntad de la OTAN de reforzar su implicación en el sur a través de cuatro pilares: el diálogo político, la cooperación práctica, la presencia física sobre el terreno y las relaciones con organizaciones regionales. La prioridad principal de la OTAN sigue siendo la defensa colectiva y el apoyo a Ucrania. Dicho esto, la dimensión sur se ha consolidado como una prioridad estratégica clara. No se trata de elegir entre el este o el sur, no tenemos esa opción. Se deben abordar ambas dimensiones simultáneamente. Ambas están plenamente integradas en los planes de disuasión y defensa de la Alianza con una visión de 360 grados.
Al mismo tiempo, otros actores como China, Rusia, India, Turquía o Irán han intensificado su presencia ofreciendo alternativas económicas, financieras y de seguridad a distintos países del Sahel que ya no ven a Francia, a Europa o a Naciones Unidas como sus únicos socios posibles. En el caso de Rusia se hace cada vez más firme la injerencia en la región a través del África Corps heredero del Grupo Wagner de Yevgeny Prigozhin.
La presencia de actores geoestratégicos en el Sahel, especialmente Rusia, fue una de las principales razones para la aprobación del Plan de Acción citado. Rusia mantiene una presencia militar muy visible en la región, especialmente con la Confederación de la Alianza de Estadas del Sahel (AES), integrada por Mali, Burkina Faso y Níger, con la que estableció el 4 de abril de 2025, una asociación estratégica en materia de seguridad y defensa, representando un reto estratégico claro para la OTAN. En cuanto a China, ejerce una influencia económica y política en el área y, en menor medida, una aportación significativa en el ámbito de la defensa.
El III Plan África de 1919 español pretendía orientar los recursos y la acción exterior de España en el Sahel en torno a cuatro objetivos estratégicos: a) paz y seguridad; b) desarrollo sostenible, crecimiento económico inclusivo y resiliente; c) fortalecimiento institucional; y d) movilidad ordenada, segura y regular. Por otra parte, de acuerdo con la Estrategia Nacional de Seguridad 2021, el nexo seguridad-desarrollo y un enfoque preventivo son los principios que guían las políticas para la contribución de España a la estabilidad del Sahel. Asimismo, mantendrá el apoyo a las iniciativas de seguridad internacionales y regionales, así como su compromiso con las misiones civiles y militares de la Unión Europea en África.
En relación con el Magreb, y en particular con Marruecos, es preciso compaginar la posible colaboración del territorio marroquí como barrera protectora ante cualquier amenaza procedente del Sahel, con la pretensión del reino alauita de dominio del Sahara Occidental poniendo en cuestión los intereses estratégicos nacionales no solo teniendo en cuenta la vulnerable situación en que puede quedar Canarias sino también de la propia ventaja geoestratégica que se concede a Marruecos en el entorno geopolítico del Atlántico Oriental.
Llegados hasta aquí, y partiendo de la base de que España no puede actuar en solitario en el Sahel, parece lógico pensar que debe apoyar aquellas iniciativas de seguridad internacionales y regionales, ya sean de Naciones Unidas, de la Unión Europea, de la OTAN, de Naciones Unidas, de la Unión Africana o de la CEDEAO al objeto de conseguir que el Sahel se convierta en una región estable de paz y de prosperidad que permita a su población disfrutar de una convivencia estable bajo una gobernanza sólida, justa y equilibrada.
En especial, España está en condiciones de liderar el nuevo enfoque de la UE hacia el Sahel ya que coincide en muchos aspectos con nuestros objetivos. Somos el país que tiene mayor experiencia en ayuda humanitaria, en migraciones, en seguridad humana y en el campo militar en la región, con la excepción de Francia. Pero a diferencia del país galo, con un pasado colonial que provoca recelos y antipatías en diferentes países de la región, España tiene unas buenas relaciones con los pueblos del Sahel materializadas en un enfoque integral que combina el combate al terrorismo con el desarrollo socioeconómico y la gestión de flujos migratorios.
Siendo muy importante la implicación de la OTAN en el sur a través del diálogo político, la presencia física sobre el terreno y la relación con las organizaciones regionales, es preciso que España diseñe una estrategia pragmática propia que se centre en fortalecer la gobernanza local, impulsar la paz y seguridad, reforzar las instituciones, fomentar el desarrollo sostenible y el crecimiento económico inclusivo. Solo desde el reconocimiento y la aceptación de las diferencias y el respeto a las prioridades africanas se podrán remover los obstáculos que entorpecen una cooperación en el Sahel.
En definitiva, aparte de establecer una política coherente y cohesionada con las iniciativas de los actores señalados más arriba, España debiera instaurar un adecuado y específico diálogo junto a unas estrechas relaciones no solo con los gobiernos y asociaciones regionales sino también con las poblaciones locales y con el sector privado. En particular, una mayor presencia de la relación bilateral constituye un valor añadido fundamental en el nuevo enfoque de la estrategia española en el Sahel.
Jesús Argumosa Pila. General de División, r
Vicepresidente 2º de la Asociacion Española de Militares Escritores
Director de la Catedra de Estudios Estratégicos del Instituto Europeo de Estudios Internacionales (IEEI)
