CICLO AEME II/2025: EL SALAFISMO YIHADISTA EN EL SAHEL

EL SAHEL Y LAS ISLAS CANARIAS
Una visión de la geografía del continente africano permite situar a las islas Canarias en
una zona marítima que puede ser prolongación de la franja de tierra africana conocida
como el “SAHEL” y aunque visualmente es así, su origen geológico es bastante distinto,
el Sahel forma parte del continente africano en su superficie como una de las zonas más
antiguas del planeta Tierra, el continente primitivo Gondwana y las Islas, situadas al
exterior de la plataforma continental de África, nacieron hace sólo unos 20 millones de
años las orientales, pero el Hierro y La Palma alrededor de los 5 millones de años,
claramente modernas en tiempos geológicos y fueron consecuencia de la combinación
de erupciones volcánicas y de los movimientos de la placa tectónica africana que
provocaron la elevación de la cordillera del Atlas, por lo que estas diferencias en el
tiempo de origen y formación han tenido como consecuencia una geografía actual muy
distinta con sus diferentes relieves, clima y biodiversidad.
Sahel, en árabe puede significar Oeste y lógicamente este nombre debe venir dado por
alguien situado al Este y que tuviese el idioma citado, es decir alguien que habitara como
muy cerca en la península del Sinaí, pues en el empleo de los puntos cardinales no se
refieren a las coordenadas geográficas, sino a la posición relativa de la persona que los
utilizaba, tel, norte, sur, guibla, este, charg y oeste, sahel, arriba, abajo, izquierda y
derecha.
Al buscar una denominación para la región desde el punto de vista de Canarias,
tendríamos que hablar del Charg pues está claramente al Este, pero prescindamos de los
criterios geográficos y utilizaremos el nombre por el que esta región es conocida en el
mundo actual, SAHEL.
Aunque geográficamente es una región continua extendida entre el sur del desierto del
Sahara y el principio de la sabana y que puede ser definida como la zona comprendida
entre las isoyetas de 100 a 200 mm, políticamente no es así y está formada por una serie
de naciones diferentes, no en la totalidad de sus territorios, pero si con una parte
importante de ellos que las incluyen en la denominación de la región. Estas naciones
son: Senegal, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán y Eritrea.
Todas proceden de un pasado colonial relativamente cercano y su estabilidad política es
cuando menos deficiente y aunque algunas se autodenominan democracias en realidad
su calidad como tal es francamente mejorable. La suma de sus habitantes da una cifra
superior a los 400 millones, pero si descontamos Nigeria, verdadero gigante africano con
237 millones, los demás oscilan alrededor de los 20 o 30 millones, salvo Sudán 50
millones y Mauritania y Eritrea entre 4 y 5 y por descontado que toda esta población no
vive en la zona geográfica conocida como Sahel y a la vista de la situación geográfica de
los países citados se podría considerar que un país como Senegal, al sur del rio del mismo
nombre, no tiene las características que se atribuyen al Sahel, así como las regiones al
sur del arco del Níger tampoco, con lo que quitaríamos también a Burkina Faso, la
mayoría de la población de Níger vive al sur y al oeste del rio del mismo nombre, Malí
está claramente dividida en dos zonas diferentes, de Nigeria solo la franja norte del país
y del Sudán la mitad sur, al final de estas consideraciones la población del Sahel
geográfico y homogéneo podría estimarse en unos 100 millones que repartidos en toda
su extensión, aproximadamente 2 millones de km2 ofrecen una densidad relativa
pequeña, del orden de 2 hab/km2.
La Historia de las Canarias y el Sahel es muy diferente, mientras las primeras entran en
ella en el siglo XV a través de su conquista por la Corona de Castilla, el Imperio Malí ya
existía en el siglo XI y no había, o eran puras leyendas, noticias sobre la vida en las Islas,
parece ser que hace unos 4000 años hubo un origen común pues desde el Atlas y sus
estribaciones se produjeron los movimientos que iniciaron el poblamiento de las
Canarias y las zonas occidentales del Sahel, hay que tener en cuenta que hace esa misma
cantidad de años el Sahara acababa de pasar de clima tropical al desierto que
conocemos.
La primera oleada en las Islas se produjo en el Neolítico procedente del sur
de Marruecos y del Uad Draa y era un pueblo mediterráneo con matices negroides, su
lenguaje era proto-bereber, ocuparon sobre todo la isla del Hierro, la segunda llegada
procedía de más al Norte, Atlas y Anti-Atlas y se instalaron en Gran Canaria, Tenerife y la
Gomera y algunos en el Hierro, su lenguaje no era bereber, tenían el sonido “P” y de ellos
puede proceder el silbo gomero. La tercera llegaba del Norte de África, el Atlas de Argelia
y el Rif y eran de tipo nórdico, se instalaron en su mayoría en Tenerife y al contrario que
sus predecesores eran guerreros. La cuarta, también procedente de África, evitaron
Tenerife y poblaron Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote su cultura era ya de la Edad
del Bronce.
Todas estas llegadas repartidas en un periodo largo no presuponen que otros pueblos
navegantes, como los cartagineses o del continente europeo, llegaran en viajes
ocasionales, hay una zona en la isla del Hierro, Los Letreros, que está llena de
inscripciones que no corresponden a las culturas isleñas y pueden ser los clásicos
comentarios de viajeros de paso. También ya pasado el siglo VII los árabes y bereberes
estuvieron en Fuerteventura y Lanzarote, viajes ocasionales para conseguir esclavos, en
esos viajes encaja la expedición de Juba II, rey de Mauritania.
Como es lógico, todas estas llegadas se producen por mar pues no hay evidencias
geológicas de una posible unión en superficie de las islas al continente, la distancia más
corta es de 100 km. y las profundidades marítimas grandes. El enigma de la ausencia de
comunicaciones por mar entre las distintas islas sigue sin resolverse, quizá el aislamiento
cultural de grupos pequeños en cada una de las islas o el hecho de no disponer de
herramientas adecuadas para la fabricación de barcas que permitieran las travesías entre
ellas, porque, aunque las distancias son relativamente cortas el mar da siempre
sensación de peligro.
Una vez situados los canarios en su tierra entran de lleno en la Historia con la conquista
por parte del Reino de Castilla del Archipiélago, mientras tanto en el Sahel la penetración
árabe del siglo VII ha dado lugar a la formación de imperios y reinos que, aunque algunos
mayoritariamente negros, adoptan la religión musulmana que se propaga por toda la
parte norte del continente con alguna excepción, Etiopía y la existencia de minorías
judías o animistas que estaban sometidas políticamente y eran económicamente
tributarias.
De un salto llegamos a los siglos XIX y XX en los que las potencias europeas inician y
terminan un ciclo de colonización y descolonización que ha originado el mosaico de
naciones que componen actualmente el Sahel.
Las relaciones de las Islas con estas naciones no son muy estrechas, como se podía
suponer por su situación geográfica, en general la balanza comercial española, salvo con
Nigeria, no tiene gran impacto en la economía de España y menos en la de Canarias, sin
embargo, hay dos problemas no relacionados directamente con el comercio que, si
afectan o pueden afectar a las Islas, la inmigración y el terrorismo.
El primer problema es candente y de difícil solución, la combinación de una serie de
disposiciones legales en España con las dificultades políticas y económicas de los países
de la región del Sahel hacen de motor invisible para que una gran parte de la población
de los mismos vea asumible el riesgo del viaje en medios navales de circunstancias,
pateras, con la finalidad de llegar a España o a Europa vía España, la heterogeneidad de
la inmigración, hombres, mujeres, niños y nacionalidades e idiomas diferentes complica
aún más su absorción. Las Islas, cuyo producto mayoritario es el turismo, no tienen ni la
necesidad ni la capacidad para recibir siquiera una parte pequeña de esa afluencia de
personas, por lo que se impone su traslado a la Península con las dificultades inherentes
del alojamiento y posible identificación, añadido el drama humano que supone la llegada
de pateras con muertos o la posible desaparición de algunas pateras en su azaroso viaje
desde Mauritania o incluso desde Senegal.
El terrorismo es un problema que de forma indirecta ya está afectando a Canarias, las
organizaciones terroristas no solo actúan por medio de acciones armadas esporádicas,
sino que buscan dominar las redes de tráfico de armas, de drogas y la relacionada con el
problema anterior, la trata de personas.
Actualmente las organizaciones terroristas de Oriente Próximo han buscado y
conseguido extenderse por todo el Sahel aprovechando la retirada de Europa Occidental
y la inestabilidad política de las naciones que lo forman. Así organizaciones como ISIS, el
Estado Islámico, tienen sus filiales hasta en Nigeria, el ISWAP, Estado Islámico Para el
Oeste de África. El principio de la lucha terrorista se fundamenta en una planificación
central y general y una ejecución descentralizada de acuerdo con los tiempos y
oportunidades que se presentan a las organizaciones locales que aprovechan además su
conocimiento del medio y del terreno. Una ventaja para los intereses occidentales es
que estos grupos se pelean entre sí por dominar las redes antes citadas, así el ISWAP
lucha contra el más antiguo en Nigeria, Boko Haram, por dominar la región nigeriana
fronteriza con Níger y Chad.
No parece muy probable que estos grupos armados consigan tener posibilidades de
acciones armadas en el Archipiélago, pero al amparo de la inmigración pueden infiltrarse
individuos aislados que al estar muy radicalizados pueden planear y ejecutar actos de
carácter terrorista de relativa poca extensión, pero de gran repercusión en los niveles
nacional e internacional. Es lógico pensar que estamos en una guerra hibrida en la que
sus acciones no son las tradicionales de una guerra en el sentido clásico y para la que
nuestras Fuerzas de Seguridad han de estar dotadas y preparadas.
ANTONIO RAMOS-YZQUIERDO ZAMORANO Teniente Genera el Ejercito ,r
