Ciclo AEME 7/21.El papel de la Unión Europea

AEME comienza este año la serie Ciclos dedicados a la Seguridad y Defensa con el CICLO 7/21 dedicado a la Seguridad en el Mediterráneo. El Mare Nostrum, en términos de seguridad, se caracteriza por ser una región donde los conflictos presentan una dimensión multidireccional, la línea de fractura más evidente es la norte-sur, en la que coexisten unos países con un notable aislamiento internacional, otros con guerras o conflictos civiles junto a algunos más que se pueden considerar como países “fallidos”.

En la Directiva de Política de Defensa 2020, del pasado mes de agosto se señala al Mediterráneo como una región de especial interés para España, donde la estabilidad continúa amenazada por los desafíos del terrorismo, la criminalidad y la debilidad de algunos estados.

El siguiente es el articulo segundo del Ciclo 7/21

 

El papel de la Unión Europea

 

A modo de presentación

El mar Mediterráneo es considerado el vínculo que une los países cuyas costas se bañan en sus templadas aguas. Sin embargo, esa realidad se ve confrontada por la diversidad cultural, religiosa, económica y social entre las naciones situadas en las orillas del Mediterráneo. Esa diversidad es especialmente notable entre los países al norte del Mare Nostrum y los que están al sur y este de dicho mar, rodeado por tres continentes: África, Asia y Europa. De los 20 estados soberanos ribereños, ocho pertenecen a la Unión Europea. Además, las aguas del Mediterráneo rodean varias islas que pertenecen a esos países. Además, muchos expertos consideran dentro del marco estratégico mediterráneo la región del Sahel en el sur y la vecina al Golfo Pérsico en el este. También es importante resaltar que al noreste del Mediterráneo hay estados que no son miembros de la Unión Europea. La mayoría de ellos se vieron muy afectados por los conflictos que se tuvieron lugar entre 1991 y 2001 en el territorio de la antigua Yugoslavia. Sucesivamente se desarrollaron dos guerras fratricidas que afectaron a las seis repúblicas que conformaban la República Federativa Socialista de Yugoslavia. Conocidas como guerras de la antigua Yugoslavia o guerra de los Balcanes no pueden olvidarse sus graves consecuencias y la inestabilidad remanente que afecta a la zona.

Sin incluir el mar Negro, el Mediterráneo abarca un área, de aproximadamente2,5 millones de km2 y tiene una longitud máxima de unos 3.860-3.900 kilómetros. Su anchura máxima es de 1.600 kilómetros y la distancia más corta entre Europa y África es de sólo 14 kilómetros en el estrecho de Gibraltar. La extensión del área mediterránea, incluso si se incluyen territorios adyacentes, es relativamente pequeña comparada con otras áreas estratégicas. Sin embargo, la diversidad humana, política, social y económica hacen que la zona se enfrente a múltiples y variadas amenazas.

Reconociendo la complejidad del proceso que originó el estallido de la “primavera árabe” a partir de finales del año 2010, sus inicios fueron profundamente alentadores y democráticos. Las revueltas tuvieron su origen en la frustración de la población ante la actuación de los regímenes autoritarios, de diverso signo, que han gobernado los países árabes desde su independencia. Cuando han pasado más de diez años de aquellos acontecimientos, existe la percepción de que en los países árabes sigue existiendo una frustración profunda causada por la corrupción, la presión demográfica, la ausencia de reformas y el deterioro del modelo económico y social. Por todo ello, es generalmente admitido que las movilizaciones volverán cuando se levanten las restricciones sanitarias existentes.

Desequilibrios y operaciones en el Mediterráneo

Como se ha mencionado, existen numerosos factores que afectan a la seguridad en el área mediterránea. Sin embargo, los expertos destacan como fuente de inestabilidad las notables diferencias existentes en el desarrollo económico de los países mediterráneos pertenecientes a la UE y aquellos que no lo son. El desequilibrio se puede apreciar fácilmente comparando el PIB (Producto Interior Bruto) per cápita[1]de Italia y Marruecos. Según datos macro de Expansión, el PIB per cápita de Italia el año 2019 fue de 29.660 Euros y el de Marruecos de 2.932 Euros. Estas cifras ayudan a entender en parte el flujo migratorio desde los países del Magreb y otros de la zona hacia la UE. Esa corriente migratoria en la mayoría de los casos es ilegal y está manejada por mafias que se aprovechan de la demanda existente para trasladarse a la UE. Ese tráfico ilegal ha sido y es la causa de graves tensiones en la zona. Como consecuencia de los naufragios de migrantes libios hace 6 años, se lanzó la Fuerza Naval de la UE en el Mediterráneo, (EUNAVFORMED) por decisión 2015/1778 del Consejo de la UE de 18 de mayo. Conocida como operación Sofia se puso en marcha el 22 de junio del mismo año y su cuartel general estuvo situado en Roma. El mandato para la operación finalizó el 31 de marzo de 2020. Su sucesora es la operación IRINI cuyo objetivo principal es aplicar el embargo de armas frente a la costa de Libia de conformidad con la Resolución 2292 (2016) del Consejo de Seguridad (CSNU). Además, IRINI contribuye a la desarticulación del modelo de negocio de las redes de tráfico ilícito y trata de personas mediante la recopilación de información y patrullas aéreas.

La Unión Europea como factor de estabilidad

La UE ha sido y es un factor esencial para la estabilidad y seguridad en el Mediterráneo, siendo su aportación principal diversos acuerdos y sus políticas específicas de colaboración. La Estrategia Global de la UE busca convertir la visión hacia esa y otras áreas en una acción común. El 17 de octubre de 2016, los ministros de Exteriores de la UE decidieron las prioridades estratégicas más importantes para la aplicación de la Estrategia Global de la UE[2]. Estas prioridades son la seguridad y la defensa, la creación de resiliencia estatal y social, el enfoque integrado de los conflictos y las crisis, el fortalecimiento de los órganos regionales cooperativos y una gobernanza mundial basada en normas. Para alcanzar esas prioridades, la Unión dispone de varios instrumentos entre los que se encuentran los Acuerdos de Asociación (AA) que son tratados entre la UE, sus Estados miembros y un país no miembro de la Unión. Su base legal está en el artículo 217 del Tratado de Funcionamiento de la Unión (TFUE). La UE tiene AA con: Albania (2009), Argelia (2005), Bosnia-Herzegovina (2015), Egipto (2004), Israel (2000), Jordania (2002), Líbano (2006), Montenegro (2010), Marruecos (2000), Macedonia del Norte (2004), Siria (1978 aunque los programas de cooperación fueron suspendidos en el año 2011), Túnez (1998), Turquía (1964 y en el marco para una Unión Aduanera en1995).

Por su parte, la Política Europea de Vecindad (PEV) pretende vincular los países de la Unión con Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Libia, Marruecos, Palestina, Siria Túnez. También existe una PEV con algunos países del este de Europa. La UE ofrece asistencia financiera a los países PEV siempre que cumplan con las condiciones de reforma gubernamental y económica, así como de transformación positiva. El proceso se basa en un Plan de Acción acordado tanto por Bruselas como por el país de destino.

Para finalizar, es preciso mencionar el Proceso de Barcelona o asociación euro- mediterránea que fue un proyecto de cooperación regional propuesto por el gobierno de España en la cumbre euro-mediterránea celebrada en Barcelona los días 27/28 noviembre de 1995. En ese marco se presentaron diversas posibles políticas relacionadas con el desarrollo económico, la lucha antiterrorista, así como la promoción de la democracia y los derechos humanos. Para reforzar y dar un nuevo empuje al Proceso de Barcelona, se propuso crear la Unión por el Mediterráneo (UpM) basada en la construcción de una asociación entre Europa y los países del contorno mediterráneo. El Consejo Europeo de los días 13/14 de marzo de 2008 retomó dicha iniciativa y la rebautizó Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo. La iniciativa recibió su espaldarazo durante la Cumbre de París para el Mediterráneo celebrada el 13 de julio de 2008. La Declaración tras la Cumbre fue suscrita por los jefes de Estado y de Gobierno de 43 países que representaban a más de 756 millones de ciudadanos.

La UE tiene el desafío de desarrollar y aplicar una política eficaz que, pese a las limitaciones existentes, logre asegurar o al menos mejorar la seguridad y la estabilidad en el Mediterráneo.

Federico Yaniz Velasco. General del EA (R)
Exdirector adjunto del EMI

[1] Indicador económico que mide la relación existente entre el nivel de renta de un país y su población. Se usa habitualmente para medir la riqueza de un país,

[2] Ver Conclusiones https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-13202-2016-INIT/es/pdf

Otros medios en que se publica: