CARTA ABIERTA SOBRE GIBRALTAR (XXXIV). Un petrolero en apuros

El Coronel Dominguez Martinez-Campos publica, en el digital lacritica.eu,  la XXXIV Carta abierta sobre el tema Gibraltar

 

Queridos amigos: A mediados de noviembre de 2021 Panorama recogía datos que tienen muy preocupados a los llanitos. Existía una fuerte caída en los servicios de hostelería del Peñón como consecuencia de la nueva ola de la peste china. Las cancelaciones de comidas y cenas en los locales de esa industria se sucedían a toda velocidad con la consiguiente caída de los ingresos.

En el supuesto de que en “Corea del Norte” la pauta de contagios se mantuviera en cifras tolerables, es casi seguro que medio Gibraltar pasará las fiestas navideñas en hoteles y segundas residencias en Sotogrande y otras zonas del Campo de Gibraltar. Esta es una de las múltiples ventajas de los 30.000 llanitos que viven en la colonia militar.

Aún así, en aquel mismo medio se pone de manifiesto la irritación que les causa a los llanitos las colas que tienen que soportar para sellar los pasaportes y las tarjetas de los militares británicos. Según dicen estas gentes que siguen creyéndose el ombligo del mundo, ese sellado se debe a las reminiscencias históricas de la época del “dictador” Francisco Franco. No deben saber, como le ocurrió a un juez español prevaricador que fue expulsado de la carrera judicial, que Franco murió hace 46 años. Pero al parecer, el espíritu franquista también lo ha asumido la UE que hoy exige lo que a los gibraltareños tanto les irrita para poder entrar en territorio Schengen y que, si no hay acuerdo esa irritación por el sellado irá para largo.

El 16 de noviembre el gibraltareño Paco Oliva escribió en Europa Sur que España lleva intentando recuperar la soberanía sobre Gibraltar desde 1704, y no lo ha conseguido porque los llanitos no lo quieren. Este individuo parece no entender que los 30.000 llanitos de Gibraltar no pintan nada ni deben adjudicarse semejante mérito. Es GB con su fuerza militar quien lo ha impedido hasta ahora. Añadió que el General Franco fue más lejos que nadie para que los gibraltareños aceptaran la soberanía española –cierto– y tampoco lo consiguió. Pero este hombre miente como un bellaco cuando alude a las causas por las que Franco no lo logró. Lo que Franco logró fue evitar que los británicos se salieran con la suya en el ámbito internacional para dar la independencia a Gibraltar y así mantenerse ellos en esa base militar como país tercero de forma indefinida, para que nadie les pudiera decir, año tras año “hay que descolonizar el Peñón”.

Añadía Oliva que los gibraltareños se echaron en brazos de los británicos para resistir el bloqueo franquista. Por esto y por las inversiones británicas, Gibraltar resistió, según él. ¿De verdad? Gibraltar estuvo a punto de sacar bandera blanca debido al colapso económico de ese bloqueo y la huída en masa de la ratonera de miles de ratoncillos en época de Margaret Thatcher. Fue el PSOE felipista quien les salvó de la claudicación que estuvo a punto de lograrse con el cierre sine die de la Verja.

Este Oliva, gibraltareño con nacionalidad británica, e hijo de madre española, terminó su perorata en Europa Sur diciendo que el tratado entre la UE y GB sería complemento perfecto al plan de inversiones que tiene previsto realizar el gobierno de España en la zona (¿?), según asegura el presidente de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar. ¡Qué forma de mentir la de este gibraltareño y colaboracionista, para que algunos se crean el mito de la “prosperidad compartida”!

El 19 de noviembre, José María carrascal en ABC decía que hay que preguntarse si España puede permitirse el lujo de tener un presidente del Gobierno cuyo único programa es mantenerse en esa presidencia le cueste lo que le cueste al país. Porque este hombre compra al mejor postor (a sus socios separatistas, golpistas, comunistas, proetarras, antisistema, etc.) la bisutería barata a precio de oro con tal de dormir, dos meses, dos años o lo que haga falta en la Moncloa. Y tener el helicóptero y el “falcon” a su servicio. Por supuesto, toda esa gentuza encantada de venderle su bisutería a costa de los dineros de todos los españoles (millones y millones de euros) para, a su vez, que España desaparezca del mapa.

Pero no es solo esa canalla la que desea mantenerle en el poder. También quieren que siga en él algunos extranjeros, según Carrascal. Por eso este gobierno multiforme va a ceder a Frontex el control del puerto y aeropuerto del Peñón así como el de la Verja, para que Gibraltar siga siendo una colonia militar británica en suelo español y los llanitos puedan entrar y salir de la UE a través de España, colonizando de paso cada vez más y más espacios en el campo de Gibraltar. Y Sánchez pueda seguir durmiendo a pierna suelta en la Moncloa.

Aquel mismo día se conoció el contenido de una carta de la ministra Wendy Morton, en la que expresaba lo que España aceptó en el famoso acuerdo-marco de Nochevieja pasada y que la UE, en virtud de sus propias reglas no puede aceptar. Por tanto es lógico un posible choque de intereses que tendrá que solucionar la UE con GB si se quiere llegar a un acuerdo. Y ello como consecuencia de la idiocia de la diplomacia española que dirigía entonces la inútil de González Laya.

Mientras, un petrolero de 330 metros de eslora, anclado en la bahía de Algeciras, en un fondeadero gestionado por Gibraltar, es decir, que los derechos de fondeo y suministros al barco se hacen a través de empresas de Gibraltar, levó anclas para salir a mar abierta. Pero el fuerte viento de levante lo empujó hacia la costa española sin control. Avisado Salvamento Marítimo, cuatro remolcadores salieron de Algeciras a toda máquina para evitar que aquella mole encallara en el Rinconcillo y se ocasionara una catástrofe. La capitanía Marítima de Algeciras abrió un expediente sancionador contra el capitán del barco y la compañía propietaria. Moraleja: Gibraltar no cuenta con los medios necesarios para evitar estas situaciones de extremo peligro para otros buques y la costa española. Pero Sánchez sigue durmiendo feliz en la Moncloa.

Simultáneamente en el aeródromo de la RAF (llamado pomposamente por los llanitos y españoles colaboracionistas “aeropuerto internacional”) situado en el istmo, pegadito a la Línea e ilegalmente ocupado por GB, los aviones militares británicos se estacionan allí para cumplir sus misiones militares. Dos, tres o los que quepan. Para que nadie tenga dudas de lo que es en realidad ese “aeropuerto internacional”.

En la mar sucede algo parecido. En cuanto un buque de la Armada Española se acerca a las costas del Peñón, las patrulleras del Escuadrón de Gibraltar salen raudas en una especie de zafarrancho de combate paranoico para alejar a los buques españoles de las aguas de España.

Fue, por ejemplo, lo que sucedió el pasado 21 de noviembre cuando, de tres cazaminas españoles, uno de ellos se acercó a lo que los británicos consideran como “línea roja” marítima, siendo advertido para que se alejara de ella. De modo que estos individuos se han hecho de facto con unas aguas españolas que controlan ellos. Por la buenas o por las malas Y así ¿hasta cuándo?

Sin duda alguna hasta que asuma el poder en España un gobierno al que no le tiemble el pulso ni las piernas y, además de no admitir de ningún modo el chantaje de los grupos políticos que desean la desaparición de nuestro viejo país, cumpla un requisito esencial: el de la recuperación de la unidad nacional e integridad territorial, haciendo valer nuestra soberanía por encima de intereses ajenos a España.

¿Cuándo sucederá eso? Cuando los españoles de bien decidan votar con el cerebro, no mediatizados por ideologías falsas y utópicas.

Un abrazo a todos.

Enrique Dominguez Martinez-Campos. Coronel de Infantería/DEM,r

Fuente:

https://lacritica.eu/noticia/2684/enrique-d.-martinez-campos/un-petrolero-en-apuros.html