CARTA ABIERTA SOBRE GIBRALTAR: España, hospital de Gibraltar

 

Queridos amigos: Como advertí en una carta anterior, ayer fueron los transportistas de Gibraltar; hoy ya son las ambulancias. Así para trasladar pacientes en ambulancias que crucen la Verja para llevarlos a hospitales del Campo de Gibraltar, sus conductores deben regirse por iguales normas que las impuestas a conductores de vehículos comerciales gibraltareños. Salvo en el caso en el que el paciente deba ser evacuado del Peñón a vida o muerte.

Es lógico cuando la UE tiene una normativa que debe cumplir cualquier tercer país o, como en este caso, un territorio no autónomo como Gibraltar cuando pretende entrar en territorio de la Unión. Pero, por otro lado, esta cuestión resulta sorprendente. Que la tercera economía del mundo en renta per cápita tenga que acudir a “Corea del Norte” para que su sanidad se ocupe de los british, british, british, no me dirán que tiene su aquél.

Esta situación de las ambulancias ha causado bastante revuelo tanto entre los máximos jerarcas del Peñón como entre sus habitantes. Parece que están indignados porque España empieza a exigir que se cumplan las normas que, como país soberano miembro de la UE, hace mucho tiempo que debiera haber exigido. Es de risa. A ver si es que España debe plegarse a lo que quieran los gibraltareños, sea lo que sea, para que puedan entrar y salir de la ratonera como a ellos les plazca.

Entre lo del sellado de pasaportes, la necesaria “exportación” de sus basuras, las restricciones a los conductores de vehículos comerciales de Gibraltar y ahora lo de las ambulancias, los llanitos están empezando a ver las orejas al lobo. Y eso no les gusta nada, nada. Pero no quieren enterarse. Viven en una colonia militar a descolonizar. Pero se creen el ombligo del mundo.

El 7 de marzo, en Gibraltar-Chronicle se pudo leer algo que, o te causaba risa o enfado o desprecio o todo a la vez. Decía que, tras una pregunta en el Parlamento español, el gobierno de España había protestado ante el de GB por incidentes en “Aguas Territoriales Británicas de Gibraltar”. Por supuesto, en 2021, el gobierno de GB había contabilizado 634 incidentes en esas aguas british, british, british… protestando a través de los canales diplomáticos ante España.

En primer lugar, ¿de qué aguas británicas habla esta gente de acuerdo con el Tratado de Utrecht? En este Tratado no se concedió ni un centímetro de aguas jurisdiccionales españolas fuera del puerto de Gibraltar. En segundo lugar, el criterio español en este sentido, es el criterio español. ¿O es que los gobiernos de España tienen que tener, por narices, el mismo criterio que tengan los británicos, o sea, el de la potencia colonial, cuyo criterio es no solo superar lo estipulado en Utrecht (sobradamente aumentado por robo, repito, robo, hurto, latrocinio…), sino también colonizar todo lo que puedan del Campo de Gibraltar? Por último, decir que España protestó ante Londres en 2021 por solo cinco incidentes con la Royal Navy en aguas españolas. Una ridiculez, desde luego. Pero he ahí la diferencia de criterio entre España y GB en relación con una colonia militar en suelo español a descolonizar llamada Gibraltar.

Con motivo de la invasión rusa de Ucrania, se están dando casos en la UE de incautaciones de bienes de oligarcas rusos amigos de Putin. Así, la embarcación de recreo más grande del mundo, de 156 metros de eslora y valorada en 600 millones de euros fue intervenida en Hamburgo. Era visitante habitual del puerto de Barcelona. Su propietario es el multimillonario ruso Alisher Usmanov. También, al presidente del grupo petrolero ruso Rosneft, Igor Sechin, le intervinieron un yate “Amore Vero” al sur de Francia. Todo ello, de acuerdo con el mandato de la UE para aplicar sanciones contra Rusia.

¿Qué hace España con los oligarcas rusos con propiedades en Sotogrande (San Roque)? ¿Como, por ejemplo, con las del exministro de Putin Viktor Kristenko, casado con la viceprimera ministra de Política Social de Rusia, Tatyana Golikova? Es muy probable que haya bufetes en Gibraltar representando a estos personajes. Uno de esos bufetes, por ejemplo, tiene una delegación en Sotogrande con personal cualificado. Es posible que, en breve, podamos tener alguna noticia de los oligarcas rusos en España.

Seguimos a vueltas con las ambulancias en Gibraltar que pasaban al otro lado de la Verja para dejar su carga en los excelentes hospitales españoles para que la Sanidad española se hiciera cargo de los enfermos del Peñón, aun pagando el tratamiento.

Ahora resulta que esas ambulancias ni siquiera cumplían las normas españolas ni de la UE, como tampoco lo han hecho los conductores de vehículos comerciales. En virtud de la Orden PRE/1435/2013 del 23 de julio sobre transporte sanitario, que determina las autorizaciones para las personas que conducen esas ambulancias, así como otra serie de requisitos, las procedentes de Gibraltar no cumplían ni lo uno ni lo otro. Y así se ha permitido su entrada en España durante años. Bonita manera de hacer cumplir la Ley a los que sólo quieren ser british, british, british.

Por ello, en 2019 hubo 1781 traslados desde Gibraltar a España (a hospitales y clínicas españolas) sin exigir a los conductores de las ambulancias cumplir la legislación en vigor. ¿Por qué? Debido a la permisividad y el buenismo (y también la estulticia) de los gobiernos de España. ¡Qué poco sentido de nuestra propia estima!

Y encima, para que no hubiera dudas sobre la influencia que ejerce el gobierno de Gibraltar sobre España –¡manda huevos!–, el 7 de marzo el alcalde Picardo dijo que su gobierno había trabajado con el de España con el fin de que el paso de enfermos críticos de Gibraltar a clínicas españolas quedara asegurado. Dando a entender así la simetría existente entre uno y otro gobierno. Y el de España se lo traga todo, lo acepta y calla.

Se da la circunstancia que desde siempre el traslado de cualquier enfermo crítico ha estado asegurado. Pero ahora sale Picardo y asegura que, gracias a él y a su gobierno, el de España ha claudicado y permitirá que lo de siempre continúe como siempre. ¡No tienen remedio! Pero por desgracia, ni los unos ni los otros.

Es bastante extraño. Tras acabar la sexta ronda de negociaciones entre la UE y GB, el silencio es como un manto que ha cubierto sus posibles resultados, sean los que fueren. De modo que así se mantiene aún más la incertidumbre.

Según algunos, el acuerdo “ya está hecho” después de que el ministro de Exteriores de España, señor Albares, dijera a mediados de febrero que el acuerdo estaba “casi listo al 99%”. Por el contrario, el gobierno gibraltareño se ocupó de preparar a la población de la ciudad para un posible no acuerdo, después de difundir la idea de que las negociaciones iban mal, en especial, en lo relativo al tránsito fluido de personas y mercancías por la Verja.

Lo que está claro es que los calendarios para llegar a un acuerdo no se cumplieron en el pasado y será difícil que se cumplan antes de que acabe este mes de marzo. La invasión de Ucrania por las fuerzas armadas rusas de Putin ha venido a complicar también la situación. Todo ello puede suponer que se tengan que establecer nuevas prórrogas para seguir negociando. En cualquier caso, la incertidumbre aumenta. Y el miedo de los ratoncillos en la jaula es creciente.

El 8 de marzo, el alcalde de La Línea, Juan Franco, continuó con su campaña para hacer de esta población una “ciudad autónoma”. Así se lo explicó al subdelegado del gobierno en Cádiz, José Antonio Pacheco. Según Franco, la entrevista fue cordial. Explicó a Pacheco su decisión de que los linenses pudieran decidir su futuro “mediante la convocatoria de una consulta popular respetando en todo momento la normativa en vigor…”.

Y así, si el Consejo de Ministros no rechazara tal pretensión, veríamos en La Línea probablemente a medio plazo integrarse en Gibraltar para formar un solo municipio, convirtiéndose la primera en un suburbio al servicio de la segunda. Y por supuesto, la Verja tendría que trasladarse más al norte en suelo español, quizás desde la zona conocida como El Higuerón a otra denominada Campamento. Es un supuesto no descartable.

En el fondo de esta cuestión están las próximas elecciones municipales. Juan Franco está haciendo así su campaña electoral para poder seguir ocupando la poltrona principal del ayuntamiento de La Línea. Va a ser complicado que alguien pueda competir con él y su grupo independiente en esas elecciones. Pero como de costumbre, el problema esencial no es él ni su táctica electoral. El problema radica en la Junta de Andalucía y en el gobierno de España, cuyas decisiones pueden ser imprescindibles. Sobre todo las de este último, cuajado de comunistas y apoyado por todas las fuerzas políticas más representativas de los deseos de destruir España, de acabar con nuestra nación.

Señalar, por último, que según el gobierno gibraltareño –es decir, su ayuntamiento y poco más– el coste de los gastos producidos por la peste china en el Peñón desde que aquella se iniciara en 2020, supera algo más de 311 millones de libras. Un dato más a tener en cuenta para comprender el desastre de la economía gibraltareña y su deuda pública, que será un lastre difícil de superar en un futuro próximo.

Nada más por hoy, queridos amigos. Como algunos otros, estoy a la espera de saber qué ocurrió en esa sexta ronda de negociaciones. Aunque para mí eso no es lo esencial. Sobre todo, cuando no se trata del tema mollar que afecta a la colonia militar británica en Gibraltar. Que se ha desvirtuado y devaluado a base de “compartir lo que sea” con la potencia colonial.

Se ha desperdiciado un momento crucial tras la salida de GB de la UE para intentar imponer nuestros intereses a los británicos. Sin duda, la Historia terminará juzgando a los insensatos y a los culpables de semejante disparate.

Un abrazo a todos.

Enrique Dominguez Martinez-Campos. Coronel de Infantería/DEM, r.

Asociación Española de Militares Escritores

Avademia de las Ciencias y las Artes Millares

Fuente:

https://lacritica.eu/noticia/2820/enrique-d.-martinez-campos/espana-hospital-de-gibraltar.html