Con motivo de la puesta en circulación de un sello de Correos, conmemorativo del nacimiento en el 23 de julio de 1746, de Bernardo de Galvez, traemos a la web este articulo, que ha sido publicado en el numero 138 de la revista MILITARES, de la Asociacion de Militares Españoles (AME), por nuestro asociado el Teniente Coronel Garrido Palacios, al que agradecemos la colaboración.

Bernardo de Gálvez, héroe en la Independencia de Estados Unidos y la reconquista de Florida Occidental

En la segunda mitad del siglo XVIII el interés de España en Norteamérica se centraba en la expulsión de los ingleses de ese territorio y en recuperar Florida Occidental. En esa línea, los españoles apoyaron a los colonos norteamericanos en la independencia (1775-1783) y colaboraron con los franceses, pues ambos querían resarcirse de su derrota ante los británicos en la Guerra de los Siete Años (1756-1763). La efeméride de los 250 años de la Declaración de Independencia de Estados Unidos se celebrará el 4 de julio de 2026.
Primeros años
En la localidad de Macharaviaya (Málaga) nació Bernardo de Gálvez y Madrid el año 1746. Era primogénito de familia hidalga: su padre, Matías Gálvez y Gallardo, fue capitán general de Guatemala y virrey de Nueva España; y su madre, María Josefa de Madrid, falleció cuando él contaba dos años.
Estuvo al principio en Madrid y Tenerife, destinos familiares, y a los 16 se alistó en el regimiento francés Royal Cantabre para luchar contra los portugueses. Posteriormente, se fue a París para formarse militarmente durante siete años. Viajó a Nueva España para estar con su tío José de Gálvez, encargado de organizar el territorio, y le destinó a las Provincias Internas, que abarcaban desde Texas hasta Sonora y desde Arizona a Coahuila.
Bernardo luchó varias veces contra los apaches apoyado en los fuertes de los presidios, y de esas acciones tuvo tres heridas. Esos hechos no fueron óbice para continuar la lucha, mas la caída de un caballo le obligó a regresar a España para su curación. En 1775 participó en la batalla de Argel, en donde las fuerzas tuvieron que retirarse y aquél fue herido de gravedad en una pierna. En recompensa a su intervención, fue ascendido a teniente coronel y destinado a la Real Escuela Militar de Ávila.
Al año siguiente fue ascendido a coronel de un regimiento y nombrado por su tío, José de Gálvez –entonces ministro de Indias–, como gobernador de Luisiana Occidental, con capital en Nueva Orleans. En ese cargo sustituyó a Luis de Unzaga, destinado a la Capitanía General de Caracas.
Trece Colonias
Coetáneo con lo anterior, se produjeron acciones de los colonos norteamericanos contra los ingleses, ocupantes de una parte de América del Norte, de modo que Carlos III decidió ayudar solo a un bando. En realidad, la resolución estaba ya tomada, toda vez que los españoles querían expulsar a los británicos del mismo lugar para recuperar la Florida perdida.
Antes de la Declaración de la Independencia de las Trece Colonias, el 4 de julio de 1776, Bernardo había realizado acciones secretas de apoyo al ejército de George Washington. Consiguió ayuda de La Habana y de Oliver Pollock, comerciante irlandés establecido en esa ciudad y en Nueva Orleans, los cuales proporcionaron armamento, municiones, víveres, medicinas y pertrechos al citado ejército; aparte de la posibilidad de navegar aguas abajo del río Misisipi. Esa ayuda contribuyó, sin duda, a la victoria de los norteamericanos en la batalla de Saratoga el 17 de octubre de 1777.
Ese mismo año, el gobernador se encontraba muy enfermo y, aun así, decidió contraer matrimonio, en secreto, in articulo mortis, con la criolla Felicitas Saint Maxent, viuda del tesorero del rey de Francia. Tuvieron una hija, Marie Adelaide, y, al cabo de unos años, ratificaron públicamente su matrimonio.
Toma del sur del Misisipi
España se declaró aliada de Francia en julio de 1779 –en guerra contra Gran Bretaña desde un año antes–, y no reconoció formalmente la Independencia de las colonias americanas para no extender el conflicto a otros territorios hispanos. A la vez, el gobernador disponía de un gran ejército instruido y de una amplia red de espías que le informaban de los despliegues y movimientos de los ingleses, centrados especialmente en las riberas del Misisipi, Mobila y Pensacola.
La situación, de facto, era de guerra. Gálvez zarpó de Nueva Orleans el 7 de septiembre de 1779 con 1.400 hombres –de ellos, la tercera parte eran soldados profesionales y el resto negros, indios y colonos–; y navegó aguas arriba el curso del Misisipi acompañado de su amigo Pollock. Pese a su inferioridad militar, atacaron por sorpresa a mediados de dicho mes el fuerte de Bute en Manchac; el día 22 hicieron lo propio con el homólogo de Nuevo Richmond en Baton Rouge y el 5 de octubre Dickson rindió el fuerte de Panmure en Natchez, situado a 200 km al norte de la desembocadura del Misisipi.

De ese modo se logró el control de la ribera del río y el alejamiento de los ingleses. A esas acciones se añadió la de un criollo de Luisiana, Vicente Rillieux, al frente de una goleta y 60 hombres, ya que consiguió la derrota de un buque inglés que transportaba medio millar de soldados y marineros. Como resultado de las victorias logradas, ascendieron a Gálvez a mariscal de campo cuando apenas tenía 33 años.
Toma de Mobila
Después del éxito anterior, decidió continuar su ofensiva hasta ocupar Pensacola y así lograr el dominio de Florida Occidental, si bien antes consideró más acertado conseguir la plaza de Mobila. Solicitó ayuda a las autoridades en Cuba, antigua Capitanía General, pero se la negaron. A pesar de todo, Gálvez perseveró en su idea de ocupar ese enclave en enero de 1780, y se dirigió con 1.200 guerreros veteranos hacia Mobila. Entonces recibió ayuda de Cuba y ambas fuerzas atacaron el fuerte de Charlotte, sito en ese entorno. El 14 de marzo, los defensores se rindieron y los españoles, animados por el éxito, decidieron atacar Pensacola.
Toma de Pensacola y reconquista de Florida Occidental
Este objetivo inglés resultaba complejo de conquistar, dado que estaba defendido por 1.500 soldados y un número ingente de indios y negros; y estaba protegido por tres fuertes y dos fragatas. Frente a ellos se oponía una fuerza mandada por el mariscal con efectivos inferiores. En tal caso, la Corona proporcionó socorro y en marzo de 1780 una flota zarpó de Cádiz con un gran contingente de soldados y provisiones.
Tras los encuentros con otras unidades en La Habana, la expedición partió de esa ciudad con las fuerzas que pudo reunir en octubre de 1780; sin embargo, el convoy tuvo que regresar debido a un fuerte huracán.
Con la mejora de las condiciones meteorológicas, el 28 de febrero del año siguiente, zarparon de nuevo del mismo puerto con tres decenas de buques de transporte y un navío de guerra, San Román, junto a otros de menor envergadura. El número total de hombres ascendía a millar y medio, aunque se esperaba la ayuda de una cantidad similar de Nueva Orleans y casi un millar de Mobila.
En esa ocasión, ellos lograron arribar a la isla de Santa Rosa que cierra la bahía de Pensacola, y en ella desembarcó la tropa. Por el extremo occidental de la isla discurría un canal que conducía a un bastión principal, y el primer obstáculo no era otro que el fuerte inglés de Barrancas Coloradas.
Bernardo de Gálvez, pese a las dificultades de tener que pasar por el canal y avanzar de frente hacia las fortificaciones enemigas, decidió que penetrara el navío San Román, buque insignia español al mando del comandante José Calvo de Irazábal. Quería neutralizar el fuego artillero de Barrancas Coloradas y facilitar el avance de la infantería hacia las defensas del adversario. El navío navegó por el canal, si bien pronto encalló en el fondo arenoso del cauce y, más tarde, salió de esa situación.
Gálvez ordenó al comandante Calvo que lo intentara de nuevo, mas este se opuso por temor al hundimiento de su flota. Ante esa situación, el primero dijo al oficial de ingenieros Gelabert, delante del resto de oficiales, que le dijera esto a Calvo: «Una bala de a 32 que le envío y presento es de las que reparte el fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con mi barco, el bergantín Galveztown, para quitarle el miedo».
A las dos de la tarde del 18 de marzo de 1781, el superior ordenó enarbolar su pabellón en el bergantín y penetrar en el canal seguido de otros pequeños buques. Todo en presencia de sus mandos y la tropa de la isla de Santa Rosa. Los cañones del enemigo no paraban de disparar contra los buques, soldados y marineros; y en lugar de acertar, erraron los tiros, no hubo baja alguna; de modo que, la jornada ulterior, con apoyo del fuego naval español, la infantería desplegada en la isla avanzó hacia la bahía de Pensacola y penetró en su interior.
Los refuerzos de Nueva Orleans y Mobila no habían llegado; por el contrario, sí lo hicieron los militares procedentes de La Habana. Unos 700 soldados se incorporaron en el asedio a los fuertes de los rivales. Los combates fueron crueles, largos y duros, en los que no faltó la explosión del polvorín en el fuerte inglés del Sombrero el 8 de mayo a causa de una granada. Ese hecho facilitó su ocupación por españoles y galos, al igual que el ataque contra el fuerte Jorge, expuesto al fuego de las baterías propias. En definitiva, el 18 de octubre de 1781 se rindió el general inglés Cornwallis y, por ende, se consolidó la Independencia de Estados Unidos y el fin de los conflictos en las Trece Colonias.
Los otrora colonos ingleses, con una notable capacidad de conquista, sufrieron otra derrota en Yorktown a manos de los americanos, con George Washington al mando. Tuvieron la colaboración de la flota francesa, dirigida por el Conde de Grasse, que bloqueó la entrada de británicos a la bahía de Chesapeake; y la del capitán Francisco de Saavedra, quien logró en La Habana que los comerciantes pagaran cuatro millones y medio de pesos para aparejar dicha flota.

Final de Bernardo de Gálvez
La batalla de Pensacola duró dos meses y se resolvió con gran éxito para las fuerzas de Gálvez, aunque llevaba dos heridas en su cuerpo: en una mano y en el vientre. Consiguieron más de un millar de prisioneros y otros lograron huir; además de abundante material y armamento –verbigracia, 150 cañones–. Con esa victoria, el flanco meridional de Luisiana y de las Trece Colonias quedaba libre de ingleses, lo que representó naturalmente una gran alegría para los colonos norteamericanos.
Ese resultado también le proporcionó a Gálvez fama y honores: el ascenso a teniente general por parte de Carlos III, el nombramiento de Conde de Gálvez, gobernador de Luisiana y el honor de grabar en su blasón el lema «YO SOLO», en virtud de su hazaña al cruzar el canal de Pensacola en las condiciones precitadas.
En cuanto al aspecto territorial, en el Tratado de París firmado el 3 de septiembre de 1783, España recuperaba Florida Occidental y Menorca, y recibía Florida Oriental a cambio de las Bahamas. Igualmente, recuperaba las costas de Nicaragua (costa de Mosquitos), Honduras y Campeche (península del Yucatán).
Al año siguiente de ese Tratado, Gálvez fue nombrado gobernador y capitán general de Cuba y las Floridas; y en junio de 1785 sustituyó a su padre enfermo, Matías Gálvez, cual virrey en Nueva España. Ese cargo, lamentablemente, no pudo ejercerlo mucho tiempo, puesto que falleció el 30 de noviembre de 1786 a consecuencia de una disentería amebiana. El acontecimiento tuvo lugar en el pueblo de Tacubaya (México) cuando contaba 40 años. Hoy sus restos reposan en la iglesia de San Fernando de Ciudad de México, junto a la tumba de su padre.
Conclusión
Bernardo de Gálvez fue uno de los españoles que tuvo mayor incidencia en el actual Estados Unidos, el protagonista principal para que los colonos norteamericanos lograran la Independencia de las Trece Colonias en 1776.
Las victorias en el valle del Misisipi, Mobila y Pensacola, dirigidas por el gobernador contra las tropas británicas, fueron vitales para el desenlace de la constitución del nuevo país norteamericano. Esas batallas contribuyeron asimismo para que España recuperara Florida Occidental y expulsara a los ingleses de ese enclave americano.
La huella de Bernardo de Gálvez es inmensa en Norteamérica, e incluso se celebra el «Día de Gálvez», el de su nacimiento, en varias ciudades. Existen esculturas ecuestres erigidas en Washington D. C., Pensacola y Nueva Orleans, a más de un monumento en la plaza de España de Mobila. Y tiene el honor de que su nombre figure en vías urbanas y plazas –por ejemplo, la de Baton Rouge (Luisiana)–, y el condado y ciudad de Galveston (Texas).
El año 2014 se instaló el retrato de Bernardo de Gálvez en el Capitolio, como Padre de la Patria americana, una promesa formulada por los fundadores de Estados Unidos en 1783. Aquel mismo año se le nombró ciudadano honorífico de los Estados Unidos por el entonces presidente Barak Obama en honor a sus méritos.
Bibliografía
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Jose Garrido Palacios
Teniente coronel del ET (R). Doctor en Filosofía y Letras.
Asociación de Escritores Militares de España