Nuestro Delegado en Cataluña, Coronel de Ingenieros José Luis Miguel Tarragona, nos remite un articulo sobre el acto que se celebró el pasado día 15, en Barcelona, sobre los 300 años de la creación de la Real Academia de Matemáticas de Barcelona.
300 ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA
REAL Y MILITAR ACADEMIA DE MATEMÁTICAS DE BARCELONA
El pasado 15 de octubre tuvo lugar en el claustro del Palacio de Capitanía de Barcelona la presentación de un libro sobre el 300 aniversario de la CREACIÓN DE LA REAL Y MILITAR ACADEMIA DE MATEMÁTICAS DE BARCELONA, coincidiendo con la fecha del 15 de octubre de 1720, día en el que se impartió la primera clase del primer curso en dicha Academia.
En el acto, presidido por el actual JEME D. Francisco J. Varela Salas, intervinieron el Tte. Gen. Jefe de la IGE D. Fernando Aznar Ladrón de Guevara, el Gen. de Ejército retirado D. Luis Alejandre Sintes (creador del grupo de trabajo “Academia de Matemáticas de Barcelona, en 2002, en su etapa de Jefe del Mando Regional Pirenaico, en Barcelona), el actual presidente de este grupo, Ingeniero de Caminos, canales y Puertos, D. Manuel Novoa, el Ingeniero de Honor, D. Horacio Capel Sáez y los autores del libro, coroneles D. Francisco Segovia y D. Rafael Matilla.
El acto finalizó con un breve concierto de la Unidad de Música de la IGE, que, acompañada de una soprano, interpretó obras del S. XVIII de Beethoven, Haendel y Mozart.
Esta Real Academia de Matemáticas fue fundada por Felipe V en Barcelona (como heredera de la Real Academia Militar del Ejército de los Países Bajos, que existió en Bruselas hasta 1706), bajo el impulso del teniente general Jorge Próspero de Verboom, para que en ella se pudieran formar los Ingenieros Militares que habían de entrar en el Cuerpo de Ingenieros, creado por Real
Decreto el 17 de abril de 1711, y también propiciado por el mismo Verboom.
La Academia estaba ubicada en el recinto de la Ciudadela de Barcelona, en el edificio destinado a arsenal, hoy ocupado por el Parlamento de Cataluña.
Los alumnos de la academia eran cadetes u oficiales de los regimientos de Infantería, Caballería o Dragones (aún no había unidades de Artillería o Ingenieros) y su número era de 36: 18 cadetes y 18 oficiales, a los que se unían 4 civiles.
El plan de estudios se repartía en cuatro cursos de nueve meses cada uno, con una duración total de tres años.
En el primer curso se impartía Aritmética, Geometría, Trigonometría, Topografía y Esfera.
En el segundo Artillería, Fortificación, Táctica y Ataque y Defensa de las plazas fuertes.
En el tercero y cuarto Matemáticas, Hidráulica, Construcción y Proyectos, Edificios civiles y militares.
Las nuevas reformas de las enseñanzas militares supusieron el cierre de la Academia de Barcelona en 1803.
Herederos de esta Real Academia de Matemáticas fueron el Real Colegio de Artillería de Segovia, fundado en 1764, la nueva Academia de Ingenieros, en 1803 (en 1774 ya se había reorganizado el Cuerpo de Ingenieros en tres ramas) en Alcalá de Henares, la Academia General Militar, en 1862 en Toledo, y la Politécnica, en 1940, en Madrid.
En 1799, y a propuesta de Agustín de Betancourt, se creó el Cuerpo (civil) de Ingenieros de Caminos y Canales, para separar las tareas existentes entre los ingenieros militares y los arquitectos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, creada en 1752.
Entre otras obras militares realizadas por los ingenieros militares de la época figuran la Ciudadela y el castillo de Montjuic en Barcelona, la fortaleza de San Fernando en Figueras (la mayor de Europa), el castillo de San Sebastián en Cádiz, la ciudadela de Pamplona, en Galicia en La Coruña y el Ferrol, en el País Vasco en San Sebastián y Fuenterrabía, en Melilla, en Ceuta y en Orán. En Hispanoamérica, el castillo del Morro y los tres reyes en La Habana, San Pedro de la Roca en Santiago de Cuba, castillo de San Lorenzo en Panamá, San Diego de Acapulco en México, San Felipe del Morro en Puerto Rico, el Real Felipe de el Callao en Perú, etc.
Como obras civiles realizadas por los ingenieros militares se pueden citar la urbanización de las Ramblas de Barcelona y de la Barceloneta en la misma ciudad, la Universidad de Cervera, las Casas de Paredes de La Coruña, la fábrica de tabacos de Sevilla, y, allende los mares, la Casa de la Moneda de México y el Palacio de Santa Fe de Bogotá.
También construyeron numerosos edificios religiosos, como iglesias, conventos y capillas.
Bajo el reinado de Carlos III, en 1761 se publicó el Real Decreto para “Hacer caminos rectos y sólidos en España”, en el que tuvieron los ingenieros militares una importante participación, construyendo carreteras y puentes, canales y esclusas, puertos y faros.
En cuanto a la Cartografía, en 1711, con la creación del Cuerpo de Ingenieros, se promulgó la correspondiente ordenanza por la que la confección de mapas y planos pasaba a ser tarea de los ingenieros militares.
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