La reorganización del Cuerpo de Carabineros en la posguerra civil (XXVI, XXVII)

El autor es nuestro asociado y Delegado para Andalucía de AEME el coronel de la Guardia Civil Jesús N. Núñez Calvo, doctor en Historia. Por el interés histórico reciente de estas narraciones, esta web publicará los capítulos que aparezcan en el diario EUROPASUR. El siguiente  corresponde  a los capítulos XXII y XX III  de la “Reorganización en la posguerra civil”  del Cuerpo de Carabineros.

 

 

La reorganización en la posguerra civil (XXVI)

 

  • En el Escalafón General del Cuerpo de Carabineros de 1936 figuraban, además de la filiación básica de todos sus componentes, un breve resumen, ordenado por comandancias, de sus acuartelamientos y poblaciones donde se encontraban ubicados

 

Relación de Zonas y Comandancias de Carabineros entre 1936 y 1940. La provincia de Cádiz fue la única que tuvo dos comandancias.

Relación de Zonas y Comandancias de Carabineros entre 1936 y 1940. La provincia de Cádiz fue la única que tuvo dos comandancias. GUÍA DEL CARABINERO

 

Se finalizaba el capítulo anterior con una referencia concreta de una obra editada en 1936 que sin tener realmente carácter oficial hay que decir que tenía un buen apoyo institucional interno en el Cuerpo de Carabineros antes de la guerra civil. De hecho, ha sido citada en numerosas ocasiones a lo largo de los artículos publicados en Europa Sur sobre los carabineros en La Línea de la Concepción y San Roque. Y lo seguirá siendo cuando se hable históricamente de dicho Cuerpo desaparecido hace más de ochenta años.

Se trataba del llamado Escalafón General del Cuerpo de Carabineros de 1936, obra particular del entonces brigada de Carabineros Eusebio Fernández Chimeno, ascendido a dicho empleo por orden de 10 de noviembre de 1934 y antigüedad del 5 de octubre anterior. Al contrario de los escalafones reglamentarios de entonces, separados en jefes y oficiales por un lado, y suboficiales, cabos y matronas, por otro, dicho brigada incluyó no sólo a los citados anteriormente sino también a los carabineros de 1ª y 2ª clase, ordenando a todos alfabéticamente y no por empleos, como era y sigue siendo usual.

Hay que significar que se citaba al inicio de dicha obra, que al mentado brigada le figuraban como colaboradores los suboficiales, clases e individuos con destino en la Secretaría de la Inspección General del Cuerpo. En dicho “escalafón general”, que nunca se hizo algo similar de unir al personal de todos los empleos, ni en la Guardia Civil ni en ninguna Arma o Cuerpo del Ejercito, se hacía constar entre otras cosas, además de la filiación básica de todos sus componentes, un breve resumen, ordenado por comandancias, de todos sus acuartelamientos y poblaciones donde se encontraban ubicados.

Además de relatarse algunas de sus peculiaridades, se efectuaba una muy extensa reproducción de normas de interés en vigor e incluso alguna pendiente de publicarse. En este último caso se refería a la normativa relativa al retiro voluntario de cabos y carabineros y sus pensiones de viudedad y orfandad. Hacía tiempo que estaba hecho, “en espera para su publicación, en un volumen más reducido, de la aprobación por las Cortes del proyecto de ley, que fue leído en la Cámara de los diputados el día 24 de Noviembre de 1934”.

Este proyecto de ley, tal y como se decía al inicio de la obra, “después de no pocas vicisitudes e irritantes dilaciones en las Comisiones de Presupuestos y Hacienda”, pasó a figurar en la “orden del día” del Congreso el 6 de noviembre de 1935, con informe favorable de ambas comisiones y sin que ningún diputado tuviese pedida la palabra en contra.

Por tal motivo, se consideró inminente su aprobación, llegando a decirlo incluso oficiosamente algunos diputados, pero las incidencias políticas acaecidas trajeron primero la suspensión de las Cortes, después su disolución y finalmente nueva convocatoria para el 16 de febrero de 1936. Dicho brigada de Carabineros, al igual que otras muchas personas más, estaba convencido que ese proyecto sería uno de los que se aprobarían en la nueva legislatura. La realidad fue otra muy diferente.

Por otra parte, aunque se han detectado algunos errores en ese “escalafón general”, hay que decir que constituye un importante documento para el estudio del Cuerpo de Carabineros que no lo tiene ningún otro. Precisamente el único ejemplar íntegro existente actualmente en la Dirección General de la Guardia Civil hasta el momento, fue localizado en un armario de la actual Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras y remitido a finales de 2019 al Servicio de Estudios Históricos del Cuerpo en Madrid. Gracias a ello se terminó averiguando que el incompleto Escalafón del antiguo Cuerpo de Carabineros del Reino. Año 1935, que existía en otro archivo de allí, era realmente un ejemplar incompleto del año 1936. Toda una satisfacción campogibraltareña.

Respecto al mentado brigada, una vez iniciada la contienda, hay que significar que causó baja en la 20ª Comandancia de Navarra, donde se encontraba oficialmente destinado, y pasó destinado el 2 de octubre de 1936, causando alta en la Administración Central. Todo ello según la Gaceta de Madrid núm. 278, fechada dos días más tarde. Realmente estaba comisionado en Madrid, su anterior localidad de destino en el anterior empleo, desde mucho antes del inicio de la contienda.

Posteriormente, al suprimirse las categorías de alférez y brigada en Carabineros, al empleo de teniente, tras haberse aplicado según orden del Ministerio de Hacienda, de fecha 24 del correspondiente mes (Gaceta núm. 117), los preceptos del decreto del Ministerio de la Guerra de la zona republicana, de 16 de febrero último (Gaceta núm. 48).

Finalizada oficialmente el 1 de abril de 1939 la guerra civil con la derrota de los republicanos, el teniente Fernández Chimeno, sin perjuicio de sufrir su propio procedimiento judicial militar, del que finalmente salió sin ser condenado, se vio inmerso en el complejo proceso de unificación de Carabineros en el seno de la Guardia Civil.

Tan sólo diremos que el 24 de junio de 1940, publicado cuatro días después en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército núm. 145, pasó destinado de la 1ª Comandancia de Carabineros (Barcelona), a donde fue destinado, a la Compañía de Destinos de la Dirección General de Carabineros en Madrid.

Iniciado ya el proceso de integración de los componentes del Cuerpo de Carabineros en el de la Guardia Civil, se dispuso por orden de 4 de marzo de 1941, siendo ya teniente de la Benemérita, pero perteneciente todavía a la Sección de Carabineros, que pasase a la situación de disponible forzoso en la Primera Región Militar (Madrid). Quedó afecto para haberes y documentos a la Comandancia Exenta núm. 100 de la Guardia Civil. Dicha resolución fue publicada tan sólo dos días después en el dicho diario oficial del Ministerio del Ejército.

Finalmente, aunque su año teórico de retiro era muy posterior, ya que había nacido en marzo de 1894, se le aplicó, previo informe favorable del Consejo Superior del Ejército, y de acuerdo con el Consejo de Ministros, el pase forzoso a la situación de retiro el 8 de noviembre de 1941, “teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo primero de la ley de 12 de julio de 1940 (D.O. núm. 158)”. Hay que significar que dicha situación afectó a numerosos jefes, oficiales y asimilados en situación de actividad de los correspondientes Ejércitos, que habiendo servido en la zona republicana durante la guerra civil no habían resultado condenados en consejos de guerra. La decisión del nuevo régimen fue que no continuasen en servicio activo.

En aquella resolución de 1941, firmada por el ministro del Ejército, teniente general José Enrique Varela Iglesias, y publicada tres días más tarde, fueron pasados a la situación indicada de retiro, diversos oficiales de Infantería, Guardia Civil y Carabineros, encontrándose Fernández Chimeno entre estos últimos. Por orden de 30 de enero de 1942, publicada en el BOE de 2 de septiembre siguiente, se fijó un haber pasivo mensual, en la situación de retirado, a dicho oficial, de 712’49 pesetas mensuales a partir del mes siguiente, por conducto de la Dirección General de la Deuda.

 

La reorganización en la posguerra civil (XXVII)

 

  • El Anuario Militar de España correspondiente al año 1936 recogía que formaban el Cuerpo de Carabineros 15.316 personas

Dos de las obras de 1941 y 1943 del que fue teniente de Carabineros y Guardia Civil Eusebio Fernández Chimeno.

Dos de las obras de 1941 y 1943 del que fue teniente de Carabineros y Guardia Civil Eusebio Fernández Chimeno.

En el capítulo anterior se resumió como oficial del Cuerpo de la Guardia Civil, el final militar de un antiguo suboficial del Cuerpo de Carabineros que llegó a ser autor del llamado Escalafón General del Cuerpo de Carabineros, correspondiente al año 1936. Gracias a ello, por orden alfabético, se conoce el personal que estaba destinado antes de la guerra civil en la Comandancia de Algeciras y en cada uno de sus puestos de Carabineros, incluidos por lo tanto los diferentes que entonces existían en todo el término municipal de San Roque.

Lógicamente faltan los últimos cambios de destino de algunos componentes, incluidos los últimos ingresos de los recién incorporados al benemérito Instituto, pues no hay que olvidar que Carabineros, al igual que la Guardia Civil, eran beneméritos. No obstante, hay que decir que dicho número es realmente escaso frente al de la inmensa mayoría, constituyendo dicho Escalafón un elemento fundamental para el estudio del Cuerpo de Carabineros. Con la lectura de los diarios oficiales del Ministerio de la Guerra y los boletines del Guía del Carabinero de los meses previos a la contienda, puede completarse en su totalidad tan arduo trabajo.

Por otra parte, no hay que olvidar que, en el Anuario Militar de España correspondiente al año 1936, se publicó con antigüedad del mes de abril, un resumen numérico de las plantillas de generales, jefes, oficiales, asimilados, suboficiales, tropa y ganado de Carabineros. Bueno es citarlo para conocer la verdadera entidad de dicho Cuerpo que en la Ley de 15 de marzo de 1940 se dispuso la integración del personal existente en el de la Guardia Civil.

En total, según dicho Anuario, se trataban de 15.316 personas: dos generales, uno el inspector y otro el subinspector, procediendo este último de Carabineros; de 676 jefes, oficiales y asimilados (12 coroneles, 25 tenientes coroneles, 30 comandantes, 145 capitanes, 296 tenientes, 162 alféreces, 4 médicos, 1 director de música y 1 profesor de esgrima); de 14.113 hombres de Infantería, recordando que el decreto del Ministerio de Hacienda de 28 de septiembre de 1935, y normativa siguiente, había reconvertido a los de Caballería en Infantería (486 brigadas, 600 sargentos, 828 cabos, 913 carabineros de 1ª, 10.891 carabineros de 2ª y 400 cornetas); de 458 hombres de Mar (6 brigadas, 23 sargentos, 40 cabos, 34 carabineros de 1ª y 355 carabineros de 2ª); 2 maestros armeros y 65 mujeres que eran matronas (6 de 1ª y 59 de 2ª). Al desaparecer la Caballería e integrarse sus componentes en la Infantería, el número de equinos que figuraba en el Anuario de 1936 disminuyó bastante, quedando entonces una plantilla de sólo 823 caballos (490 de oficial y 333 de tropa).

Todo ello, en una comarca como es la del Campo de Gibraltar, es muy interesante ya que no hay que olvidar que de las 20 Comandancias de Carabineros que existían en España hasta 1940, sólo terminó quedando con el tiempo la nuestra, teniéndose que crear, tras decretarse la plena integración, la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras donde antes sólo había una compañía de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz. Hasta marzo de 1940, ésta había sido única para toda la provincia gaditana, pero al integrarse los componentes del antiguo Cuerpo de Carabineros, primero llegó a haber tres comandancias de la Guardia Civil en la provincia.

De éstas, una era con cabecera en Algeciras (la antigua 10ª Comandancia de Carabineros, luego denominada 66ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil y finalmente, la 134ª Comandancia de la Guardia Civil, con la publicación de la Instrucción General de la Guardia Civil núm. 3, de 20 de febrero de 1941. Las otras dos Comandancias de la provincia gaditana, es decir, tanto la antigua 11ª de Carabineros de Cádiz, como la antigua provincial de la Guardia Civil de Cádiz, tenían su cabecera en la capital gaditana. Tres años después se reconvertirían en las dos que conocemos hoy día, si bien sus demarcaciones y unidades integrantes fueron cambiando durante los años siguientes. Pero tiempo al tiempo y todavía no corramos.

Volviendo a ese Escalafón general editado en 1936, de entidad particular pero que en la práctica se oficializó de una forma un tanto singular, su autor se trataba del brigada de Carabineros Eusebio Fernández Chimeno, el cual, como ya se dijo en el capítulo anterior, terminó la guerra civil en el bando republicano como teniente de dicho Cuerpo. Tras la mentada unificación de Carabineros en el Cuerpo de la Guardia Civil, se le concedió el correspondiente ingreso en el mismo, manteniendo dicho empleo.

Sin embargo, realmente no llegó a ejercerlo como tal, pues tras diversas vicisitudes, ninguna buena, fue seguidamente depurado al igual que otros muchos, pasando de forma forzosa a la situación oficial de retiro el 8 de noviembre de 1941. Dicho oficial, al que curiosamente los vencedores no le aplicaron la condición que tenía el 18 de julio de 1936, es decir, el empleo de brigada, sino el de teniente, alcanzado durante la contienda como consecuencia de la vicisitud contada en su día, de supresión de los empleos de brigada y alférez, le terminó siendo aplicada definitivamente la estricta y nada benevolente ley de 12 de julio de 1940.

Pero lejos de rendirse y mucho menos de desanimarse, antes de ser pasado definitivamente a la situación forzosa de retiro, fue haciendo uso de su condición de letrado y teniente de la Guardia Civil, desde su despacho particular montado entonces en el entresuelo del antiguo número 51 de la madrileña calle Guzmán el Bueno.

Así, entre sus obras editadas en julio de 1941, muy pocos meses antes de ser depurado y retirado, destacan, al menos, dos obras interesantesLey de represión del contrabando y la defraudación al día, de 184 páginas, y Circulación y tenencia legal de mercancías: Signos, marcas, señales, documentos y requisitos que necesitan toda clase de mercancías, de 334 páginas. De esta última hay constancia de que posteriormente volvió a ser publicada, en 1943 concretamente, pero sin ostentar ya en la portada el título de teniente de la Guardia Civil, circunstancia que sí hizo constar en las obras editadas en 1941.

Un merecido hecho que también hizo constar, si bien en el inicio de su Escalafón de 1936, fueron unas palabras dedicadas a un determinado oficial del Cuerpo de Carabineros, fallecido con anterioridad. Éste figuraba en el Índice de expedientes personales del Archivo General Militar de Segovia, siendo dicha obra declarada de utilidad para el Ejército en 1959.

Se trataba de alguien que ya se ha citado por otras razones en un artículo anterior y que llegó a ser el capitán de Carabineros Antonino Potti Trigo, el cual ingresó en tan benemérito Cuerpo en 1890. El 26 de septiembre de 1929, encontrándose en la situación de reemplazo por enfermo en la 1ª Región Militar y afecto para haberes a la Comandancia de Carabineros de Madrid, pasó a la situación de reserva, con el sueldo de 450 pesetas mensuales que le había señalado el Consejo Supremo del Ejército y la Marina, abonables a partir del primero de octubre siguiente.

 

Fuente:

https://www.europasur.es/san_roque/reorganizacion-posguerra-civil-XXVI_0_1868213585.html

https://www.europasur.es/san_roque/reorganizacion-posguerra-civil-XXVII_0_1870613112.html