La Guardia Civil, azote del contrabando y el bandolerismo en el siglo XIX
El coronel e historiador Jesús Núñez repasa en una conferencia los orígenes del instituto armado

La Guardia Civil fue una solución al grave problema de seguridad pública que padecía España en las primeras décadas del siglo XIX. Así lo sostuvo este martes el coronel de la Guardia Civil y doctor en Historia Contemporánea Jesús Narciso Núñez Calvo, que hizo un repaso a los orígenes del cuerpo en una conferencia pronunciada en el acuartelamiento de Eritaña, sede de la IV zona del instituto armado. El contrabando y el bandolerismo se habían agudizado desde el final de la Guerra de la Independencia.
«España era entonces una nación eminentemente rural. El principal problema, junto al del contrabando, que tanto perjudicaba las arcas del Estado, era el del bandolerismo, con sus continuos asaltos a personas y propiedades». Para afrontar este problema, Fernando VII ordenó al Ejército perseguir a los bandoleros, sin demasiado éxito porque esta misión ni era del agrado de quienes lo mandaban ni los militares estaban adiestrados para perseguir delincuentes.
Los conflictos internos que se sucedieron en la primera mitad del siglo XIX, cuyo máximo exponente fue la Primera Guerra Carlista, «finalizada en 1840 tras tres años de duro enfrentamiento civil, empeoraron la situación hasta un límite prácticamente insostenible». «A ello había de sumarse que las diferentes instituciones y cuerpos de seguridad pública que se habían ido creando durante ese periodo, bien de naturaleza civil o militar, y con ambición de extender su ámbito y jurisdicción a la totalidad de la nación, fueron fracasando sin haber llegado nunca a ver cumplidos sus propósitos». «Para crear un cuerpo de seguridad hace falta mucho dinero, y estos cuerpos terminaron quedando restringidos a ámbitos locales». Recordó el conferenciante que muchos de los agentes de estos cuerpos tenían que pagarse sus ropas y monturas, o cobraban tarde y mal.
Núñez hizo un repaso a los distintos cuerpos que se crearon desde 1812, cuando se aprueba la Constitución de Cádiz, hasta 1844, año de la creación de la Guardia Civil. «Se evolucionó desde un modelo policial, basado prácticamente en instituciones de escasa capacidad y durabilidad, cuyo ámbito principal era local, provincial e incluso regional en algunos casos, y se llegó a un modelo potente, robusto y eficaz liderado por lo que realmente fue y sigue siendo la primera policía del Estado, tanto en antigüedad como en número de efectivos y despliegue territorial».
El primer modelo fue la Milicia Nacional, que no tuvo apenas recorrido. Le siguió la Legión de Salvaguardas Nacionales, un proyecto «realmente muy novedoso» liderado por Pedro Agustín Girón de las Casas, el I Duque de Ahumada, padre del fundador de la Guardia Civil. Otro cuerpo fue el Resguardo Militar de Hacienda, que fue la primera policía fiscal moderna en España, pues tenía como principal tarea la persecución del contrabando. Se lo considera como un antecedente histórico del cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras, creado en 1829.
Los modelos policiales de 1822 y 1823 fueron «insatisfactorios e ineficaces». En 1823 se crearon los Celadores Reales, pero con un ámbito territorial ceñido a Madrid y sus alrededores. En 1824 se creó la Policía General del Reino, que «nació con vocación de permanencia y ámbito estatal», pero a criterio del historiador «realmente fracasó en el intento al no conseguir ni lo uno ni lo otro». «Crear un cuerpo de seguridad cuesta mucho dinero», insistió el conferenciante. En 1833 nacieron los Salvaguardas Reales.
Al finalizar el año 1843, «la situación ya no podía ser más insostenible», lo que derivó, al año siguiente, en la creación de la Guardia Civil, de la mano de Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II Duque de Ahumada. «Su exposición de motivos no dejaba duda de que no existía entonces institución policial alguna y de que era prioritaria su creación. Se trataba de una institución de carácter civil dependiente del Ministerio de la Gobernación, pero que dependería de la jurisdicción militar en cuanto a organización y disciplina».
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