14 de noviembre.Algeciras. Presentacion del libro: “ALGECIRAS, en el corazón y en la memoria”

 

El catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Alberto Pérez de Vargas, presentará el próximo día 14 de noviembre , a las 19:30  horas, en un acto organizado  por la Editorial TEMPLE, su libro

Algeciras en el corazón y en la memoria

 

en  el Salon de Actos de la Escuela Tecnica Superior de Ingeniería, en Algeciras. El acto  será presidido por el  Ilmo. Sr. Alcalde de Algeciras  D. Jose Ignacio Landaluce Calleja

En la Presentación  intervendrán:

Jose Ignacio de Vicente Lara, Antropólogo e Historiador, autor del prologo.

Antonio Lopez Canales.  Catedrático de Dibujo (j). Pintor y autor de la portada.

Alberto Ignacio Perez de Vargas Luque. Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid. Hijo Predilecto de Algeciras y autor del libro.

Vicente Perez Herrero. Editor del libro.

 

Comentarios al libro:

 

El libro tiene su origen en crónicas de naturaleza costumbrista, publicadas durante el último lustro en el diario, Europa sur, uno de los periódicos del grupo Joly, cuya área de incidencia es, sobre todo, el campo de Gibraltar. El escenario y los actores son reales y su confección espontánea; no obedece a preferencias, filias o fobias, si no emociones, recuerdos y momentos en los que se han recreado, antes que nada, situaciones vividas en el seno de la sociedad algecireña de la segunda mitad del pasado siglo: un periodo esencial para comprender su extraordinario desarrollo.
El contenido puede ser considerado un ensayo de antropología social, inspirado en la observación de la realidad de una ciudad fascinante, en la que su propia idiosincrasia desafía a su singular radicación geopolítica. Para los nativos y asimilados es la historia de lugares, vecinos y familias, ligados a su pertenencia, y para los demás, la de una sociedad, llena de ingenio, próxima, única, en la que la gente ha aprendido a ser feliz con lo que tiene y disfrutar compartiendo un entorno, plural, variadísima y maravilloso.
El autor define al Campo de Gibraltar como un balcón sobre el corredor marítimo más transitado del mundo. A pocos kilómetros está África y en su seno pervive la única colonia militar que existe en Europa. Tantos años nos han acostumbrado, como en una enfermedad crónica, a convivir con esa anormalidad, con ese anacronismo que es Gibraltar. 
La verja británica fue ideada, diseñada y construida por el Reino Unido a principios del pasado siglo. Se trataba de hacerse notar y de evitar, en la medida de lo posible, mezclarse con una población de inferior extracción en la escala de la fortuna. Luego, esos aledaños al norte se constituirían en un criadero de mano de obra barata, secuestrada, sin servidumbres que obligaran a prestarle atención alguna. 
La guerra española de los años treinta provocó el advenimiento de un régimen mal visto por las democracias occidentales, aliadas del comunismo soviético y vencedoras del nazismo y del fascismo. En España se pasó mal durante mucho tiempo y se sufrió el consecuente aislamiento derivado de la naturaleza política del nuevo régimen. Pero aquello fue pasando de moda y aun a pesar de esa naturaleza, se le hizo un sitio en las Naciones Unidas y se le otorgó un reconocimiento diplomático que habría sido impensable un par de décadas antes”, subraya el autor a modo de resumen de su obra.

 

Pérez de Vargas repasa en su libro episodios de la historia reciente de la comarca, como el cierre y posterior reapertura de la Verja de Gibraltar, así como sus consecuencias a día de hoy.

 

El Campo de Gibraltar es un balcón sobre el corredor marítimo más transitado del mundo. A pocos kilómetros está África y en su seno pervive la única colonia militar que existe en Europa. Tantos años nos han acostumbrado, como en una enfermedad crónica, a convivir con esa anormalidad, con ese anacronismo que es Gibraltar. La verja británica fue ideada, diseñada y construida por el Reino Unido a principios del pasado siglo. Se trataba de hacerse notar y de evitar, en la medida de lo posible, mezclarse con una población de inferior extracción en la escala de la fortuna. Luego, esos aledaños al norte se constituirían en un criadero de mano de obra barata, secuestrada, sin servidumbres que obligaran a prestarle atención alguna. La guerra española de los años treinta provocó el advenimiento de un régimen mal visto por las democracias occidentales, aliadas del comunismo soviético y vencedoras del nazismo y del fascismo. En España se pasó mal durante mucho tiempo y se sufrió el consecuente aislamiento derivado de la naturaleza política del nuevo régimen. Pero aquello fue pasando de moda y aun a pesar de esa naturaleza, se le hizo un sitio en las Naciones Unidas y se le otorgó un reconocimiento diplomático que habría sido impensable un par de décadas antes.

 

En los años sesenta el régimen fue adaptándose a las economías de libre mercado hasta el punto de situarse entre la docena de países más desarrollados. Las maniobras orquestadas desde la colonia con la tolerancia de la potencia colonial, amenazaron peligrosamente las aspiraciones españolas; los poderosos bufetes de Gibraltar constituidos en clase política abordarían una estrategia dirigida hacia la autodeterminación y la independencia. El Gobierno español cerró la verja, en un acto acorde con lo previsto en el Tratado de Utrecht, que imponía la incomunicación por tierra, y acompañándose de unas afortunadas gestiones diplomáticas, impidió el progreso del proyecto de la oligarquía jurídica colonial capitaneada por Salvador (Joshua Abraham) Hassan. Sin embargo, ese desarrollo que culminó en los últimos años del régimen anterior, apenas si había llegado al Campo de Gibraltar cuando, en 1969, se cerró la verja. El cierre fue la culminación de un período de casi cinco años –desde octubre de 1964– de bloqueo por parte española. Entonces, la economía de la colonia se limitaba al turismo, las necesidades de la población, los servicios derivados de su condición de base naval y el alto nivel de consumo de productos que como las bebidas alcohólicas y el tabaco no estaban tan gravados por impuestos como en España y otros países del área geopolítica de Gibraltar. Su dependencia de mano de obra exterior era grande. Puede estimarse que alrededor de nueve mil trabajadores, los dos tercios de la población ocupada, eran españoles y atravesaban diariamente la verja. Muchos de ellos empleados del comercio o del servicio doméstico, pero la mayoría en los astilleros de la base naval o en la construcción.

 

Una entrevista con el autor, realizada por  el diario Europa SUR puede leerse en este enlace:

https://www.europasur.es/algeciras/entrevista-alberto-perez-vargas-feisima-rincones-matarlos-tiros_0_2002707858.html