Uno de los autores militares que más prestigio dio a los Ejércitos en los primeros cincuenta años del siglo XX fue Alfonso Rey Pastor, Ingeniero geógrafo español y coronel de Estado Mayor el cual nació en Logroño en 1890 y murió en Madrid el 29 de septiembre de 1959. Su actitud científica y cultural nos obliga, por lo tanto, a destacar la estrecha relación que siempre ha existido entre Ejército y Cultura en provecho del bien común, en este caso en el ámbito de las ciencias aplicadas.
Desde su ingreso en el cuerpo de ingenieros geógrafos hasta poco antes de su muerte, se dedicó preferentemente al estudio instrumental de los terremotos, siendo uno de los más destacados cultivadores de la sismología en España. Efectuó también minuciosos trabajos cartográficos en Marruecos, publicados por el Instituto Geográfico Nacional. Sus ficheros de seísmos, muy completos, sobre todos los ibéricos, le permitieron estudiar los coeficientes de sismicidad del mundo entero y muy especialmente de España y del Norte de Marruecos.
Esta aportación científica garantizaba el conocimiento de las posibles zonas de riesgo catastrófico de España y Marruecos, contribuyendo con estos datos a la Seguridad de nuestra patria y de su área de influencia en el antiguo protectorado marroquí. Asimismo, como director del Observatorio de Alicante realizó un trabajo que le llevó quince años de investigación, el cual le permitió descubrir las complicadas estructuras geológicas del levante español, localizando los focos de inestabilidad allí existentes.
Durante muchos años a partir de 1921 publicó en la revista Iberia numerosos artículos de divulgación sobre terremotos y aspectos científicos de los mismos. Participó en un gran número de congresos como en la II Asamblea de la Unión Geodésica y Geofísica Internacional celebrada en Madrid en 1927, o en la III de Praga, entre otros.
Espíritu curioso por todas las manifestaciones de la ciencia fue cautivado por la ciudad Imperial de Toledo a la que dedicó valiosos trabajos e investigaciones, poniendo a contribución su vasta preparación científica en la resolución de problemas relacionados con la arqueología. A él se debe el descubrimiento del circo romano de Toledo, de las ruinas de un anfiteatro, restos de templos, conducción de aguas, emplazamiento de un embalse y algún resto arqueológico más de la época romana.
Su personalidad científica sobrepasó fronteras y su labor ha sido reconocida por otros Institutos Geográficos y Geodésicos de Europa, especialmente los alemanes. Su colaboración con geólogos alemanes Stille y Brinkman fue fructífera y brillante, es también de justicia reseñar la magnífica actitud de colaboración con el Instituto Geológico y Minero. En atención a sus méritos fue condecorado con la Orden de Alfonso X el Sabio y el Instituto Geofísico de Toledo lleva su nombre.
Su obra científica es enorme y sus publicaciones tanto en libros como en revistas especializadas muy abundantes, nosotros destacamos entre ellas las siguientes:
Croquis de la Región de Melilla1/250000, Madrid 1921
Mapa del Imperio de Marruecos1/100000, Madrid1921
Croquis Sismotectónico de la península Ibérica 1/3000000, Madrid 1924
Plano topográfico de la provincia de Ciudad Real 1/400000 Toledo 1926
Mapa Geológico de España lleva un esquema sismotectónico de Rey Pastor, Madrid 1936 y siguientes ediciones hasta1956
Estudio crítico de los aparatos de la Estación Sismológica de Toledo, (Conferencia leída en el congreso de las Asociaciones Española y Portuguesa para el progreso de las Ciencias, celebrado en Barcelona 1929)
Numerosos artículos en la Revista del CSIC.