EDUARDO FERNÁNDEZ DE SAN ROMÁN, MARQUÉS DE SAN ROMÁN

El marqués de San Román fue un gran señor de su época, era ante todo un aristócrata de raza. Refinado en sus comportamientos así como lo era en  espíritu,  y la severidad de su aspecto no le hacía un personaje popular al estilo de los militares de aquella época.

Nació en Zaragoza el 13 de octubre de1818. Sentó plaza como cadete del Regimiento de Infantería de Zaragoza en 1830, pasó destinado posteriormente al Inmemorial del Rey y ya con el grado de alférez a los Granaderos de la Guardia Real. Durante  la 1ª Guerra Carlista fue ascendido por méritos de guerra a teniente y obtuvo la Cruz de San Fernando por el valor demostrado en el combate desarrollado en La Cenia en 1840. Ingresó en el recién creado cuerpo de Estado Mayor y en 1843 causó baja en el mismo al regresar al Arma para ocupar un destino en el Ministerio de la Guerra. Coronel en 1844 y General tres años más tarde, fue entonces cuando fundó la Revista Militar, periódico del Arte, Ciencia y Literatura Militar, publicación que contribuyó muy positivamente a dar a conocer los escritores militares de todos los tiempos.

En 1883 presidió la comisión organizadora de la celebración del centenario del Marqués de Santa Cruz de Marcenado. Teniente General en 1866, entre 1864 y 1868 fue Capitán General de Castilla la Vieja y de Granada, e Inspector General de Carabineros y Director General de Infantería.  Durante su vida tuvo también momentos difíciles como cuando fue sometido a Consejo de Guerra en 1870 y tres años más tarde se le rehabilitó como ocurrió con muchos otros. Murió en Madrid en 1887.

Fernández  San Román, según el Coronel Redondo en su artículo publicado en Reconquista,  “era un  militar de una cultura poco corriente y un bibliófilo impenitente”. Las reuniones dominicales en su biblioteca congregaban lo más selecto  de las ciencias y las artes como Valera, Barbieri, Rodríguez Villa, no faltando los militares como Gómez de Arteche y López de Letona y otros.

El marqués de San Román es más conocido como mecenas de la literatura que como escritor, no obstante su relato de las Campañas del General Oraa por la calidad literaria que encierra, le permitió su nombramiento como miembro de la Real Academia de la Historia, sillón que no aceptó.

Uno de los temas más debatidos durante buena parte del siglo XIX y que nuestro autor hizo frente con valor e inspiración fue el del servicio militar. Su defensa del sistema obligatorio, que hizo con pasión e inteligencia, sirve para poner de manifiesto su oratoria y su pensamiento. Respecto al voluntariado, admite San Román la prestación de los hombres que deseen ser voluntarios en el servicio de la Patria, pero con grandes reservas porque dice:”No todo lo que reluce es oro en la vida militar y el desengaño produce  graves consecuencias en estos hombres”.

Su obra:

Guerra Civil de 1833 a 1840 en Aragón y Valencia. Campañas del General Oraa, dos volúmenes, publicados en Madrid respectivamente en 1884 y 1896

Estadística Militar y noticias sobre organización e instrucciones militares del Ejército Español, Publicado en Revista Militar 1847

Prólogo a la Historia de la Guerra de Independencia de Gómez Arteche.

El duque de Bailén. EL Ejército Español de 1808 Conferencia pronunciada en el Ateneo 1884

Cor Infª DEM.  P. Ramirez Verdún