El comandante Barado forma parte por méritos propios de los grandes historiadores militares del siglo XIX y así se reconoce en la obra: Historia social de las fuerzas armadas, en la que han dejado su testimonio los mejores autores militares de hoy como Gárate o Alonso Baquer y donde se afirma: “La variedad de temas tratados por Barado en su copiosa obra, su elegante estilo, salpicado de casticismo y su gran erudición le han merecido un puesto destacado entre los polígrafos de la época”.
Nuestro autor nació en Badajoz en 1830. Desde niño vivió las vicisitudes de la milicia, era hijo de militar, por lo tanto conocedor de las dificultades familiares de los mismos, lo que le conformó su recio carácter. Su preparación, voluntad y amor al trabajo inundaron su vida e impulsaron sus estudios especialmente en la historia militar, sus conocimientos, lecturas y el formidable método aprendido de sus maestros le dieron idea de la situación del arte militar entre las humanidades convirtiéndose en uno de los bibliógrafos militares reconocido, entre otros, por Menéndez y Pelayo.
Estudió Filosofía y Letras en Barcelona hasta el reclutamiento forzoso decretado por Castelar que, en 1873, le obligó a incorporarse al Ejército siendo promovido a alférez de Milicias Provinciales al año siguiente, continuó sus estudios haciéndolos compatibles con los cometidos de su empleo. Durante 1874 tomó parte en la campaña carlista por tierras catalanas, posteriormente continuó su vida militar alcanzando el empleo de comandante en 1908. De su trayectoria vital, dice Gárate: “Asombra su energía, sus recursos sin apoyo oficial sin más palanca que su voluntad, superando enfermedades y estrecheces, persecuciones y quebrantos, hasta la misma muerte que le hirió en los más íntimos afectos”.
Desde su retiro del Ejército en 1913 hasta su muerte en 1922, residió en Tarragona y colaboró intensamente en la prensa barcelonesa durante la primera guerra mundial. Sus méritos literarios le valieron la medalla de oro en la Exposición Internacional de Barcelona en 1888, otra en París y otra otorgada por Molke en 1891 en la de Colonia.
Su especialidad en los estudios de las humanidades especialmente en la historia de nuestro ejército, investigó y describió el pasado de las instituciones militares, lo cual le valió, en 1906, ser nombrado numerario de la Real Academia de la Historia. Sobresale en todos sus trabajos su objetividad, podríamos afirmar que es uno de los europeístas de su época.
Su obra más destacada es el Museo Militar, según algunos entendidos: “la mejor historia del Ejército español, junto a la de Clonard y Almirante, superando a la primera porque se limita a la infantería y a la caballería, y a la segunda, porque no tiene su riqueza documental y gráfica”. Está escrita con un gran dominio del léxico militar de la época y abarca tres enormes volúmenes.
De su obra destacamos las siguientes
Elocuencia militar, Barcelona 1878
La guerra y la civilización, Madrid 1879
Museo Militar (historia del ejército español…..), Barcelona 1882-1886
La vida militar en España, ilustrada por Cusachs, Barcelona 1888-1889 Literatura militar española, Barcelona 1890
La pintura militar, Madrid 1890
Don Juan de Austria en Flandes. Madrid 1901
P. Ramirez Verdún Cor Infª DEM