LA FASCINACION DE LA IZQUIERDA CON CHINA
No es de ahora, viene sucediendo desde que la República Popular China crece a unos niveles que sorprenden no solo a la izquierda tradicional, sino al Mundo entero, y es que aquellos internacionalistas están convencidos de que en este gran país, en todos los sentidos, se ha encontrado la clave de bóveda del confort económico, el desarrollo humano y el intenso bienestar social, aunque en el espejo no se reflejen nunca otros aspectos.
Es verdad que las democracias se desgastan con su ejercicio, algo natural que precisa renovación, evolución y alternancia para que aquellas no se conviertan en sistemas de cierta autarquía, donde los líderes coyunturalmente carismáticos modifican la norma suprema para permanecer en el poder como” necesidad del pueblo”, este sería el caso de la Federación Rusa y su Presidente Vladimir Putin, que también alternaría su dedicación política a la” abrasión” de su oposición por procedimientos varios, sin que con ello, por mecanismos que habría que investigar mejor, carezcan de un alto nivel de aceptación pública; sin embargo los impases políticos se muestran naturalmente necesarios, y el régimen de Beijing lo es, al menos en su faceta de sistema económico.
En otros casos se trata de desgaste de sistemas calificados como obsoletos, por la izquierda en general, como las monarquías, que se han de “revolucionar” y por lo tanto sustituir con regímenes más “progresistas” que solucionen las aspiraciones retenidas del pueblo, aunque con ello se salten las premisas de todo cambio político sustancial y ordenado, las elecciones generales y los referendos, sustituyéndolos por la “proclamación”, oportuna y en cierto modo astuta, por la búsqueda de efectos más que de datos; este ejemplo es típico, según la historiografía, del advenimiento de la II República española, y de sus secuelas, guerra civil y dictadura, lo que pudo suponer en su día también un impase.
En otras ocasiones el sistema político se transforma desde dentro mismo de su seno, en un proceso de subversión inversa, modificando la relación de los Tres Poderes básicos de un Estado, merced a la acción de uno de ellos sobre los demás, en general el Ejecutivo, que se sostiene con mayorías parlamentarias contra natura, esta tipología lo que precisa, más que un impase, es una alternancia urgente.
Pero yendo al tema, China viene ofreciendo unos rendimientos colectivos, en todos los sectores económicos, susceptibles de ser admirados; un veterano Embajador español, durante muchos años destinado en ese país, y gran conocedor de este, indicaba que la imagen más real y sorprendente que ofrece la República Popular en este momento es, su “tamaño”, incomparable.
Las cifras que su crecimiento continuado, por encima del 10% del PIB hasta hace muy poco (ahora el 5,2%), ha proporcionado en todos los sectores son abrumadoras y sumergen a Europa en inferioridad manifiesta en los mismos aspectos, superando también, progresivamente, a Estados Unidos en economía y desarrollo tecnológico.
Cita un medio de tradicional credibilidad, “China ha construido desde 1980 más del doble de autopistas que la máxima dimensión de América y quince veces más líneas de ferrocarril de alta velocidad que el tamaño del Japón”, y añade una cita de Xi Jinping, “la economía efectiva y real es la base de todo y nunca deberemos desindustrializar”, lo que da una idea del esfuerzo principal de la economía china, la actividad manufacturera.

La imagen dada por Xi Jinping en Beijing, en el 80º aniversario de la victoria sobre Japón en la II GM, es la de un triunfador sereno, rodeado de sus” proxies” ideológicos y de aquellos que pueden llegar a serlo, complementada esta vez con una poderosa demostración de capacidades militares novedosas y tecnológicamente muy avanzadas; la uniformidad de las tropas a pie dio la sensación de que lo individual brillaba por su ausencia y que lo que privaba era el conjunto, el tamaño otra vez; además de su componente de amenaza, también presente.
Se percibe, en el concurso con personas de diferente ideología, en este caso de izquierdas, que a China se le perdonan aspectos importantes a cambio de su éxito, precisamente aquellas que en Occidente son fundamentales, y son los valores tradicionales que formaron a Europa, hoy debilitados por diferentes corrientes disolventes, y por la tibieza del otrora importante lazo transatlántico, aunque sin duda se trata de procesos históricos muy distintos.
En China no hay democracia, aunque esto no parece importarle a la izquierda en general, admiten que el proyecto merece la pena y lo alaban porque ha venido a tener el éxito económico que otros intentos revolucionarios marxistas no tuvieron, y a este se le admite a sabiendas de que es un sistema basado en un confucionismo actualizado, un mandarinismo en la elección arbitraria de los más aptos, despreciando a los restantes, donde la utilización de purgas regulares, y selectivas, algunas públicas como la expulsión del ex Presidente Hu Jintao en la reunión del Comité Central del Partido Comunista del año 2022, donde Xi obtuvo su actual mandato de 5 años, presenciado por la comunidad internacional, y las más frecuentes de acusación por corrupción o desavenencias con el régimen, entre ellas más de una decena de Generales, son actos frecuentes y tolerados.
China superará a Estados Unidos, los norteamericanos están en “retroceso espiritual”, y en el escenario que les circunda, el mar, en retroceso operativo, como así anunciara en su día el politólogo Robert.D.Kaplan (El Retorno del Mundo de Marco Polo. 2018), refiriéndose al declive de la presencia marítima USA en el Pacífico, consecuencia del peso de la burocracia en la generación de capacidades navales militares y la ausencia de una industria suficiente de construcción de una marina de apoyo. La consolidación del sistema anti-acceso y denegación de área, A2/AD, provocará, según Kaplan, el alejamiento de los buques de guerra de gran tonelaje, los portaaviones, y la necesidad de dotarse con sistemas antimisiles/antitorpedos tecnológicamente muy avanzados.
Sin embargo, este panorama se ve ensombrecido por la significación del régimen de partido único autoritario, como es el Partido Comunista Chino, lo que al parecer fascina a la izquierda, aun cuando pasa por alto aspectos que en otros regímenes se condenan.
En China hay millares de ejecuciones que constituyen secreto de estado, inseguridad jurídica en los procedimientos judiciales, ocultación de datos sobre los sucesos de Tiananmen y alrededores de la gran plaza, postración del ciudadano ante el conjunto del Estado, desaparición de sus derecho a la intimidad, con el control de sus datos biométricos, en especial durante la pandemia de la COVID 19, donde se prohibió la toma de antipiréticos para detectar mejor los contagios, la selección de los adolescentes más capacitados para los mejores puestos de futuro, postergando prematuramente al resto, el control de la planificación familiar con la política de “un solo hijo”, que ha dejado un rastro de esterilización de más de 100 millones de mujeres y 300 millones de abortos, etc.
Si esto es una evidencia de la otra cara del régimen, también es patente que su economía se está recalentando con su superproducción manufacturera que empieza a llenar los stocks, su deuda aumenta peligrosamente, el problema de la vivienda es tan importante como en occidente, y el dirigismo político, de arriba abajo, convierte al individuo en solo un siervo.
China está colonizando el Mundo pacíficamente, imponiendo su sistema comercial por rutas marcadas con inversiones millonarias que a la larga hipotecan a los países receptores, disputa con éxito la primacía mundial a Estados Unidos, no rinde cuentas, ni nadie se las pide, por sus políticas de anexión e influencia en Tíbet y Nepal, cuando no de represión a los uigures de Sinkiang ante sus ansias secesionistas.
Quizás, la mayor responsabilidad internacional de China, hoy día, es su no disposición a detener la guerra de Rusia contra Ucrania, único mediador (ya presentó un plan de paz en 2022, sin consecuencias) con capacidad para convencer al Presidente Putin del cese de su agresión, tras los fracasos repetidos al respecto del Presidente Trump.
Ricardo Martínez Isidoro. General de División, r.
Presidente de la Asociacion Española de Militares Escritores.
